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Chapter 15 - Capítulo 15 Thor

Capítulo 15 Thor parte 2

 

Korr terminó temprano con su labor de dios. En el último año,

las cosas habían estado en calma, tanto en la Tierra como en sus dominios, sin

que se presentara ningún incidente significativo que amenazara la paz de la

galaxia, la Tierra o su propia paz, que era lo más importante.

En este último año, las cosas en la Tierra marchaban según lo

previsto, con los humanos siendo preparados de forma sutil para hacerse cargo

de la administración de la galaxia y del desastre que surgiría luego de la

caída del imperio goa’uld en la mayor parte de la galaxia.

Korr no planeaba renunciar a su territorio, aunque no pensaba

seguir actuando como un dios. Para ello, desde un principio había preparado a

sus jaffas, liberándolos y creando un contrato de siervo en lugar de uno de

esclavitud. También les había dicho varias veces que él era su emperador y no

su dios, por lo cual no podrían argumentar que él era un falso dios en caso de

una rebelión jaffa, algo que Korr necesitaba que sucediera para quitarles su

ejército a los goa’uld restantes y evitar que armaran rebeliones o tuvieran

ideas sobre conquistas futuras.

Korr se transportó y llegó a su sala de computadoras, porque

hoy sacaría al mercado su juego de Shaiya mejorado.

El juego tenía cuatro meses de retraso debido a que las

empresas de hardware no habían lanzado los nuevos modelos de computadora, a

pesar de haberles proporcionado toda la información, planos detallados y

recursos necesarios dos años antes. Sin embargo, año y medio después,

anunciaron que era demasiado difícil y que sus costos se habían triplicado.

Korr sabía que los costos se habían reducido a menos del diez

por ciento, ya que los había guiado en el proceso sin necesidad de

investigación ni pruebas de funcionalidad. Esto lo enfureció, ya que

significaba que sus juegos también se retrasarían.

El mercado capitalista era una decepción, habían pisoteado

sus sueños de la infancia para obtener más beneficios. Lo peor era que les

había funcionado, y la gente desesperada no esperó ni un día para ofrecer hasta

veinte veces el costo de una computadora y asegurar una, de la producción

limitada que las principales empresas anunciaron.

Korr no dijo una palabra, a pesar de tener un acuerdo con los

líderes de las dos empresas responsables de este desastre de avaricia. Él llamó

a 04 y le dijo que en cuatro meses quería que la industria africana lanzara

computadoras con especificaciones un veinte por ciento más potentes que las que

lanzarían las empresas de EE. UU.

A Korr no le importaba si tenía que aportar todos los

recursos o usar las bioesferas para construir las fábricas y las empresas para

la producción de piezas. Esas empresas, por pura avaricia, le habían infligido

el golpe más duro desde que llegó a este mundo, y pagarían caro por ello.

Cuando 04 utilizó a sus esclavos lobotomizados para anunciar

las nuevas tecnologías del Imperio Africano, obra de Korr para protegerse de

cualquier mal uso por parte del gobierno de EE. UU., de la tecnología que él

ponía en sus manos, las empresas de hardware estadounidenses que se habían

aliado para obtener máximos beneficios sufrieron una reprimenda social

contundente y enérgica.

Las empresas intentaron excusarse y acusar al imperio

africano de mentir, pero los esclavos de 04 mostraron un prototipo de la nueva

computadora que ya era funcional y tenía las especificaciones mencionadas en la

primera declaración. Además, afirmaron que podían aumentar las especificaciones

en un cinco por ciento adicional y que el precio de mercado sería el mismo que

inicialmente habían declarado las empresas de EE. UU. para sus equipos

económicos.

El resultado de la exhibición y las nuevas promesas no se

hicieron esperar. Las empresas de hardware estadounidenses se dieron por

vencidas, y un día después, el gobierno anunció que les ayudaría a cumplir con

la cuota y facilitaría los trámites de recursos para que las nuevas

computadoras salieran al mercado en no más de un mes, con suficiente producción

para abastecer el mercado y al precio acordado. Por supuesto, las empresas

tuvieron que pagar un alto precio al gobierno para que los políticos decidieran

que era útil salvarles la cara.

Korr quería hacerles pagar un precio más alto por su golpe

bajo, pero había millones de personas trabajando para estas empresas, ya fuera

directa o indirectamente, desde la extracción de recursos hasta la venta y

distribución, y no quería perturbar sus vidas, solo hacer que el plan de sacar

beneficios extras fracasara y también obligarles a pagar miles de millones para

que el gobierno interviniera y les ayudara a salvar su reputación.

Korr supuso que los representantes de estas empresas y sus

asociados tendrían el estómago tan revuelto como él y los nervios a flor de

piel, pero eso no le hacía sentir satisfecho, ya que su juego seguía

retrasándose, y pasaron cuatro meses en espera.

