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Chapter 6 - Capítulo 6

Abriendo mis ojos, a la primera hora del día, no puedo evitar bostezar por el cansancio, creo que no fue buena idea, acostarme tan tarde murmure, limpiándome la baba de mi barbilla, encima de mi pecho, se encontraba Dany también babeando, pero sobre mi.

Colocándola a un lado, comienzo a prepararme para comenzar mi último día en este lugar, escondiendo el cuchillo en mi cinturón y echando todo lo demás importante en la bolsa. Para luego colocarlo en el inventario. Comienzo a preparar el fular de Dany al terminar, abro la ventana adormilado.

Pero enseguida, el sueño se desaparece de golpe, pues del otro lado de la calle se encontraba el Posadero, hablando con bruto, salado y rojo, estos le dan una bolsa y salen corriendo hacia la posada

MIERDA!…

Con pies rápidos, llego a la cama de Dany en un instante, apenas le quitó la sábana de encima, y ya escucho los pasos en el pasillo, no pude evitar maldecir, no me iba a dar tiempo, sin dudarlo, saco mi cuchillo y tomo a Dany y ambos nos escondemos debajo de la cama, apenas me escondo y escucho como la puerta se abre de golpe, le hago señas a Dany para que guarde silencio, no sé sí es por suerte o por un milagro, pero ella no llora.

—Dónde están los niños?

—Puede ser que haya salido, hay veces que él sale y no me doy cuenta, pero te puedo garantizar que él se encuentra aquí

—Espero que sea así, Posadero, porque no te pagaré el resto hasta que tengamos a los niños,

—Ya era hora, llevamos una puta semana buscándolo

—No te emociones, hay que hacer las cosas bien esta vez, oye posadero, hay alguna salida otra puerta en este lugar

—La puerta del frente y la puerta trasera son las únicas que hay

—Está bien, posadero, vuelve a tu trabajo

—Bien escuchen, hay que cubrir todos los lados, no podemos dejar que se escape esta vez, rojo tú quédate aquí en la habitación, bruto ve a la puerta trasera, y yo me quedaré en el frente, recuerden sean discretos, y no dejen que el chico los vea, hasta que él llegue a la habitación

Para aquí acorralarlo…

—Ah y bruto, ve por la esposa del posadero, por lo que se ella trabaja en la cocina, hay que garantizar de qué el hombre no hable

—Cuenta con ello salado.

Respiro hondo, cuando escucho la puerta cerrarse, puedo ver los zapatos malgastados de rojo, caminando en la habitación, analizando la situación, sabía que estaba atrapado y tendría que abrirme paso a la fuerza, por suerte me tocó el más fácil de los hombres, bruto es su nombre fuerte y fornido y por no decir, el más brutal de los tres, quizás de ahí venga el nombre, salado es un nombre inteligente, pero rojo era el más normal, un poco flacucho y bajo…

Si soy lo suficientemente rápido y fuerte, y con un poco de suerte, quizás tenga una oportunidad…

Rojo camina por la habitación y se detuvo en la cama, como si fuera a sentarse y no dudé, de un movimiento rápido, corté su tobillo, el cuchillo atravesó la carne como si fuera mantequilla, el hombre grito y se derrumbó en la cama, no perdí tiempo y salí de mi escondite, colocándome encima de él, apuñalé su cuello, un chorro de sangre salió, pero para mi desgracia, el corte no era tan profundo como quería,

El hombre reaccionó, y con una de sus manos, tapó la herida de su cuello, y con la otra, intentaba quitarme de encima, pero me aferré a él como un pulpo, con su mano debajo de mi barbilla y garganta no podía acercarme por mis brazos cortos, podía sentir como sus uñas, rasgaban la piel de mi cuello, la herida de su cuello lo mataría, pero no tan rápido como quería,

Moví mi cabeza hacia un lado y mordí 2 de sus dedos de la mano que me aprensaban, mordí con toda la fuerza que tenía, luego tiré de ellos, pude escuchar como los ligamentos, se rompían y se desgarraban, pude saborear el sabor metálico de su sangre en mi boca, y sentir lo caliente de esta, al manchar mi rostro, el hombre grito por el dolor, aflojó su agarre por un segundo, un segundo que fue más que suficiente para mí…

