La historia comienza con una chica llamada Nicole, de 13 años. Es su primer día de clases en 2do C, y está emocionada por mostrarle el colegio a sus amigos que se inscribieron ese año. Pero eso será en el recreo.
Ya en su nueva aula, toma asiento cerca de su amiga Michelle.
—Hola Nicole, no pensé que vendrías hoy —dijo Michelle. —¡Ah, hola Michelle! Sobre eso... me obligaron a venir. Además, mi primo y mi mejor amigo están aquí este año —respondió Nicole. —¿Tu primo y tu amigo? Qué suerte. Oye, ¿me los presentas? —Ay, qué chistosa. Bueno, hablamos después, ya viene el profesor guía.
Entra al aula la profesora Esther, maestra de Lengua Española y nueva guía de 2do C. Se presenta y pide a la clase que cada uno diga su nombre, edad y color favorito, para que los nuevos se conozcan.
Cuando llega el turno de Nicole —que es muy tímida frente a los demás— habla en voz baja, nerviosa:
—Ehh... me presento, soy Ángela Nicole... te-tengo 13 años y-y mi color favorito es el morado...
La maestra acepta su presentación con comprensión, sabiendo lo nerviosa que es.
Luego, Esther propone una actividad para la primera semana escolar: cada día formarán un corazón con piezas que representan valores. El valor de hoy es "Esperanza", y deben escribir una descripción sobre lo que significa para poder salir al recreo.
Nicole, experta en escritura y descripciones, lo hace muy bien. La maestra se sorprende por su trabajo y la deja salir antes. Pero Nicole decide esperar a Michelle.
Cuando Michelle termina, ambas van a la cafetería a comprar chucherías. Nicole la invita a acompañarla a ver a sus primos, pero Michelle ya tenía otros planes, así que Nicole va sola.
De camino, se topa con algo peculiar: ve a un chico que le resulta familiar. Hay algo en él que le llama la atención, aunque no sabe qué es.
Nicole se encuentra con sus primos Elian y Grey.
—Hola chicos, ¿les gusta el ambiente del colegio? —pregunta Nicole. —Es igual que una secundaria pública, solo que aquí enseñan mejor —dice Elian. —No opinaré mucho, es mi primera vez en secundaria, pero no me gusta tanto —comenta Grey. —Tranquilo, después te adaptas. Yo odiaba este lugar cuando llegué, pero ahora me gusta. —Lo dice la que decía que no tenía amigos —bromea Elian—. Pero te aceptamos aunque seas insociable. —Estúpido... —responde Nicole, señalando un pabellón—. ¿Qué tal si vamos a ese pabellón azul?
—Buena idea, hay privacidad —dice Grey. —Está bien, y de paso desayunamos —añade Elianl
Llegan al pabellón, sacan sus loncheras y desayunan. Luego, comienzan a chismear
—Oye Nicole —dice Grey, pensativo—, ¿quién es el chico que te gusta? —Se llama Shantell... es muy guapo —responde Nicole, sonrojada y nerviosa. —Dices que es guapo pero no nos lo enseñas —frunce el ceño Elian. —Buen punto —añade Grey. —Es que me da pena acercarme... me puede rechazar y dejarme en ridículo... —confiesa Nicole. —Sí que quedó traumada por la última vez que la rechazaron —dice Grey. —Cierto. Pero sabes que no todos los chicos son iguales, ¿verdad? —le recuerda Elian. —¡No es por eso! —responde Nicole, un poco molesta—. Es que no sé cómo calmar mis nervios. —No te podemos ayudar mucho en eso, cada quien es diferente —dicen Grey y Elian con certeza.
El recreo termina y cada uno regresa a su aula.
Mientras sube las escaleras, Nicole vuelve a ver al chico de antes. Él le devuelve la mirada, pero ella, por timidez, aparta la vista rápidamente. El chico entra a su aula.
Nicole llega a su salón y nota que Michelle no está. Al preguntar, le dicen que se fue en el recreo porque le dolía la cabeza. Nicole se pone un poco triste al saberlo.La clase transcurre lenta para Nicole. Sentada sola, sin ánimo ni compañía, se siente invisible. Su mirada se clava en la pantalla del aula, donde el reloj digital parece burlarse de ella. Cada minuto se arrastra como si el tiempo supiera que ella lo está esperando.
