Sentado en la cama, ahora decentemente limpio, miró mi izquierda, ahí está Daenerys, durmiendo plácidamente, recién alimentada y bañada, con toda la inocencia de un bebé, sin preocupaciones, sin saber que su hermano está muerto, y alguien más ocupa su lugar, no puedo evitar frotar mis ojos con cansancio.
En el calor del momento, no me di cuenta de sus ojos violeta, lo cual significa una cosa, que no estoy en Juego de Tronos, sino en los libros, si mi memoria es correcta, los libros se llamaban Canción de Hielo y Fuego, así que lo poco que creí saber, ahora se ha vuelto casi nulo.
Miró hacia la ventana, con una parte de mí, deseando regresar al callejón y derrumbarse allí y fingir estar muerto, quizás a la muerte le haga la suficiente gracia y cumpla mi deseo.
Una pequeña risa escapa de mí, rara vez obtengo lo que deseo, y puedo ser muchas cosas, pero no soy un suicida…
Ahora solo me queda sacar lo mejor de todo esto, tengo una nueva vida, quizás no la que deseaba ni en el mundo que quería, pero una vida al fin y al cabo.
Aceptando mi realidad, reciente ahora puedo sentir cómo los músculos de mi cuerpo comienzan a relajarse, no había notado que estaba tan tenso.
Bien, intentemos ver lo positivo, tengo un cuerpo saludable y joven, bueno… quizás demasiado joven para mi gusto, Dios sabe que la pubertad da problemas, pero nada que no pueda controlar, y quién sabe, quizás esté en un universo que esté mezclado con los libros y la serie.
Ahora tengo que planificar cuáles serán mis siguientes acciones, salgo de mis pensamientos cuando me fijo en la ventana, está empezando a oscurecerse, ahora que recuerdo, ¿no que las personas que mataron al chico iban a buscar el cuerpo en la noche?
Quizás debería ir para echarle un vistazo a los rostros de los asesinos, porque el recuerdo de Viserys es un tanto borroso. Al menos así sabría quiénes me conocen y quiénes son los asesinos.
Tomando una decisión, me levanto de la cama, colocándome nuevamente mi capa en los hombros, abro la ventana y estudio sus alrededores, un edificio un poco más alto que mi ventana está del otro lado, hay un callejón estrecho de por medio del edificio y la posada, si salto de la ventana, podría deslizarme por el callejón, con manos y pies a cada lado, también podría saltar y escalar al edificio del frente y caer en el techo, aunque debería tener cuidado con eso último, este cuerpo no está entrenado como mi cuerpo anterior, además ese no es el verdadero problema…
El problema es Daenerys, no puedo dejarla en la posada, si alguien entra, y sólo ve un bebé indefenso, podrían hacerle cualquier cosa. No, mi paranoia no me lo permite considerar eso como una opción, y además, no sé cuánto tiempo vaya a tardar, lo mejor sería llevármela, aunque la idea no me gusta mucho, de por sí me estoy poniendo en peligro y con el peso de un bebé me haría más lento y menos ágil, además de que si llora en un mal momento, sería una condena para ambos.
Pero realmente no tengo más opción…
Me acerco a la cama, tomando la sábana de ella, comienzo a romperla intentando obtener el tamaño que quiero, al conseguirlo, comienzo a envolverlo en mi cuerpo logrando así un fular bastante tosco, pero funcional, cuando termino de atar y asegurar que todo esté bien, tomo a Daenerys despertándola, y con mucho esfuerzo la coloco en mi espalda, aunque ella gimotea por el movimiento, intento que esté lo más cómodo posible.
Ahora, con Daenerys siendo mi mochila viviente, y asegurando de que no se me vaya a caer, comienzo a dar unos pequeños saltos, probando el peso de ambos, y es tolerable, acercándome a la ventana, salgo por ella y pisando la cornisa de esta, en cuclillas, tomo impulso por un momento y salto…
Apenas mis manos logran atrapar el borde del techo del edificio, con uno de mis pies en la pared y con la fuerza de todo este pequeño cuerpo y esforzando mis brazos al máximo logro impulsarme… y finalmente llegar al techo a salvo, y así me muevo en la ciudad de techo a techo, hasta llegar a aquel callejón.
