NICO
Me desperté muy temprano por la mañana para mi entrenamiento matutino y luego las clases de esgrima con Tyson. Entrenamos por espacio de 2-3 horas hasta que no dio para más el entrenamiento. Tyson se veía disperso y desconcentrado. Fui hasta capaz de hacerle un par de tajos en el cuerpo y no mostro ninguna señal de molestarle, eso fue aún peor porque hasta hoy no había podido ganarle nunca en un combate, era muy bueno.
—Hey, parece que no estás aquí —le dije haciendo un alto a nuestra faena de entrenamiento. De paso que recuperaba el aliento, la velocidad de nuestro entrenamiento era muy superior a lo que estaba acostumbrado. —
—Si… hoy no es un día cualquiera, algo va a suceder —ok eso si me preocupo. No es que tuviera miedo, pero con las cosas que oímos de lo que paso en el campamento Júpiter y de cómo fueron atacados por los monstruos de un momento a otro me puso un poco intranquilo. Tyson sonrió al ver que me tense ligeramente —No te preocupes no es esa clase de cosas, solo asegúrate de estar preparado… hay sorpresas hoy —dijo sonriendo.
—Tiene que ver con tus compañeros del ejército Caos —todos sabíamos ya que hoy venían a entrenarnos, lo cual era excitante porque necesitábamos nuevas técnicas de combate… yo tenía una ventaja porque Tyson me entreno, pero los demás estaban en amplia desventaja contra mí. Las clases con Hermes se tornaron un día de campo, aunque jamás me atreví a humillarlo, porque Hermes tenía mi respeto.
—Sí, sobre eso, tengo la sensación que será un encuentro complicado, así que mantén al campamento al margen de todo ¿OK? —asentí ligeramente, aunque no sabía lo que quería decir, pero en fin él era el experto —Será mejor que vayas a prepararte —me dijo despidiéndome con amabilidad. No me atrevía preguntar más porque se notaba que estaba perturbado.
Fui hasta mi camarote a darme una larga y buena ducha y luego un cambio de ropa rápidamente, me puse mi armadura por las dudas, siguiendo el consejo de Tyson de estar atento a lo que pudiera suceder. Salí de mi cabaña rumbo a la arena donde todos nos teníamos que reunir, se notaba el ambiente un poco tenso. Los campistas corrían con sus armas, eso sí me alarmo. Empecé a correr rumbo al conglomerado de gente que se había reunido, los dioses ya se habían reunido. Las cazadoras estaban apuntando hacia alguien en particular. Me abrí camino hacia donde todo estaba sucediendo. Tyson tenía en su mano el cuello de Phoebe, mientras que con su otra mano blandía su espada, la cual brillaba con una luz peligrosamente cegadora.
TYSON
Salí caminando rumbo a la arena a esperar a los chicos. Se suponía que tendría que ser un día feliz, pero no lo era. La conversación de anoche con Percy y de cómo le conté lo de Ella no me había dejado del todo tranquilo. Sentir que la vida de una persona se te escapa de las manos como el agua es sin duda una experiencia que te marca de por vida. Luego está el tema Zoe, sinceramente no estoy saltando en un pie por verla, para mi han sido solo 4 meses, para ella un año entero donde ha podido despejar su cabeza y pensar con claridad, mientras que yo te tenido que darle vuelta al mismo pensamiento durante este tiempo, pero finalmente estaba pasando a una etapa de tranquilidad y enfocarme en lo que tenía que hacer.
Ver a las cazadoras, aunque no muy a menudo, me recuerda a ella. Me pare en medio de la arena y empezaron a venir todos los campistas, incluido Quirón, éramos demasiados semidioses juntos. Al haber unido el campamento Júpiter con el nuestro había demasiados campistas. Los entrenamientos con los dioses continuaron su rumbo hasta hoy, donde nosotros tomaríamos la posta y le enseñaríamos mejores técnicas de combate y manejo de armas. Vi llegar a Artemisa y sus cazadoras. Las cazadoras me miraban con miradas asesinas, lo cual no me importaba en lo más minino, si no fuera porque también vi reír sádicamente a Artemisa. Quien se veía tan tranquila y triunfal. En ese momento apareció Zeus.
—¡Reúnanse todos! —gritó y truenos y rayos tronaron en el cielo. Luego aparecieron todos los demás dioses, menos Ares y Poseidón. Ok esto no es normal, algo está pasando y no sé qué es. Mire fijamente y tampoco estaba Hestia.
