THALIA
— FLASHBACK —
Nos encontrábamos cazando un grupo de monstruos en el centro del país, Lady Artemisa nos había comento hace un tiempo atrás la misión que se le había encomendado a Percy, no pude evitar sentir un poco de pena, y mucha molestia, pues sabía que no había podido tener tiempo a solas con Annabeth, y sé que Percy la amaba con toda el alma. Pero finalmente Percy había regresado así que ahora podría pasar tiempo con Annabeth, tal vez hasta formalizar el compromiso, la sola idea me hacía tan feliz, mi primo y mi mejor amiga juntos.
Fui sacada de mis pensamientos cuando Artemisa apareció a unos pocos metros.
—¡Thalia a mi tienda ahora! —el nerviosismo era evidente en su voz, así que no perdí más tiempo y corrí siguiéndola hacia su tienda. Una vez dentro me invito a sentarme.
—Debes saber lo que acaba de pasar —siempre había sido un poco ansiosa, pero esta vez la cara de Artemisa me preocupaba un poco más.
—¿Que es mi señora? —tomó mi mano y me sentó a su lado.
—Percy Jackson ha sido desterrado del campamento y ha sido maldecido por los dioses —abrí los ojos los más humanamente posible de manera incrédula ante esta declaración.
—¿Queeeeee? ¿cómo? ¿por qué? ¿qué paso? ¿dónde está? ¡debemos encontrarlo! —yo empezaba a echar chispas y las nubes tormentosas se escuchaban a lo lejos.
—¡Calma Thalia! —me dijo con voz firme, mientras yo luchaba por controlarme y no desatar mi ira contra el campamento. ¡No podía creer lo que había escuchado, como puede ser Percy sea desterrado, el salvo a los malditos dioses! acabó con Kronos y lucho sin parar durante la guerra con Gea ¡rechazo la inmortalidad 2 veces! no podía dar crédito a las palabras de Artemisa.
—Yo voy a contarte ahora lo que ha pasado, pero necesito que estés controlada ¿OK? No quiero un desastre en el campamento ¿sí? —asentí y procedió a contarme todo lo que paso, la reacción de los campistas, los dioses, la maldición, yo tenía una mezcla de emociones por un lado lloraba amargamente, sabiendo que Percy vagaba por algún parte perseguido por los monstruos que podían percibir su fuerte olor y encima de eso con el corazón roto por la perra de Annabeth. Por otra parte, la ira intentaba controlarme, y desatar una devastación a mi alrededor, no podía creer que Poseidón había traicionado a Percy y le había dado la espalda proponiendo que lo destierren, ¡y mi padre lo maldijo! esto era inaceptable.
—Mi señora debo encontrarlo él... ¡él puede estar en peligro! —dije con lágrimas en los ojos.
—¡No Thalia! No podemos hacer nada por él, solo esperar que sobreviva y que en algún momento los dioses quieran perdonarlo —no era justo, no merecía esto y nosotros debíamos hacer algo por él.
—Pero... —fui cortado por abrazo de Artemisa
—Entiendo tu preocupación, pero tenemos un trabajo que terminar aún. Los monstruos se empiezan a agrupar por la costa este, así que debemos evitarlo —me aparto del abrazo. —Percy estará bien, él tiene demasiada buena suerte como para morir por simples monstruos, intentaremos encontrarnos con él —no pude evitar sonreír ligeramente, pero sabía que las probabilidades eran pocas.
—Está bien mi señora... —dije suspirando de frustración por no poder hacer nada.
— FIN DE FLASHBACK —
||||—||||—||||—||||
Han pasado 2 años, desde que Percy fue expulsado del campamento. Cada cierto tiempo hablo por IM con Nico para asegurarme que Percy sigue vivo. Nada ha vuelto a ser lo mismo desde que el desapareció, al menos no para mí. No logre hablar con Percy por IM, supongo que tiene algo que ver con que es un desterrado y su ubicación está bloqueada para el resto de sus amigos. No logre convencer a Artemisa de ir a buscarlo, y no la culpo porque ir contra los dioses afectaría a toda la caza, pero yo no podía dejar de estar preocupada por mi primo, y triste porque su destino estaba marcado por el dolor y la decepción.