En el techo del edificio continuo al callejón, espero hasta que los hombres lleguen, por suerte, no tengo que esperar mucho,
Apenas ellos llegaron, enseguida buscan donde se supone que debe de estar mi cuerpo, iluminando el callejón con sus antorchas, yo en cambio me aseguraba de grabar en mi mente cada uno de sus rasgos, me da mucha risa ver lo enojados que están al no encontrarme, pero lo que capta mi atención es la conversación que ellos tienen.
Según lo que entendí, la corona ha ofrecido una recompensa bastante jugosa por mí y Daenerys, según la palabra del hombre llamado Rojo, hablaban y se quejaban de cómo hace semanas estaban aquí en Braavos, esperando a que llegara y cómo ahora todos esos esfuerzos habían sido en vano.
Mientras los hombres identificados como Rojo y Bruto discutían y se lamentaban, el tercer hombre se acercaba al espacio donde yo estaba antes:
—Oigan, creo que está vivo.
Tanto los dos hombres como yo nos sobresaltamos por lo dicho.
—¿Qué te hace creer eso, Salado? —dijo Rojo al hombre ahora identificado como Salado.
—Las manchas, amigo mío, mira cómo las manchas de sangre se dirigen fuera del callejón, es más que obvio que el chico fue ayudado, porque con esas heridas no pudo haber ido muy lejos, así que sí… es posible que esté vivo.
—No lo sé, amigo, es demasiada sangre como para que el niño sobreviva y si de casualidad está vivo, no creo que dure mucho.
—Posiblemente el caballero que mató a Cuervo y escapó, sea el que le ayudó —dijo Rojo.
—Entonces ¿qué estamos esperando? Hay que cazar a esas ratas, antes de que ellos salgan de Braavos, a mí nunca una presa se me escapa y no voy a iniciar con un mocoso.
—Tranquilo, Bruto, comenzaremos a buscarlos mañana si lo que escuché es cierto, el caballero debe de estar herido y tiene a un niño que posiblemente esté entre la vida y la muerte al cual cuidar, sin contar al bebé, así que no creo que se muevan tan rápido.
—Más te vale, Salado, que tengas razón —gruñó el hombre—. Te dije que había que cortarle la cabeza, de haberlo hecho no estaríamos en esta situación.
Las voces se hacen menos audibles, según se alejan del callejón llevándose la luz con ellos, ahora en la oscuridad de la noche, me quedo un rato largo en el techo, cuando el frío de la madrugada comienza a hacer efecto en mi piel, decido regresar a la posada…
Ya ahora de vuelta en la habitación, con Daenerys en la cama, comienzo a analizar el nuevo torrente de información que recibo de los hombres.
Ellos ahora saben que estoy vivo y no van a parar hasta encontrarme, el dinero puede mover montañas, y esos hombres están dispuestos a hacer lo necesario por la recompensa. Aunque me encuentro curioso con la parte del caballero, me pregunto quién será ¿y si podría encontrarlo?
Quito esa idea de mi cabeza, por lo que he visto, Braavos es una ciudad demasiado grande y podría estar en cualquier lado, y no es que pueda andar por ahí gritando a los cuatro vientos que soy Viserys Targaryen, y no tengo sus recuerdos como para saber quiénes eran las personas que estaban con él, así que es una opción descartada.
No, lo mejor que puedo hacer es salir de Braavos.
Pero la pregunta es hacia dónde debería irme, un niño con un bebé en un mundo medieval sin protección.
Otra vez me lamentaba de no poder usar mi magia de haberla tenido, un simple hechizo cortante, en sus cuellos y problema brevemente resuelto.
También está el problema de la corona, si están ofreciendo ese tipo de recompensa por unos niños, quizás ese grupo sea el primero en buscarme, pero definitivamente no serán los últimos, queriendo la cabeza de Daenerys y la mía.
Quizás debería de cambiar de posada, solo por si acaso.
Mis pensamientos son interrumpidos cuando Daenerys jala mi ropa buscando obviamente atención, no dudo en cargarla y arrullarla intentando que se duerma nuevamente.
Después de muchos esfuerzos de intentar dormirla, no funcionar, jugar con ella, intentar nuevamente dormirla, fracasar estrepitosamente porque al intentar acostarla su cabeza se levantó como si estuviera poseída, jugar con ella nuevamente, y solo contándole una historia y cantándole una canción de mi infancia, de mi vida anterior, al fin logré dormirla.
