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Chapter 40 - Capítulo 40: El Incidente del Reactor y la Prueba de Confianza

La tensión con Gwen se mantuvo, una corriente subterránea bajo la superficie de su relación. Ella no lo presionó, pero Peter notaba sus miradas pensativas, sus preguntas sutiles sobre cómo "algunas personas" lidiaban con vidas dobles o grandes secretos. Era una tortura lenta, y Peter sabía que tenía que ser más cuidadoso que nunca.

La oportunidad para una nueva prueba llegó, irónicamente, en la Universidad Empire State. Un proyecto de investigación avanzado en el Departamento de Ingeniería Energética, que involucraba un reactor de fusión experimental, comenzó a mostrar fallas. Peter, como parte del programa de Jóvenes Visionarios, había sido invitado a observar el diseño.

El sentido arácnido de Peter zumbó con una intensidad diferente. No era la amenaza directa de un villano, sino la inminente catástrofe tecnológica. Los cálculos del equipo no eran lo suficientemente precisos; el reactor estaba a punto de una fusión parcial, una sobrecarga que podría causar una explosión en todo el campus.

La explosión no fue de un villano, sino de un accidente, lo que hizo que la decisión de Peter fuera aún más compleja. ¿Podría intervenir como Spider-Man sin que Gwen, que también estaba cerca, atara el último cabo?

Peter corrió hacia la sala de control del reactor, donde científicos y estudiantes, incluida Gwen, estaban en pánico. Las alarmas sonaban, las luces parpadeaban en rojo y el sonido del reactor era un crescendo aterrador.

"¡Peter, la contención está fallando!" gritó Gwen, su rostro pálido por el miedo. "¡No podemos estabilizar el núcleo!"

Peter vio los monitores. Las barras de control estaban atascadas, el sistema de enfriamiento fallando. Necesitaba acceso físico al núcleo, y solo Spider-Man podía llegar allí a tiempo.

"¡Necesito que evacúen a todos! ¡Ahora!" Peter ordenó a los asustados científicos, asumiendo un tono de autoridad que los sorprendió. Se giró hacia Gwen. "Gwen, tienes que salir de aquí. ¡Por favor!"

Gwen lo miró, y en sus ojos, Peter vio la duda. Ella quería ayudar, pero también veía la desesperación en los suyos. "¿Qué vas a hacer, Peter?"

Sin responder, Peter corrió hacia una salida de emergencia trasera, sus ojos fijos en una ruta de escape. Se deslizó por el pasillo, su corazón latiendo por el riesgo. El tiempo era crucial. No podía darse el lujo de la sutileza.

Mientras Peter se transformaba en Spider-Man en un cuarto de servicio, los gritos de los científicos se intensificaron. El reactor estaba a punto de estallar.

Spider-Man irrumpió de nuevo en la sala de control, rompiendo una ventana para evitar la puerta principal (y la posibilidad de ser visto entrando como Peter). Los científicos lo miraron con asombro y alivio.

"¡Apártense!" gritó Spider-Man. Se lanzó hacia el reactor, su sentido arácnido guiándolo a través de las emisiones de energía. El calor era abrasador.

Con una velocidad increíble, Spider-Man utilizó sus telarañas para crear un sistema improvisado de poleas, tirando y empujando las barras de control atascadas. Sus dedos, recubiertos de un material aislante que había desarrollado, trabajaron con precisión quirúrgica, realineando circuitos y activando sistemas de respaldo que los científicos no podían alcanzar. No era solo fuerza; era un conocimiento íntimo de la ingeniería del reactor que solo Peter Parker poseía.

Desde la puerta de la sala, Gwen, que no había evacuado completamente, observaba, oculta en las sombras. Vio cada movimiento de Spider-Man, la forma en que sus manos parecían saber exactamente qué hacer, la urgencia en su postura, la familiaridad de sus movimientos. Y luego, vio algo más. Un pequeño chip de memoria incrustado en el guante de Spider-Man, uno que Peter había estado usando en sus propios proyectos de robótica. Era un chip que Gwen le había ayudado a diseñar.

El reactor comenzó a estabilizarse. Las luces rojas pasaron a amarillo, luego a verde. El zumbido disminuyó. Spider-Man había salvado el día. Dejó el reactor estabilizado y se lanzó por la ventana rota, desapareciendo antes de que alguien pudiera preguntarle algo.

Peter regresó a la biblioteca, jadeando, intentando parecer casual. Encontró a Gwen esperándolo. Su rostro estaba pálido, sus ojos fijos en él, y en su mano, sostenía un pequeño fragmento metálico. Era el chip del guante de Spider-Man.

"Peter," Gwen dijo, su voz era un susurro. No era una pregunta. Era una afirmación. "Necesitamos hablar."

La revelación había llegado. Y esta vez, no había dónde esconderse

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