Acercándome a su rostro apuñalé con mi cuchillo, directo en su ojo, el grito ahogado del hombre, resonó por la habitación y su ojo estalló en un horrible plaf… pero seguí apuñalándolo sin detenerme, en la última puñalada, retorcí el cuchillo, el hombre ya había dejado de moverse, con un suspiro me separé de él y tomé aire. Podía escuchar ahora como Dany gritaba a todo pulmón, rápidamente la saqué de debajo la cama y la coloqué en el fular de mi pecho, de reojo, vi que el hombre tenía una daga mucho mejor que mi cuchillo, no dude y lo tomé, de un movimiento rápido, Salgo por la ventana, pero cuando estaba apunto de deslizarme hacia abajo, la puerta se abrió con un fuerte azote,

Bruto y salado habían llegado junto con la esposa del posadero, la cara de los hombres era de pura incredubilidad, la mirada pasaba desde mí hasta el desastre sangriento de la cama, como si el tiempo se hubiera detenido, y entonces la mujer gritó haciendo que todos reaccionáramos, de un movimiento rápido, me deslicé por la pared, en el suelo no pude evitar sisear por el dolor ardiente de mis pies por la caída, mirando hacia arriba, los hombres ya estaban en la ventana, mirándome, en menos de un segundo me eché a correr.

Corriendo lo más rápido que me permitía mis pies comencé a alejarme de ese lugar, mas atrás de mí podía escuchar como los hombres me perseguía y me maldecían, doblando una esquina, decidí tomar un atajo para dirigirme al mercado, intentaría perderlos entre la multitud o ganar tiempo, y así lo hice al entrar al mercado. Saqué de mi inventario mi capa, colocándomela, aproveché y escupí los 2 dedos de rojo, que aún tenía en mi boca.

Ahora en la multitud comencé a caminar, de manera tranquila, serpenteando entre la multitud, comencé a acariciar la espalda de Dany y diciéndole palabras dulces, intentaba que se tranquilizara, ya que estas se encontraba gimoteando y sollozando débilmente, con mi otra mano hice un movimiento rápido, saco la bolsa del inventario para sacar la soga, al tenerlo, guardo de nuevo el bolso, ahora con la nueva daga de rojo, comienzo a envolver la empuñadura de la daga con la soga, la verdad es que tengo años que no hago esto, pero nada en el mundo te hace recordar mejor cuando tu vida depende de ello, pensé para mis adentros, con una sonrisa adornando mi rostro,

Sabía que no tenía oportunidad con bruto y salado, al menos no cuerpo a cuerpo, ya que ellos estarían alerta por lo de la habitación con rojo, pensé doblando una esquina metiéndome en un callejón, alejado sin personas a la vista, pero una trampa esa sería la mejor opción, agachándome, puse mi puño envuelto en magia en el suelo, rompiendo el primer bloque, por suerte para mí, estas se encontraba con tierra abajo de la primera piedra y no agua, como tantas otras veces, y comencé a acabar lo suficientemente profundo, luego expandí hacia los lados creando así un pequeño foso, para subir tuve que poner un bloque debajo de mí, cada vez que saltaba hasta llegar arriba, dejando un pequeño camino para yo cruzar.

Adentrándome al callejón, comencé a buscar en mis alrededores algo para cubrirlo, pude ver una tela de color gris podrida, al tomarla esta era lo suficientemente ancha y larga para cubrir parte de ella, aunque fruncí la nariz por el asqueroso, olor que este esparcía, aguantándome, la extendí por el suelo, luego colocándole algunas piedras en sus bordes logré que esta cubriera el foso,

Satisfecho busque el lugar más seguro y alejado del callejón, por suerte, este era un callejón sin salida, acercándome al fondo de dos paredes que se unían, en ese rincón, coloque a Dany bien en vuelta en su fular, para que el suelo duro no la molestara mirándola a los ojos, le dije con seriedad,

—Te dejaré aquí un momento, no llores, no hagas ruido, volveré por ti en un momento.

Apartándome de ella, comencé a colocar los bloques al su alrededor, haciendo así, una pared que la protegería lo suficientemente alta para que no cualquiera pudiera escalarla, esto la protegería brevemente de cualquier cosa.

Asegurando que todo esté en orden, di media vuelta y me alejé del callejón, dirigiéndome al mercado donde todavía los dos idiotas estaban buscándome, me quite la capucha de la capa, mostrando así, mi llamativo cabello.

Ahora, por más que una parte de mí, quisiera hacer una declaración colorida mente ominosa, luego dirigirlos a la trampa y ser todo dramático al respecto, sabía que era una mala idea. Aparte de qué estoy verdaderamente irritado porque ellos me encontraron, así que decidí acabar con esto lo más rápido posible. Simplemente dejé que ellos me vieran, y ellos como buenos chimpancés que son me siguieron, al llegar al callejón, corrí por la parte segura, al doblar la esquina, ellos rápidamente se adentraron al callejón, mirando a los hombres y con mi versión de actor, puse una cara que creería que yo estaba aterrorizado y atrapado.

