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Chapter 41 - Capítulo 41: La Telaraña de la Verdad

El silencio que siguió a la declaración de Gwen fue ensordecedor, roto solo por el murmullo distante de la ciudad. Peter se sentía expuesto, vulnerable de una manera que ni la máscara de Spider-Man podía proteger. Sabía que Gwen era demasiado inteligente, demasiado perspicaz para ser engañada de nuevo. Era hora de la verdad.

Peter la guio fuera de la ruidosa biblioteca, a un banco solitario bajo un gran roble en el campus. El aire de la noche era fresco, pero Peter sentía un calor abrumador en su rostro. Gwen se sentó a su lado, sosteniendo el chip de memoria como una pequeña pieza de evidencia, un fragmento de su doble vida.

"Peter," comenzó Gwen de nuevo, su voz suave pero firme. "Lo vi en el reactor. La forma en que te movías. La forma en que tus manos... conocían cada panel. Y este chip..." Ella levantó el pequeño componente. "Es de tu prototipo de interfaz neural. Uno que yo misma ayudé a diseñar para tu 'proyecto secreto'."

Peter exhaló, un suspiro largo y tembloroso. No había escapatoria. No quería que la hubiera. Miró a Gwen, a la persona que más confiaba, la que había comenzado a amar.

"Gwen," dijo Peter, su voz apenas un susurro. "No sé cómo... cómo empezar."

Gwen extendió una mano y tocó suavemente su brazo. "Empieza por el principio, Peter. Confía en mí."

Y así, Peter comenzó a hablar. Habló del día de la picadura de araña, de la inexplicable fuerza y agilidad. Le contó sobre el sentido arácnido, cómo lo advertía de los peligros y le daba una ventaja. Explicó cómo había decidido usar sus nuevas habilidades, no por fama o fortuna, sino por una profunda convicción de que debía proteger a los inocentes.

Le habló de la noche en que el Tío Ben había sido atacado, una tragedia que lo había impulsado a tomar una decisión irrevocable. (Peter omitió la parte de la reencarnación y la precognición, una capa de la verdad que consideró demasiado compleja y desorientadora por ahora. La verdad básica era suficiente). Le describió la creación de su traje, el desarrollo de los lanzarredes con su propio diseño, sus constantes mejoras tecnológicas.

"Cada villano que he enfrentado," explicó Peter, su voz cobrando fuerza a medida que la historia fluía, "desde el Buitre hasta el Hombre de Arena, hasta Hammerhead... he intentado no solo detenerlos, sino entenderlos. Prevenir el daño, no solo reaccionar a él. Usar mi mente para resolver problemas que la fuerza bruta no podría."

Gwen escuchaba con una atención absoluta, sus ojos fijos en los suyos. No había incredulidad, solo una asombrosa comprensión. Cuando Peter terminó, se hizo un silencio.

Finalmente, Gwen habló. "Entonces, cuando saliste corriendo del restaurante anoche, no era por una emergencia de laboratorio." Su voz era tensa. "Era por mí. Porque sabías que Hammerhead iría por mi padre. Y por ti. Y por eso me dijiste que me fuera a casa."

Peter asintió lentamente. "Sí. Y cada vez que desaparecía... era por eso. Para proteger a las personas. Para protegerte a ti."

Gwen se levantó, caminando unos pasos. Peter contuvo el aliento, temiendo su reacción. ¿Estaría enojada? ¿Asustada? ¿Lo rechazaría?

Ella se giró, su rostro un estudio de emociones complejas. "Peter... ¿sabes lo increíblemente peligroso que es esto? ¿Sabes el riesgo que tomas cada día? ¿Y lo que podría pasarte si alguien lo descubre?" Su voz se quebró ligeramente. "Y lo que podría pasarme a mí, a mi padre... si alguien lo usara contra ti."

"Lo sé," dijo Peter, con honestidad brutal. "Es por eso que no te lo dije. Para protegerte."

Gwen se acercó a él de nuevo, y Peter se preparó para lo peor. Pero en lugar de enojo, Gwen lo abrazó, fuerte, sus brazos apretando su espalda. Peter se aferró a ella, sintiendo el alivio inundarlo.

"Eres un idiota," susurró Gwen en su oído, su voz ahogada. "Pero eres mi idiota. Y eres el héroe más increíble que he conocido. El más inteligente. El más valiente."

Se separaron, y Gwen le secó una lágrima solitaria de la mejilla. "Pero Peter," dijo Gwen, sus ojos serios. "No puedes hacerlo solo. Y no puedes cargar con esto tú solo. A partir de ahora, lo compartimos. Y vamos a resolver esto. Juntos."

Consecuencias Inmediatas

El descubrimiento de Gwen fue un terremoto en la vida de Peter, pero uno que, sorprendentemente, lo fortaleció. La liberación del secreto fue como quitarse un peso inmenso de los hombros. Por primera vez, Peter tenía a alguien con quien compartir la carga, alguien que no solo lo apoyaba, sino que entendía la ciencia y los desafíos tecnológicos de su vida como Spider-Man.

En su relación con Gwen: La dinámica cambió drásticamente. De ser solo una pareja, se convirtieron en cómplices. Gwen, con su brillante mente en la bioquímica y la genética, se convirtió en la primera confidente y colaboradora de Peter. Comenzó a ayudarlo a perfeccionar sus fórmulas de telaraña, a analizar los datos de sus enfrentamientos con villanos y a proponer nuevas contramedidas. Su laboratorio en el sótano, antes solo de Peter, se convirtió en "su" laboratorio. La intimidad entre ellos se profundizó, basada en una confianza y un respeto mutuos sin precedentes. Ella no lo veía como un simple héroe, sino como el hombre complejo, brillante y bondadoso detrás de la máscara. Sin embargo, con esta nueva cercanía llegó una inmensa ansiedad. Peter ahora tenía una vulnerabilidad aún mayor, y el miedo a que algo le pasara a Gwen debido a su secreto se volvió una constante.

En la vida de Spider-Man: La eficacia de Spider-Man se disparó. Con Gwen en su equipo, Peter pudo dedicar más tiempo al desarrollo de tecnología avanzada. Juntos, crearon una nueva generación de "arañas rastreadoras" con capacidades de reconocimiento facial y de patrones mejoradas, y un sistema de comunicación encriptado para Gwen, permitiéndole ser su "persona en la silla" cuando él estaba en el campo. La preparación para los villanos se volvió más minuciosa, con Gwen investigando sus debilidades desde una perspectiva bioquímica o psicológica.

Sin embargo, el secreto de Gwen también se convirtió en una carga para ella. El estrés de mantener la identidad de Peter a salvo, la constante preocupación por su seguridad y la conciencia de los peligros que acechaban la ciudad, comenzaron a afectarla. Ella lo ocultaba bien, pero Peter, con su agudizado sentido, podía sentir su ansiedad latente. El Capitán Stacy, recuperándose, seguía desconfiando de Spider-Man, sin saber que su hija ahora era su aliada más cercana.

En la percepción pública: La ciudad seguía sin saber la verdad, y la controversia sobre Spider-Man continuaba, aunque con un matiz creciente de agradecimiento. Jameson seguía rugiendo, pero las pruebas de la eficacia y la humanidad de Spider-Man eran cada vez más difíciles de ignorar. Peter y Gwen se convirtieron en un equipo formidable, trabajando en las sombras para proteger una ciudad que nunca sabría el verdadero costo de su sacrificio. La vida de Peter Parker estaba irrevocablemente entrelazada con la de Spider-Man, y ahora, también con la de Gwen Stacy. El héroe estaba más fuerte, pero también más vulnerable que nunca.

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