Muchos de los dioses tuvieron problemas con sus hijos debido a que no podían tener noticias de Percy y mucho menos iniciar una búsqueda ya que todos queríamos saber que había sido de Percy. Se había formado cierto alejamiento por parte de los semidioses para con sus padres, así que en su afán de limar asperezas y hacer olvidar al ex héroe del Olimpo, los dioses ofrecieron a sus hijos (los 7 menos Percy) la inmortalidad. Mark (en reemplazo de Percy), acepto inmediatamente y fue nombrado príncipe del mar (¡maldito bastardo! ¡pronto tendré mi venganza, ya que Artemisa no nos había permitido ir al campamento después de lo que paso con Percy, supongo que temía que también terminaran desterrándome a mi). Annabeth también acepto la inmortalidad y su madre estaba tan orgullosa y aliviada de poder tener a su "gran" hija a su lado por siempre, Leo acepto solo porque su padre le pidió que lo hiciera. Jason también recibió la inmortalidad, y ahora vivía en el campamento Júpiter donde esperaba recuperar su antiguo puesto de Pretor, que se veía amenazado por Octavio. Frank y Hazel también aceptaron, Piper acepto la inmortalidad solo por Jason, ahora ella vivía en el campamento. También se le concedió la inmortalidad a Reina y a Nico, aunque Nico prefirió la inmortalidad parcial como las cazadoras.
Saqué una dracma para enviarle un IM a Nico como era costumbre para saber si sabía algo de Percy. Lo que me hizo hervir la sangre, y me dio una profunda punzada al corazón. Él estaba sentado en un acantilado con cierta chica, que por las características parecía ser una hija de Afrodita. Contuve la respiración y traté de contar hasta 10 y luego decidí hablar.
NICO
Sabes que estar todo el tiempo en el inframundo no te hace la persona más sociable del mundo, ni mucho menos la que mejor se expresa. Pero estando en el inframundo se me hace más fácil poder sentir si es que alguien muere, así que decidí abandonar el campamento para poder estar alerta en caso de que algo malo le sucediera a Percy.
Han pasado 2 años y no hay noticia de él, supimos luego por boca de los mismos dioses que habían bloqueado el acceso al IM de parte de cualquier campista o dios menor, solo los dioses podían saber su ubicación, así mismo nos impidieron iniciar cualquier búsqueda.
Decidí tomarme un respiro del inframundo y volví al campamento a visitar a los amigos, pero como les dije no soy bueno con las personas, soy torpe y muchos podrían considerarme aburrido. Los chicos me animaban a salir con las chicas de la cabina de Afrodita, pero yo rechazaba esa opción, NO SE LO DIGAN A NADIE, pero tengo un flechazo, casi imposible con cierta cazadora, y aunque sé que jamás podrá ser, siento que la estoy traicionando si es que accedía a salir con alguna chica.
Pero al final termine cediendo, al cabo que no voy a casarme con ella ni nada por el estilo, me propuse tratar de ser amable por lo menos e intentara de mantener una conversación amigable. La susodicha se llamaba Lucy, y créanme cuando les digo que no daba lugar a dudar de que fuera una hija de Afrodita. Tenía el cabello color chocolate con unos bucles que descansaban sobre sus hombros de manera coqueta. Tenía unos ojos color azul cielo que hacían su mirada hechizante, con una figura bien definida. No sé cómo lograron convencerla de salir conmigo, pero al parecer acepto. Habíamos quedado en encontrarnos en el campo de fresas en la tarde, pues a esa hora no habría nadie y podríamos conversar con tranquilidad. Ella estaba esperando por mí así que nos sentamos en el pasto. El silencio era incomodo, no me atrevía a verla a los ojos.
Pensé en un tema en que podríamos hablar, pero no se me ocurrió ninguno. Así que decidí empezar a contarle sobre la búsqueda de Percy y que yo sabía que estaba vivo aun, ella me pregunto que se sentía cuando alguien muere, y yo le empecé a contar las sensaciones de un hijo de Hades. De pronto sentí una voz potente detrás de mí.
—¡Nico! —me sobresalte, me gire para ver quién era. Ella. Tragué amargamente.
—Hey cara pino ¿qué pasa? —le dije con inocencia esperando que no estuviera enojada por haberla llamado así. Me equivoque.
—¡No me llames así!! —sentía como que estaba a punto de enviarme un rayo directo al pecho a través del IM. Se veía tan linda enojada… ¡No! ¡No! ¡Focus!
—Calma, calma —levantando las manos en señal de rendición le sonreí maliciosamente.
—¡Lo que sea! solo quería saber si tienes noticias o algo acerca de Percy —solo sabía que estaba vivo
—No, no tengo nada, pero te puedo asegurar que sigue vivo —le dije tratando de sonar lo más tranquilo posible.
—OK, eso sería todo —suspiró hondamente —que disfrutes de tu cita —¡ouch! fue su tiro de gracia antes de finalizar la conexión dejándome sin lugar a reacción.
—Maldición Di Angelo ¡la jodiste! —me dije a mi mismo.
—Creo, creo que es mejor que nos vayamos —le dije a Lucy que mi miraba traviesamente. Maldita sea es una hija de Afrodita ¡claro que puede ver que tengo sentimientos por Thalia! Ella se iba retirando cuando se giró.
