🏠 Llegada a casa de Nicole
Nicole y Alex regresaban juntos de la casa de él, con la mochila lista para la pijamada. Caminaban pegados, riendo bajito, como si el mundo entero se hubiera reducido a ellos dos.
Al llegar, tocaron el timbre. La puerta se abrió y apareció Luisa, la madre de Nicole.
Al verlos, se sorprendió con una sonrisa.
—¡Pero miren! Nicole llegó con Alex tan pegada que parece que no quiere soltarlo.
Nicole se sonrojó, mientras Alex sonreía divertido.
La madre rió y añadió:
—Ella es así cuando extraña algo.
—¡Mamá! No digas eso —protestó Nicole, escondiendo el rostro en el hombro de Alex.
Alex no pudo contener la risa, disfrutando del comentario de Luisa.
—Me alegra que me extrañe tanto —dijo con picardía.
Nicole lo pellizcó suavemente en el brazo, pero no lo soltó.
🛏️ En la habitación
Subieron juntos a la habitación de Nicole. Ella abrió la puerta y lo invitó a pasar.
—Puedes acomodarte, haz como si fuera tu casa.
Alex estaba sentado en la cama, mirando alrededor con curiosidad.
—Tu habitación es muy adorable… —dijo con una sonrisa sincera.
Nicole se conmovió, pero enseguida se colocó detrás de él, con una sonrisa traviesa.
—¿Adorable, eh? —susurró, como si estuviera planeando algo.
Alex giró apenas la cabeza, curioso.
—¿Qué vas a hacer?
Nicole levantó las manos y, de repente, le tapó los ojos con ellas.
—¡Sorpresa! Ahora no ves nada.
Alex rió, intentando apartar sus manos.
—¡Nicole! ¿Qué es esto?
—Shhh… —respondió ella, divertida—. Tenés que adivinar qué estoy haciendo.
Alex, con los ojos cubiertos, fingió dramatismo.
—Seguro me vas a hacer cosquillas.
Nicole sonrió y, en lugar de eso, le despeinó aún más el cabello con sus dedos.
—¡Ahora sí estás adorable!
Alex se quitó las manos de encima y la miró, con el pelo completamente revuelto.
—¡Nicole! Me acabás de arruinar.
Ella se dobló de la risa, escondiendo el rostro en su hombro.
—Es que estabas demasiado perfecto, tenía que equilibrar.
Alex la miró con fingida seriedad, pero sus ojos brillaban de picardía.
—¿Ah sí? Pues ahora me toca a mí.
Nicole retrocedió un poco, aún sonriendo.
—¡No! Yo soy la reina de las bromas.
Alex se inclinó hacia ella de golpe y comenzó a hacerle cosquillas en la cintura.
—¡A ver si la reina aguanta esto!
Nicole soltó un grito entre risas, intentando escapar.
—¡Alex, basta! ¡No vale!
Pero él no se detuvo, disfrutando de verla reír tanto.
—¿Quién es adorable ahora?
Nicole, entre carcajadas, se dejó caer sobre la cama, tratando de cubrirse.
—¡Me rindo, me rindo! —dijo con voz entrecortada, todavía riendo.
Alex se detuvo y la miró con ternura, inclinándose sobre ella.
—Eso pensé.
Nicole lo miró con las mejillas encendidas, aún recuperando el aliento.
—Eres insoportable… pero me encanta.
Alex sonrió y le dio un beso rápido en la frente.
—Y yo adoro que seas mi Gatita traviesa.
🛏️ El juego del apodo
Después de tantas risas y bromas, Alex se dejó caer sobre la cama, agotado pero feliz. Cerró los ojos un momento, respirando hondo, mientras Nicole lo observaba con una sonrisa traviesa.
Ella se acercó despacio, y sin pensarlo demasiado, se subió encima de él, apoyando sus manos en su pecho.
Alex abrió los ojos de golpe, sonrojado.
—N-Nicole… ¿qué haces?
Nicole lo miró con picardía, inclinándose un poco más.
—Alex Nicolas Collado… —dijo, pronunciando su nombre completo con tono serio—. Si no me pones un apodo lindo, no me bajo.
Alex se quedó helado, con las mejillas encendidas.
—¿Un apodo? Pero ya te digo "amor" todo el tiempo…
Nicole negó con la cabeza, divertida.
