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Chapter 8 - Capítulo 8

Cambiando la posición de una Dany dormida, ya que su peso me había adormecido los brazos, miré a Ser William a los ojos, y sabía bien que el hombre era leal, no sé si es a Viserys o a su casa, pero era leal y necesitaba esa lealtad hacia mí.

—Dígame ser William, cuál es su opinión respecto a la magia?

—Magia?— Parecía confundido por mi pregunta —Es sólo un mito, son sólo cosas de imaginación de historias, y los que dicen hacer magia, son solo embusteros, haciendo simples trucos— dijo haciendo un gesto de indiferencia con la mano.

—Y si te contara una historia— dije, inclinándome hacia delante —una de muerte, magia y resurrección, una historia que solo sería posible en imaginaciones, pero que es tan real como tú y yo en esta mesa— dije dándole una sonrisa.

—A qué se refiere su alteza?

—Morí, Ser William, hace algunos días en un callejón, en manos de los mismos que nos cazaban— dije tajantemente.

—Pero volví a la vida, gracias a un milagro y a la magia que corre en mi, y gracias a ese suceso, no sólo la magia que estaba en mí despertó, sino que obtuve conocimientos, que ni siquiera los más eruditos de este mundo soñarían en poseer, pero todo tiene un precio y ese fue morir y olvidar todo lo que alguna vez fui, mis alegrías, mi familia, mi tristeza, y casi todos mis recuerdos

—Todo eso fue arrebatado y borrado, y sólo me quedé con lo nuevo, volviéndome en una persona completamente diferente— dije, sin inmutarme por mentirle.

Jamás diría que mi alma es de otro mundo y que el verdadero Viserys murió, eso sería un secreto que me llevaría a la tumba conmigo.

El hombre parecía estar dividido entre escandalizado y escéptico, luego puso una mirada que reconocí en menos de un segundo, y hizo que entrecerrara los ojos, él creía que yo estaba loco.

—Permíteme demostrarte— dije, apretando la mandíbula.

Con un simple movimiento de mi mano, hice que el vaso que él estaba bebiendo flotara en el aire, con un solo gesto de mi dedo. El vaso de madera se estrelló contra el piso rompiéndose y delante de sus ojos escandalizados, hice un reparo, volviéndolo a su estado anterior, y simplemente hice que el vaso flotara hacia él deteniéndose justo en su cara.

La habitación se sumergió en un silencio sepulcral, el, asimilando todo en silencio, y yo intentando no revolcarme del dolor por usar Magia excesivamente, tuve que morderme la lengua para no gritar, aún así, una pequeña línea de sangre salió por mi nariz, sacando a William de sus pensamientos, con manos temblorosas saco un pañuelo y me lo entregó, lo tomé con un gesto de agradecimiento.

Mientras me limpiaba la nariz, él seguía mirando el vaso flotante con ojos muy abiertos, palpándolo, cruzando su mano desde arriba hacia abajo, me hizo un poco de gracia, parecía un enorme niño corpulento, asustado y fascinado en partes iguales

Sólo después de mucho tiempo, logró tener un poco de compostura, abría y cerraba la boca levemente como si quisiera hablar, pero no encontraba las palabras, pero pude verlo en sus ojos, él me había creído o por lo menos la mayor parte, así que podía estar tranquilo por el momento antes de qué él empezara a hacer preguntas incómodas y que no pudiera responderle, hable.

—Bueno, si no es mucha molestia, me gustaría que me permitieras tomar un baño y si es posible, me gustaría que esta conversación se mantenga entre nosotros— dije aguantando lo que sea que estaba intentando subir por mi garganta

Tartamudeando una respuesta positiva, se levantó torpemente y me dirigió hacia una habitación en el segundo piso, en cuanto a la puerta se cerró, tuve que taparme la boca tosiendo violentamente, pude saborear el sabor metálico en mi boca. En cuanto miré mi mano, esta estaba manchada de sangre.

