En el edificio del Hokage.
Sarutobi Hiruzen sacó la bola de cristal, entrelazó lentamente los dedos y formó un sello.
"La Técnica del Telescopio…"
El chakra fluyó, y unos instantes después la imagen se aclaró dentro de la esfera.
Might Guy y Uzumaki Naruto aparecieron reflejados en su interior.
Ambos corrían uno tras otro por las calles en las afueras de Konoha, levantando polvo y atrayendo la atención de innumerables transeúntes.
"¡Naruto!"
Might Guy sacudió su característica cabeza de sandía mientras gritaba:
"¿Todavía te quedan reservas de fuerza física?"
Naruto Uzumaki, sin saber de dónde sacaba energía, apretó los dientes y rugió:
"¡Suficientes!"
"¡Nada mal! ¡Muy enérgico!"
Might Guy mostró una sonrisa de absoluta satisfacción.
Ese nuevo discípulo que había aparecido de la nada… era exactamente el tipo de alumno que siempre había querido.
"¡Naruto, vamos a acelerar!"
Hizo un gesto amplio con el brazo.
"¡No te quedes atrás!"
Sarutobi Hiruzen cerró los ojos y disipó la técnica.
La bola de cristal volvió a quedar en silencio.
Su expresión era compleja.
Aunque aquel encuentro había sido inesperado, el cambio en Naruto ya era evidente. Tal vez, muy pronto, ni siquiera quienes lo conocían desde pequeño podrían reconocerlo.
…
La campana de la escuela sonó.
Iruka Umino entró al aula con el libro de texto bajo el brazo. Al mirar alrededor, no pudo evitar asentir con satisfacción.
Todos los estudiantes habían llegado.
Entonces, su mirada se detuvo en Naruto.
La comisura de su boca se torció ligeramente.
'¿Qué demonios lleva puesto Uzumaki Naruto…?', pensó.
¿Este chico finalmente había perdido la cabeza?
"Bien, todos, saquen los libros."
Iruka respiró hondo y decidió ignorar por completo la nueva vestimenta de Naruto. La clase debía continuar.
Hinata miraba el libro frente a ella… pero no leía una sola palabra.
Era la primera vez que su mente divagaba así durante clase.
Sin darse cuenta, pensaba en el almuerzo.
En Shima.
Naruto, por su parte, escuchó unos minutos antes de que sus pensamientos volaran hacia Might Guy.
El día anterior había entrenado hasta el límite.
Había corrido, saltado y golpeado hasta perder el conocimiento.
Pero, extrañamente, tras una sola noche de sueño profundo, toda la fatiga había desaparecido.
Su cuerpo se sentía ligero, como si nunca hubiera estado exhausto.
Después de clase, Iruka regresó a la oficina, reflexionando sobre el contenido de las próximas lecciones.
…
"¡Sasuke-kun!"
Yamanaka Ino apareció frente a Sasuke Uchiha sosteniendo dos cajas de almuerzo.
Sasuke tomó la suya y dijo con voz neutra:
"Gracias."
Al mismo tiempo—
"¡Naruto-kun!"
Sakura apareció frente a Naruto con dos cajas de almuerzo en las manos.
"¡Huele increíble!" Naruto se limpió las comisuras de la boca, sonrió con gratitud… y luego suspiró con tristeza.
"Es una lástima que no pueda comer tu bento todos los días."
Después de todo, cuando Sakura no cocinaba para él, sus comidas consistían únicamente en fideos instantáneos.
"¿Quieres aprender?" Sakura lo miró con una sonrisa.
"Puedo enseñarte. En tres días te daré una receta."
"¡Gracias, Sakura!"
Naruto mostró una sonrisa tan amplia que sus dientes casi brillaron.
Shima se levantó en silencio.
Tras despedirse brevemente de Hinata y Chino, salió del aula.
Hoy no tenía tiempo que perder almorzando tranquilamente.
Había decidido comenzar el entrenamiento del Método de Respiración de los Siete Cielos.
Era una lástima que, aunque aquel dios le había otorgado innumerables técnicas ninja, muy pocas alcanzaban el nivel S… y ninguna era una técnica prohibida.
…
Mientras tanto, Chino almorzaba junto a Hinata.
De pronto, preguntó con naturalidad:
"Hinata, mañana es día festivo. ¿Cómo planeas pasarlo?"
"La… la pasaré practicando en casa."
Hinata respondió en voz baja.
"¿Y si sales a jugar durante las vacaciones?"
Chino sonrió.
"Podrías practicar conmigo… y con Shima."
Hinata levantó la cabeza de golpe.
"¿P-puedo… puedo hacerlo?"
Sus ojos se iluminaron, especialmente al escuchar el nombre de Shima.
Pero, casi de inmediato, bajó la mirada y negó con tristeza.
"No… mi padre no me deja salir libremente."
Desde aquel incidente, Hinata debía ir acompañada por un guardia si salía sola.
Además, ahora que había ingresado a la Escuela Ninja —y compartía clase con un Uchiha—, su padre era aún más estricto.
Siempre le repetía que, por el honor del clan Hyūga, debía entrenar más.
Que no podía quedar por debajo del clan Uchiha.
"Oye, no te preocupes por eso."
Chino sonrió con confianza.
"Además… fue Shima quien me pidió que te preguntara."
"...S-sí."
Hinata bajó la cabeza y siguió comiendo, su voz apenas audible.
"Perfecto. Entonces le diré a Shima que aceptaste."
Al pensar que podría pasar tiempo con Shima —aunque solo fuera entrenando—, las mejillas y orejas de Hinata se enrojecieron de inmediato.
La mano que sostenía los palillos tembló ligeramente.
"Recuerda algo importante", añadió Chino con seriedad fingida.
"Cuando vaya a recogerte, intenta no mencionar el nombre de Shima delante de tus padres. Si no, el plan se descubrirá."
"O-oh…"
Hinata asintió con una expresión torpe, dulce y completamente desarmada.
Luego levantó la vista, confundida.
"Chino-kun… ¿qué fue lo que acabas de decir?"
Chino:
"…"