—¿Buscas a alguien en especial? —pregunto Artemisa con una sonrisa burlesca en su rostro.
En ese momento aparecieron Ares y Poseidón con Hestia maniatada en cadenas de bronce celestial y con aparentes muestras de maltrato. Se veía tan indefensa y frágil, sentí que la energía sentía empezaba a fluir de mi sin control, empecé a brillar en una luz blanca brillante tan potente que hice a todos retroceder y mi apariencia cambio a la que la bendición de Aether me proporcionaba. Mire con rabia a Artemisa, todo esto ella lo estaba disfrutando y no permitiría que ella se burlara de mí, sentía que la ayuda estaba en camino así que me concentre en ganar tiempo. Artemisa sonreía sádicamente, mientras sus cazadoras solo reían al ver mi estado de ira controlada. Tome mi primera oportunidad y agarre del cuello con violencia a Phoebe. Fue tan rápido que ni ella misma se dio cuenta que la había apartado del lado de Artemisa. La mirada de Artemisa cambio de un estado de victoria a la rabia pura.
—Te lo advertí Artemisa —escupí con veneno en mis palabras —¿creen que pueden contra mí?... Y Ares según veo… ya probaste un poco de nuestro poder ¿o me equivoco? —los dioses me miraban asombrados, podía sentir la energía restante del ataque de Percy, la herida que dejaba la espada que le hice dejaba un rastro inconfundible, en parte era bueno para rastrearla en caso de que a alguien se le ocurriera robarla y usarla.
—¿Estas muy seguro de que no la matare estúpido ciclope? —gritó Ares con furia en sus palabras agitando el menudo cuerpo de Hestia. Respire hondo, no quería perjudicar a Hestia con mi impertinencia.
—Que hare con esta pequeña cazadora—dije mientras jugueteaba con apretarle el cuello con fuerza.
—¡Suéltame monstruo! —gritó a medias Phoebe mientras yo apretaba su cuello con rudeza y ella lanzaba pequeñas patadas para tratar de liberarse.
—No tan fácil… Artemisa debe aprender a someterse a los que son superiores a ella —dije con naturalidad. Necesitaba ganar todo el tiempo posible. Supongo que no le gustó mucho lo que dije a la diosa de la caza.
—¡Suéltala ahora! —Artemisa empuñó su arco con firmeza, y me apunto directo a la cabeza, sus cazadoras siguieron su ejemplo. Solo atine a sonreír, si algo había aprendido en este tiempo era a esquivar las flechas —O lo último que veras será mi flecha atravesando tu único ojo —me sonó a burla, pero no cedió ante su provocación.
—¿Estas segura que no fallaras? Puede que Phoebe se lleve una sorpresa con esa flecha —Le susurre con burla, yo era completamente capaz de escapar, pero no si Phoebe podría. Artemisa enfureció por mi amenaza. —Nada me haría más feliz que ella vea como su propia señora y hermana la atraviesan —Artemisa dudó, le sonreí burlescamente.
—Suéltala Tyson! —gritó Zeus empuñando su rayo, mientras este crepitaba con furia, que todos se retiraran un poco, era lo que yo quería, que los semidioses no estuvieran en el medio.
Pude ver con desagrado al estúpido hijo de Poseidón… Mark escabulléndose de lo que sucedía. Agggg realmente espero que Percy le dé una muerte dolorosa y lenta. También vi a Annabeth quien solo observaba con los brazos cruzados como analizando todo lo que sucedía. Leo, Frank, Hazel, Will y Rachel observaban atentos, supongo que esperaban alguna clase de señal para intervenir, pero yo no quería que nadie lo hiciera, esta no era la clase de pelea que un simple semidiós pudiera ganar.
—¡No la soltare sino sueltan a Hestia en este instante! —le grite enfurecido, no dejaría que maltrataran más a Hestia, Percy no me lo perdonaría nunca. Ares se adelantó con Hestia encadenada con cadenas de bronce celestial. Vi salir de la multitud a Nico, quien se acercó a mí con la seguridad de no retroceder en su cara. Nos miramos por un segundo como si estuviéramos conversando con la mirada "¡Nico regresa, esta no es tu pelea!" "¡estás loco! Es mi oportunidad de darle una patada a los dioses" bueno está bien pero no hagas ninguna locura "ok" Finalmente me gano la conversación y se quedó a mi lado, sabía que Hades diría algo al respecto.