Ahora que lo observaba bien, ellos parecían verdaderamente enojados, prácticamente corrieron como toros que ven el color rojo, pero antes de qué salado que es quien era más rápido cayera en la trampa este logró ver la tela, no sé si fue suerte o instinto, pero él se detuvo de golpe, pero su compañero no tuvo la misma suerte, bruto prácticamente se estrelló de Bruses, su cara impactó con el borde de la piedra haciendo un ruido feo, este aturdido por el golpe, se terminó deslizando y cayendo al foso.

Bueno, al menos 2 menos, queda uno pensé viendo a salado, parecía sorprendido por segunda vez, éste se recompuso en menos de un parpadeo, camino por la parte segura, pasando la trampa…

—No voy a negar que me ha sorprendido y mucho que hayas matado a rojo, siendo un príncipe mimado y todo eso— sacando su espada corta

—Y ahora finges y haces esto— dijo gesticulando con la espada la trampa.

Mi rostro cambia automáticamente, a uno frío, —bien, así que te diste cuenta, al menos alguien no es tan estúpido— dije colocando mis manos a mi espalda, tomando una posición recta mostrando mi seguridad, sólo para que el no sospechara de la daga con lazo en mi espalda

El hombre, sonrío —Me caes bien mocoso, aunque para mí solo eres una gran mina de oro, y el oro vale más que nada,… además tu.

Pero antes de que él terminara, en menos de un segundo, arroje mi daga, el hombre lo esquivó haciéndose hacia un lado, lo que él no notó, fue el lazo que la envolvía, con un movimiento de mi mano, jale mi lazo de una forma específica, para que este regresara de forma curva, hacia mí, haciendo que de un latigazo, la daga rebanara parte de su cuello y rostro haciendo que el hombre se distrajera por la sorpresa y el dolor,…

Con la mano más rápida de mi vida, coloqué bloques uno tras otro, elevándome por encima del hombre, y agradecí a los cielos de lo rápido que fui, ya que ni siquiera un segundo después Un tajo con su espada de manera lateral, rápido como el viento, fue lanzado donde estaba, este chocó con la piedra, el sonido de la piedra chocando con la espada resonó por el callejón, dejando un corte limpio en esta…

Un segundo menos y me hubiera partido a la mitad con ese golpe,…

Extendiendo mi mano, sacando de mi inventario, el último bloque de piedra, justo cuando salado, había mirado hacia arriba y simplemente lo dejé caer, justo sobre su cabeza, aplastándola contra el suelo, su cabeza exploto como una sandía de vísceras y sangre, saltando y aterrizando en la piedra con la que lo aplaste, le contesté…

—Y para mí, tú solo eres un insecto más.

Ahora, sin interferencia, me dirigí al foso, inclinándome, pude ver a bruto, en una especie de estado de semi conciencia, tomando el bloque de salado, le hice la mismo que a su amigo, pero esta vez, dejándolo caer en su parte baja, aplastando desde su estómago hasta su fémur, el crujir de sus huesos resonaba en mis oídos, junto con su grito, el tipo terminó desmayándose, con calma comencé rompiendo el camino que había dejado para el foso, comencé a bajar, cuando llegue al fondo de este me acerqué al hombre que seguía respirando, sin titubear, apuñale su antebrazo, la daga lo atravesó de lado a lado sin problemas, haciendo qué el hombre, recuperara la conciencia con un grito ahogado,…

—Bienvenido al mundo de los vivos, nuevamente, dime cómo te sientes, tranquilo, no tienes que responder. Es una pregunta retórica— dije, riéndome entre dientes, —y ya que ahora podemos hablar con tranquilidad, te haré algunas preguntas y tú vas a responder con sinceridad, por cada mentira que me digas, bueno,… sólo te diré que no te va a gustar…quizás te haga lo que me querías hacer, quitarme la piel de la cara no es así— dije, agitando mi daga a su rostro.

—Así que iniciemos, no tenemos todo el día, tú te estás muriendo y yo tengo muchas cosas que hacer hoy, como alargar tu sufrimiento— dije con una sonrisa que para mí era tranquilizadora pero para los ojos del hombre eran la sonrisa de un demonio.

Si cualquier persona hubiera pasado cerca del callejón, hubiera escuchado los gritos lastimeros del hombre…

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