—No lo arruines Nico, trata de arreglar las cosas ¿OK? —y luego se fue dejándome parado, yo aún no podía hablar, en parte de asombro por las reacciones de Lucy y Thalia, así como también el temor de haber arruinado mi diminuta oportunidad de mostrarle a Thalia que yo existía. ¡Piensa Nico… Piensa!
PIPER
La inmortalidad, tengo que admitir que era un poco reacia a aceptarla, sentía que no era para mí en este tiempo, pero lo acepte porque Jason también lo había hecho y no podía dejarlo solo, así que bueno. Me mude al campamento Júpiter para estar con Jason y poder pasar tiempo juntos, lo habíamos logrado llevar regularmente bien, ya que sus funciones como Pretor lo mantienen ocupado.
Yo aquí solo soy una campista más, aparte de la novia de Jason, al ser una hija de Afrodita no me destaco por mis habilidades en el combate, aunque Hazel estuvo entrenando y enseñándome el uso de las armas. A pesar de que Jason y yo lo llevábamos bien pude notar que había algo que lo estaba preocupando, algo que no lo dejaba tranquilo, en repetidas veces le pregunté que era esto, y el solo me evadía diciendo que la gente del senado estaba presionando con ciertas cosas, pero que no era nada importante.
Hoy se habían reunido nuevamente y yo no podía asistir, ya que no formaba parte de ninguna legión y mucho menos tenía algún cargo así que decidí dar un paseo, y me dirigí al Tíber a arrojar unas piedras y mojar los pies, mientras se celebraba la asamblea, no paso más de una hora cuando vi a la gente salir así que me dirigí hacia donde estaba Jason para ver si podíamos hacer algo, ya que estaba muy aburrida. Yo me disponía a abrir la puerta del salón cuando no pude evitar escuchar la conversación, pude reconocer a Jason, Reyna, Octavio y un par de miembros del senado.
—Entonces ¿esta es la única forma? —pregunto Jason.
—Tú sabes que si, al menos si quieres mantenerte como Pretor —le respondió uno de los ancianos del senado. Octavio sonreía maliciosamente.
—Debes pensar en lo mejor para los romanos, es tu deber —le dijo Reyna con solemnidad. Yo no podía entender de qué estaban hablando.
—¿Cuándo debo darte mi respuesta? —la voz de Jason se notaba preocupada.
—Tienes 3 días hasta que se celebre una nueva reunión del senado, entonces nos dirás tu respuesta. Recuerda que eres un hijo de Roma y aunque las relaciones entre griegos y romanos están estrechas después de la guerra no significa que todos estén de acuerdo, así que piénsalo —le dijo uno de los ancianos y luego se retiraron, rápidamente me escondí para no ser detectado, corrí hacia un lugar solitario para pensar, necesitaba ayuda, decidí pedirle ayuda a mi madre, así que hice una pequeña oración. Mi madre apareció en medio de una nube color rosa intenso y se sentó a mi lado.
—Hey Piper cariño ¿qué pasa? —me daba vergüenza siendo una hija de Afrodita pensar que podía tener el corazón roto para el fin de semana.
—Mamá algo anda mal, necesito tu ayuda —le dije tratando de calmarme.
—Lo sé hija, mmmm he podido sentir un debilitamiento en tu relación con Jason, dime ¿qué está pasando? —me preguntó mientras tomaba mi mano para calmarme. Esto era raro, no es que no sea una madre amorosa, pero supongo que verla entrometerse en la vida amorosa de los demás me hacía pensar que no podía ser una buena mamá.
—Escuché a los senadores dándole un ultimátum a Jason, como que debía hacer algo para poder seguir siendo Pretor, la verdad no entendí, pero solo tiene 3 días para decidir —mi mamá se quedó pensando un rato tratando de ordenar las piezas, yo está un poco ansiosa, supongo que pudo sentirlo porque me dijo.
—Pipes querida —suspiró. —No te preocupes —me lo dijo con una tranquilidad supongo que le puso algo de charmspeak porque empecé a tranquilizarme lentamente. —Jason tiene que tomar una decisión importante así que procura mantenerte calmada ¿OK? —¡maldito charmspeak! suspiré soltando toda la ansiedad.
—Está bien mamá, lo intentare —pero no tenía ni idea de que mantener la calma fuera a tomar todas mis energías.
—Bueno es hora de irme querida —y desapareció dejando una nube rosa con fuerte olor a perfume francés. Me propuse mantenerme calmada para no preocupar a Jason ni que se enterara de que había oído la conversación que había tenido. Así que decidí dedicarme a entrenar en estos días a la espera de la respuesta de Jason al senado.
JASON
3 días... asegurar mí puesto como Pretor o mi relación con Piper. Básicamente el consejo no quería que sus pretores se unieran con "graecus". Habían lanzado todo tipo de adjetivos sobre los griegos, los cuales no fui capaces de detener. Aunque las cosas entre griegos y romanos estaban bien después de la guerra, no todos compartían ese entusiasmo.