—¡Nico no te metas en esto! —gritó Hades con desesperación, creo que no sabía que Nico había estado entrenando conmigo y ahora era más que bueno, aunque no con nuestra capacidad, pero si superior a cualquier campista. Hades fue disuadido por la mirada de Poseidón quien tenía su tridente sobre la espalda de Hestia.
—No volveré a repetirlo ¡suelta a Hestia o todo esto terminara muy mal! —les dije perdiendo la cabeza, sentía que los chicos estaban por llegar así que amenace para darle un tiempo a que actuaran sin ser detectados.
—¡Nadie se meta! —Nico les grito a los campistas quienes retrocedieron al sonido de su voz. Nico se había convertido en un gran líder, en cuestión de esfuerzo era el primero en transpirar en los entrenamientos y se exigía aún más después de los entrenamientos.
Sentí la presencia de los chicos y levanté la mirada para verlos con disimulo como se aproximaban por las espaldas de los dioses. Auxilio tienen a Hestia grité con la mirada dirigiendo mi mirada a Hestia, vi como Silena salto sobre Artemisa, neutralizándola sin ningún problema, colocando su daga de plata en el cuello de la diosa y enviando una pared de energía sobre las cazadoras, lanzándolas a todas al suelo, las cuales cayeron inconscientes. Beck arremetió contra Apolo y Hermes, quienes no opusieron mucha resistencia, así que fue fácil desarmarlos, sentía un poco de pena porque Hermes no era un dios despiadado, pero no podíamos correr riesgos.
Thalia se encargó de Afrodita, Hera y Deméter. Y finalmente Zoe arremetió contra Atenea a quien incrusto contra un árbol con sus flechas para luego amablemente pedirle a Hefesto que dimitiera de su intento. El dios de la forja no opuso resistencia y finalmente termino brillando lejos de allí para ponerse al lado de los semidioses y protegerlos. Lo mismo hizo Hades quien no se metió en medio de la pelea. Lo cual me dio un alivio y estoy seguro que a Nico también porque no querría tener que dañar al padre de Nico. Finalmente vi a Phoebe quien se mantenía en silencio, pero tiritaba del miedo, así que la arrojé contra el árbol más cercano con fuerza, donde cayó inconsciente, Zoe reaccionó a eso, pero cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo se detuvo. Cruzamos miradas y negué con la cabeza con decepción.
—¿Tyson… que ha pasado? —pregunto Zoe un poco alterada, pero no molesta, se notaba que estaba buscando una lógica para lo que estaba sucediendo. —¿Estas bien? —no le respondí nada, no era momento.
—¿Y los comandantes? —pregunte sin dar un poco de importancia a sus preguntas, me sentí mal por hacerlo de esa forma, pero no quería darles ninguna ventaja a los dioses, por lo menos no hasta que esto esté resuelto.
—En camino —dijo Thalia, quien si se mantenía con su capucha así que supuse que quería mantener su identidad oculta aún.
—¿Creen que van a salir librados de esto? —pregunto Thalia con asco a los tres dioses —Van a desear no haber hecho esta locura… realmente se van a arrepentir —Thalia transformo su anillo en espada y luego en rayo, el cielo se agitaba con violencia ente el despliegue de poder. Se acercó lentamente hacia Zeus quien estaba por delante de Ares y Poseidón quien tenía a Hestia arrodillada en el suelo —Tu última oportunidad Zeus —le dijo con veneno en sus ojos
—¡Espera! —se escuchó una voz en el fondo.
PERCY
Terminamos de cruzar el portal y me encontré con una escena completamente diferente a la que pensaba encontrarme. Mi madre estaba rodeada por Zeus, Ares y Poseidón, estaba en el suelo, sucia y despeinada, como si fuera una reclusa. Empecé a enfurecerme sobre manera, trataban fastidiarnos usando a madre, no iba a permitirlo. Sentí el aura de Piper aumentando al lado de la mía, supongo que tampoco le agrado lo que estaba viendo. Después de todo Piper era campeón de mamá.
