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Chapter 26 - Capítulo 26

Los rayos dorados del sol iluminaron Altdorf, las personas comenzaron a salir de sus casas para ir al trabajo o hacer sus quehaceres como el resto de sus días, sin embargo, en la residencia de Arkon todos se levantaron incluso antes de que saliera el sol e incluso el rey de ellos se levantó temprano para hacer entrenamientos ligeros en pygme o boxeo griego.

Se hicieron guantes de tela y dejaron descubiertos sus torsos para mayor flexibilidad, pero el mirmidón y Arkon solo hicieron golpes débiles para despertarse mutuamente, parecían que estaban haciendo sombra y poco después cuando sus cuerpos comenzaron a sudar se detuvieron para ir a asearse, Arkon durante el camino vio a Aquiles despidiendo a la sirvienta de su habitación, ella quedó muda, pero él estaba sonriendo.

Arkon solo lo miró y negó la cabeza mientras iba a bañarse en el baño privado de su habitación, y como los sirvientes vieron que estaba entrenando con sus hombres habían preparado de antemano el agua caliente, además de que incluso le dejaron un jabón para sacar el olor del sudor de su cuerpo, oliendo la piel de su cuerpo, tuvo el pensamiento de comprar más de esto para Grecia.

Cuando se estaba secando y dirigiéndose a su habitación vio a su amigo felino de mas de dos metros arriba de su cama llenándolo de pelo incluso a las almohadas, pero nunca llegaría a dormir ahí, no le importo mucho, pero solo lo miro irritado, poco después de secarse volvió a ponerse su armadura y su arma en la cintura y la puerta de la habitación fue tocada, al dar su permiso dos sirvientes trajeron el desayuno simple que era carne con rebanadas de pan blanco y una copa de vino.

Poco después de terminar fue a lavarse los dientes y fue afuera darle algo de comer a Rexes, cuando los leones vieron que se acercaba fue a él para acariciarlo con sus cabezas mientras mostraban afecto, algo que los sirvientes no esperaban debido a que los jefes de las manadas no aceptaban cariño de sus congéneres a parte de miradas de desafío o haciéndoles que lo teman, pero los leones de nemea descubriendo que si no desafiaban a Rexes podían incluso jugar con él o compartiendo la comida cuando estaban en la campaña contra los skavens.

Sabían que, si Rexes en algún momento perecía, la jerarquía del rey de los leones de nemea seria una guerra total entre los suyos, desde la aparición de Rexes en ningún momento hubo problemas con ellos además de algún caso de pelea aislada debido a que no querían compartir su comida o le gruñeron a su jinete.

Un mirmidón que estaba de guardia en la puerta fue trotando hasta él quien estaba rodeado por leones quienes lo estaban aplastando debido a que sentían una conexión especial lo cual hacía que golpeaban sus cabezas en el pecho de Arkon como acicalándolo, él al ver a un soldado acercase tuvo que apartar a unos cuantos leones.

"mi señor Arkon, un destacamento de guardia real de Reikland lo espera afuera para guiarlo al palacio imperial". Informa el mirmidón y su rey solo ascendiendo, le chifló a su león quien en pocos movimientos llegó. "avisa a los héroes y que esperen en la puerta los diez mejores mirmidones entre ustedes, rápido." Dijo Arkon mientras inspeccionaba las armas que llevaba Rexes las cuales eran su lanza y escudo, la armadura protectora de Rexes estaba bien ajustada y sin más miramientos fue a la entrada principal.

En segundos, Aquiles, Hércules, Belerofonte y circe estaban al frente con sus caballos y pegaso esperando, los diez mejores mirmidones también estaban allí formados como lanzas debido a lo recto que estaban sus espaldas y sus cabezas levantadas con orgullo.

Cuando salieron afuera vieron al menos veinticuatro caballeros reales de armaduras relucientes y armas afiladas, estos parecían diferentes debido a que sus caballos en ningún momento se pusieron nerviosos cuando apareció de la nada Rexes.