Sólo fue unos hechizos básicos de primer año, pero la reacción de mi alma y cuerpo fue tan violenta que incluso me sorprendió. Tendría que tener cuidado y usar la magia como último recurso hasta que se me sea posible. Usarla sin problemas

—Sólo unos años más— dije, intentando consolar mi pobre corazón.

Apenas tocaron la puerta, esta se abrió la sirvientas, habían entrado trayendo todo lo necesario para un baño dándoles la espalda, me limpié rápidamente la sangre con el pañuelo, guardándolo en el inventario. En cuanto ellas terminaron de preparar el baño, les pedí que se retiraran.

Pero ellas insistían en bañarme, cosa que obviamente me negué, no quería que nadie viera las cicatrices que me había dejado bruto y sacaran conclusiones y hicieran preguntas.

Aunque intente ser amable, tuve que prácticamente empujarlas fuera de la habitación y cerrar la puerta con llave. Cuando ellas querían, supuestamente tomar a Dany y llevársela para cuidarla, no iba a permitir que la quitaran de mi vista quizás podía confiar en William, pero no en los demás, hasta que estuviera en un lugar relativamente confiable. Ella estaría siempre conmigo.

Si tendría que cargarla como una extremidad más de mi cuerpo, así será.

Registré la habitación mientras el agua se enfriaba un poco, cuando terminé de bañarme, y apenas empezaba a vestirme, tocaron la puerta para decir que el desayuno estaba listo con Dani en los brazos, salí de la habitación Mientras el sirviente me guiaba

Bajando las escaleras, pude sentir su mirada cuando él creía que no estaba viendo ni prestando atención. Una mirada que reconocí bastante bien, al llegar a la mesa, estaba William sentado, esperándome con el desayuno en la mesa

El desayuno se veía bastante bien pan, queso y huevos con fruta, una sirvienta quería ayudarme con Dany, pero me negué con un gesto de la mano.

—Veo que se encuentra muy pegado a la princesa, mi príncipe

—Cómo debe de ser después de todo, ella es mi responsabilidad— le contesté dejando de mirar a Dany para verlo a él, —pero tengo una pregunta para usted, cuál es su plan ahora?

William me dio una sonrisa cálida, cuando miró a los sirvientes. Su cara cambio, comenzó a gritar, órdenes de qué salieran del lugar y que recogieran lo innecesario y de la falta de respeto, porque darse a escuchar una conversación privada. Que si no hacían las cosas bien, iban a conocer su ira.

Cuándo él vio que lo sirvientes no hacían las cosas tan rápido como él quería, comenzó a prácticamente rugirles, que serían castigados y iban a ser despedidos. Que para algo él les pagaba, en cuanto volteo su rostro hacia mí, su mirada se volvió cálida.

parpadee desconcertado, por el cambio tan rápido de tío favorito, hacer un teniente coronel instruyendo a novatos. Tuve que contenerme para mantener mi cara de póquer, aún así, un pequeño atisbo de una sonrisa se formó en mi rostro.

Definitivamente este hombre me cae bien.

—Cuidar de usted y la princesa, su alteza, después de todo, no sólo hice un juramento a la corona, sino también a la reina, de que cuidaría de ustedes dos— dijo

—Eso suena bastante bien— dije, ignorando olímpicamente la manera paternal con la que me hablaba y como por el rabillo del ojo, veía los sirvientes salir corriendo de la habitación como si estuviera en llamas.

—Entonces te pregunto por qué en la habitación en la que estuve, había ropa que debo de suponer que me pertenece por su tamaño, todo desempacado y acomodado, dígame ser William tiene la intención de que nosotros nos quedemos aquí en braavos

—Por supuesto, no hay un mejor lugar que braavos para refugiarnos

Moví la cabeza en señal de acuerdo, —No negaré que braavos es una ciudad hermosa, siempre y cuando se tenga la riqueza necesaria, pero sabes sobre la situación de Poniente y nuestro reciente ataque, no mejora la opción de quedarnos aquí y te contaré por qué— comencé a narrarle lo sucedido en el callejón, cuando fueron a buscar mi cuerpo y la posterior conversación que tuvieron.