Grité viendo a Thalia con su rayo en mano acercarse a Zeus con peligro, dispuesta a enfrentarse a su padre para liberar a Hestia. Zoe había neutralizado a Atenea contra un árbol clavándola con sus flechas. Hades y Hefesto estaban del lado de los semidioses que no se metieron en medio de la pelea. Afrodita, Hera y Deméter estaban alejadas y amordazadas, aunque no eran diosas precisamente peligrosas y guerreras, pero uno nunca debe confiarse de ellas. Apolo y Hermes yacían bajo los pies de Beck y Artemisa tenía la daga de Silena en el cuello y estaba sobre el suelo fuera de combate. Tyson me miro con ojos de gratitud, supongo que temía que algo pasara con Hestia mientras yo no estaba y que él no pudiera hacer nada al respecto. Miré Piper de reojo y supe lo que debíamos hacer ¡esto no debía volver a repetirse nunca más!
Thalia giró su cabeza, y solo asentí para que entendiera que estaba aquí para resolver el asunto. Mi pulsera dejo de vibrar, lo cual estaba bien, porque estaba empezando a experimentar cierto dolor en el hombro y necesitaba estar apto porque pensaba desvanecer a tres dioses, use uno de los beneficios de tener la bendición de Ananké: hablar mentalmente. "Piper a mi señal usa tu encanto vocal para que suelten a mamá y yo la saco de allí, luego yo me encargo" fue todo lo que dije antes de acercarme a Zeus de manera despreocupada.
—Te voy a dar la oportunidad de dejar Hestia libre… solo una vez te lo diré, después de eso yo me encargare de ustedes tres —Zeus no se movió, con una mirada desafiante.
—Estúpido muchacho, somos dioses y no recibimos ordenes de cualquiera seas o no campeón Caos —dijo estúpidamente Ares mientras sacudía el cuerpo de mamá como si fuera un títere. Eso me enfureció. Zeus y Poseidón, empuñaron con más ímpetu sus armas. Nico se alejó de Tyson a su orden porque sabía que las cosas se pondrían feas.
—Voy a disfrutar esto… créanme —pronuncie con una falsa tranquilidad mientras me preparaba mentalmente para darle una paliza a estos dioses engreídos, he esperado 17 años para esto. Con el pulgar desenvaine un poco mi espada de hierro estigio y Piper escuchó la señal.
—Bajen sus armas… —la cara de terror de Zeus y Poseidón no tenía precio. Sus manos empezaron a aflojarse lentamente, sin que ellos pudieran hacer nada al respecto. Afrodita abrió los ojos con asombro e interrogación, por lo que estaba viendo, nadie además de ella poseía ese don y solo algunas de sus hijas lo heredaban. —Ares… suelta a Hestia y apártate —pude ver como Piper mantenía con normalidad, el encanto, pero no probaría sus límites, así que me di prisa en correr hacia donde estaba mamá a toda prisa y levantarla del suelo con delicadeza entre mis brazos.
—Estoy aquí mamá… no permitiré que esto vuelva suceder —susurre envolviéndola en mis brazos, aunque ella no podía verlo, tenía terror en mi cara de pensar que podía pasarle algo, pero sin duda pudo sentir que mi voz se quebraba. Puede ver una pequeña sonrisa en su rostro débil y sucio.
—Lo más importante es que estas aquí nuevamente —metió su mano dentro de mi capucha y sentí la calidez de su mano acariciando mi rostro.
—Silena… por favor —dije suplicando en su mente, Silena dudo un momento entre dejar a Artemisa y venir a atender a Hestia. Tyson se adelantó y coloco su espada brillando en la luz blanca de Aether en el cuello de Artemisa. Las cazadoras se repusieron de su estado de inactividad y tensaron sus arcos contra Tyson, quien ni se dio por enterado. Zoe se adelantó hacia las cazadoras.
—¡Alto! Esta no es vuestra pelea… —dijo haciendo que las cazadoras retrocedieran lentamente y se sorprendieran al ver quien les estaba hablando. Para fortuna de todos Phoebe estaba inconsciente junto a un árbol, supongo que fue obra de Tyson, quien no se inmutaba hacia lo que sucedía entre las cazadoras y Tyson. Dejé a mamá recostada sobre un árbol mientras que vi que Piper, su encanto seguí haciendo efecto, pero no era necesario mantenerlo más tiempo. Le hice una seña Piper y ella dejo de mantener el encanto vocal sobre los tres dioses.
—¡Cómo es posible! —grito Poseidón. Empuñando su tridente con fiereza y apuntándolo contra mí. Los campistas miraban con expectación el espectáculo.
—Simple… soy campeón Caos —respondió Piper con naturalidad haciendo que Poseidón se enfureciera aún más.