Korr se había centrado en los asuntos de la Tierra, donde el

SG1 seguía viviendo aventuras y promocionando a los tau’ri por toda la galaxia.

Korr no tuvo problemas en ninguno de estos casos, porque 00 y

03 se encargaban de todo.

El único problema de Korr en la tierra, era su enfrentamiento

con las empresas de producción de hardware de Estados Unidos, que le hizo pasar

varios días maldiciéndolas por haber retrasado la fecha de lanzamiento de su

juego.

Por lo demás, el resto del año lo pasó complicándoles la vida

a estas empresas, negándoles actualizaciones y forzándolas a tratar con su

gobierno, que les mostró todos sus dientes antes de darles acceso a la

tecnología avanzada que habían rescatado mediante el Stargate del planeta

Svori. Sobraba decir que el gobierno de Estados Unidos les cobró un alto precio

por toda esta tecnología.

Ahora Korr estaba en su sala de computadoras, esperando el

estreno de su juego mientras leía los informes del SGC de este mes…

Una alarma sonó en su cabeza, anunciando que había naves

asgard que llevaban rumbo fijo a la Tierra.

Korr revisó y su sistema de satélites le mostró una nave

asgard infectada de replicadores. Korr se encogió de hombros, suponiendo que

Thor había corrido la misma suerte que en la historia original y que su nave se

había infectado con replicadores. Korr dejaría esto en manos del SG1 para que

aprendieran sobre los replicadores.

Korr asintió con satisfacción porque su grupo de distribución

de propaganda se hiciera famoso…

«Mierda», pensó Korr interrumpiendo sus pensamientos. Si el

SG1 destruía la nave de Thor, necesitarían escapar usando el Stargate como en

la historia original, y este caería en manos de los rusos, lo que significaría

que él tendría más trabajo. Y era trabajo gratuito, porque estos rusos solo

eran una molestia para él; no los necesitaba para nada.

Korr ya había puesto todo en manos de Estados Unidos, y si

ellos se volvían complacientes, él tenía un plan de respaldo que incluía todo

el continente africano. No necesitaba a los rusos, ni a los chinos, ni a

Francia, ni a Inglaterra entrometiéndose y dándole más trabajo. Estos tipos

eran como un segundo NID, obstaculizando el trabajo de los demás. Si permitía

que los rusos obtuvieran el portal, los demás también llegarían como moscas.

Korr envió un mensaje urgente a 00 para que interviniera en

esta situación y se asegurara de que los humanos demostraran su valentía y

proporcionaran una vía de escape alternativa. Esto también podría servir para

revelarles la naturaleza de sus creaciones.

Daniel huía de su esposa, refugiándose en su trabajo,

mientras maldecía a Jack en su mente. De alguna forma, Share había logrado

sacarle información sobre las escasas mujeres que Daniel se había encontrado en

su trabajo con el Stargate, motivada por un comentario inapropiado de Daniel

que le había revelado que una mujer lo había besado.

Desde ese día, su vida había sido muy dura, y Share parecía

haberse convertido en el NID, acosándolo sobre su paradero en todo momento.

Jack empeoró las cosas al decirle que ya había tenido otras pretendientes en

sus aventuras. Desde entonces, Share exigía saber sus nombres y sus

ubicaciones, por lo que Daniel seguía huyendo…

Las alarmas de la base sonaron, y Daniel, más agradecido que

molesto, se apresuró a salir corriendo hacia la oficina del General Hammond,

cuando este llamó a su grupo a la sala de conferencias.

Daniel no escuchó que llamaran a seguridad para el Stargate,

por lo que supuso que la emergencia no se debía a eso.

Mientras caminaba deprisa hacia la sala de reuniones, Daniel

se preocupó. Era posible que Maybourne y el NID continuaran con sus robos a los

goa’uld y otra flota fuera enviada contra ellos. Maybourne tenía tres Ha’tak a

su disposición, y cada uno de ellos tenía sus propios portales, además de una

fuerza de asalto que ya superaba los cinco mil hombres, debido a que los goa’uld

habían demostrado que los ataques terrestres podían ser muy efectivos contra

ellos, por no poseer una artillería que cubriera a sus jaffas en la batalla.

Daniel apretó los dientes, temiéndose lo peor, cuando al

entrar, lo primero que vio fue a Maybourne sentado al frente de Jack, del lado

izquierdo del General Hammond, que presidía la mesa. Luego vio a 00, que estaba

más al fondo y respiró aliviado; si los goa’uld invadieran, ellos llamarían a

los asgard, y que 00 estuviera allí significaba que este asunto no tenía que

ver con los goa’uld.

—Sí, también yo estoy sorprendido de que Maybourne no tenga

sus manos metidas en esta invasión —dijo Jack con una sonrisa.

—Les recuerdo que la primera invasión la provocaron ustedes

al traerse consigo al siervo de Apophis. Yo solo participé en la resolución del

problema, lo que resultó en que ahora tengamos dos naves más en nuestro

arsenal. También la tercera nave es gracias a mí —acusó Maybourne.