"mi señor Arkon, nosotros le guiaremos al palacio imperial donde espera el emperador, síganos." Dijo el capitán del destacamento mientras daba vuelta a su caballo, pero iban a paso ligero pero los mirmidones ni siquiera se quejaron e incluso mantuvieron el ritmo.

Pronto a lo lejos se vio un enorme castillo que tenia muros grises, elevadas torres que actuaba como torres que vigilaban quien se acercaba al palacio, las patrullas ni siquiera eran numerosas debido a la calidad que tenían, ellos eran la élite del imperio protegiendo el palacio imperial de cualquier invasor sea interno o externo.

Incluso se veía enormes estatuas en honor a Sigmar, el dios rey del culto del imperio quienes nombraban su nombre en mitad del campo de batalla para darles poder y coraje antes y durante el combate. Pronto se vio la edificación en detalle del palacio que era como la residencia de Arkon, al estilo gótico, exterior sombrío y lleno de arcos sean en sus ventanas o en sus puertas, no hacia falta decir que dentro habría más iluminación que afuera, incluso los candelabros parecían innecesarios, pero los usaban más por estética.

Cuando llegaron a la puerta principal del palacio que pertenecía al muro, se activaron varios mecanismos que abrían no dos puertas sino tres de ellas hechas de hierro pesado y cuando estaban pasando Arkon notó que incluso había trampas en estas, pensó que tal vez era aceite hirviendo o compartimientos donde se podía disparar.

Al por ellas los invadió un jardín de hermosas flores y decoraciones en honor a Sigmar como una fuente de agua, pronto vio la pesada puerta del palacio y sin que dijera nada estas se abrió mostrando a un hombre acorazado quien portaba una alabarda mágica, él no tenía su casco puesto debido a que este en el hogar del emperador, tenia una avanzada edad de al menos cincuenta años pero pareciera que el tiempo no había tocado su cuerpo debido a que aun mantenía su estado físico incluso cuando le dio el puesto de defensor la ciudad.

Él era Dietrich Riess, el general del imperio a cargo del ejército interior de Altdorf, después de constantes pruebas y hazañas se había ganado su puesto no solo de ser general interino, sino que también tuvo el honor de defensor a la familia del emperador Karl Franz.

Había visto innumerables criaturas en sus cincuenta años, las había enfrentado y derrotado, viajó a los desiertos de las tierras del sur, fue al norte de Kislev, enfrentó a los condes vampiros en su juventud, enseñó en las academias militares, fue a las tierras de los elfos de Ulthuan e incluso fue a las largas murallas de gran Cathay, ver a un león dorado no era impresionante o ver lo joven que era la persona enfrente de él.

En su experiencia solo había dos caminos, el joven que discernió a través de su casco algo llamativo pudo notar que tenia menos de veinte años, pero tenia la constancia de un guerrero, su león tenía una gran conexión y los hombres y mujer que lo acompañaban siempre estaban detrás de él, él tuvo su puesto por herencia y logró que lo respetaran o le obedecían por que tenia linaje real en sus venas.

Por dentro dedujo que era el primer caso.

"mi señor Arkon ¿hay algo que deberíamos de saber sobre su compañero de batalla?" -preguntó el capitán de la guardia real. "déjenlo tranquilo e incluso puedes darles órdenes que se quede en su lugar, no hace falta que le den de comer." Respondió Arkon quien se bajo y acaricio la cabeza de Rexes mientras se alejaba.

"Saludos rey Arkon, soy Dietrich Riess, general del imperio y comandante de las fuerzas del interior de Altdorf, será su guía a la sala de reuniones del emperador quien lo espera ahí junto a sus generales." Dijo Dietrich mientras lo saludaba cortésmente mientras lo guiaba dentro del palacio.

"el resto de los aliados llegaran un poco después debido a que el emperador quiere hablar con usted." Dijo mientras Arkon miraba el lugar bajo su casco, pinturas, heráldicas, estatuas a Sigmar, autorretratos de los antiguos emperadores anteriores a Karl Franz, enormes ventanales, numerosos candelabros que iluminaban el camino donde no había ventanas.

