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Chapter 6 - Capítulo Cinco: El Secreto de los Clones y el Infame Gato Tora

El primer rayo de sol apenas se asomaba por el horizonte cuando el despertador de Naruto, con su estridente repiqueteo, lo sacó de la cama. Había planeado levantarse temprano, pero hoy se había adelantado un poco más. Aún medio dormido, se levantó con una determinación renovada, recordando su conversación con Iruka-sensei. ¡Hoy comenzaba su verdadera rutina de entrenamiento!

Empezó con sus nuevas flexiones y abdominales, sintiendo el ardor en sus músculos, una sensación que le decía que estaba haciendo algo bien. Luego, salió a correr por las calles aún silenciosas de Konoha, el aire fresco llenándole los pulmones. Al regresar, practicó el Jutsu de Transformación, concentrándose con una seriedad que pocas veces mostraba, intentando transformarse en Iruka-sensei con más éxito que la vez anterior. Su Jutsu de Sustitución aún necesitaba trabajo, pero se sentía más rápido.

Llegó el momento de practicar el Multi-Clones de Sombras. Naruto formó los sellos, y con un estallido de humo, una docena de Narutos aparecieron en su pequeño apartamento. Cada clon era idéntico a él, con la misma expresión de concentración. Mientras les indicaba a algunos que siguieran con las flexiones y a otros que practicaran el Jutsu de Transformación, una extraña sensación lo invadió. De repente, una avalancha de pequeñas imágenes y sensaciones le inundó la mente. Era como si hubiera vivido varios minutos a la vez.

Fue entonces cuando lo entendió. Cuando un clon de sombra se disipaba, sus recuerdos y experiencias se transferían al cuerpo original. ¡Era una revelación increíble! Naruto abrió los ojos de par en par. Esto era... ¡genial! Podría enviar a sus clones a hacer cosas que requerían tiempo y esfuerzo mental, y él obtendría el conocimiento al instante.

"¡Eureka!", gritó Naruto. Sus clones, confundidos, parpadearon. "¡Ya sé para qué más sirven ustedes, bola de clones inútiles!", les dijo con una sonrisa traviesa.

Podría usar clones para leer libros de estrategia en la biblioteca, aprender jutsus más rápido de los pergaminos que pudiera encontrar, o incluso memorizar mapas. La única limitación era que los clones no transmitían el esfuerzo físico; si un clon hacía mil sentadillas, el Naruto original no sentiría nada. Eso significaba que el entrenamiento físico sí o sí tenía que hacerlo él mismo. ¡Pero esto era una ventaja enorme para volverse más inteligente y aprender más rápido!

Todavía era un poco temprano, pero decidió dirigirse al punto de encuentro para su primera misión. Con este nuevo conocimiento, se sentía más animado que nunca. Al llegar, para su sorpresa, Kakashi-sensei ya estaba allí, apoyado en el marco de la puerta, leyendo su pequeño libro naranja. Sakura y Sasuke también llegaron poco después, sus rostros denotando el mismo cansancio matutino.

"¡Kakashi-sensei, llegó temprano!", exclamó Naruto, asombrado.

Kakashi levantó una ceja (la visible) y sonrió. "Ustedes son los que llegaron tarde. Yo llevo aquí horas." Un suspiro resignado se escapó de Sakura.

Juntos, el Equipo Siete se dirigió a la oficina del Tercer Hokage, el Viejo Hokage como Naruto le decía con cariño. Al entrar, lo encontraron sentado en su escritorio, con Iruka-sensei a su lado, revisando unos documentos. El Hokage, al ver a Naruto, le dedicó una sonrisa paternal.

"Ah, Equipo Siete, pasen. ¿Listos para su primera misión?", dijo el Hokage, su voz cálida.

"¡Sí, Lord Hokage! ¡Estamos listos para cualquier cosa!", exclamó Naruto, lleno de energía.

"Bien, aquí tienen su primera misión de rango D", dijo el Hokage, entregando un pergamino.