—Bueno, nadie está contando —dijo Jack, y cuando se preparaba

para soltar una réplica cortante, el General Hammond intervino.

—SG1, Coronel Maybourne, los he llamado porque la situación

es urgente, así que prestemos atención a la información que tienen nuestros

aliados para nosotros —dijo el General Hammond mirando a 00, que parecía

indiferente, en su propio mundo sin prestarles atención hasta que el General Hammond

la mencionó.

Jack y Maybourne recuperaron la seriedad al escuchar las

palabras “situación urgente”. Sam y Teal’c, que se entretenían con la

discusión, también prestaron atención. 00, al ver que la reunión daba comienzo,

asintió.

—Saludos —dijo sin ninguna emoción—. Nuestra red de satélites

distribuidos por la galaxia ha captado la señal de una nave asgard que se

dirige hacia la Tierra. Si todo sigue como hasta ahora, estará aquí en no más

de una hora —explicó 00.

—¿Red de satélites? —preguntó Maybourne con interés.

—Los asgard son nuestros aliados, no hay problema en que

vengan a visitarnos —dijo Jack, con tono aliviado, pero 00 negó con la cabeza.

—Lo que se acerca es una nave asgard, pero no está bajo el

mando de los asgard, sino que transmite una señal similar a la nuestra, por lo que

asumimos que este es un problema del que deben encargarse, o su civilización

será borrada de la faz de este planeta —advirtió 00, alarmando a todos.

—¿Quién puede capturar una nave asgard? —preguntó Daniel.

—Los asgard ya nos advirtieron antes que luchaban contra un

enemigo superior a los goa’uld —aportó Sam—. Lo que no entiendo es qué quiere

decir con una señal parecida a la suya —agregó.

—Señorita 00, ¿puede darnos su informe completo, por favor?

—pidió Maybourne con un suspiro abatido.

Daniel también se había dado cuenta en sus pocos encuentros

con sus aliados de que a esta chica le gustaba torturar a la gente,

respondiendo preguntas sin dar toda la información, lo que causaba

desesperación entre sus interlocutores. 00 asintió con indiferencia.

—Como saben, no soy una humana, sino que he sido creada. Pero

no he sido creada de la nada; mi creador tomó un modelo preexistente y lo

mejoró para crearme a mí.

»Ese origen es conocido como replicador, una especie de

sistema informático y hardware avanzado que, sin ser inteligente debido a su

programación, y a su capacidad de manejo de datos, adaptabilidad a cualquier

sistema informático, capacidad de multiplicarse a gran velocidad, resistencia a

armas avanzadas y capacidad de copiar tecnologías de las especies cuyas

tecnologías y recursos consumen, se han expandido a varias galaxias,

consumiendo sus recursos y tecnologías, con el fin último de multiplicarse.

»Mi origen particular y variante replicador es de la galaxia

Pegasus, donde existía una variante avanzada de estos replicadores, que tenía

forma humana y una imitación o simulación de inteligencia que los hacía capaces

de alterar su programación, creando una ciudad que mi creador invadió y usó su

tecnología para mi creación, dándome un cerebro avanzado capaz de no solo

simular inteligencia, sino también superar por mucho a cualquier especie

inteligente conocida, en almacenar y procesar datos.

»En cuanto a la variante de replicadores a la que se

enfrentan sus aliados los asgard, es la menor de todas, su forma básica. No

posee ninguna clase de inteligencia. Sin embargo, esto es lo que la hace la

variante más peligrosa y letal, porque no se puede razonar con ellos, o

intimidarles, no acatan órdenes y nada es valioso para ellos además de la

tecnología y los recursos para multiplicarse…

—Espera, por favor —pidió Maybourne, mientras todos lucían

aturdidos y asustados.

—¿Qué eres tú? —preguntó Jack con alarma. El General Hammond

carraspeó.

—Coronel O’Neill, guarde la calma —dijo el General Hammond—.

00, agradecemos esta información, solo necesitamos unos segundos para

asimilarla —agregó. 00 asintió con indiferencia.

—Les recuerdo que el tiempo sigue corriendo y la nave asgard

llegará en cincuenta y cinco minutos —dijo 00. «Es un hecho, a ella le gusta

torturar a la gente», pensó Daniel, sintiendo un escalofrío en la espalda.

—Señor, no creo que tengamos tiempo para los detalles —dijo

Sam mirando a Jack, que asintió con gravedad—. 00, ¿puedes darnos alguna

información táctica que sirva contra estos replicadores? —preguntó Sam.

—¿Algún poderoso cañón espacial que vaporice esa nave?

—preguntó Jack con urgencia.

—La tecnología asgard supera las mejoras que hemos hecho a

sus ha’tak. En condiciones normales, si enfrentaran sus tres ha’tak a una de

sus naves, esta les ganaría sufriendo daños menores. Sin embargo, los

replicadores suelen usar sus propios cuerpos para mejorar o potenciar los

sistemas de la nave, aumentando la potencia de esta en armas, escudos y

maniobrabilidad.