—No, quiero uno especial. Solo nuestro.
Alex pensó rápido, aún nervioso por tenerla tan cerca.
—Mmm… "Estrellita".
Nicole frunció la nariz.
—Muy cursi. Otro.
—"Gatita".
Nicole rió, pero negó otra vez.
—Ese ya lo usaste. Quiero algo nuevo.
Alex suspiró, rendido.
—Entonces dime tú cuál quieres.
Nicole lo miró con ternura, bajando la voz.
—Llámame Osita.
Alex sonrió, con el corazón acelerado.
—Está bien… desde ahora sos mi Osita.
Nicole se emocionó tanto que lo abrazó fuerte, escondiendo el rostro en su cuello.
—¡Me encanta!
Alex, aún sonrojado, la rodeó con sus brazos, disfrutando de la calidez del momento.
—Mi Osita traviesa… —susurró, con una sonrisa tímida.
Nicole rió bajito, feliz de haber conseguido lo que quería, y se quedó abrazada a él, sintiendo que ese apodo era un nuevo lazo entre los dos.
📱 El teléfono de Alex
Nicole estaba recostada sobre Alex, disfrutando de las caricias que él le hacía en el cabello. De repente levantó la mirada con una sonrisa traviesa.
—Alex… préstame tu teléfono. Quiero ver con quién hablas.
Alex la miró tranquilo, sin dudar.
—Claro, toma. Sabes que no tengo a nadie.
Nicole lo tomó y entró a WhatsApp. Al instante, sus ojos se iluminaron al ver que estaba anclada arriba junto con los padres de ella.
—¡Ay, Alex! Sos tan detallista… —dijo con ternura, sonrojada.
Alex sonrió, mientras seguía jugando con las cosas de chica que había en la habitación de Nicole, tocando curiosamente sus accesorios y perfumes.
—Me gusta tenerte ahí, siempre primero.
Nicole rió bajito, pero aún con picardía.
—Bueno, quiero seguir revisando.
—Adelante —respondió él, confiado.
🔍 La inspección
Nicole pasó un rato revisando, hasta que levantó la mirada con gesto curioso.
—Está todo bien… solo que vi que tenés a Valentina agregada.
Alex se acomodó, mirándola con calma.
—Sí. Como ya me perdonó, somos amigos. Además, me contó que le gusta Dan.
Nicole arqueó una ceja, divertida.
—Lo vi. Vi ese mensaje donde ella te dijo eso.
Alex sonrió, acercándose a ella.
—Entonces sabes que no hay nada raro. Solo amistad.
Nicole lo miró con ternura, cerrando el teléfono y apoyando la cabeza en su pecho.
—Está bien… confío en vos.
Alex la abrazó fuerte, acariciándole el cabello.
—Y yo en vos, Osita.
Nicole sonrió emocionada al escuchar su nuevo apodo, sintiendo que esa confianza mutua era lo que hacía su relación tan especial.
🎬 La propuesta de Nicole
La tarde avanzaba tranquila en la habitación de Nicole. Entre risas y bromas, ella de pronto se acomodó en la cama y miró a Alex con una sonrisa traviesa.
—¿Sabés qué quiero hacer ahora?
Alex levantó una ceja, curioso.
—¿Qué cosa?
—Ver una película de terror.
Alex la miró sorprendido, con una sonrisa incrédula.
—¿De terror? ¿Y no te da miedo?
Nicole se encogió de hombros, juguetona.
—Un poco…
Alex se rió, recordando.
—¿Un poco? ¡Si en la feria estabas temblando en la carpa de terror!
Nicole le dio un empujoncito en el hombro, fingiendo molestia.
—¡No exageres! Eso fue distinto.
🍿 Preparativos
Nicole se levantó y asomó la cabeza por la puerta.
—Mamá, ¿me haces palomitas, por favor?
Luisa, desde la cocina, respondió con voz alegre:
—Claro, mi niña.
Al rato, entró con un tazón grande de palomitas recién hechas, el aroma llenando la habitación.
—Aquí tienen. Disfruten la película.
Nicole sonrió y la tomó con entusiasmo.
—Gracias, mamá.
Alex la miró divertido.
—Ya tenemos todo el kit de terror: película, palomitas… y tus gritos.
Nicole le sacó la lengua, riendo.
—Tonto.