—Les advertí que esto no terminaría bien —susurré mientras desenvainaba la espada que Tyson había fabricado para mí.
Esta vez fui yo quien arremetió contra Zeus en primera instancia, dándole una fuerte patada en el pecho haciéndolo volar por los aires y caer sobre un grupo de leños que estaba perfectamente ordenados, hice una nota mental de pedir disculpas por eso luego. Poseidón como era de esperarse uso su tridente y sus habilidades sobre el agua. Envió una pared de agua sobre mí, sonreí cuando la vi venir, porque con un simple movimiento de mi mano hice que se disolviera. Mi espada y su tridente se chocaron con violencia, haciendo que el suelo retumbara de tanta potencia. Vi de reojo como Ares gritaba enfurecido y se lanzaba contra mí. Empuje a Poseidón hacia atrás y espere a ver qué haría el dios de la guerra.
Saco otra espada, ahora usaba dos, eso lo ponía más interesante, supe que no podía sacar mi otra espada porque sería una irresponsabilidad usarla, así que decidí usar de los poderes Caos, aunque odiaba no poder vencerlos en combate netamente con espadas. Así que mientras vi a Ares en el aire formé una bola de energía caótica y la envié contra el dios quien abrió los ojos de terror cuando vio que el cumulo de energía se acercaba a su pecho. Un grito de dolor y desesperación salió de su boca retumbando en todo el campamento, fue tan desgarrador y violento que las hijas de Afrodita salieron despavoridas y alguno voltearon la cabeza, el pecho de Ares estaba ardiendo en una llama negra. Ahora solo quedábamos Zeus, Poseidón y yo. Zeus empezó a avanzar nuevamente contra mí, usando su rayo y lanzando un ataque directo contra mí, con mi espada desvié el rayo, pero no pude desviar completamente el ataque de Poseidón quien logro rozarme con su tridente en el brazo que estaba descubierto, ya que había una parte que la armadura no protegía. Hice una pequeña mueca de fastidio, no era exactamente dolor sino insatisfacción de haberles dejado que me hirieran.
Blandí mi espada contra el tridente de Poseidón nuevamente, pero esta vez con más fuerza, lo que resulto que se forma una onda expansiva que nos empujó a ambos hacia atrás, sinceramente no pensaba que ese tridente fuera tan poderoso, o tal vez era Poseidón quien no sabía manejar el verdadero poder dicho artefacto. Hasta Zeus estaba asombrado por la resistencia del tridente. Mientras que Poseidón se reponía, decidí terminar de una vez por todas con Zeus. El rey de los dioses volvió a enviarme un rayo, pero no solo eso, sino que lanzaba uno tras otro, haciendo que fuera más difícil desviar todos, así que me recubrí en agua y los rayos no surtían efecto sobre mí. Me acerque lentamente, deje caer mi espada sin ninguna preocupación, mientras el continuaba lanzándome rayos, me concentre en Poseidón mientras caminaba y usando los poderes de Chronos hice que el tiempo fuera lo más lento posible, así me daba tiempo de encargarme de Zeus.
Hice lo que hace mucho hubiera querido hacer. Empecé a golpearlo a puño limpio, golpe tras golpe, al comienzo solo retrocedía por mis golpes, pero a medida que los tornaba más fuertes y seguidos empezó a trastabillar, al punto de que tenía que sostenerlo para que no cayera al suelo, no tan rápido. Los hematomas que se formaron en su cara fueron realmente violentos, el icor que fluía por su cara adornaba su rostro como si fuera bañado por oro, lo que lo hacía más terrible. Los dioses que observaban jadeaban de horror por lo deforme y maltratado que estaba dejando a su ridículo rey. Finalmente sacie mi hambre de venganza sobre Zeus por lo que le había hecho a mi mamá, pero no por lo de que me había hecho hace mucho tiempo, exiliándome del campamento y maldiciéndome. Eso lo pagaría de una forma completamente diferente.
—No vuelva a tocar a Hestia… o lo último que veras será mi espada atravesando tu corazón, mientras de desvaneces para no regresar más —no sabía si me estaba escuchando, así que lo tome del cuello y lo levante, empezó a toser con dificultad —Veo que si me has escuchado… no olvides mis palabras —dije mientras lo estrelle contra el suelo retumbando con potencia en el impacto. Me acerque a Poseidón, tenía algo especial para él, saque el domino del tiempo sobre él y se vio sorprendido porque me encontraba a su lado. Me concentré y empecé a envolverlo en un manto de agua hasta el cuello, luchaba por salir de esa camisa de fuerza, pero mi dominio sobre el agua era superior al de él. Hice un agradecimiento mental a Pontus por esto.