Delicadamente y lo más lentamente posible logro acostarla y arroparla sin despertarla.
En el momento que mis dedos dejan de tocar la sábana, me alejo de ella, como si se tratara de una bomba.
MIERDA, se me había olvidado lo que es criar a un bebé, nunca tuve hijos en ninguna de mis vidas, pero tuve hermanas pequeñas y en mi segunda vida, una ahijada, así que ya tengo experiencia, pero ninguna de ellas me dio ese tipo de problema.
Bueno, al menos ya se durmió, pensé aliviado para mis adentros, y al igual que ella debería dormir, pero antes de eso debo de hacer la última cosa de mi lista de hoy. Sentándome en el suelo, en forma de loto, comienzo a intentar entrar a mi palacio mental.
Al entrar aterrizo en un hermoso césped, mirando mis alrededores, no puedo evitar gemir de frustración, pues todo es un verdadero caos.
No sé por qué todo aquí es un desastre, aunque tengo unas cuantas teorías del por qué, pero decido guardarlo para revisarlo más tarde. Bueno… al menos varios de los muros y defensas de mi Oclumancia están bien, aunque veo que muchas de mis defensas están desaparecidas o han sido destruidas.
Al mirar al centro, puedo ver el verdadero desastre: libros, pergaminos, objetos de alquimia que he creado y fabricado a lo largo de los años, y muchas cosas más, incluyendo mis 74 años como inefable y posterior ascenso a jefe de este departamento, sólo hicieron que la pila creciera aún más, están todas en montones y montañas desordenados, hace parecer que el salón de los menesteres que guarda objetos perdidos sea un paraíso a comparación.
Si nada de esto está ordenado y las defensas fortificadas, no podré usar la capacidad de la Oclumancia a su máximo esplendor.
Cuando te vuelves un verdadero maestro de la Oclumancia obtienes dos capacidades increíbles: la primera es el palacio mental, un lugar donde puedes entrar y salir cuando quieras, este lugar puede mantener todos tus recuerdos archivados y documentados, si necesitas revisar algo o recordar algo en específico, sólo tienes que pensarlo mentalmente y toda la información te va a aparecer, un segundo en el mundo real son horas aquí adentro; y lo segundo, pero no menos importante, es la memoria fotográfica.
De tan sólo pensar en organizar todo esto me da dolor de cabeza, ya que todo debe ser hecho a mano, y las montañas de desastres que están delante de mí no me ayudan a motivarme, pero bueno, es mejor iniciar más temprano que tarde.
Comenzando a organizar libros y pergaminos e intentando llevar objetos a diferentes lugares, comienzo a adentrarme más en las montañas y pilas de objetos. En un momento dado, mientras intentaba llevar un enorme y grueso libro de —La evolución de los animales mágicos, hasta conocerlos hoy en día— me doy cuenta por el rabillo del ojo de algo raro…
Una montaña con una especie de altar con un pedestal a lo lejos, oculta brevemente por los montones de objetos, no puedo evitar fruncir el ceño por la confusión.
Estoy seguro que eso no es mío…
Dejando el libro a un lado, me acerco al lugar, subiendo las escaleras de la montaña. Al llegar a la cima, puedo ver que en el pedestal hay un libro más grueso y grande que el que tenía anteriormente, flotando en el aire y brillando en luces de todos los colores.
OK, definitivamente esto no es mío…
Al tomarlo y abrir la primera página, me encuentro con un mensaje escrito.
—Aquí tienes algo así como tu dedo dorado, aunque, más bien es magia de otro universo, y yo sólo te estoy dando la capacidad y el acceso a ella. Ah… y una pequeña disculpa por el pequeño atraso…
Lee el libro con atención, todo lo que necesitas saber está ahí. Disfrútalo… la muerte.
Resoplo y pongo los ojos en blanco…
Llegas literalmente una vida y 117 años tarde, mujer, eso no es un pequeño atraso…
Emocionado y curioso, en partes iguales, y sentándome en las escaleras del altar, comienzo a leerlo… mientras más leo, mis ojos se abren aún más, no puedo evitar que mis manos tiemblen.
Esto es algo así como…
Minecraft.