"¿Por qué no llega el recreo ya?" —piensa, inquieta, moviendo el pie bajo la mesa.
Cuando por fin suena el timbre del almuerzo, Nicole se levanta con desgano. Sale del aula como si escapara de una prisión emocional, y se dirige al pabellón donde suele reunirse con sus primos.
Al llegar, nota que *Elian* no está. Solo ve a *Grey, rodeado de sus nuevos amigos. Nicole duda si acercarse, pero algo más llama su atención: **el chico que había visto antes* está allí también. Su corazón da un pequeño salto.
"No... no voy a pensar en eso. No sé si me gusta o no. Mejor no me confundo." —se dice, desviando la mirada con rapidez.
Se acerca solo para buscar a Elian, pero los amigos de Grey la reciben con simpatía.
—¿Tú eres Nicole, verdad? Grey nos habló de ti —dice uno de ellos.
—Sí, soy yo... solo venía a ver si Elian estaba por aquí —responde ella, con una sonrisa tímida.
—No ha llegado aún, pero si quieres, quédate —ofrece otro.
Nicole agradece, pero sabe que estar rodeada de tantos chicos la pone nerviosa. Después de unos minutos, se despide con cortesía y se aleja.
Mientras camina por el patio, ve a una amiga suya —una chica alegre y chispeante. La llamaremos *Julieta*.
—¡Julieta! —llama Nicole, aliviada de ver una cara familiar.
—¡Nicole! ¿Cómo va tu día? Te ves como si hubieras corrido una maratón —bromea Julieta.
—Más bien como si me hubiera tropezado con ella —responde Nicole, riendo.
Ambas se sientan en una banca y empiezan a hablar de todo: clases, profesores, chismes del día. Nicole se siente más cómoda, más ella.
En medio de la conversación, Nicole nota que *el chico del pabellón ha bajado* y camina cerca de ellas. Su curiosidad la traiciona.
—Oye, Julieta... ¿tú conoces a ese chico? —pregunta, tratando de sonar casual.
—¿A Alex? Claro que sí. Es el nieto del secretario del colegio. Está en mi aula... y también con Grey.
—¿Alex...? —repite Nicole, sorprendida.
—Sí, ¿no lo sabías? Es amable, pero a veces es frio. ¿Te interesa? —pregunta Julieta, con una sonrisa pícara.
—¡No! O sea... no sé. Es que... lo he visto varias veces y... no sé —balbucea Nicole, sonrojada.
Julieta la mira con complicidad.
—Tranquila, solo es curiosidad... ¿o algo más?
Nicole no responde. Solo mira al suelo, sintiendo que algo dentro de ella empieza a moverse, aunque aún no sabe qué es.
Ese día de clases termina, pero Nicole no logra desconectarse. Su mente sigue atrapada en una imagen: *la cara de Alex*. No sabe por qué, pero algo en él le provoca una sensación extraña, como si su corazón estuviera tratando de decirle algo que su cabeza aún no entiende.
"¿Por qué no puedo dejar de pensar en él?" —se pregunta, mientras camina a casa.
Pero también piensa en *Shantell. En lo mucho que le gusta, y en lo imposible que parece. *"Él es demasiado para mí… nunca voy a ser su tipo." Esa idea se le clava como una espina.
📅 Al día siguiente
Nicole vuelve al colegio. Esta vez, *Michelle* está presente, pero todo se siente igual: la misma rutina, la misma incomodidad. Hoy toca *Educación Física* antes del recreo, así que todos se quedan en el patio después de la clase.
Cuando termina la actividad, Michelle se acerca a Nicole.
—¿Vamos a caminar juntas? —pregunta con una sonrisa.
Pero Nicole, aún dolida por lo que pasó el día anterior, decide vengarse.
—No puedo, tengo otros planes —responde con frialdad.
Michelle frunce el ceño, molesta por el rechazo. Nicole se aleja y va directo a los columpios, donde encuentra a *Julieta*.
—¡Ey, Nicole! ¿Qué tal la clase de hoy? —saluda Julieta, balanceándose.
—Agotadora... pero mejor que estar en el aula —responde Nicole, sentándose a su lado.
Empiezan a chismear, como siempre. Pero en medio de la conversación, *Shantell pasa cerca*. Julieta, sabiendo lo que Nicole siente por él, no puede resistirse.
—¡Shantell! —lo llama, con voz juguetona—. ¡A Nicole le gustas!
