WebNovels

Chapter 24 - Capitulo 23:Lo que no Viste Venir

🌪️ Una chispa torcida

Valentina, de 2do A, no paraba de mirar a Alex durante el partido.

No era solo por cómo jugaba.

Era por cómo se movía, cómo gritaba, cómo lideraba.

Cada pase suyo le provocaba mariposas en el estómago.

Pero todo se desmoronó cuando lo vio al final del partido.

Apoyado en una muleta, con el tobillo vendado…

Y con una chica abrazándolo.

Nicole.

Desde ese momento, algo oscuro se encendió en ella.

—Ella no se lo merece —murmuró.

Y así nació la idea.

Cruel.

Impulsiva.

Clara.

"Se lo voy a quitar. A las malas."

☀️ Recreo con sabor a dulces

Era recreo.

El sol caía sobre el patio del colegio, y el aire olía a frituras y risas adolescentes.

Nicole estaba en su aula cuando alguien apareció en la puerta.

Alex.

Apoyado en sus muletas, con la férula visible, pero con esa sonrisa que siempre le ganaba el corazón.

—¿Me extrañaste? —preguntó él.

Nicole se acercó, le dio un beso suave en la mejilla y le acarició el brazo con ternura.

—Un poquito —respondió, sonriendo.

🥤 Malteadas y miradas

—Vamos a la cafetería. Quiero ver si ya llegaron las malteadas —dijo Alex.

—¡Sí! Las de vainilla, ¿no?

Caminaron juntos, despacio.

Nicole ajustaba su paso al de él, sin apuro.

Como si el mundo pudiera esperar.

Al llegar, Nicole vio las malteadas en la vitrina.

Sus ojos brillaron.

—¿Querés que te la compre? —preguntó Alex.

—No, tengo dinero. Solo que no se me antoja ahora.

Nicole compró un par de dulces, sus favoritos.

Y al salir, Alex la miró con complicidad.

—¿Nos sentamos un rato? Hay un banquito desde donde se ve la cancha de voleibol.

—Me encanta ese lugar. Vamos.

🪑 Un banco, una vista… y alguien más

Se sentaron juntos, con la brisa suave y el sonido de los balones rebotando a lo lejos.

Nicole comía sus dulces, mientras Alex mantenía el pie elevado sobre su mochila.

Ella se inclinó un poco y apoyó su cabeza en su hombro sano, sin hacerle daño.

—¿Sabés qué? —dijo ella, con voz baja—. Me gusta este momento. Así, sin ruido.

Alex sonrió.

—A mí también.

Pero a unos metros, alguien los observaba.

Con una sonrisa torcida.

Y un plan en la cabeza.

Valentina.

Y lo que estaba por pasar…

Nadie lo vio venir.

🐍 La suerte de una mirada

Valentina estaba con su grupito, riéndose de algo que ni siquiera escuchaba.

Su atención estaba en otra parte.

En él.

Alex.

Sentado en el banquito con Nicole, justo donde se veía la cancha de voleibol.

Los vio juntos.

Cómodos.

Felices.

Y pensó: "Si tan solo ella se alejara un momento…"

Y entonces, la suerte le sonrió.

Nicole se levantó, estirándose con dulzura.

—¿Querés que te traiga una malteada? —preguntó.

—Sí, por favor —respondió Alex, sonriendo.

—Voy a ver si hay de vainilla.

Y se fue, caminando hacia la cafetería.

Valentina se enderezó.

Respiró hondo.

Y caminó hacia él.

🧊 Coqueteo con sabor a incomodidad

Alex estaba solo, con el pie elevado sobre su mochila.

El sol le daba en la cara, y el aire era tranquilo.

Hasta que la sombra de Valentina se posó frente a él.

—Hola, Alex —dijo ella, con voz dulce.

—Eh… hola.

—¿Estás mejor?

—Sí, gracias.

—Qué pena lo de tu pie. Aunque… te ves bien así.

Alex se tensó.

Miró hacia la cafetería.

No veía a Nicole.

—Estoy esperando a mi novia —dijo, marcando la palabra.

—Lo sé. Pero no estás hablando con ella ahora.

Valentina se sentó a su lado, demasiado cerca.

Alex se acomodó, incómodo.

—¿Querés algo? —preguntó él, por cortesía.

—Solo estar acá. Contigo.

Alex tragó saliva.

No quería ser grosero.

Pero algo no estaba bien.

Valentina se inclinó, tocándole el brazo.

—Sos muy lindo. Y muy tierno. Me encanta cómo jugás.