Naruto lo arrebató con emoción, esperando una tarea épica. Pero al desenrollarlo y leer el contenido, su rostro se desinfló. Sus compañeros miraron por encima de su hombro, y sus expresiones también cayeron en picada.

"¡¿Atrapar a un gato perdido?!", exclamó Naruto con indignación. "¡Esto es muy aburrido!"

"¡Podríamos estar haciendo algo emocionante, no esto!", añadió Sakura, decepcionada. Sasuke solo frunció el ceño.

El Hokage y Iruka-sensei intercambiaron una mirada divertida. "Las misiones de rango D son la base de todo. También son importantes, por más simples que parezcan", explicó Iruka.

A regañadientes, el Equipo Siete aceptó. La misión del Gato Tora, un felino gordo y escurridizo que pertenecía a la excéntrica y dominante esposa del Daimyo, resultó ser una tortura. Pasaron horas persiguiéndolo por tejados, árboles y callejones. Tora era sorprendentemente ágil y, para frustración de Naruto, parecía disfrutar de la persecución. Hubo gritos, caídas y arañazos. Naruto, con su nuevo conocimiento sobre los clones de sombra, consideró usarlos para rodear al gato, pero Kakashi-sensei los mantuvo bajo estricta vigilancia, impidiendo cualquier truco extra.

Fue casi imposible, pero finalmente lo lograron. Con una maniobra desesperada y cómica donde Naruto quedó cubierto de arañazos, lograron acorralar y atrapar al gato Tora. El pobre felino maullaba furiosamente dentro de la jaula.

Con el gato a cuestas, el Equipo Siete regresó a la Torre Hokage para reportar la misión. La esposa del Daimyo ya los esperaba, y Naruto se encogió cuando ella arrebató al gato de la jaula, abrazándolo con una fuerza aplastante mientras Tora, con su mirada de derrota, maullaba su descontento.

"Excelente trabajo, Equipo Siete", dijo el Hokage, sonriendo. "Han completado su primera misión. ¡Felicidades!"

Al salir de la torre, Kakashi les dio una palmadita en la cabeza a cada uno. "Lo hicieron bien para ser su primera vez. Pero no subestimen ninguna misión, por simple que parezca."

El equipo se separó allí mismo. Sakura se fue con un suspiro de alivio, y Sasuke se alejó en silencio, probablemente para entrenar solo. Naruto, sin embargo, tenía su propia misión.

Aprovechó que aún quedaba algo de luz y fue directamente a su apartamento. No perdió tiempo y decidió poner en práctica su nueva idea. Con varios clones de sombra, envió a algunos a la biblioteca, mientras él y otros clones se enfocaban en la práctica de jutsus. Observó cómo los clones "leían" los libros a velocidad de la luz, mientras otros intentaban perfeccionar el Jutsu de Transformación y Sustitución. Al disiparlos, una avalancha de información sobre la historia de Konoha y algunos principios de tácticas ninja inundó su mente. Era un poco abrumador, pero increíblemente efectivo. Se sintió más inteligente al instante, una sensación extraña pero gratificante.

Después de un par de horas de entrenamiento intenso y estudio con sus clones, Naruto se sentía exhausto, pero satisfecho. Se dio un baño caliente, cenó algo rápido y se acostó en su cama.

Reflexionó sobre el día. La frustración de la misión del gato Tora, la revelación del secreto de los clones, y la primera misión exitosa. La prueba de Kakashi le había dado una lección invaluable: la verdadera fuerza no era solo el poder en bruto, sino el trabajo en equipo, la inteligencia y la disciplina. Por primera vez, Naruto se sentía en el camino correcto. Su plan de entrenamiento se sentía más real y alcanzable. Sabía que el camino sería largo y difícil, pero con esta nueva herramienta de los clones y el apoyo de Iruka-sensei, y quizás la inesperada curiosidad de Ino, el futuro no parecía tan solitario. La idea de ser Hokage se sentía, por fin, como algo verdaderamente posible. Con esos pensamientos, y la imagen de un gato gordo persiguiéndole, se quedó profundamente dormido.

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