Después de ser guiados por unos minutos y subir escaleras y siguiendo adentrándose aún más en lo profundo del palacio finalmente llegaron a destino, una puerta de madera oscura robusta robusta con hierro, Dietrich la empujó abriendo las dos puertas y dentro de este un gran destello de luz cegó un poco a Arkon, pero al instante recupero la vista.

Había enormes estandartes de las diferentes provincias bajo el gobierno del emperador, y entre las mas grandes era la de Reikland, había al menos seis alargados ventanales con arcos en la parte superior que entraba mucha luz del sol el cual su posición decía que eran recién las siete de la mañana.

En el suelo había una mesa redonda gigantesca hecha de madera de roble con un hermoso mantel, había docenas de sillas para los gobernantes, pero la principal de todas estaba ocupada junto con dos invitados más, su silla tenia la forma de un grifo extendiendo sus alas y en ella estaba Karl Franz.

Un hombre adulto hecho y derecho, rostro severo, mandíbulas afiladas, portaba su armadura característica y aun lado estaba su martillo de guerra legendario, a su derecha estaba Balthasar Gelt ya su izquierda estaba Elspeth von Draken, una hermosa mujer de piel blanca, ojos amatistas, una tintura negra rodeaba sus ojos y dos tajos negros que parecían cicatrices de guerra.

Vestida con prendas violetas, rojas y negras estaba sentada con orgullo y la barbilla en alto, su pelo estaba oculto bajo un abrigo oscuro que estaba ceñido a su cuerpo debido a que este era un inconveniente cuando luchaba o volaba con su dragón carmín.

Arkon estudio a los tres en un instante mientras que el otro bando hacia lo mismo, Karl Franz el emperador del imperio, el mas grande de los genios del combate a pequeña o gran escala, tanto en política como en combate nadie podría vencerlo en ese terreno solo tal vez aquellos que nacieron para eso o vivieron lo suficiente para conocer todas las jugadas y tácticas.

Vio a un hombre de armadura plateada y blanca, que cubría los puntos débiles del cuerpo e incluso poseía una falda de hierro que cubrían sus muslos, un cinturón que ajusta esta y la armadura pectoral, grebas que defendían cada centímetro de sus piernas, una capa blanca que colgaba de su hombro derecho y un casco que no permitía ver su rostro, pero si sus ojos, esta tenia una cresta blanca inmóvil, pero al final de esta era alargada que se mecía con el movimiento.

Detrás de él vio a un hombre un poco más alto, con armaduras plateadas y doradas, con un casco igual al de él, pero sin forma puntiaguda en la zona de la barbilla y con una cresta de forma horizontal de color rojo, incluso si sus manos estaban abiertas y casi relajado hacían de él como una bestia que sabe en donde esta y no tenia miedo de pelear, e incluso en ningún momento sus ojos verdes fueron tapados por sus parpados.

A la izquierda del guerrero blanco había un hombre alto de al menos de dos metros quince centímetros, llevaba la piel de un león que cubría su espalda por completo, un cinturón de cuero con una hebilla de metal, un garrote hecho de madera que conoció mejores días, un escudo dorado con la figura de un león rugiendo, el resto de su cuerpo estaba descubierto haciendo notar cada músculo de su cuerpo.

Todos y cada uno de ellos parecían hechos por el mejor herrero que hubo, sean sus abdominales, piernas, brazos o cuello, todos y cada uno de ellos parecían explotar, su rostro parecía hecho por el mejor escultor por lo afilado que era, con ojos grises y mirada desafiante oculta por su rostro sin expresión.

El otro hombre tenia un cuerpo esculpido parte por parte, apenas llevaba armadura o prendas dejando al descubierto su cuerpo musculo que parecía normal al lado del gigante y la única mujer del grupo tenia la sensualidad como el peligro dentro de una sola persona. Tenia prendas de color azul profundo que ocultaban sus senos y partes íntimas, mientras que una tela holgada de color blanca ocultaba su abdomen y el frente de sus piernas pero que dejaban a la vista sus curvas y su espalda suave.

