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Chapter 28 - Capítulo 29: La Llamada Desesperada y la Solución Inesperada

La agonía del envenenamiento por paladio era una constante, un dolor sordo que nunca lo abandonaba. Tony Stark había probado todo, o al menos, todo lo que su genio podía concebir. Las viejas grabaciones de su padre, Howard Stark, se reproducían una y otra vez, buscando una pista, una inspiración, cualquier cosa que pudiera detener el tic-tac de la muerte. La Expo Stark se acercaba, y Tony se veía obligado a mantener una fachada de control, mientras por dentro, se desmoronaba.

La aparición de Ivan Vanko y sus drones en la Expo fue el catalizador. War Machine, pilotado por Rhodey, se enfrentaba a los drones. Pero Vanko era un genio retorcido, y sus creaciones eran demasiado para un solo Iron Man (o dos). Tony sabía que necesitaba una solución, y rápido. La inspiración le llegó en las viebras grabaciones de su padre, revelando la verdadera naturaleza del reactor de arco y un nuevo elemento.

Mientras Tony trabajaba frenéticamente en su taller, construyendo el nuevo reactor de arco con el elemento alternativo que lo salvaría, el comunicador que le había dado a Spider-Man se activó con una vibración inusual. No era la señal codificada de Spider-Man. Era una llamada de voz, más urgente de lo habitual, y con una punzada de preocupación que Tony no había esperado.

"Señor Stark," la voz de Peter resonó, con un matiz de su habitual juventud, pero también una preocupación palpable. "He estado siguiendo las noticias. ¿Está bien? Lo de Vanko... es grave."

Tony gruñó, sin levantar la vista de su trabajo. "Estoy en ello, Araña. Solo concéntrate en mantener limpia tu ciudad. Esto es de grandes ligas."

"Pero, señor Stark," continuó Peter, ignorando la advertencia de Tony. "Las cosas con Vanko, el control de los drones... si necesita ayuda, puedo... puedo infiltrarme. Soy bueno en eso. Soy rápido. Y he estado observando los patrones de sus ataques. Hay una debilidad."

Tony detuvo su trabajo. Una debilidad. El chico araña tenía razón. Los drones de Vanko eran potentes, pero sus patrones de ataque eran repetitivos, casi robóticos. Tony, en su desesperación, había estado demasiado concentrado en el veneno en su sangre y en la amenaza directa a su vida para notar los detalles más finos. Pero Peter, desde la distancia, con su visión periférica de la ciudad, sí lo había hecho.

"¿Qué debilidad?", preguntó Tony, su tono ahora más agudo, más interesado.

Peter le explicó los patrones que había observado: los tiempos de recarga de los látigos de los drones, la forma en que se coordinaban los ataques, la dependencia de Vanko en un nodo central de control que parecía ser su punto ciego. Los detalles eran precisos, observados con una perspicacia que impresionó a Tony. Peter incluso sugirió que la debilidad podría estar en la fuente de energía de los drones, algo que Vanko no estaba optimizando correctamente.

"La energía es inestable, señor Stark," explicó Peter. "Demasiado poder forzado en un sistema que no está diseñado para ello. Crea picos de energía que podrían ser explotados."

Tony asintió para sí mismo. Era una teoría arriesgada, pero tenía sentido. Era el tipo de pensamiento lateral que él mismo usaría. Y el chico lo había hecho desde Queens, solo con ver las noticias y sus propios sentidos.

"Bien, chico," dijo Tony, su voz un poco menos grave. "Escucha con atención. Voy a la Expo. Vanko está allí. Si necesito un 'Spider-Man' para deshabilitar esos drones desde adentro, te lo haré saber. Pero quiero que te mantengas fuera del alcance. Esto va a ser un campo de batalla."

"Entendido, señor Stark," respondió Peter, con un tono de alivio palpable. "Estaré listo. Buena suerte."

Tony colgó, una nueva determinación en su mirada. El "chico araña" había encendido una chispa. No solo una pista sobre la debilidad de Vanko, sino un recordatorio de que no estaba solo en esto. Mientras terminaba de construir su nuevo reactor de arco, el que lo salvaría de la muerte y le daría un nuevo comienzo, una idea comenzó a formarse en su mente. Una idea para un equipo. Una idea para un futuro.

La Expo Stark se había convertido en el escenario de la batalla final con Vanko y sus drones. Tony, ahora con su nuevo reactor y una armadura Mark VI completamente optimizada, se lanzó a la refriega junto a Rhodey en War Machine. La lucha era brutal, la ciudad temblaba. Pero con la ayuda de la información de Peter, Tony pudo enfocarse en los puntos débiles de los drones, explotando sus fallas energéticas con precisos rayos repulsores.

En medio del caos, Peter, como Spider-Man, había logrado infiltrarse en el área de la Expo. Desobedeciendo, una vez más, las órdenes directas de Tony. Se movía entre la multitud en pánico, usando su agilidad para deshabilitar discretamente algunos de los drones desde tierra, atacando los mismos puntos de energía que había identificado. Eran pequeñas acciones, imperceptibles en la gran batalla, pero cruciales. Ayudó a guiar a civiles a zonas seguras, sus telarañas actuando como barreras improvisadas.

La batalla culminó con la derrota de Vanko, en una explosión masiva que Peter apenas logró evitar. La ciudad estaba a salvo, Iron Man había prevalecido, y Peter había sido un silencioso, pero vital, factor en la victoria.

Al día siguiente, mientras el mundo celebraba a Iron Man, Tony Stark, ahora sano y vivo, envió un mensaje al comunicador de Peter.

"Araña. Buen trabajo en el desfile. Tus observaciones fueron... útiles. Resulta que sí tienes un buen ojo para los problemas. Y para la solución. Tenemos que hablar. En persona. Quiero que conozcas a alguien."

El corazón de Peter dio un vuelco. Un encuentro cara a cara. Y la mención de "alguien". ¿Significaba esto que finalmente conocería a S.H.I.E.L.D.? ¿O algo más grande? La vida de Spider-Man estaba a punto de volverse mucho más oficial.

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