📺 La película comienza
Nicole encendió la televisión y buscó la película que había visto en un cartel días atrás. El título aparecía en la pantalla con música inquietante.
Ella se acomodó en la cama, con una manta ligera sobre las piernas, y puso el tazón de palomitas entre ambos.
Alex se recostó a su lado, relajado, mientras Nicole se tapaba la boca con la manta, dejando solo sus ojos asomados. Sus manos estaban juntas en el regazo, tensas.
Alex la miró y sonrió.
—Sos muy miedosa.
Nicole lo miró de reojo, con la manta aún sobre la boca.
—No incomodo.
—No, al contrario —respondió él, divertido—. Sos adorable cuando te asustás.
Nicole se sonrojó, bajando la mirada, pero no dijo nada.
😱 La escena de tensión
La película avanzaba. La música se volvía más oscura, los pasos del asesino resonaban en un pasillo estrecho. La víctima estaba acorralada contra la pared, respirando rápido.
Nicole apretó la manta contra su rostro, sus ojos abiertos de par en par.
—Ay, no… —susurró, con voz temblorosa.
Alex la miraba de reojo, divertido pero atento.
—Tranquila, Osita. Es solo una película.
De repente, el asesino atacó. La pantalla se llenó de gritos y música estridente.
Nicole dio un grito de susto y, sin pensarlo, se lanzó hacia Alex, abrazándolo fuerte.
—¡Ahhh!
Alex se quedó helado un segundo, sonrojado hasta las orejas. Pero enseguida la rodeó con sus brazos, apretándola contra su pecho.
—Tranquila, estoy acá.
Nicole escondió la cara en su hombro, temblando un poco.
—No quiero dejar de verla… pero abrázame más.
Alex la sostuvo con firmeza, acariciándole la espalda suavemente.
—Así está mejor.
Nicole asintió, aún abrazada, mientras la película seguía. Cada sonido de tensión la hacía apretarse más contra él, y Alex, aunque nervioso, no la soltaba.
💞 El refugio en su abrazo
La película continuaba, pero para Nicole el verdadero refugio estaba en los brazos de Alex. Cada susto se convertía en una excusa para acercarse más, y cada caricia de él la tranquilizaba.
Alex, aún sonrojado, pensaba que nunca había visto a Nicole tan vulnerable y tan tierna al mismo tiempo.
Ella, entre risas nerviosas y suspiros, sentía que el miedo se volvía más llevadero porque él estaba ahí, abrazándola.
La película era de terror, sí.
Pero para ellos, esa noche se estaba convirtiendo en una historia de confianza, risas y un amor que se fortalecía incluso en medio de los sustos.
🌙 Después de la película
La película terminó, pero Nicole todavía temblaba un poco. Sus manos seguían apretando la manta y sus ojos miraban la pantalla como si las imágenes pudieran volver a saltar en cualquier momento.
Alex la abrazó con calma, acariciándole el cabello.
—Tranquila, Osita… solo estaban actuando. No era real.
Nicole lo miró con una mezcla de incredulidad y ternura.
—Para mí sí parecía real… —susurró, aún con el corazón acelerado.
Alex sonrió, apretándola un poco más contra su pecho.
—Yo estoy acá. No te va a pasar nada.
Nicole cerró los ojos, respirando hondo, y poco a poco fue recuperando la calma.
🚿 El baño
Al rato, Nicole se levantó y tomó una decisión.
—Voy a darme un baño.
Alex asintió, pero ella lo miró con seriedad traviesa.
—No te voy a echar de la habitación… pero mirá a otro lado. Si me ves, te bloqueo.
Alex levantó las manos en señal de rendición, riendo.
—Nunca haría eso. Confía en mí.
Nicole lo miró un segundo más, y luego, confiada, se desnudó con naturalidad, se envolvió en una toalla y caminó hacia el baño.
Mientras se duchaba, Alex le hablaba desde la habitación, con tono ligero para mantener la cercanía.
—¿Ya se te pasó el miedo?
—Un poco… —respondió ella desde el baño—. Pero todavía pienso en esa escena.
—Entonces después vemos algo más alegre —dijo él, sonriendo.
Nicole rió desde la ducha, sintiéndose tranquila con su voz acompañándola.
👕 La salida del baño
Al terminar, Nicole salió con ropa cómoda: un short suave y una camiseta holgada. Su cabello aún húmedo caía sobre sus hombros.