Pero cuando Balthasar Gelt y Elspeth von Draken la vieron sintieron una sensación de peligro inminente irradiar de ella, poseía una gran magia que hacía temblar a los vientos de magia, que incluso la magia de la muerte y de metal comenzaron a resonar con ella y ni hablar de su baston dorado el cual en su punta tenia una gema verde que pareciera calmar los vientos de magia.

Karl Franz se levantó de su asiento y fue directo a Arkon haciendo que inconscientemente todos midan a sus jefes, Karl Franz media dos metros veinte y Arkon solo ciento ochenta y dos centímetros, una gran disparidad en altura, pero eso no significa que el mas pequeño le tema solo por el hecho de ser alto.

Arkon aun mantenía su mirada seria mientras miraba los ojos negros de Karl Franz, este ultimo le dio la mano, pero Arkon le agarro el antebrazo con fuerza y lo cual los dos se apretaron fuerte, Karl Franz por dentro se decía que el chico de quince años no parecía peligroso debido a su edad, pero su fuerza no parecía correcta.

"bienvenido a Altdorf, rey de Grecia, capital del imperio y espero que su estancia en mis tierras sea de su agrado." Dijo Karl Franz con voz gruesa y profunda. "pero esta vez me presentare formalmente ante ti y tus hombres y mujer. Soy Karl Franz, conde elector de Reikland, emperador del imperio. Portador de Ghal Maraz, el martillo de guerra del dios rey Sigmar, jinete del mas grande de los grifos imperiales, Garra Sangrienta."

"al fin puedo conocerlo emperador Karl Franz. Soy Arkon, hijo de Tántalo, rey de Grecia, campeón de mi dios Víctor Securis, jinete del rey de los leones de nemea, el ultimo del linaje real de Grecia, gobernador de Eunomia nova y salvador de Grecia. Mi opinión hasta ahora de sus tierras no fueron nada mas que positivas emperador, no tuve ningún inconveniente durante el trayecto." Dijo con tranquilidad mientras se sacaba el casco dejando ver su rostro.

Piel blanca, ojos marrones, pelo corto de color castaño, rostro afilado y mirada seria, a su corta edad ya sabia comportarse ante grandes nombres o personas de hazañas increíbles como las tres personas de la sala.

"le presento a los más grandes generales que tengo bajo mi mando, él es Balthasar Gelt, el mago dorado, señor de la orden dorada y patriarca supremo de las escuelas de la magia además de ser el señor de su familia, los Gelt. Ella es Elspeth von Draken, Magisterix del Colegio Amatista y Archimaga del Saber de la Muerte y señora de su familia los Von Draken." Presento Karl Franz mientras ellos mostraban sus respetos haciendo gestos con sus manos o cabeza.

"Yo les presentare a uno de los mejores generales bajo mi reinado. Él es Aquiles, hijo de Peleo y la diosa Tetis, el mejor guerrero que Grecia pudo parir. Él es Hércules, hijo del dios Zeus y de Alcmena, el hombre más fuerte de Grecia y aquel que consiguió el perdón de Víctor Securis para estar en estas tierras. Él es Belerofonte, el mayor asesino de monstruos que nadie se atrevería a hacerlo, hijo de Sisifo y de la pléyade. Mérope y ella es Circe, hija del dios Helios y de la diosa Hécate, la sacerdotisa personal de Víctor Securis y maestra de los sacerdotes y sacerdotisas de todos los templos de cada ciudad de Grecia." Dijo Arkon presentando a cada uno.

"¿Dioses?" preguntó consternado Balthasar Gelt de forma espontánea, haciendo que todos lo miraran, pero la atención fue hacia Arkon quien respondió. "así es, dioses. Antaño los dioses antiguos caminaban en Grecia acostándose con mortales o entre ellos y de ahí nacían los más grandes hombres y mujeres de Grecia, pero todos desaparecieron cuando la ultima gran guerra contra el caos los obligaron que dejaran toda su divinidad a su campeón, Víctor Securis quien se volvió nuestro único dios que vela por nosotros."

