Káiser regresaba a casa pensativo, repitiendo para sí mismo: "Bueno, a seguir con mi vida".
Al llegar, abrió la puerta y dijo: "¡Mamá, ya llegué!".
Sin embargo, no recibió respuesta. La buscó por toda la casa, llamando su nombre, pero no
la encontró. La casa estaba abierta, lo que le extrañó aún más.
"Mamá, ¿dónde estás?", preguntó en voz alta. "¿Dónde puede estar esta señora? Debe estar
aquí."
Káiser vio el teléfono de su casa en la mesa y decidió llamarla. Sin embargo, el teléfono de
su madre sonó en su bolsillo. Lo sacó y vio que era el mismo número que estaba llamando.
"¿Pero si el teléfono de mi madre está aquí, ¿dónde está ella?", se preguntó, cada vez más
preocupado.
Llamó a su padre, Geraldo, para preguntar si su madre estaba con él, pero no era así. La
preocupación de Káiser aumentó. Llamó a varios familiares, pero nadie sabía dónde estaba
su madre.
De repente, vio un papelito en la mesa del comedor. Lo leyó y una ola de emociones lo
recorrió: preocupación, ira, miedo.
La nota decía:
Hola Káiser, soy aquel gato al que dejaste ir. Como agradecimiento, me llevé a tu madre a
tomar un paseo. Pero creo que no va a soportar estar mucho tiempo conmigo. Te sugiero que
vengas a buscarla. Te esperaré en un almacén en el centro de San Félix, por la casa de la
mujer, a las 8 pm. Ahí te encontrarás con alguien que te llevará al almacén. Te espero, con
amor, tu amigo el gato demonio jajaj...
Káiser, furioso y preocupado, miró la hora: eran las 6:30. Todavía tenía tiempo, pero no sabía
qué hacer. Se maldijo por haber dejado ir al gato. Se sentía frustrado y culpable, pensando
que por su culpa su madre estaba en peligro.
Káiser respiró hondo, tratando de calmarse. Tenía que pensar rápido y actuar con astucia.
Solo tenía una hora y media para llegar al almacén y encontrar a su madre.
Decidió tomar un baño y cambiarse de ropa. Recordó el número que Lilith le había dado y
decidió llevárselo. Tomó un taxi para llegar al lugar y, mientras estaba en el camino, decidió
llamarla. Después de explicarle la situación, ella aceptó ayudarlo.
Káiser bajó del taxi y llegó al punto de encuentro. Un hombre extraño se le acercó y le
preguntó: "¿Eres Káiser?". Káiser respondió con enojo: "Sí, llévame a dónde está mi madre".
El hombre le dijo: "Cálmate, ya te llevo con ella. Sígueme".
Káiser siguió al hombre hasta un almacén viejo. Cuando llegaron, el hombre le dijo: "Entra,
te está esperando". Káiser entró al almacén, que estaba oscuro. Mientras caminaba, sentía
que lo estaban mirando. De repente, se encendieron las luces y revelaron al gato demonio y
a su lado a la madre de Káiser, Sara, amordazada.
Káiser gritó "¡Mamá!" y corrió hacia ella, pero unos hombres lo detuvieron. El gato le dijo:
"Ah, Káiser, ¿en verdad crees que te voy a entregar a tu madre tan fácilmente? No, te haré
pagar por lo que me hiciste".
Káiser le respondió: Pero ¿qué te hice? Más bien te dejé ir, te dejé vivir". El gato, algo
molesto, le contestó: "Sí, lo hiciste, pero no puedo perdonarte. Básicamente me rechazaste,
dejando en claro que era débil. Para un demonio, eso es un insulto, una vergüenza que un
humano lo perdone. Antes era conocido como uno de los demonios más poderosos de esta
zona, pero ahora, por tu culpa, mi reputación ha caído".
El gato continúo: "Además, Káiser, déjame decirte algo. Jamás confíes en un demonio".
Káiser le respondió: "¡No es mi culpa! Además, ¿por qué debes meter a mi madre en esto?
Es entre tú y yo". El gato respondió: "No, Káiser, tú hiciste trizas mi reputación. Ahora voy
a devolverte el favor comiéndome el alma de tu madre, pero antes voy a matarte".
Káiser le dijo: "¿Ja, y cómo lo vas a hacer si antes te vencí?". El gato respondió: "Puede ser,
pero hice que mis ayudantes me mataran. Y tú sabes qué significa cuando pierdo una de mis
vidas". Káiser se sorprendió.
El gato continuó: "Sí, ahora tengo siete veces más poder del que tenía antes. Soy imparable
ahora, jajá. Bueno, mucha charla, es hora de acabar contigo así que prepárate, Káiser, y saca
tu espada".
Káiser pensó: "Rayos, no solo es más fuerte que antes, sino que, además, si se puede activar
nuevamente esa bendición". El gato le dijo: "¿Qué tanto esperas? Activa tu poder de una vez,
¿o es que acaso no lo puedes usar?".
Káiser no pudo decir nada. El gato comenzó a reír: "¡Jajaja! No puedes, entonces no puedes
usar tu poder. Vaya, entonces esto será muy fácil".
El Gato ataca a Káiser, pero antes de que ataque, Káiser se detiene y dice: "No tengo ganas
de matarte. Mejor voy a hacer algo divertido. Antes de matarte, voy a hacer que veas cómo
tu madre es mutilada ante tus ojos". Káiser le dice: "No, por favor, déjala ir y toma a mí". El
gato se ríe y ordena a sus hombres que lo detengan y que maten a su madre.
Káiser grita "Mamá" y ve cómo su madre llora. Comienza a sentir dolor en su corazón,
impotencia y ira. Escucha la voz extraña en su mente otra vez que le dice: "¿Qué esperas?
Usa tu bendición, úsala, Káiser, y acaba con ellos. Tú sabes lo que debes hacer". Káiser
responde: "No puedo. Aunque pueda usarla, no creo que pueda vencerlo y, además, mi madre
puede usarla como escudo. A pesar de tener poder, no puedo usarlo para proteger a mi madre.
Todo esto es culpa mía. Lo siente, mamá, perdóname".
El gato se comienza a reír de la cara de tristeza y frustración de Káiser. Jajajaja, si eso era lo
que quería ver, esa cara. Pero de repente, cuando están a punto de matar a Sara, escucha una
voz que dice: "No lo permitiré". Los hombres que iban a matar a la mamá de Káiser se
desmayan y aparece una muchacha que dice: "Vaya, llegué justo a tiempo, ¿no lo crees,
Káiser?" Káiser se da cuenta de que es Lilith .
El gato dice: "¿Qué? ¿Tú otra vez?" y ella responde: "Hola, ¿cómo te va?". El gato le
pregunta: "¿Qué haces aquí?" y ella responde que no está allí para salvar a la mujer, sino para
enfrentarlo. El gato dice: "Ja, si crees que por acabar con algunos de mis hombres ya venciste,
estás equivocada. Aún me quedan muchos hombres". Ella responde en serio y cuando el gato
voltea a ver, se da cuenta de que todos sus hombres están desmayados.
Ella dice: "De verdad, ¿crees que iba venir sola?" y aparecen varias personas. El gato
pregunta qué hacen allí y ella responde que son la organización de cazadores, "Los Cazadores
Nocturnos", y que vienen a darle una ayudadita a su amigo Káiser.