Al llegar a su destino, Káiser y Lilith descendieron del microbús. Sus pasos eran lentos y el
silencio reinaba entre ellos hasta que Káiser lo rompió:
— ¿Cuándo?
— ¿Cuándo qué? —preguntó Lilith , con una mirada de confusión.
— Cuando me contarás lo que pasó ayer —respondió Káiser, deteniéndose y mirándola
directamente a los ojos.
Lilith lo miró por un momento, luego suspiró y dijo:
— Está bien, te lo contaré.
Lilith le explicó que era una agente de una organización llamada "Los Cazadores Nocturnos",
dedicada a regular la maldad en el mundo y protegerlo de seres malignos como demonios,
espíritus y criaturas oscuras. El gato demonio que atacó a Káiser era uno de esos seres.
— ¿Entonces son como los Hombres de Negro, pero con criaturas malignas en lugar de
alienígenas? —preguntó Káiser, con una mezcla de incredulidad y curiosidad.
—Más o menos —respondió Lilit.
Káiser la miró fijamente, todavía tratando de procesar todo lo que estaba escuchando.
—Pero eso no explica qué pasó conmigo ayer —dijo—. ¿De dónde salió ese poder? ¿Quién
soy yo?
Lilith le respondió con calma:
—Esa es la segunda parte de la historia. Como nos encargamos de seres sobrenaturales,
necesitamos gente sobrenatural. Personas con una bendición.
— ¿Una bendición? —preguntó Káiser, sin comprender del todo.
—Sí. Un poder con el que naces, un regalo de Dios —explicó Lilith —. Lo que demostraste
ayer fue tu bendición.
Káiser quedó tan sorprendido que no podía hablar.
Lilith lo vio y le dijo:
—Entiendo que estés atónito por esto. Yo también lo estuve cuando me lo dijeron. Pero ahora
que ya te lo expliqué, quiero que me hagas el favor que te dije.
Káiser, aún atónito, dijo:
—Aah, ¿cuál es ese favor?
Lilith respondió:
—Káiser, quiero que te unas a nuestra organización.
Káiser, aún sorprendido, dijo:
— ¿Cómo?
Lilith :
—Ayer, cuando vi tu poder y cómo peleabas, me dejaste impresionada y maravillada. Quiero
que te nos unas. Serías un gran elemento para nuestra organización. Ayudaríamos a muchas
personas.
Káiser rápidamente le dijo:
—Espera, ¿cómo quieres que me una? Apenas me estoy enterando de todo esto. Quieres que
me una a una organización para pelear con el mal y proteger al mundo. Lo siento, suena
genial, pero apenas soy un muchacho de 14 años y estoy estudiando. Además, prefiero
mantenerme como estoy, con una vida normal. Lo siento.
Lilith le dijo:
—Pero Káiser, tienes una habilidad, una bendición, algo que muchos quisieran tener. ¿No
quieres aprender a usarla? ¿No quieres tener grandes aventuras?
Káiser le respondió:
—No, eso suena genial de verdad, pero si te soy sincero, no estoy listo para eso, para ese tipo
de vida. Lo siento, no puedo aceptar.
Lilith , con tristeza en su voz, dijo:
—Okey, lo entiendo. Pero si cambias de opinión alguna vez, aquí está mi número.
Káiser dijo:
—Okey, muchas gracias, aunque no creo que eso suceda.
Lilith :
—De igual manera, tómalo. Nunca se sabe. Como dijo una vez un evangélico, la última
palabra la tiene Dios.
Káiser dijo:
—Je, cierto. Pero bueno, es hora de despedirnos, Lilith . Fue un gusto conocerte.
Lilith :
—Sí, también fue un gusto conocerte, Káiser. Espero que nuestros caminos se crucen otra
vez.
Káiser se despidió con un poco de melancolía porque, aunque se había negado, una parte de
él deseaba aceptar.
Ambos se despidieron y tomaron diferentes caminos. En ese momento, a Lilith le llegó una
llamada. Ella respondió:
—Aló, no, no señor, no acepto.
Se escuchó una voz del otro lado del teléfono:
—Ya lo sé, Lilith . Es triste, pero este mundo no es cualquiera. Tú lo sabes.
Lilith respondió:
—Lo sé, pero me hubiera gustado que aceptara.
Y la voz respondió:
—Yo también, pero qué se le va a hacer. Ahora regresa.
Lilith se despidió de Káiser y se dirigió hacia un portal dimensional que la llevaría de regreso
a la sede de Los Cazadores Nocturnos. Mientras caminaba por el umbral interdimensional,
no podía evitar pensar en el joven y en su potencial. Era evidente que tenía una gran fuerza
dentro de él, y que con el entrenamiento adecuado, podría convertirse en un poderoso aliado.
Sin embargo, también era consciente de que Káiser era solo un niño, y que no era justo
presionarlo para que tomara una decisión tan importante tan pronto. Solo él podía decidir si
estaba listo para unirse a la lucha contra el mal que amenazaba con consumir al mundo.
Al llegar a la sede, Lilith se reunió con el líder de la organización, un hombre conocido solo
como "El Maestro". Le informó sobre su conversación con Káiser y sobre su negativa a unirse
a ellos.
El Maestro, con su mirada penetrante y serena, escuchó atentamente su relato y luego dijo:
—No te preocupes, Lilith . No podemos obligarlo a unirse a nosotros. Debe ser su propia
decisión. El camino hacia la defensa del mundo debe ser elegido con total libertad.
—Pero Maestro, tiene tanto potencial —argumentó Lilit, con un tono de frustración en su
voz—. Podría ser un gran guerrero.
—Lo sé, Lilith —respondió el Maestro con calma—. Pero también es importante que sea feliz.
Si no está listo para esta vida, llena de peligros y sacrificios, no podemos obligarlo. La
felicidad es una fuente de poder tan grande como la fuerza bruta.
Lilith suspiró, aceptando la sabiduría del Maestro.
—Tienes razón —dijo—. Solo espero que algún día cambie de opinión y se una a nosotros
en la lucha por el bien.
—Yo también lo espero —dijo el Maestro—. Mientras tanto, continuemos con nuestro
trabajo. Hay muchas otras personas que necesitan nuestra ayuda. El mundo está lleno de
almas que necesitan protección y guía.
Lilith asintió con solemnidad y se dirigió a su habitación para descansar. A pesar de la
decepción por la negativa de Káiser, todavía tenía la esperanza de que algún día se uniera a
ellos. Sabía que tenía el potencial para hacer una gran diferencia en el mundo, y que su
bondad y valentía serían invaluables en la batalla contra las fuerzas del mal...