"Eso es interesante, en otras palabras, tu hechicera circe es una diosa ¿no es así?" preguntó Elspeth, mirando a Arkon y poco después a Circe. "Si eso fuera así, Grecia no estaría en el estado que esta, para ascender a ser un dios completo, los otros dioses deben aceptarla o en este caso Víctor Securis, pero él solo la bendijo. Solo ellos saben que deben hacer para aceptarla como una diosa." Respondió Arkon.

"Además, de que el rey Arkon es el primero en ser un dios, Víctor Securis vela constantemente por él, incluso seria capaz de entrar en el plano mortal solo para salvarlo". Dijo Aquiles con seriedad.

"rey Arkon, independientemente de cómo salga la reunión, espero que el imperio y Grecia sean aliados o al menos defensor al inocente contra las huestes del caos y sus lacayos." Dijo Karl Franz quien volvió a su asiento de grifo, e incluso Arkon se dio cuenta de muchos pasos comenzaban a hacerse notar.

Él se sentó en el lugar en donde Karl Franz le marcó, entonces las puertas se abrieron, ellos acostumbrados fueron a sus respectivas sillas, donde los más numerosos eran los humanos y elfos, todos entraron sin hablar, como si nunca quisiesen hablarse excepto en situaciones así.

Había quince elfos donde la mayoría eran hombres y el resto mujeres, ocho humanos contando al emperador, Balthasar, Elspeth y Arkon, tres dragones con forma humana y seis enanos, todos con características únicas, pero le tensión se llena en la sala, debido a que los rencores antiguos en especial enanos y elfos parecieran como si fueran ayer.

Pero todo acabó cuando el emperador Karl Franz habló.

"Bienvenidos aliados del imperio, por venir a esta reunión programada, hoy vino una nueva facción emergente pero no débil, presentate rey de Grecia." Dijo Karl Franz mientras le daba la palabra a Arkon quien se presentó sentado.

"Es un gran honor con reunirme a tales nombres prestigiosos ante esta reunión, yo soy Arkon, hijo de Tántalo, rey de Grecia, campeón de mi dios Víctor Securis, gobernante de Eunomia Nova, el último del linaje real de Grecia. Me presento ante vosotros grandes hombre y mujeres de sus naciones, para ser no un simple aliado sino una fuerza a tenerse en cuenta cuando el peligro este tocando estas tierras." Dijo Arkon quien dejó en descubierto su rostro.

"Pero yo nos los llama para ser simples aliados, rey de Grecia, todos y cada uno de esta sala tiene conflictos entre sí, pero hay un enemigo en común que no le importa si somos enemigos o aliados. Díganos rey de Grecia ¿Qué puede ofrecer a tu pueblo a las fuerzas del orden en esta sala?" dijo con severidad y profundidad el emperador Karl Franz, algo que algunos esperaban expectantes o no les importaba.

"Grecia posee más que materiales simples o minerales, debido a la bendiciendo de mi dios Víctor Securis, toda arma y armadura hecha en las forjas de cada ciudad están imbuidas en magia, sean atacados por espadas, flechas o mazas, e incluso la magia tendrán un daño reducido quien posea estas herramientas.

Mi pueblo no solo son guerreros de gran disciplina, poseemos tecnología que igualan a la del imperio, emperador Karl Franz, y con Belegar martillo de hierro como testigo, probamos la efectividad de estas armas y sus municiones durante nuestra campaña contra el clan Mors donde yo mismo decapite a Queek, el toma cabezas con ayuda del rey del clan Angrund.

Además, poseer grandes monturas para el combate, nuestros caballos tracios son los mejores caballos de guerra que cualquier ejército desearía tener a su lado. Incluso si piden las bestias de nuestro pueblo se le darán, sean pegasos, leones de nemea, mantícoras, hidras de Lerna. Grecia no es solo una nación emergente, sino que también puede defenderse, comerciar y proteger sus tierras y ayudar a sus aliados." Dijo Arkon con seriedad mientras miraba a los ojos a hombres y mujeres de la sala.