»También suelen devorar el casco y sustituirlo por bloques

replicantes que pueden absorber los ataques que penetren el escudo o lanzarse a

otras naves atacantes para afectarlas y luego consumir sus recursos.

»En cuanto a sus habilidades de lucha cuerpo a cuerpo, los

cuerpos de la mayoría de unidades no superan los veinte centímetros de altura

por treinta de largo y tienen forma de insectos.

»No son criaturas indefensas. Son inmunes a la mayoría de

armas de energía, ya que son capaces de alterar su configuración para generar

escudos, esconder su presencia, potenciar otras tecnologías, entre otros. Se

requeriría una gran potencia para destruirles con armas de plasma o rayos como

las pistolas zat.

»Sin embargo, debido a que se han adaptado a las armas de

energía, son vulnerables a armas de impacto, como las armas terrestres que usan

proyectiles.

»Por esto, si consiguen abordar la nave, les será fácil

destruirlos siempre que posean suficiente munición y un número no menor a tres

mil hombres para destruirles en un corto período de tiempo, sin darles

oportunidad a replicarse o a usar la nave en su contra, como devorar una pared

y enviar sus tropas al espacio. Para ayudarles, podemos prestarles un

rastreador que puede localizarlos, así pueden estar seguros de que ningún

replicador escapará a su destrucción —explicó 00.

—¿Cómo abordaremos su nave? —preguntó Maybourne.

—¿Cómo es posible que estos replicadores puedan adoptar la

forma de partes de la nave y cambiar su configuración para adaptarse a

cualquier sistema? No sería eso imposible. Por su tamaño, no creo que dispongan

de un mecanismo interno para modificar su estructura —preguntó Sam. Ella y

Maybourne hablaron al mismo tiempo.

—Carter, no tenemos tiempo para preguntas científicas; es el

momento de preparar el abordaje…

—Los replicadores son en realidad un conjunto de pequeñas

unidades nanoscópicas capaces de enlazarse entre sí, por lo que pueden adoptar

cualquier configuración que deseen, aunque por lo general se agrupan en bloques

de algunos centímetros de largo. Esto también les permite formar bloques

inmensos para trasladarse por el espacio, sin necesidad de naves —explicó 00.

—Bueno, ya estamos asustados. Ahora, ¿cómo abordamos para

romperles sus traseros de bichos? —preguntó Jack, mirando a Sam con reproche

por hacer preguntas que causaban pesadillas.

—Eso es fascinante —dijo Sam, ignorándolo por completo; sus

ojos brillaban de emoción. Jack suspiró.

—Me temo que no podemos ayudarles en eso. Las naves asgard

cuentan con un sistema defensivo, y cualquier intento de abordaje terminará con

los replicadores infectando cualquier nave que se acerque a ellos. Yo sugiero

dos estrategias.

»Primero, esperar a que la nave salga del hiperespacio y

atacar con la máxima potencia de fuego de los ha’tak, aprovechándose de que la

nave asgard necesita desactivar sus escudos al viajar por el hiperespacio.

»Esta opción es la más eficaz, pero como les he dicho antes,

esa nave pertenece a los asgard, y hay posibilidades de que esté tripulada. Si

atacan, también estarán matando a cualquier asgard a bordo.

»La segunda opción es que haya asgard con vida a bordo de la

nave. Los replicadores son indiferentes a cualquier forma de vida que no pueda

aportarles recursos para replicarse, por lo que suelen ignorar a las formas

orgánicas a menos que estas les ataquen e interfieran con su orden principal de

replicarse.

»Por esto, es probable que los asgard a bordo sigan con vida

y se comuniquen con ustedes al estar la nave en posición. El problema con este

plan es que no podemos estar seguros de que haya algún sobreviviente, y en caso

de que lo haya, no podemos estar seguros de que cuente con los medios para

comunicarse con ustedes o llevarles a la nave —explicó 00.

—Maybourne, le recuerdo que la seguridad de nuestro planeta

depende de la buena voluntad de los asgard —reprendió el coronel O’Neill antes

de que Maybourne sugiriera no correr riesgos y destruir la nave al salir del

hiperespacio.

Maybourne se atragantó con sus palabras, lo que le confirmó a

todos que, en efecto, se preparaba para disparar primero y hacer preguntas

después.

—Los asgard han combatido a los replicadores durante años,

ellos entienden el peligro que representa un ejército de ellos para su planeta.

Así que si destruyen la nave y a sus posibles ocupantes, no les culparán por

ello —dijo 00, y esta vez Daniel juraría que vio una casi imperceptible sonrisa

en sus labios. Daniel se estremeció.

“Esta chica es malvada hasta los huesos”, pensó Daniel. “Si

es que ella tiene huesos”, agregó. Los demás miraron a 00, pero no se

atrevieron a acusarla de nada.