Alex la miró y, sin poder evitarlo, soltó un comentario romántico.
—Te ves preciosa así… tan natural.
Nicole se sonrojó de inmediato, bajando la mirada.
—No digas eso… —murmuró, aunque en el fondo le encantaba escucharlo.
Alex se acercó despacio, con una sonrisa tímida.
—Lo digo porque es verdad.
Nicole lo miró, con las mejillas encendidas, y se mordió el labio para ocultar su emoción.
✨ La propuesta romántica
Alex, queriendo prolongar el momento, se levantó y le tendió la mano.
—¿Sabés qué quiero hacer ahora?
Nicole lo miró curiosa.
—¿Qué?
—Salir al patio trasero. Quiero ver las estrellas contigo.
Nicole abrió los ojos, sorprendida y encantada.
—¿En serio?
—Sí. Quiero que sea un momento solo nuestro.
Nicole sonrió, emocionada, y tomó su mano con fuerza.
—Me encanta la idea. Vamos.
🌌 El cielo como testigo
Nicole y Alex estaban sentados en el césped del patio trasero. El aire fresco de la noche acariciaba sus rostros, y el cielo se extendía sobre ellos como un manto infinito lleno de estrellas titilantes.
Nicole levantó la mirada, con los ojos brillando de emoción.
—Son tan hermosas… —susurró, como si las estrellas fueran un secreto compartido.
Alex la observaba de reojo. No miraba tanto el cielo como a ella, iluminada por la luz tenue de la noche. Para él, la verdadera estrella estaba justo a su lado.
💞 El beso bajo el cielo
Alex se inclinó un poco más hacia ella, con el corazón latiendo rápido.
—¿Sabés qué? —dijo bajito—. Me dan ganas de besarte.
Nicole lo miró, sonrojada, y murmuró con una sonrisa tímida:
—Confianzudo…
Pero cerró los ojos, como si le diera permiso sin palabras.
Alex se acercó despacio y la besó. Fue un beso suave, lento, que se mezclaba con el aire fresco de la noche y el murmullo lejano de la ciudad. Nicole respondió al beso, apoyando una mano en su pecho, sintiendo cómo él la rodeaba con cuidado.
Cuando se separaron, ella sonrió, aún con las mejillas encendidas.
—Eres un confianzudo… pero me gusta.
✨ El anillo dorado
Alex respiró hondo, como si reuniera valor. Metió la mano en el bolsillo y sacó un pequeño objeto que brilló bajo la luz de las estrellas: un anillo dorado.
Nicole lo miró sorprendida, con los ojos abiertos de par en par.
—¿Alex… qué es eso?
Él sostuvo el anillo con firmeza, mirándola con ternura.
—Sé que somos muy jóvenes para comprometernos de verdad… pero quiero que este anillo sea un símbolo.
Nicole lo escuchaba en silencio, con el corazón latiendo fuerte.
—Con este anillo me comprometo a amarte siempre. No importa lo que pase, ni cuánto tiempo pase… siempre voy a elegirte.
💧 Las lágrimas junto al beso
Las palabras de Alex atravesaron a Nicole como un susurro profundo. Sintió que la emoción la desbordaba y, sin poder contenerlo, sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Alex… —murmuró, con la voz quebrada.
Las lágrimas rodaron por sus mejillas mientras lo abrazaba con fuerza. Él, sorprendido, la sostuvo con ternura.
—No llores, Osita… no quiero verte triste.
Nicole negó con la cabeza, aún abrazada.
—No son lágrimas de tristeza… son de felicidad.
Alex sonrió, y antes de colocarle el anillo en la palma, volvió a besarla. Esta vez fue un beso más profundo, cargado de emoción, como si quisiera sellar la promesa en sus labios.
Cuando se separaron, él le entregó el anillo.
—No es un compromiso de matrimonio… es un compromiso de amor.
Nicole lo apretó contra su pecho, aún con lágrimas en los ojos.
—Entonces yo también me comprometo… a amarte siempre.
🌙 El abrazo eterno
Se quedaron abrazados bajo el cielo estrellado, con el anillo dorado brillando entre ellos y el recuerdo del beso latiendo en sus corazones. Nicole apoyó la cabeza en su hombro, y él la rodeó con sus brazos, acariciándole el cabello.
—Este momento… —susurró ella—. Quiero recordarlo toda mi vida.