Nicole se congela. Su cara se pone roja, su corazón se acelera. Mira a Julieta, entre nerviosa y molesta.
—¡Julieta, no! ¿Por qué hiciste eso? —susurra, desesperada.
Pero lo peor está por venir. Shantell se detiene, la mira con desdén y responde:
—¿Ella? Jamás me gustaría alguien como ese tipo de chica.
Nicole siente que el mundo se le cae encima. Sin decir nada, se levanta y corre al baño. Se encierra en un cubículo, se sienta en el suelo y deja que las lágrimas salgan.
Minutos después, Julieta entra.
—Nicole... lo siento. No debí hacerlo. Pensé que sería divertido, pero me pasé.
Nicole la mira, con los ojos húmedos.
—Te perdono... pero no estuvo bien. Me humilló. Y tú lo hiciste peor.
Julieta asiente, arrepentida. Nicole se limpia la cara y respira hondo.
—Ya sé que Shantell no es el tipo de chico que quiero. Mejor lo borro de mi vida.
-🧠 En el aula
Nicole le cuenta todo a Michelle.
—Shantell me humilló. Julieta lo llamó y él dijo que nunca le gustaría alguien como yo.
Michelle la mira con frialdad.
—Eso te pasa por abandonarme ayer. Es el karma.
Nicole se le queda viendo.
—¿Y tú? ¿No me abandonaste cuando te fuiste enferma sin decir nada?
Michelle se queda callada. No hay respuesta.
Durante la clase, Nicole no logra concentrarse. Las palabras de Shantell se repiten en su mente como un eco cruel. Se imagina respondiéndole, humillándolo, pero sabe que no vale la pena. Solo se siente triste. Se deprime.🍽 En el almuerzo
Nicole no come. Se sienta sola en los columpios, pensando. El viento le mueve el cabello, pero ella no se mueve. Solo piensa.
Entonces, dos chicos se acercan. Uno de ellos es *Alex*.
—Hola —dice con su sonrisa amable—. ¿Tú eres la prima de Grey?
Nicole se pone nerviosa. "Hoy me veo horrible…" piensa, insegura.
—Sí, soy su prima —responde, bajando la mirada.
Alex le hace una seña a su amigo, que se sienta junto a ellos. Alex lo había convencido de acompañarlo.
—¿Te gusta este colegio? —pregunta Alex.
Nicole lo mira. Su cara, su voz, su forma de hablar… algo en él la hace sentir diferente. Pero responde como si nada.
—Más o menos. Hay días buenos y días como hoy.
—Entiendo. Yo también tengo días raros —dice Alex, con una sonrisa que no se borra.
Hablan durante todo el recreo. Alex le hace preguntas sencillas, pero con interés genuino. Nicole responde, y poco a poco se siente más cómoda.
—¿Y cómo te llamas? —pregunta Alex, para no seguir llamándola "prima de Grey".
—Nicole —responde ella, con una sonrisa tímida.
—Nicole... me gusta ese nombre —dice él, y desde ese momento, la llama así.
Cuando suena el timbre, Alex se despide con una sonrisa cálida.
—Nos vemos, Nicole.
Nicole se queda en los columpios, mirando el cielo. Pero en su mente, solo hay una imagen: *la cara de Alex*.
Cuando suena el timbre del final del recreo, Nicole se queda unos segundos más en los columpios, mirando el cielo. El viento le acaricia el rostro, pero lo que realmente la toca es *la sonrisa de Alex*, que sigue viva en su memoria.
No fue un día fácil. Shantell la humilló. Michelle la juzgó. Julieta se equivocó. Y ella misma se sintió fea, débil, invisible.
Pero entonces apareció *alguien que no la juzgó, que no la hizo sentir menos, que simplemente **la llamó por su nombre* y le habló como si fuera importante.
"Nicole..." —ese nombre, dicho con amabilidad, le devolvió algo que creía perdido.
Mientras camina de regreso al aula, no sabe si Alex será parte de su historia o solo un momento bonito. Pero por primera vez en mucho tiempo, *no se siente sola*.
Y aunque aún le duela lo que pasó, sabe que algo está cambiando. Que hay personas que la ven. Que hay días que pueden ser distintos.
Ese día, sin saberlo, Nicole empezó a escribir un nuevo capítulo. No en su cuaderno, sino en su corazón.