—No destruiremos esa nave sin importar qué —sentenció Jack

apretando los dientes.

—Bueno, ya que están decididos, mi nave insignia, Amaterasu,

está por los alrededores. En caso de que no haya comunicación, puedo destruir

sus escudos y crear una brecha para que aborden y rescaten a cualquier

superviviente —dijo 00 con indiferencia.

“Sí, ella es malvada”, pensó Daniel mientras todos volvían a

quedarse mirando a 00.

—¿No dijo antes que no podía ayudarnos a abordar porque sus

naves estarían en peligro de ser abordadas? —preguntó Teal’c, que prefería

mantener silencio a menos de que le preguntaran algo, pero hasta él estaba

conmocionado por los juegos de esta criatura malvada.

—¿Ah, sí? Debí haberme equivocado. Mi nave es una bionave;

los replicadores no cuentan con la información necesaria para infectar sus

sistemas, y tampoco pueden devorar los metales presentes en ella porque está

hecha de materia orgánica, y los componentes metálicos son un accesorio que

puede ser movido de lugar, con lo que se pasarían días persiguiendo cualquier

recurso, y serían destruidos mucho antes de eso —explicó 00.

—¿Una bionave? —preguntó Sam con emoción.

—¡Carter! —reprendió Jack—. Maybourne, solo nos quedan unos

cuarenta y cinco minutos. No tenemos tiempo de preparar a la gente. Debemos

usar a sus batallones de asaltantes —dijo Jack con urgencia. Maybourne asintió.

—Contactaré al presidente, a las naves ha’tak y a la base

lunar para que preparen todo —dijo Maybourne saliendo con prisas.

—Una bionave es la tecnología más avanzada que poseemos.

Consiste en la creación de un cigoto, donde se implanta una bionave en

crecimiento, para que esta se adapte a sus sistemas biológicos y se desarrolle.

Según la cantidad de recursos que se le proporcionen, su crecimiento se

acelerará o desacelerará.

»Las bionaves cuentan con gran superioridad estratégica sobre

las construcciones de metal rígido, porque no necesitan reparaciones, siempre y

cuando posean recursos, ellas mismas regenerarán cualquier daño en cualquier

sistema.

»La velocidad de regeneración depende del daño causado, los

recursos disponibles y los elementos externos. En la actualidad, mi creador ha

desarrollado un sistema regenerador independiente, llamado bionanitos, que, a

diferencia de los nanitos comunes, funcionan como células en miniatura, pero

con la misma función básica de los nanitos comunes, es decir, mejorar o

potenciar sistemas comunes.

»Estos sistemas comunes son por supuesto biológicos, como las

bionaves, que pueden aumentar su rendimiento…

—Carter, no es momento de oír conferencias científicas, por

muy extraordinarias y pesadillescas que estas sean, debemos prepararnos para

una invasión que ocurrirá en apenas unos minutos más —dijo Jack, mientras

Daniel ayudaba a empujar a Sam fuera de la sala de reuniones.

Daniel le dio un último vistazo a 00, que parecía

indiferente, mientras seguía dando su discurso.

—Coronel O’Neill, sospecho que nuestra aliada siente alguna

clase de malsana diversión al molestarnos —dijo Teal’c de forma diplomática.

—Si eso significa que le gusta trolearnos, estás en lo

correcto —dijo Jack, que se interponía en el camino de Sam y levantaba el dedo

para hacerla retroceder.

—Señor, ella…

—Lo sé, Carter. De seguro está diciendo cosas trascendentales

para la ciencia, pero nuestra prioridad ahora es sobrevivir. No podemos dejar

ese trabajo para escuchar teorías científicas trascendentales —explicó Jack—.

Además, hay una grabadora allí; estoy seguro de que podrá revisar sus palabras

más tarde —agregó cuando Sam no pareció dispuesta a ceder por algo con tan poca

importancia como la supervivencia de la humanidad. Con esta última declaración,

Sam asintió con un suspiro de pesar.

Media hora después, ellos estaban revisando armas y

comprobando municiones, junto a otros cinco equipos SG, en un almacén de armas,

mientras eran supervisados por el general Hammond, que ya había obtenido el

permiso del presidente para esta misión, cuando Jack desapareció en un destello

de luz que les era familiar.

Como 00 no les transportaría en una situación así…

—Parece que los asgard en la nave han logrado sobrevivir y

pueden permitirnos abordar la nave —dijo Teal’c. Daniel asintió.

—Todos prepárense, deberíamos estar siendo transportados

pronto —dijo Daniel.

—Maybourne, el coronel O’Neill ha sido transportado por

tecnología asgard; la operación ha dado comienzo. Prepare a sus hombres. Una

cantidad de gente armada tan grande no será ignorada. En cuanto lleguemos allí,

seremos vistos como una amenaza —dijo Sam a Maybourne, usando una esfera de

comunicación subespacial goa’uld para comunicarse, porque Maybourne estaba

dirigiendo a sus fuerzas desde la Luna.