—Como ya debes de saber, está más que claro que había un traidor entre nosotros, preparando sus artimañas esperando a que llegáramos

—En efecto alteza, yo mismo maté al traidor con mis propias manos, así que no hay de qué preocuparse— contestó

—Así, y qué te hace pensar que la noticia ya no sé esparció— dije con una ceja pálida arqueada —quizás perdí mis recuerdos, pero… cien mil galeones dorados y un señorío suena bastante tentador para cualquiera— pude notar como hizo una mueca —bueno, por lo que veo, no estabas enterado

—Lamentablemente no sabía la cantidad, no he podido informarme de lo que ha estado pasando desde el otro lado del mar, ya que me he dedicado a sanar y en encontrarlo su alteza

—Está bien, hiciste lo que podías en tu situación y lamento los problemas que te he causado estos días, si hubiera podido recordarte yo mismo te hubiera buscado— el parecía sorprendido por un segundo, luego sus ojos se suavizaron aún más de lo que creí posible.

—Realmente ha cambiado— dijo negando con la cabeza, —Me alegra que sea para mejor su alteza y disculpe mi franqueza— dijo con una pequeña sonrisa.

Fue mi turno de fruncir el ceño, por qué siento que lo dice como si estuviera aliviado? y a qué se refiere para mejor? decido dejar eso de lado por el momento.

—Bueno, como te iba diciendo, no creo que deberíamos quedarnos aquí, posiblemente personas no deseadas sepan dónde estamos, así que quiero que escuches mi plan

Le expliqué en qué consistía mi plan, que era salir de bravos por el acueducto, al que llaman el río de agua dulce que trae agua fresca, procedente de un río en las montañas, si siguiéramos ese camino de piedra, podremos llegar a tierra firme, William se sobresaltó interrumpiéndome antes de terminar.

—Mi príncipe, quizás no lo sepa, pero ese camino está prohibido, todos aquellos que se atreven a caminar por el camino de piedra del río dulce son ejecutados, es incluso una ley escrita por el mismo señor del mar de braavos— dijo

—Sólo si te atrapa mi querido William— dije con una sonrisa pícara en mi rostro —he estado vigilando durante días, sé cuáles son los turnos y el horario para cambiar. Sé por dónde caminan cuando van y vienen incluso tengo el tiempo tomado cuánto dura para cambiar el turno, tengo todo cubierto

—No alteza, me niego a ese plan, entiendo que para usted puede ser un buen plan, ya que estaba solo, pero me tiene a mí. Mi señor podemos tomar un barco hacia Pentos, es mucho más fácil y seguro

—No William, no me estás entendiendo, decidí tomar el camino de piedra y no el muelle por una buena razón— dije tomando un poco de pan con queso, masticándolo tranquilamente, si logré leer bien al hombre, este entendería rápido mi punto, al tragar vi en sus ojos que había comprendido.

—Quieres hacer creer que nos quedaremos a vivir aquí en bravos, cuando en realidad estamos muy lejos, por eso quieres evitar los muelles

A Sentí satisfecho, había entendido gran parte de la razón, No podía decirle que sabía que Varys había sido o sería indultado en algún momento, ni tampoco revelarle que aquel hombre manejaba una red de información tan vasta que se extendía mucho más allá de Poniente… o al menos, eso era lo que parecía en la serie.

—En parte, nos vieron llegar, pero nunca salir. Claro, no me malinterpretes… será cuestión de tiempo para que descubran que no estamos viviendo en Braavos. Pero cuando lo hagan, ya habremos cumplido nuestro objetivo: estaremos muy lejos de aquí, y sin que ellos tengan idea de dónde nos encontramos— dije, encogiéndome de hombros.