Alex la miró con ternura y le dio otro beso suave en la frente.
—Yo también, Osita. Y cada vez que mires ese anillo, quiero que recuerdes que siempre voy a estar para vos.
Nicole cerró los ojos, dejando que las estrellas fueran testigos de un amor que, aunque joven, ya se sentía eterno.
🚿 El permiso y la espera
Al volver al cuarto, Alex dejó su mochila en un rincón y miró a Nicole con una sonrisa tímida.
—¿Me das permiso para bañarme aquí?
Nicole lo miró sorprendida, pero respondió de inmediato, con esa dulzura que siempre lo desarmaba.
—Claro que sí. Haz como si fuera tu casa.
Alex sonrió agradecido, tomó su ropa cómoda y entró al baño. El sonido del agua llenó la habitación, mientras Nicole se quedaba sola, recostada en la cama.
El silencio la hizo juguetona. Sus ojos se posaron sobre el teléfono de Alex, que descansaba en la mesa de noche.
📱 La travesura
Nicole lo tomó con una sonrisa traviesa. Lo desbloqueó y entró a un grupo de amigos de Alex. Sin pensarlo demasiado, escribió un solo mensaje:
"Ayuda 😅"
De inmediato dejó el celular a un lado y se tapó la boca para contener la risa. El eco de las notificaciones empezó a sonar, uno tras otro, como una lluvia de mensajes preocupados.
Desde el baño, Alex escuchó su risa y levantó la voz, curioso:
—¿Qué pasa? ¿Por qué te reís tanto?
Nicole, aún riendo, respondió con inocencia fingida:
—Nada… no es nada.
Pero sus hombros temblaban de tanto contener la carcajada.
🚪 La salida del baño
Minutos después, Alex salió del baño con una camiseta holgada y pantalón corto. Su cabello aún húmedo le daba un aire relajado y atractivo.
Nicole lo saludó con una sonrisa inocente, como si nada hubiera pasado.
—Hola…
Alex la miró con sospecha, arqueando una ceja.
—Algo hiciste.
Nicole se encogió de hombros, fingiendo inocencia.
—¿Yo? Nada.
Alex tomó su teléfono y lo desbloqueó. Al instante, vio decenas de mensajes en el grupo de amigos:
—"¿Qué pasó?"
—"¿Estás bien?"
—"¿Dónde estás?"
—"¡Respóndenos ya!"
Alex abrió los ojos, incrédulo.
—¡Nicole! ¿Qué hiciste?
Ella se dobló de la risa, escondiendo el rostro en la almohada.
—Solo escribí 'Ayuda'… de broma.
Alex suspiró, pero no pudo evitar reír también. Se apresuró a escribir en el grupo:
"Tranquilos, todo bien. Fue una broma de Nicole."
Los mensajes de alivio empezaron a llegar, acompañados de bromas hacia él:
—"Tu novia nos va a matar de un susto."
—"Ya sabemos quién manda ahí."
—"Alex, controlá a esa traviesa."
Alex miró a Nicole, que estaba acostada con una risita traviesa, y negó con la cabeza.
🤭 La segunda ronda
—¿Querés segunda ronda? —preguntó Alex, con una sonrisa cómplice.
Nicole lo miró con los ojos brillando de picardía.
—No.
Alex arqueó una ceja y, sin esperar respuesta, se tiró sobre ella.
—Entonces te toca recibir cosquillas.
Nicole gritó entre risas, intentando escapar.
—¡Alex, no! ¡Basta!
Pero él no se detuvo, disfrutando de verla reír tanto.
—Esto es tu castigo por molestar a mis amigos.
Nicole, entre carcajadas, trataba de cubrirse con la manta.
—¡Me rindo, me rindo!
Alex se detuvo y la miró con ternura, aún encima de ella.
—Así me gusta.
Nicole, sonrojada y riendo, lo abrazó fuerte.
—Eres insoportable… pero te amo.
Alex la besó suavemente en la frente.
—Y yo amo que seas mi Osita traviesa.
🌙 El ambiente previo
La habitación estaba tranquila, iluminada por la lámpara suave de la mesa de noche. Nicole y Alex ya habían pasado por risas y bromas, pero ahora el silencio los envolvía. Afuera, los grillos cantaban, y dentro del cuarto todo parecía detenerse.