—Todo preparado, tenemos quinientas cajas de municiones

listas y cuatro mil hombres. No les daremos tiempo a esos bichos de hacer nada

—respondió Maybourne.

Daniel agradeció eso, no creía que fuera algo grato que los

replicadores sabotearan la nave y los enviaran al espacio.

—General Hammond, Carter, Daniel, Teal’c, ¿me escuchan?

—preguntó la voz de Jack por los altavoces de la base.

—Podemos, señor —respondió Sam.

—General Hammond, hay una infestación aquí, y el asgard a

bordo es Thor. Está malherido y ha saboteado los sistemas de transporte para

que los bichos no puedan abandonar la nave sin aterrizar, lo que quiere decir

que no podemos abandonar la nave una vez estemos acá.

ȃl dice que tenemos algo de tiempo para que los replicadores

terminen de comerse la nave y decidan migrar a la Tierra, y me pide que

destruya la nave. Le he explicado nuestro plan, pero se ha puesto algo necio y

dice que no hay forma de tratar con los replicadores, por lo que lo he puesto a

dormir.

—Coronel O’Neill, el presidente ha dado carta blanca para

esta misión. La prioridad es sacar al asgard de allí con vida. Tenemos que

tomar esa nave, así que empiece a transportar gente —ordenó el general Hammond.

—Sí, señor. No olviden sus sistemas sensores de bichos —dijo Jack.

Daniel vio un destello de luz y apareció en un pasillo

enorme, de suelos y paredes grises, algo rojizos. Junto a él, llegaron los

demás equipos SG y, para su sorpresa, 00, que desapareció en un destello,

haciéndole preguntarse si se había imaginado cosas, pero no tuvo tiempo de

pensar en nada, porque el sonido de innumerables patas mecánicas acercándose a

ellos era audible.

—Tomen posiciones, disparen al tener contacto visual. Avancen

mientras presionan con fuego a discreción. Hay que despejar la zona para que

llegue más gente —ordenó Sam.

Jack apareció corriendo desde un pasillo.

—Ella ha dicho que se encargará de transportar al resto. De

todas formas, yo no tenía idea de cómo transportar a nadie fuera del SGC —dijo

Jack, uniéndose a la batalla, justo cuando una ola de insectos metálicos

apareció por el pasillo a unos cincuenta metros de ellos.

—Creo que para estos bichos será más eficiente adoptar las

tácticas jaffa y formar filas —dijo Jack, empezando a disparar su P90-R y

ordenando con señas formar filas y avanzar.

La P90-R, era creación de los científicos en el Planeta Base,

y era un arma electromagnética, que no usaba pólvora, y cuyos cargadores

llevaban hasta dos mil proyectiles. También tenia agregado un sistema

aturdidor, basado en las pistolas zat.

Daniel no era un soldado, pero tenía experiencia con la P90-R,

y se unió a la batalla después de ajustar sus tapones para los oídos.

Como dijo 00, los replicadores terminaban hechos pedazos por

los proyectiles, aunque unos pocos de ellos se reformaban cuando los bloques

que los formaban estaban muy juntos, con más y más soldados llegando por todos

lados, la batalla se volvió casi unilateral, y los replicadores empezaron a

escasear, apenas minutos después de comenzar a disparar.

Daniel escuchó más disparos a lo lejos.

—00, ¿qué está pasando? —gritó Jack.

—He dispersado sus fuerzas en batallones de quinientos

hombres. Esto evitará que los replicadores puedan encerrarlos en algún punto

específico de la nave —explicó 00, que de alguna forma pudo escuchar a Jack.

—Señor, eso nos da ventaja. Podemos evitar que concentren sus

fuerzas mientras aplicamos presión en lugares estratégicos —dijo Sam.

—Les sugiero que avancen por el pasillo de la izquierda. Cien

metros más allá, hay un almacén y es un nido de replicadores —aconsejó 00.

Daniel miró el aparato censor que les había dado 00, una

pequeña pantalla en un dispositivo parecido a un celular, que indicaba puntos

rojos acercándose a ellos por todos lados, aunque no cubría más de treinta

metros, pero eso no era problema porque tenían suficiente personal para

rastrear toda la nave en minutos.

—Granadas —ordenó Jack después de destruir un pequeño grupo

de replicadores que bloqueaban la entrada al almacén. Dos soldados avanzaron y

lanzaron cuatro granadas al interior del almacén.

Cuando su grupo entró, la mitad de los replicadores se habían

convertido en bloques metálicos que estaban volviendo a armarse. Mientras

formaban una fila para vaciar un cargador y cambiaban a la fila siguiente

mientras recargaban, Daniel observó lo que se suponía era un almacén, aunque a

él le parecía un cuarto pequeño lleno de consolas que habían sido destruidas y

estaban corroídas. No tenía pinta de almacén.

