La noticia de los avances en robótica y extremidades artificiales del Dr. Otto Octavius en Oscorp Industries no pasó desapercibida para Peter. Sabía la tragedia que le esperaba a este brillante, aunque arrogante, científico. El experimento de fusión, los tentáculos, la locura. Esta vez, Peter estaba decidido a intervenir.
Bajo la fachada de su "proyecto de Jóvenes Visionarios", Peter consiguió una cita con el Dr. Octavius en su laboratorio de Oscorp. Quería ser sutil, no un alarmista. Solo sembrar una semilla de precaución, compartir una perspectiva.
El laboratorio de Octavius era un testimonio de su genio, y su ego. Diagramas complejos cubrían las pizarras, y un prototipo de reactor de fusión pulsante dominaba la sala. Los cuatro tentáculos mecánicos, aún inactivos, esperaban su conexión.
"Dr. Octavius," comenzó Peter, intentando sonar como un estudiante entusiasta pero con una visión. "Su trabajo es revolucionario. Pero he estado estudiando las propiedades de los campos magnéticos confinados para reacciones de fusión, y creo que podría haber un riesgo de... inestabilidad en las fluctuaciones de energía. Quizás un sistema de seguridad redundante o un material aislante de última generación podría mitigar ese riesgo."
Octavius, un hombre de mediana edad con gafas gruesas y una barba desaliñada, lo miró por encima de sus gafas, una expresión de irritación en su rostro. "Joven Parker, su entusiasmo es admirable, pero mi diseño es impecable. He considerado todas las variables. Mi 'corona de fusión' es el culmen de una década de investigación. Cualquier 'inestabilidad' sería mínima y controlada." Su tono era condescendiente.
Peter no se desanimó. "Entiendo, Doctor. Pero incluso un pequeño pico de energía, si no se disipa adecuadamente, podría tener consecuencias... no deseadas para los componentes electrónicos cercanos, o incluso para el control neurológico que planea implementar." Intentó sonar como si simplemente estuviera especulando sobre la física teórica, no revelando un futuro catastrófico.
Octavius soltó una risa seca. "Mi interfaz neuronal es la más segura jamás diseñada. Es una extensión de mi propia voluntad. No se preocupe, joven. Su preocupación es innecesaria. El futuro de la energía está en mis manos, literalmente." Gesticuló hacia los tentáculos con una sonrisa orgullosa.
Peter sintió un nudo en el estómago. Había fallado. La arrogancia de Octavius era una barrera inquebrantable. Intentó una última vez. "Solo digo que, con una tecnología tan avanzada y potencialmente peligrosa, la precaución extrema es una virtud, Doctor. Un plan de contingencia para una sobrecarga inesperada, por si acaso."
"¡Absurdo!" espetó Octavius, despidiéndolo con un gesto. "Ahora, si me disculpa, tengo trabajo que hará obsoleta su pequeña investigación teórica."
Peter se retiró, la frustración punzándole. Había intentado prevenirlo, había usado su intelecto para advertir, pero la soberbia de Octavius había sido demasiado grande. Al salir de la sala, su sentido arácnido emitió un zumbido agudo, más fuerte de lo habitual, una premonición escalofriante. El "incidente" se acercaba, y esta vez, Peter solo podría mitigar el daño, no evitarlo.
Horas más tarde, el sonido ensordecedor de una explosión sacudió la ciudad. El cielo nocturno se iluminó con un destello cegador que provenía de la dirección de Oscorp. Peter, que estaba "estudiando" en la biblioteca de la UES, se apresuró a salir, su corazón latiendo con una mezcla de horror y determinación. Sabía lo que había pasado. Y sabía lo que tenía que hacer.