—En vano tratas Poseidón de liberarte… mis poderes son superiores a los tuyos —gruño con rabia al escuchar que un simple semidiós era superior a él en poderes. —La pregunta Poseidón, puede que suene ilógico… pero ¿alguna vez te has ahogado? —sonreí ante su rostro de desconcierto, los campistas solo murmuraban, mientras los dioses intentaban apartar la mirada de lo que estaba por suceder. Era inevitable, Poseidón no podía salir libre de este intento de dañar a mamá solo para poder perjudicarme a mí. Lentamente empecé a desear que el agua fuera subiendo de su cuello hasta su boca y se fuera metiendo lentamente en su garganta, parecía que todo iba bien y que no le afectaba, me concentre más, hacer fluir energía del Caos por el agua, para hacer que las partículas de agua se empezaran a reunir en un solo lugar, separándose de las de aire, mientras más agua negra, más aire se reunía dentro de él, Poseidón, empezó a sentirlo, porque su respiración se tornaba pesada y su rostro se veía rojos por la presión, pero luego empezó a verse pálido, luego azul… y sus manos intentaban librarse de lo que sea que estuviera quitándole el suministro de aire. No pude evitar sentir satisfacción de lo que estaba experimentando Poseidón.
—¡Hijo!... ya es suficiente… —escuché la voz de Hestia y perdí mi concentración y Poseidón cayó al suelo estrepitosamente empezó a toser icor. Los dioses miraron a Hestia con sorpresa por las palabras que habían salido de su boca. Fueron palabras de desesperación y me pesó en el corazón, ninguno de mis capitanes o Piper habían apartado la mirada o se habían horrorizado por esto, pero mamá jamás fue partidaria de la violencia, al ser la diosa del hogar era más bien pacífica y conciliadora, ella también sabía que no podía esperar que yo me quedara de brazos cruzados ante lo que ellos habían hecho con ella. Todo estaban en silencio esperando tácitamente una explicación de lo que acababa de decir Hestia.
—Hestia es mi mamá… no se alarmen, ella me adopto solamente hace ya muchos, muchos años —expliqué con firmeza, pero yo sabía que Hestia me quería como si ella me hubiera dado a luz. Todos asintieron ante los nuevos datos de nuestra relación —No se atrevan, ninguno de ustedes a colocar un dedo sobre mi madre o lo lamentaran, esto ha sido solo un juego comparado con lo que puedo llegar a hacerles —dije amenazante, para luego volverme hacia mi madre y acercarme hacia donde ella reposaba, su estado se veía más estable y pude sentir que su fuerza estaba recuperándose. Silena me sonrió levemente y luego me dejo al lado de mamá. Piper estaba también al lado de Hestia —Me alegro que estés bien mamá —creo que ella podía ver a través de la sombra. Eso me preocupaba.
—Gracias por salvarme Aetos —me pellizco la mejilla con simpatía. —Tenemos mucho de qué hablar —sentenció con un poco más de seriedad. Asentí con nerviosismo. Le hice una seña a Tyson y abrió un portal para mamá.
—Te veré dentro de poco, lo prometo, solo procura descansar —le dije mientras Tyson la levantaba del suelo y entraban por el portal, rumbo a nuestro pequeño lugar secreto, ese sería un buen lugar para descansar, cuando el portal se cerró me gire para ver a los olímpicos —Será mejor que se vayan olímpicos… nosotros podemos presentarnos solos —uno por uno fueron brillando lejos, Apolo y Hermes se encargaron de llevarse a un Ares inconsciente y a Zeus que estaba aturdido por la paliza que le había propinado, Poseidón me dio una dura mirada mientras el icor seguía saliendo de su boca antes de desaparecer en una brisa. Solo quedaron Artemisa, Atenea que estaba clavada en un árbol, Hefesto y Hades. Tyson mantenía a Artemisa con su espada en el cuello. Nos miramos por un segundo y luego accedió a dejarla libre, como era de esperarse, Artemisa se levantó de manera orgullosa, dándole a Tyson una mirada asesina. Artemisa tomo en sus brazos a Phoebe que permanecía inconsciente y luego empezó a retirarse con sus cazadoras, no sin antes darse vuelta para ver a Zoe.