—Gracias… pero estoy con alguien.

—A veces, lo que uno tiene no es lo que merece.

Alex frunció el ceño.

Ya no era incómodo.

Era molesto.

🥤 Malteadas y paciencia

Nicole, en la cafetería, notó que la fila avanzaba lento.

Suspiró.

Pero decidió esperar.

Alex merecía su malteada.

Cuando llegó su turno, vio que quedaban solo dos.

No eran de vainilla.

Pero eran de fresa con crema.

Un sabor que también le gustaba.

—Bueno, no es lo que quería… pero sigue siendo dulce —dijo, sonriendo.

Pagó, tomó las dos malteadas, y salió rumbo al banquito.

💋 El beso que no fue amor

Valentina seguía ahí.

Coqueteando.

Tocando el brazo de Alex.

Sonriendo como si nada.

Alex ya estaba cansado.

Pero no decía nada.

No quería armar lío.

Y entonces, Valentina la vio.

A lo lejos.

Nicole, caminando con la cabeza baja, con las malteadas en las manos.

Valentina sonrió.

Y sin pensarlo, se inclinó…

Y le robó un beso a Alex.

Alex abrió los ojos, sorprendido, y la empujó con firmeza.

—¡¿Qué hacés?! ¡Estás loca!

Pero ya era tarde.

Nicole justo levantaba la mirada.

Y vio la escena.

💔 La malteada que cayó como un corazón roto

Nicole se quedó en shock.

Las malteadas cayeron al suelo, salpicando sus zapatos.

Sus ojos se llenaron de lágrimas.

—¡Sos un estúpido! —gritó, con la voz quebrada.

Y salió corriendo.

Sin mirar atrás.

Sin escuchar nada.

Alex quiso ir tras ella.

Pero su pie no le respondió.

La férula lo frenó.

La tristeza lo hundió.

Se quedó ahí.

Solo.

Con el corazón roto.

Y con Valentina alejándose como si nada.

🧨 Lágrimas en el aula

Nicole llegó corriendo a su aula.

Los ojos rojos, la respiración agitada, las manos temblando.

Hengely y Michelle estaban haciendo una tarea, concentradas, hasta que la vieron entrar.

—¿Nicole? —dijo Hengely, levantándose.

—¿Qué pasó? —preguntó Michelle, preocupada.

Nicole no respondió de inmediato.

Se dejó caer en su asiento, se cubrió el rostro, y soltó un llanto más fuerte.

—Me… me pegaron los cuernos —dijo entre sollozos.

Las chicas se miraron, dejaron todo lo que estaban haciendo, y fueron a abrazarla.

—¿Qué decís? ¿Quién? ¿Alex?

Nicole asintió, quebrada.

—Lo vi… con otra… se besaron… y yo… yo estaba ahí…

Michelle la sostuvo con fuerza.

—Ey, ey… tranquila. Contanos bien.

Nicole les explicó todo.

El banco.

La malteada.

El beso.

Hengely frunció el ceño.

—Eso suena raro. ¿Estás segura que él la besó?

—¡La vi! ¡Con mis ojos! —gritó Nicole, llorando más fuerte.

Michelle acarició su espalda.

—Puede haber sido un malentendido. No sé… Alex no parece de esos.

—No me importa. Me dolió. Y no quiero saber más de él.

📵 Silencio digital

Cuando terminó el recreo, Alex entró a su aula con la mirada baja.

Se sentó en su pupitre, sin hablar con nadie.

Sacó el celular.

Quiso escribirle a Nicole.

Pero algo lo detuvo.

No había foto de perfil.

Los mensajes no se enviaban.

No aparecía el doble check.

Lo había bloqueado.

Alex bajó el celular, sintiendo que el mundo se le cerraba encima.

—¿Qué pasó? —preguntó Leo, acercándose.

Alex apretó los dientes.

—Nicole malinterpretó algo. Me vio en una situación con Valentina… y no me quiere escuchar.

—¿Valentina? ¿La de 2do A?

—Sí. Me robó un beso. Yo no quería. Pero Nicole lo vio y pensó que fue mío.

Leo se sentó a su lado.

—Qué cagada. Pero no estás solo. Te voy a apoyar, ¿ok?

Alex lo miró, con los ojos apagados.

—Gracias.

Sonrió.

Pero solo un poco.

✍️ Escribir con el corazón roto

En otra aula, Nicole escribía en clase.

Su letra temblaba.

Su cara seguía manchada de lágrimas.