William parecía pensativo y, tras un suspiro cansado, dijo —Si logramos afinar algunos detalles del plan, podemos hacerlo

—Bien, ahora que tenemos tiempo, me gustaría que me contaras cómo era antes… y ya que estamos en eso, también la historia de cómo terminamos en esta situación— pregunté, con una sonrisa, feliz ahora porque las cosas se iban a poner en marcha

—Ah, y antes de que se me olvide: sé que consideras este lugar seguro, cómodo y todo eso… pero es bastante curioso que los sirvientes tengan una actitud tan alarmante. De esas que parecen esperar el momento justo para traicionarte.

William parecía a punto de levantarse, con el rostro dividido entre la sorpresa y la furia.

Le hice un gesto con la mano.

—Está bien, no importa. Nos iremos de todos modos, y hasta ahora no han hecho nada… todavía. Sólo te lo digo para que no te pongas demasiado cómodo entre ellos… y estés atento. Muchos de esos sirvientes tienen una mirada encantadora… ya sabes, de esas que no dudarían en clavarte un puñal en la espalda si se les presenta la oportunidad.

William apretó la mandíbula, visiblemente tenso, pero respiró hondo, como si se obligara a tragarse la irritación. Se pasó una mano por el rostro, intentando calmarse, y finalmente asintió con un gesto breve.

—Entiendo…— dijo al fin, con la voz aún cargada, pero más controlada.

Me percaté de que, aunque estuviera molesto, él estaría atento. Solté un suspiro aliviado; no quería que el primer potencial aliado que tenía en este mundo fuera traicionado y asesinado. Por eso le había dado la advertencia… no para causar conflicto, sino para evitar una tragedia.

El silencio que quedó entre nosotros no fue incómodo, sino necesario. William se acomodó en el asiento, su expresión se suavizó poco a poco, y entonces comenzó a contarme todo lo que sabía.

Algunas cosas ya las conocía por la serie, pero otras me resultaron nuevas. Me habló del secuestro de Lyanna Stark a manos de Rhaegar, de la rebelión de Robert, de quiénes los apoyaron… y de muchas otras cosas que la serie apenas mencionaba o pasaba por alto.

Me pregunto si él Jon Snow de los libros, es hijo de Rhaegar cómo en la serie

Me contó cómo estuvo en la Fortaleza Roja como caballero de la Guardia Real, y como fue reubicado a Rocadragón junto a la reina Rhaella por órdenes del rey. La muerte de la reina en el parto de Dany y la posterior destrucción de la flota real por una poderosa tormenta.

—La guarnición quería traicionarnos, entregarte a ti y a la princesa a Stannis. Pero Addam escuchó lo que estaban tramando y no perdió el tiempo. Vino a buscarme enseguida, y entre los dos con ayuda de otros tres leales y la nodriza de la princesa, conseguimos sacarlos del castillo antes de que hicieran su jugada— dijo

Una chispa de energía se encendió en su mirada al narrar los hechos. Mientras tomaba un trago de su copa, siguió hablando

Como uno de los leales había sido el traidor desde el principio. Apenas llegamos a Braavos, reveló sus verdaderas intenciones y trajo consigo a cuatro mercenarios. A causa de ello, los otros dos leales murieron… y también la nodriza de Daenerys. William les hizo frente como pudo, conteniéndolos mientras yo escapaba con Dany.

Mientras desayunaba, lo escuchaba narrar la pelea: cómo le causaron la herida que lo dejó sin fuerzas para seguir luchando, y cómo, por culpa de eso, tres de los atacantes salieron a perseguirme. Cómo gracias a la intervención de Addam que no lo mataron.

Mientras hablaba, gesticulaba con entusiasmo, incluso imitaba el sonido de las espadas, como si sólo recordar aquel momento lo emocionara. Sin darme cuenta, empecé a sonreír; su energía era contagiosa.

No parecía fingido. No me hablaba como si fuera un niño, ni buscaba impresionar. Era simplemente un hombre siendo él mismo. Y creo que fue esa autenticidad lo que me hizo confiar en él.

Una de las mejores decisiones que tomé en ese momento.

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