Nick Fury no era un hombre que se fiara fácilmente. Su mundo era uno de sombras, secretos y amenazas que la mayoría de la gente ni siquiera podía concebir. Y ahora, en medio de la creciente crisis de los super-humanos, un nuevo jugador había aparecido en el tablero, uno que era completamente desconocido para los protocolos de S.H.I.E.L.D.
Sentado en la oscuridad de su centro de operaciones, la pantalla holográfica flotando ante él, Fury repasaba las imágenes de nuevo. El "chico araña", como lo habían apodado, era un fantasma. Había aparecido en Afganistán, ayudando a Stark, y luego se había esfumado. Reapareció en Queens, con un estilo de lucha único y el uso de "telarañas" que desafiaban la física conocida. Y ahora, en la confrontación de Stark con Stane, allí estaba de nuevo, moviéndose con una velocidad que incluso los ojos de S.H.I.E.L.D. tenían problemas para seguir.
"Es una firma anómala, Director," informó Agent Coulson, su voz calmada y profesional. "No coincide con ningún registro conocido. No hay historial de pruebas en el Proyecto Renacimiento, ni conexiones con la rama Hydra, ni actividad mutante detectada que explique esto."
Fury resopló. "Lo sé, Coulson. Y eso es lo que me preocupa. ¿De dónde viene? ¿Por qué ahora? Y lo más importante, ¿por qué Stark no lo ha mencionado?"
La relación con Tony Stark era un tira y afloja constante. Tony era un activo valioso, pero un lobo solitario, reacio a someterse a la autoridad. La existencia de este "Spider-Man", trabajando de alguna manera con Stark, era una bandera roja para Fury. Significaba que había variables incontroladas, y a Fury no le gustaban las variables.
"La hipótesis inicial es que Stark lo ha reclutado," dijo Maria Hill, su tono siempre eficiente. "Una especie de activo no oficial. La forma en que se comunican, los patrones de los incidentes... encaja."
"Stark no es de los que comparten sus juguetes nuevos," replicó Fury, su único ojo fijo en la imagen de Spider-Man columpiándose entre los edificios. "Lo cual significa que esto es algo que él quiere mantener en secreto. Y si Stark quiere mantenerlo en secreto, es porque es algo que S.H.I.E.L.D. necesita saber."
Fury se puso de pie, su gabardina oscura balanceándose con su movimiento. Caminó hacia el panel de control, sus dedos trazando la silueta del vigilante en la pantalla.
"Quiero un equipo. Un pequeño equipo, encubierto, de élite. Quiero que lo localicen. No un rastro de telaraña, no una foto borrosa. Quiero un nombre. Quiero una dirección. Quiero una identidad."
"¿Contactarlo directamente, señor?", preguntó Coulson.
"No," respondió Fury tajantemente. "Aún no. Este chico tiene un sentido de la justicia. Ha estado deteniendo crímenes menores en Queens antes de los incidentes de Stark. Eso es bueno. Pero su nivel de poder, su falta de transparencia... es un comodín. Y necesito saber qué mano tiene antes de que decida jugarla."
"Inicien la Operación: Hilo Fantasma," ordenó Fury. "Quiero que se infiltren en su entorno. Observen su rutina. Sus amigos. Su familia. Quiero que cada movimiento, cada palabra, cada respiración de este 'Spider-Man' sea monitoreada. Y cuando tengamos una imagen completa, y solo entonces, decidiremos nuestro próximo paso."
Los agentes asintieron y comenzaron a ejecutar las órdenes. Fury se quedó solo en la sala, sus ojos fijos en la imagen de Spider-Man. El universo se estaba volviendo un lugar más concurrido, con dioses, monstruos y hombres en armadura volando por ahí. Y ahora, un chico, o lo que fuera, con el poder de una araña. El futuro de los Vengadores se acercaba, y Fury necesitaba saber exactamente con qué tipo de piezas tendría que jugar. Este "Spider-Man" era una de las más enigmáticas de todas.