Nicole estaba recostada a su lado, mirándolo con esa sonrisa que mezclaba ternura y picardía. Alex, con ropa cómoda y el cabello aún húmedo, la observaba con calma, aunque en su interior sentía que el corazón le latía más rápido.
💞 Nicole toma la iniciativa
De repente, Nicole se incorporó y, con un movimiento natural, se acomodó sobre las piernas de Alex, quedando frente a él. Sus manos se apoyaron en su pecho, y sus ojos brillaban con emoción.
Alex se quedó sorprendido, sonrojado, pero no apartó la mirada.
—Nicole… —susurró, con voz temblorosa.
Ella no respondió. Se inclinó y lo besó. Un beso suave, corto. Luego otro. Y otro más.
Alex cerró los ojos y la rodeó con sus brazos, respondiendo a cada beso con ternura. No eran besos exagerados, sino muchos, seguidos, como si cada uno fuera una forma de decir "te elijo".
🔥 La lluvia de besos
Nicole sonreía entre beso y beso, riendo bajito.
—Confianzudo… —murmuró, divertida.
Alex rió contra sus labios.
—Y vos me dejás serlo.
Ella volvió a besarlo, esta vez más largo, y luego otro más rápido, juguetón. Alex la sostenía por la cintura, disfrutando de la cercanía, mientras Nicole seguía "comiéndolo a besos", sin pausa, como si quisiera grabar ese momento en su memoria.
Sus respiraciones se mezclaban, y el calor del instante hacía que todo lo demás desapareciera.
🌌 El cierre íntimo
Después de varios minutos de besos, Nicole apoyó la frente contra la de Alex, aún sobre sus piernas. Sus mejillas estaban encendidas y sus labios rojos por la intensidad.
Alex la acarició suavemente en la espalda, dándole un beso en la frente.
—Te amo, Osita.
Nicole lo miró con los ojos brillando, y respondió bajito:
—Yo también te amo.
Se quedaron abrazados, con Nicole aún sobre sus piernas, dándose besos más tranquilos, cortos y dulces, hasta que el cansancio empezó a vencerlos.
La noche cerró con ellos entrelazados, respirando juntos, sabiendo que esos besos serían un recuerdo eterno de su primera pijamada.
🌙 Preparativos para dormir
La habitación estaba en calma. La lámpara de la mesa de noche iluminaba con un tono cálido, y el silencio de la casa hacía que todo se sintiera más íntimo. Nicole se acomodó bajo la manta, con el cabello aún húmedo y el rostro encendido por todo lo que habían vivido esa noche.
Alex, ya con ropa cómoda, se tumbó a su lado. Ambos estaban cansados, pero la energía de la pijamada todavía vibraba en el aire.
Nicole lo miró con una sonrisa tranquila.
—¿Ya listo para dormir?
Alex asintió, acercándose un poco más.
—Listo… aunque me gusta estar despierto contigo.
💞 El abrazo de Nicole
Nicole se giró hacia él y lo abrazó fuerte, rodeándolo con sus brazos como si no quisiera soltarlo. Alex se sorprendió, pero enseguida la correspondió, acariciándole suavemente la espalda.
Ella apoyó la cabeza en su hombro y, con voz bajita y dulce, susurró:
—Esta noche… vas a ser mi osito.
Alex abrió los ojos, sonrojado, y la miró con ternura.
—¿Tu osito?
Nicole asintió, riendo bajito.
—Sí. Mi osito para abrazar.
Y antes de que él pudiera responder, le dio un beso suave en la mejilla.
🌌 El cierre íntimo
Alex se quedó quieto un segundo, con el corazón latiendo fuerte. Luego sonrió, acariciando su cabello.
—Me gusta ser tu osito.
Nicole cerró los ojos, aún abrazada a él.
—Entonces no te suelto hasta mañana.
Ambos se acomodaron bajo la manta, entrelazados, con Nicole abrazándolo como si fuera su peluche favorito. Alex la sostuvo con ternura, y poco a poco sus respiraciones se fueron sincronizando.
La lámpara quedó encendida un rato más, iluminando la escena de dos corazones que habían convertido una simple pijamada en un recuerdo eterno.
Y así, entre besos en la mejilla y abrazos cálidos, la noche cerró con ellos durmiendo juntos, más cerca que nunca.
"Fin del Capitulo 32-T2E8"