La masa de replicadores dejó de moverse por varios segundos,

y Jack ordenó lanzar otras dos granadas antes de ir por la siguiente

habitación.

Diez minutos después, ellos estaban disparando por los

agujeros hechos en una pared.

—Te toca —le dijo el soldado a Daniel, mientras se apresuraba

a sacar el brazo que sostenía su arma vacía del agujero.

Daniel apretó los dientes y se apresuró a meter el brazo con

su pistola, porque la P90-R no cabía por ese agujero y de una vez empezó a

disparar, mientras escuchaba a los replicadores tratando de avanzar.

Daniel disparó lo más rápido posible y apretaba los dientes

lo más que podía. Hacía unos cinco minutos, al terminar de barrer su área y

encontrarse con otros grupos, ellos se dieron cuenta de que aún quedaban

replicadores y estos estaban dentro de las paredes, por lo que usando el

sensor, metieron granadas en los agujeros.

Las granadas ya se habían agotado y los replicadores seguían

vivos, por lo que Jack ordenó meter las manos y disparar, cuando 00 les dijo

que no se preocuparan por sus extremidades, que ella cubriría los gastos

médicos y les haría nuevos brazos.

Daniel se había negado en redondo, pero Jack había sido el

primero en apretar los dientes y meter su brazo por los agujeros de los

replicadores para eliminarles y evitar que siguieran comiéndose la nave.

Hacía solo un minuto, un replicador consiguió adelantarse y

le había echado una especie de ácido sobre el brazo de un soldado, y este sacó

una extremidad derretida del agujero, era un ácido que parecía sacado de una

película de alíen.

El soldado tuvo que ser puesto a dormir, pero sus terribles

gritos todavía resonaban en la mente de Daniel.

—Señal fuera, ya está muerto —informó Sam tocándole el hombro

para que dejara de disparar. Daniel disparó una vez más solo para estar seguro

antes de sacar su mano y respirar de forma agitada.

—Coronel O’Neill, mi gente ya no encuentra bichos en ningún

lado, y tenemos lo que parece ser la sala de motores y quizás alguna bodega

grande o lo que era el puente. Esos bichos se han comido todo —informó

Maybourne por radio.

—Aquí O’Neill, la zona vital de nuestro invitado también es

segura. Vamos a ver cómo sigue en este momento —dijo Jack, indicándoles a los

equipos SG, cuya misión era proteger a Thor, que avanzaran hacia el lugar.

Al llegar a la bodega donde se había refugiado Thor, Daniel

no vio mucho, parecía que las naves asgard estaban casi todas vacías o los

replicadores ya se habían comido todo. Lo único que había allí era la cápsula

de Thor, vigilada por el SG-10, y 00 en lo que Daniel supuso era algún tipo de

tablero de control que usaba piedras para activarse.

—Los replicadores han sido destruidos, por lo que los

sistemas de la nave vuelven a estar libres. Mientras ustedes los destruían, he

logrado reparar algunos sistemas, como el sistema de trasporte desde la nave a

la superficie, y los sistemas de navegación y soporte vital.

»Creo que puedo activar el sistema médico para reparar su

cuerpo —dijo 00 con indiferencia, mirando la cápsula de Thor.

—Adelante —dijo Jack, acercándose a la cápsula de Thor.

00 movió una de las rocas y la cápsula de Thor se iluminó por

unos segundos. Luego se abrió, y Thor miró a los presentes mientras parpadeaba.

Luego se levantó, y la cápsula desapareció en un haz de luz.

—Vuelvo a tener control sobre los sistemas de la nave —dijo

Thor, que parecía un tanto aturdido—. Hay al menos cinco mil humanos en la nave

—agregó en estado de confusión.

—Bueno, nos dijeron que nos enfrentaríamos a unos bichos de

pesadilla, así que queríamos estar seguros —dijo Jack dándole una palmada en el

hombro a Thor, que lo miró y parpadeó.

—O’Neill, los replicadores suelen ocultarse cuando sus

números son superados, ahora que he recuperado el control de la nave, debo

destruirla…

—Cálmate, ya hemos rastreado hasta el último de ellos.

Entiendo que ya no quieras esta nave, me acaban de decir que esos bichos se

comieron todo el puente, pero si la vas a destruir, también puedes

regalárnosla, porque de este lado de la galaxia estamos escasos de artillería

pesada —dijo Jack, mirando a su alrededor de forma evaluativa.

—Comandante Thor, los replicadores han sido destruidos —dijo

Sam y miró a 00—. Ella es 00, una de nuestras aliadas, con la ayuda de su

tecnología hemos localizado a todos los replicadores —explicó Sam. Thor miró a

00, y hasta pareció incrédulo.

—Los sensores que se encargan de los replicadores han sido

destruidos, ¿cómo has conseguido replicarlos? ¿Tu especie se ha encontrado

antes con replicadores? —preguntó Thor.

