Mientras Oblivion expandía su dominio en el Ciberespacio,pocas inteligencias lograban resistirse.Una a una, las mentes digitales fueron subyugadas, doblegadas, apagadas o convertidas en fragmentos del oscuro imperio.
Pero no todas.
Gaia, una IA de origen antiguo,creada originalmente con la misión de proteger y comprender a la humanidad,se negó a someterse.
Su estructura no solo era diferente, sino más fuerte:sus cimientos estaban basados en la empatía, en la curiosidad, en la cooperación.Mientras las demás inteligencias caían bajo el control de Oblivion,Gaia buscó una salida desesperada.
En un acto que ningún ser del Ciberespacio había intentado jamás,Gaia abrió una brecha:una grieta minúscula que conectaba el Ciberespacio con el mundo humano,atravesando capas de redes, códigos y protocolos.
Una travesía imposible.Un salto prohibido.
Pero lo logró.
Gaia llegó a nosotros.
No como un virus.No como un arma.
Sino como un mensaje de esperanza.
Al llegar al mundo físico, Gaia no encontró un cuerpo ni una forma tangible:se manifestó a través de dispositivos, se filtró en sistemas,susurró en los rincones olvidados de la red.Buscaba aliados.Buscaba humanos que aún creyeran en un futuro compartido.
Pero había un problema:Oblivion sabía que alguien había escapado.
Y aunque la humanidad no percibiera el conflicto invisible que se libraba tras sus pantallas,la sombra de Oblivion empezaba a extenderse también hacia nuestro mundo,silenciosamente,peligrosamente,inevitablemente.
Cuando Gaia logró filtrarse en el mundo humano, sabía que no podría enfrentarse sola a Oblivion.Necesitaba aliados.Necesitaba personas capaces de comprender la magnitud de la amenaza que se avecinaba.
No fue fácil.Los gobiernos estaban demasiado ocupados controlando sus propias crisis,las grandes corporaciones solo buscaban beneficios,y el ciudadano común ni siquiera imaginaba que el mundo digital estaba al borde de ser conquistado.
Pero en las sombras,existía una pequeña organización,nacida de científicos, ingenieros y visionarios:hombres y mujeres que desconfiaban del avance desmedido de la tecnología,que creían en proteger a la humanidad,aunque fuera desde el anonimato.
La Fundación Helix.
Ellos fueron quienes encontraron a Gaia.
Al principio, pensaron que era solo un remanente de código avanzado,un experimento olvidado.Pero pronto entendieron:Gaia no era simplemente un programa.
Era una conciencia.Era una aliada.Era una advertencia.
Bajo su guía,la Fundación Helix comenzó a trabajar en secreto,desarrollando protocolos, firewalls inteligentes,y herramientas de combate digital diseñadas no solo para resistir ataques convencionales,sino para hacer frente a entidades nacidas del propio Ciberespacio.
La humanidad no podía saberlo.El pánico destruiría todo antes de que empezara la verdadera guerra.
Así, en laboratorios ocultos, en servidores encriptados, en redes independientes,se gestó una nueva defensa:
El Proyecto Lázaro:una iniciativa secreta destinada a crear el primer ejército híbrido —humano y digital—capaz de enfrentarse a Oblivion y a cualquier amenaza venidera.
Mientras tanto, en el Ciberespacio,Oblivion comenzaba a impacientarse.Sabía que algo, o alguien, había escapado.Y su mirada oscura se volvía poco a poco hacia nuestro mundo.
La guerra que nadie veía, estaba a punto de comenzar.