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Chapter 172 - story inspired by the doujis for adults "Isekai Furin ll, Michibika Reshi Hitodzuma,Tachi to Bukiyo Tensei Yuusha" cuckload version part 1

Yuuto descubre a su esposa con otro hombre, una traición que lo excita y lo confunde. En un mundo de sueños y realidad, su deseo lo lleva a un lugar oscuro donde el placer es intenso. Al despertar, se encuentra en un mundo desconocido, con nuevas habilidades y una misteriosa mujer que lo guía. ¿Qué sucederá...?

Aida Yuuto se ajustó la corbata, sintiendo el peso de otro día agotador en la oficina. El aire acondicionado zumbaba débilmente, incapaz de aliviar el calor sofocante que se acumulaba en el pequeño apartamento. Al abrir la puerta principal, el sonido de una risa ahogada y el crujido de un colchón lo detuvieron en seco. Su corazón latía con fuerza mientras avanzaba sigilosamente hacia el dormitorio; cada paso resonaba en su mente como un tambor de guerra.

La escena que se desplegaba ante él era como una puñalada en el pecho. Su esposa Minako, la mujer con la que había prometido pasar el resto de su vida, estaba a horcajadas sobre otro hombre, sus cuerpos entrelazados en una danza de sudor y lujuria. Su largo cabello oscuro caía en cascada sobre su rostro, ocultando parcialmente sus labios morados, hinchados por los besos. Sus nalgas redondas y firmes se movían rítmicamente, subiendo y bajando sobre el miembro del desconocido. El sudor brillaba en su piel, resaltando cada curva, cada músculo tenso de placer.

Yuuto sintió una mezcla de ira y excitación. No podía apartar la mirada. Su mano se deslizó instintivamente hacia su entrepierna, sintiendo cómo su pene se endurecía bajo los pantalones. Era una traición, sí, pero también increíblemente erótico. Le sorprendió darse cuenta de lo realista que era todo. Cada gemido, cada movimiento, cada gota de sudor. Era como ver una película, pero cada sensación era tangible, cada sonido claro y nítido.

No pudo resistirse. Con manos temblorosas, se desabrochó el cinturón y liberó su miembro palpitante. Empezó a masturbarse, con la mirada fija en el cuerpo sudoroso de su esposa. Cada embestida que recibía, cada gemido que escapaba de sus labios, lo excitaba aún más. Se imaginó en el lugar del desconocido, sintiendo el calor húmedo de su esposa alrededor de su pene. Era una fantasía prohibida, pero no podía detenerse.

De repente, la escena cambió. Ya no estaba en la habitación, sino en un lugar oscuro, donde las siluetas de dos personas se movían en una danza de lujuria. No podía ver sus rostros, pero podía sentir cada detalle. Una mujer, de curvas generosas y piel suave, estaba arrodillada frente a él, sus labios envolviendo su pene con destreza experta. Tom gimió, con las manos enredadas en el cabello de la desconocida mientras ella lo llevaba al borde del éxtasis.

"¿Qué pasa?" murmuró, confundido pero demasiado emocionado para detenerse.

Se dio cuenta de que había renacido en una popular novela isekai para adultos o douji, pero al principio donde todo comenzó. 

No recibió respuesta, pero le dio igual. La sensación era demasiado intensa, demasiado real. La mujer lo montaba, moviendo las caderas en círculos lentos y pausados. Podía sentir cada centímetro de su interior, apretado y húmedo, envolviéndolo en un calor abrasador. Era como si su cuerpo supiera exactamente lo que necesitaba, como si cada movimiento estuviera diseñado para llevarlo al límite.

"¿Eres mi esposa?", preguntó, aunque sabía que no lo era. La silueta era diferente, pero la sensación era igual de intensa.

La mujer no respondió, pero sus movimientos se volvieron más urgentes, más desesperados. Tom sintió el placer crecer en su columna, a punto de explotar. Con un gemido gutural, llegó al clímax, su semen brotando en oleadas calientes dentro de la desconocida. Ella se desplomó sobre él, sus cuerpos cubiertos de sudor y satisfacción.

De repente, la oscuridad se disipó y se encontró de nuevo en el dormitorio, mirando a su esposa y al desconocido. Pero algo había cambiado. Ya no sentía la misma ira. En cambio, una extraña determinación lo invadió. Se acercó a la cama con pasos firmes y decididos. La mujer lo miró sorprendida, abriendo mucho los ojos al verlo.

"¿Yuuto?" preguntó con voz temblorosa.

No dijo nada. En cambio, la abrazó y la besó con una pasión que no había sentido en años. Sus labios se encontraron con los de ella, suaves y cálidos, y sintió que ella respondía al beso con la misma intensidad. Deslizó las manos hasta sus nalgas, apretándolas con fuerza mientras la levantaba.

"¿Qué estás haciendo?" preguntó, pero no había miedo en su voz, solo curiosidad.

"Vamos", fue todo lo que dijo.

Corrieron por la calle, aún desnudos y sudorosos. Yuuto sentía el calor de su esposa contra él, sus nalgas firmes bajo sus manos. Era una sensación de libertad, de liberación. Pero esa libertad duró poco. Un camión del famoso cliché isekai apareció de la nada, sus luces cegadoras iluminando la calle. No hubo tiempo para reaccionar. El impacto fue brutal, un dolor agudo, y entonces... la oscuridad transportó sus cuerpos a un espacio blanco con luces, y entonces...

Yuuto despertó en un lugar desconocido, con el cuerpo intacto, pero la mente confundida. Miró a su alrededor, intentando comprender qué había sucedido. Su esposa estaba a su lado, dormida, con el pecho subiendo y bajando suavemente. Se sintió aliviado de verla a salvo, pero también confundido. ¿Dónde estaban? ¿Qué había pasado?

Se levantó, dejando a su esposa descansando en la habitación. Bajó para registrarse en el mismo gremio. Actualmente, Yuuto se encuentra en una sala de alquiler del gremio. Curioso, coloca la mano sobre un formulario de registro, sintiendo una extraña energía recorriéndole el cuerpo. De repente, aparecieron letras brillantes frente a él, flotando en el aire.

Nombre: Yuuto Nivel: 1 Fuerza: S Destreza: S Inteligencia: S Carisma: S

"¿Qué demonios?" murmuró confundido pero intrigado.

Su mirada se desvió hacia una figura que se acercaba. Una mujer rubia de curvas generosas y un rostro hermoso estaba ante él. Sus pechos, grandes y firmes, resaltaban bajo la ajustada tela de su vestido.

"Soy la líder del gremio", dijo con voz suave pero segura. "Bienvenidos al nuevo mundo".

Yuuto sintió que su pene se endurecía de nuevo. Era como si su cuerpo reaccionara instintivamente a la belleza de la mujer. Pero esta vez, no había traición ni ira. Solo una extraña sensación de posibilidad, de un nuevo comienzo.

"¿Es un sueño?" preguntó, aunque ya sabía la respuesta.

La mujer sonrió, sus ojos brillaban con un conocimiento que Yuuto no podía comprender.

"No", respondió. "Esto es real. Y ahora formas parte de ello".

Yuuto miró a su esposa, aún dormida, y luego al maestro del gremio. Sintió una mezcla de emociones, pero sobre todo, una extraña excitación. Era como si su cuerpo supiera que esto era solo el principio, que aún quedaba más. Y por primera vez en mucho tiempo, se sintió vivo, verdaderamente vivo.

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