—¿Vienes con nosotras? —la cara de Zoe se asombró por lo directo de la insinuación de Artemisa. Zoe me miro y no supe que decirle o cómo responderle solo le asentí con la cabeza. Finalmente paso lo que temía, Zoe se fue con las cazadoras, quienes salieron del campamento en silencio. Todos los campistas se agruparon alrededor nuestro. Vi como Annabeth corría hacia su madre, quien aún permanecía clavada al árbol. Y cuando logro liberarla Atenea salía brillando rumbo a su amado Olimpo.
—Hefesto, Hades gracias por permanecer al margen de esto…será un placer tenerlos entrenando con nosotros —dijo Piper amablemente a los dioses, quienes asintieron con cortesía para luego brillar fuera del campamento.
—¡Campistas! —llame su atención con un fuerte grito. Quirón y compañía guardaron silencio para escuchar lo que tenía que decir. —Somos miembros del ejército Caos, estamos aquí para ayudar… no somos el enemigo lo que han visto es solo una muestra de lo que podemos hacer si deciden tratarnos como el enemigo… por el contrario venimos a entrenarlos para los eventos que están por venir —todos guardaban silencio.
—Como sabemos que son amigos —salió al frente Clarisse con su típica actitud defensiva y agresiva. Sonreí al recordar el casi abrazo que me había dado cuando me desterraron de este lugar.
—Tenemos semidioses como ustedes entre nuestro equipo —le hice una seña a Silena para que se mostrara a todos. La cara de Clarisse no tenía precio, no es como si fuera demasiado expresiva y cariñosa, pero Clarisse y Silena habían desarrollado una atípica amistad, sobre todo se fortaleció cuando Beck murió en ese fatídico día. Uno por uno fuimos presentándonos, al menos los que así habían decidido. La cabaña de Afrodita chillo al ver el regreso de la ex líder de cabaña. Lo mismo paso con Beck quien fue bien recibido por sus hermanos. No hubo tiempo para presentar a Zoe quien se había retirado con las cazadoras, no sabía cómo hablar con Tyson sobre eso, no sabía si consolarlo o simplemente dejar que las cosas siguieran su curso.
—¿Y ustedes no se van a mostrar? —preguntó Annabeth dirigiéndose a nosotros 3 quienes no habíamos decidido revelarnos. Su tono era un poco áspero, pero sin ser cauteloso. Piper se me adelanto, podía sentir el remolino de fuerza que estaba acumulado en ella.
—Todavía no es tiempo que sepan quienes somos… a su tiempo, tal vez —dijo Piper con cierto aire de esperanza girando su cabeza para mirarme. Asentí ante sus declaraciones.
—Bienvenidos al campamento —Quirón se adelantó. Estreche su mano con una mezcla de muchos sentimientos melancolía, dolor, alegría, esperanza.
—Gracias Quirón… es un gusto estar de vuelta —luego me arrepentí de lo que dije. Sentí que me invadía la ansiedad por lo que había dicho.
—¿Has estado aquí antes? —pregunto Nico con curiosidad en sus ojos. No podía mentirles, suficiente era con tener que ocultarles mi identidad.
—Soy campeón Caos… sabemos y conocemos muchos lugares —dijo Piper arreglando mi error.
—Mi nombre es Aetos… y ella es Thyra, somos los campeones y comandantes Caos —Piper quien asintió. Algunos saludaron con la mano como Leo, quien se veía entusiasmado, con la llegada de Beck, supongo que lograría sacarle algunos trucos de forja de armas. —Ya conocéis a Silena, Beck… y la mujer que salió con Artemisa es Zoe Nightshade la mítica ex teniente de Artemisa, junto con Tyson y Sky —dije señalando a Thalia quien estaba cruzada de brazos con su mirada dirigida a cierto hijo de Hades, que tenía a su lado a quien percibí como una hija de Atenea. —Ellos son los capitanes de los ejércitos… dentro de poco el ejército vendrá a ayudarles a combatir, pero ustedes deben prepararse y es en eso en lo que ayudaremos por ahora —dije con determinación en mis palabras.
—Yo soy... —la figura de Nico se dejó sentir en medio de la conversación.
—Nico, hijo de Hades… lo sabemos —dijo Thalia y no pude evitar sonreír y supongo que todos sonreímos internamente, se veía tan ansiosa su voz por decir su nombre, pero también cierta tensión al ver a la hija de Afrodita al lado de Nico ¿celos?