Cada palabra que anotaba parecía pesar el doble.

Hengely se acomodó a su lado, en silencio.

Le alcanzó un pañuelo.

Le tocó el brazo.

—Estoy acá —susurró.

Nicole no respondió.

Pero apretó el pañuelo con fuerza.

Como si fuera lo único que podía sostener en ese momento.

🧠 Una idea entre amigas

El segundo recreo llegó con un aire más denso.

Nicole estaba sentada entre Michelle y Hengely, en el mismo banco de siempre, pero con la mirada perdida.

Sus ojos seguían hinchados.

Sus labios, apretados.

Y su corazón, hecho trizas.

Michelle la miró de reojo.

No podía verla así.

—Voy al baño —dijo, levantándose.

Nicole asintió, sin sospechar nada.

Pero Michelle no fue al baño.

Fue directo hacia el otro extremo del patio.

Donde Alex estaba solo, sentado en un banquito, con la cabeza gacha y el pie estirado.

🧃 La verdad en voz baja

—Ey —dijo Michelle, parándose frente a él.

Alex levantó la vista, sorprendido.

—¿Michelle?

—¿Qué pasó?

Alex suspiró.

—Valentina me robó un beso. Nicole lo vio. Y ahora no me quiere hablar.

Michelle se cruzó de brazos.

—¿Te lo robó?

—Sí. Yo no quería. Estaba incómodo desde que se me acercó. Pero Nicole llegó justo cuando… —se interrumpió, frustrado—. No me dio tiempo de explicarle nada.

Michelle lo observó con atención.

No parecía estar mintiendo.

Y lo conocía lo suficiente para saberlo.

—Te creo —dijo al fin—.Valentina es muy así. Siempre buscando lo que no le pertenece.

Alex bajó la mirada.

—¿Podés ayudarme?

—Voy a intentar algo.

🤫 Un plan silencioso

Michelle volvió con sus amigas.

Se acercó a Hengely y le susurró algo al oído.

Luego ambas miraron a Nicole.

—Vamos a la cafetería —dijo Michelle.

—¿Vamos juntas? —preguntó Nicole, con voz bajita.

—No. Vos quedate acá. Pensá. Respiralo.

—Pero…

—Solo un rato. Te va a hacer bien.

Nicole frunció el ceño, confundida, pero no discutió.

Se quedó sentada, sola, con las piernas cruzadas y el alma hecha un nudo.

🩼 Un intento entre ruinas

Alex la vio.

Sola.

Sentada en el mismo banco donde todo había comenzado.

Respiró hondo.

Se apoyó en sus muletas.

Y fue hacia ella.

—Nicole —dijo, deteniéndose a un metro.

Ella lo miró.

Y se alejó un poco en el banco.

—Solo quiero que me escuches.

—Ya vi lo que tenía que ver —respondió ella, sin mirarlo.

—No fue lo que pensás. Valentina me besó. Yo no quería. Te juro que…

—No me jures nada. No me molestes.

Alex sintió cómo se le apretaba el pecho.

—No quiero perderte por algo que no hice.

Nicole se levantó, sin decir nada.

Y se fue.

Alex se quedó ahí.

Solo.

Otra vez.

Más triste que antes.

🏠 Lágrimas en la almohada

Nicole llegó a casa sin ganas de hablar.

Sin hambre.

Sin música.

Sin nada.

Se encerró en su cuarto, se dejó caer en la cama, y abrazó su almohada como si pudiera protegerla del recuerdo.

El beso.

Las malteadas en el suelo.

Su grito.

Su huida.

Lloró.

Lloró como no lo hacía desde hacía mucho.

Con el pecho apretado, la garganta cerrada y los ojos ardiendo.

Hengely le había escrito.

Michelle también.

Pero no respondió.

Solo quería silencio.

Y que el dolor se fuera.

📱 Un mensaje que no se envía

En otro cuarto, Alex también estaba solo.

Con el pie elevado, la férula al costado, y el celular en la mano.

Había escrito algo.

Una nota.

Un mensaje que no sabía si debía enviar.

"No sé cómo explicarte lo que pasó. No fue mi culpa. No fue lo que pensás. Solo quiero que me escuches. Porque te amo. Y no quiero perderte."

Lo leyó.

Lo releyó.

Y no lo envió.

Apagó la pantalla.

Se quedó mirando el techo.

Con el corazón en pausa.

"Dos cuartos distintos. Dos corazones rotos. Y un mensaje que aún espera ser leído."

"Fin del Capitulo 23"

More Chapters