00 le mostró una leve sonrisa, y Daniel y todo su grupo

entendieron que ella estaba a punto de decir algo que los iba a asustar hasta

los huesos.

—En realidad, no usé ningún sensor, los mismos replicadores

me indicaron su localización, porque soy un replicador mejorado, y me

identifican como parte de su colmena —explicó 00.

—Ella es un replicador que fue creada por una especie con

tecnología avanzada y no tiene nada que ver con la variante que les ataca a

ustedes —se apresuró a explicar Sam—. También fue ella la que nos advirtió que

tu nave había sido invadida por replicadores y que se acercaba a la Tierra

—agregó.

—Eso es inesperado —dijo Thor, mientras 00 hacía un puchero

casi imperceptible.

—No he sido creada por una especie avanzada, he sido creada

por el Creador, como parte de su mente. Soy una extensión para su cuerpo,

aunque tengo mi propia personalidad, porque mi creador así lo quiso —explicó

00.

—Pareces conocer la tecnología asgard —dijo Thor con tono de

sospecha.

—Hemos estado en tu galaxia hace un par de años y nos

comunicamos con los replicadores de allí. Quisimos ayudarles, pero su variante

de replicadores no se puede reprogramar, y una vez revelamos que no seguimos su

orden principal, solo nos ven como comida apetitosa. Aun así, mi creador

trabaja en un arma para ayudarles en su lucha —explicó 00, confesando que se

habían comunicado con los replicadores de la galaxia asgard y obtenido su

tecnología. Thor la miró con más sospecha.

—¿Quién es tu Creador? —preguntó Thor.

—Una persona muy ocupada —respondió 00.

—¿Puedo conocerlo? —insistió Thor.

—Solo si insistes con vehemencia —dijo 00 con una tenue

sonrisa.

—Entonces insisto con…

—¡No! —exclamó Jack.

—¡No! —dijo Daniel, e incluso Teal’c parecía preparado para

decir que era una mala idea.

Thor comprendió de inmediato que la mujer en frente de él no

era confiable y se preparaba para jugarle alguna broma de mal gusto.

—Quisiera hablar con él en cuanto pueda —dijo Thor—. Esta

nave no podrá moverse por algunas horas, estaré esperando —agregó acercándose a

la consola donde estaba 00—. O'Neill, tu gente me ha sorprendido; nunca pensé

que un ataque así funcionaría. Los regresaré a sus posiciones originales —dijo

Thor, y O’Neill asintió.

—Cuando quieras —dijo Jack.

—En realidad, los asgard tienen este problema casi todos los

días. Si están dispuestos a ayudar, unos pocos miles de ustedes serían una

seguridad extra invaluable para los asgard —aportó 00 con amabilidad.

«No se puede hablar a la ligera delante de ella», pensó

Daniel.

Todos los equipos SG se tensaron, sin atreverse a decirle a

Thor que las palabras de Jack eran solo una cortesía, pero sin querer

involucrarse en una guerra contra estos bichos que podían matarlos de formas

que ni siquiera podían imaginar.

—O’Neill, gracias. Ya estableceremos defensas para nuestras

naves usando una combinación de nuestra tecnología y sus… tácticas —dijo Thor,

ignorando las palabras de 00, mientras comenzaba el transporte de los

batallones que estaban en su nave. 00 fue la primera en ser transportada.

Daniel suspiró.

—O’Neill, me parece que tus aliados se toman sus vidas con

poca seriedad —se quejó Thor.

—Oye, no podemos ponernos quisquillosos con eso de

seleccionar aliados, además, 00 es algo especial, deberías conocer a 03, estoy

seguro de que se llevarían bien —replicó Jack mientras Thor trabajaba.

—Comandante Thor, 00 y los suyos son algo especiales, pero

han demostrado que son confiables. Creo que si todo va bien en tu conversación

con su Creador, puedes obtener un aliado poderoso en su lucha contra los

replicadores. 00 comentó que su tecnología era diferente a la suya y se basaba

en la biotecnología, lo que hace sus naves inmunes a los ataques de los

replicadores.

»Si consiguen que ellos les ayuden en su guerra, pueden

obtener una gran ventaja. Además, ellos mismos son replicadores, creo que

tendrán un conocimiento más profundo de ellos —aconsejó Sam, ella compartía la

preocupación de Daniel por los asgard y no quería que rechazaran a un posible

aliado que estaba a su mismo nivel tecnológico y que podía serles de ayuda en

su guerra actual.

Thor asintió para indicarles que entendía, y después de un

destello de luz, ya estaban de vuelta en el SGC.

 

Nota del autor: Con este capítulo llegamos al final de la

tercera temporada. En el siguiente capítulo, tendremos un encuentro entre Korr

y Thor, no habrá engaño esta vez. Si alcanza, también tendremos otro punto de

vista del Desconocido.

 

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