—Seguirás tu entrenamiento con Tyson… y también entrenaras con Thyra y conmigo, junto con los otros líderes de cabaña y pretores romanos —dije con naturalidad, vi como Jason y Annabeth se acercaron casi con ganas de protestar.
—¿Qué hay de nosotros? —Jason preguntó señalando a Annabeth junto con él.
—¿A qué te refieres? —pregunté un poco extrañado, yo sabía que Annabeth era líder de la cabaña de Atenea y Jason era pretor.
—Ella no es más líder de cabaña y yo no soy pretor… ¿en qué grupo entramos nosotros? —ok me perdí totalmente de lo que había pasado, como es que Annabeth dejo de ser líder de cabaña sino había nadie más capaz que ella dentro de las hijas de Atenea. Y en cuanto a Jason, aunque sé que Afrodita lo había maldecido no me esperaba que perdiera su puesto de pretor. Vi como Reyna fruncía el ceño cuando Jason hablo sobre su ex puesto de pretor.
—Creo que ellos pueden entrenar con el grupo de líderes… después de todo en algún momento lo fueron —dijo Piper con cierta amargura en sus palabras. No me atreví a contradecirle porque sabía que si ella había tomado esa decisión era porque no veía ningún inconveniente.
—Los demás campistas se dividirán en grupos y especialidades para entrenar con los capitanes… organizaremos periódicamente torneos y competencia de habilidad para promover el trabajo en equipo. Creo que eso sería todo —todos vitorearon cuando se habló de desafíos y torneos —¡Bueno!... hora de entrenar!... busquen sus armas y vuelvan en 30 minutos —dije con un suspiro, ahora se venía la parte fácil de esta misión, me preocupaba más lo que pasaría cuando viniera Nix, Érebo, su campeón y su ejército. Me gire para ver a Piper cruzada de brazos mirando a Jason y Annabeth irse en busca de su armamento.
—¿Estás segura sobre eso? —pregunte un poco tímido. Asintió apoyando su mano en mi hombre, el solo toque me hizo desear no haberle preguntado nada. Caí de rodillas por el intenso dolor que me provoco. Estaba pasando, estaba pasando y no sabía cómo hacer para que esto se detuviera, esta inseguridad, este tormento. No podía ver el campamento, ver a Annabeth, todos estos recuerdos y sentir tan cerca a Piper.
—¿Estas bien Percy? —susurro a mi oído, pero podía ver la desesperación de sus palabras.
Los chicos se me acercaron y me ayudaron a levantarme, lo hice con cuidad, pero todavía sentía que algo no estaba bien. Supongo que al estar en el mundo terrenal el poder y la influencia de Fobos se acrecentó sobre mí. Al estar fuera de su alcance el poder del ataque de Fobos se reducía, pero al estar aquí era completamente impredecible y sumamente doloroso.
—Déjame revisar eso —Silena empezó a desabrochar mi armadura y levantaba mi sudadera para que pudiera revisar la herida. Hizo algo que nunca le había permitido que hiciera, concentro un poco de poder, una luz amarillenta sobre la herida. Sentí una punzada que me hizo cerrar os ojos, pero sentí que la carne empezó a cerrarse lentamente, aunque no completamente y luego hizo lo mismo poniendo sus manos sobre mis sienes sobre la capucha, sentí un intenso dolor nuevamente que me hizo suspirar hondamente, pero al final sentí el silencio. —Vaya parece que funciona… al menos temporalmente —Piper me dio la mano para que me levantara.
—Gracias… —estaba jadeando, pero estaba agradecido, me sonrió y luego me dejo para que pudiera arreglarme la sudadera y la armadura. —Vamos que tenemos que entrenar semidioses —dije con un poco de entusiasmo para desestimar lo que había acontecido.
—¡Estás loco! ¡necesitas descansar! —grito un poco exaltada Piper. Sabía que se preocupaba, pero yo tenía deberes que cumplir.
—Estaré bien, no es nada —no tenía tiempo para cuidar de estos detalles mientras avanzaba hacia el centro de la arena y saque mi espada para blandirla y probar el desempeño de mi brazo. Dolía como el infierno, pero no podía mostrar debilidad, no ahora, al poco tiempo vinieron los chicos para unirse a mí en un pre calentamiento. Cosas impensables estaban por pasar y quería estar seguro de dejar un ejército de semidioses bien entrenados.