Sabía que si elegía a Piper no podría seguir viviendo en el campamento Júpiter, no me rebajaría a ser solo un legionario. Y si me iba al campamento mestizo no podría ser un líder como lo era aquí ya que ellos tenían a Percy. ¿Poder o amor? Ese era mi dilema.
Había procurado mantenerme aislado para poder pensar. No me di cuenta que ya habían pasado los 3 días que me dieron para decidir. Me dirigí al campo de entrenamiento donde vi a mi novia entrenando duramente con una espada. Me acerque haciéndole notar mi presencia.
—¡Hey! —le dije, ella había estado entrenando muy duro y aunque las armas no era un rubro que se daba con naturalidad, sí que lo estaba intentando.
—¿Hey que tal? —se acercó para darme un beso, pero levanté la cabeza y le di un beso en su frente, ella frunció el ceño.
—¿Entrenando duro? —le pregunte estúpidamente ante lo obvio de la situación.
—Ohhh sí, no quiero que digan que la novia del Pretor Jason Grace no puede defenderse apropiadamente —me dijo dándome una sonrisa coqueta, yo solo trague... esto lo hace más difícil.
—Claro —dije fríamente. A quien quiero engañar ella es hija de la diosa del amor no puedo ocultarle la frialdad del corazón. Me miro como analizándome.
—¿Pasa algo malo? —pregunto frunciendo el ceño mientras envainaba su espada.
—No... No —mentí descaradamente, no quería así que dije una media verdad. —Es solo la reunión de hoy en la tarde, me tiene preocupado, hay que tomar algunas decisiones importantes... solo eso.
—Oh ¿quieres que demos un paseo y hablar de eso? —me respondió buscando mis ojos. Y yo los esquivaba.
—No, será mejor que descanse un poco y me prepare para esta noche —le respondí mientras que mi mente y mi corazón sopesaban mis opciones.
—Está bien —dijo con decepción. —¿Nos veremos luego? —me pregunto esperanzada, no sabía que contestarle, sentía un nudo en la garganta
—No lo sé —fue lo único que se me ocurrió y me fui dejándola con una cara de confusión. Me dirigí a mi habitación y procuré dormir un poco antes de la reunión. Yo había tomado una decisión.
Ese mismo día por la noche...
La gente se agolpo en el gran salón para presenciar la reunión, estaban todos los ancianos del senado, los líderes de las diferentes legiones con sus respectivos oficiales y otras personas que tenían derecho de acudir a la reunión. Había 2 sillas en un extremo del salón para Reyna y para mí. Procedimos a dar inicio a la reunión. El primero en intervenir fue el principal del senado, el cual hizo toda una apología sobre mi regreso al pretorato, para luego abordar el tema de fondo.
—Como saben estamos en paz con nuestros amigos los griegos. Se terminaron las peleas y los viejos rencores, pero eso no significa que debemos mezclarnos con ellos. Somos romanos ante todo y tenemos un legado de cesares y emperadores, es por este motivo y por las leyes que no se les permite a los pretores mezclar su sangre romana con sangre griega —el murmullo de la gente no se hizo esperar y se escucharon algún otro insulto y ofensa sobre el honor y la valentía griega.
—¡Silencio! —grito Reyna. —El principal aún no ha terminado —hizo un gesto dándole el pase para que continuara.
—Es por ese motivo que estamos reunidos, el pretor Jason ha tenido el tiempo suficiente para pensar su situación, como saben tiene una novia griega, obviamente si él decide declinar podrá continuar su relación, con nuestra bendición, pero si toma la opción de continuar en su cargo deberá elegir una mujer con sangre y costumbres romanas —hubo un silencio en la sala que solo se oía el sonido del viento azotando una ventana. Yo me puse de pie en medio de ese silencio. Y di un paso al frente.
—Soy romano, hijo de Júpiter, he tenido el honor de servir como Pretor durante varios años, he peleado dos guerras y he tenido la suerte de sobrevivir. Agradezco la confianza depositada en mi —respire hondo sabiendo que una vez que diga mi decisión no habrá vuelta atrás. —He decidido continuar en mi cargo de Pretor y continuar el legado de los pretores romanos con todas disposiciones que el senado ha decretado —la gente estallo en vítores y alegría, pero me topé con unos ojos llorosos y llenos de dolor de una figura que se encontraba detrás de una de las columnas del salón: Piper. Ella salió corriendo, y yo intente salir detrás de ella, pero todos me abordaban para saludar mi decisión. Sabía que le había roto el corazón, pero también sabía que mi palabra de romano era irrevocable, aparte de que no quería ser un don nadie toda mi vida inmortal.