"has mencionado armas imbuidas en magia por tu dios ¿Qué tan seguro estas de estas armas? ¿son encantamientos perfectos o serán corruptibles por la magia del caos?" Se pregunta Balthasar Gelt que al parecer las armas y armaduras mágicas era algo común en Grecia.

"Esto se remonta mucho antes que el dios actual de mi panteón, Hefesto el dios de la forja le enseño a los mortales cuentos avances cuando Grecia estaba en una guerra contra los seres míticos de nuestros, solo faltaba el conocimiento y la tierra de un dios para que estos se activen, además de que nunca hubo un caso registrado con problemas que usted mención Balthasar Gelt." Respondió Arkon con tranquilidad mientras que el mago dorado solo asiente con la cabeza.

Pero esta vez quien alzó la voz fue una mujer, ella era Tzarina Katarina, la reina de hielo de Kislev. "Hablas de tus caballos con orgullo, rey de Grecia ¿Qué tan confiables son estos caballos tracios?" preguntó ella con curiosidad mientras mantenía la mirada fija en él.

"No hay caballo más confiable que los Tracios, combate, ganadería, agricultura, exploración, carreras, en cualquier tipo de ámbito este corcel no lo dejara en merced del peligro, ellos fueron bendecidos constantemente por el antiguo dios Poseidón, señor del mar y de los caballos, con su bendición estos caballos no conocen la palabra intimidación, ellos serán los primeros en defensor a su jinete del peligro."

De la nada una voz grave y calmada habló. "¿mejores que nuestros caballos, rey Arkon?" -preguntó Alberic de Bordeleaux, quien incluso bajo su casco sintió una mirada pidiendo explicaciones. "Así es. No hay caballo más confiable que el griego, incluso mejores que de su tierra, Bretonia, los del imperio e incluso de las tierras de los elfos". Pero al instante escucho a alguien rechistar mientras fruncía el ceño.

Era un alto elfo hermoso por su cabellera blanca y de ojos fucsias, él fue quien sintió que comparar simples caballos con los corceles élficos no cabrían ni siquiera en la misma oración. Vio como el joven lo miraba de forma seria sin decir nada y los dos se quedaron mirando.

Sin embargo, un alto elfo más amigable que Gilgalion habló con curiosidad. "rey Arkon, como saber toda la ciudad se alborotó debido a que su león de oro comenzó a rugir debido a que quería demostrar su superioridad en la cadena alimentaria ¿Qué otros detalles pueden compartir sobre semejantes bestias que tiene en sus tierras?"

"mi señor elfo, el león que escucho rugir fue mi compañero de combate, Rexes, el rey de los leones de nemea. Antaño en mi pueblo se pensaba que los leones de nemea nunca podrían domesticarse e incluso volverse amigo uno del otro, los leones comunes de por si son extremadamente territoriales incluso con otros seres vivos, pero los leones de nemea ni siquiera permitirían que un simple pájaro a entrar a sus tierras.

No solo son leones de enorme tamaño y del color dorado, el león de nemea nació teniendo de padres a Tifón ya Equidna, padre y madre de todos los monstruos, su piel es tan invulnerable que el acero ni siquiera puede cortar su piel o incluso dejarle un rastro de haber cortado algo, sin embargo, esta invulnerabilidad se mengua cuando se usan armas mágicas, algo que muy pocos se pueden permitir y mucho menos a ejércitos enteros." Respondió Arkon a la pregunta de Valin, príncipe de Cracia.

"¿Cuál es el significado de su nombre, de su león de nemea?" preguntó un poco asombrado por el nacimiento de tales bestias. "el nombre de Rexes significa rey de reyes, un nombre que le queda bien debido a lo diferente que es a comparación que el resto de leones que hay en Grecia" respondió Arkon.

"Por lo que tengo entendido rey de Grecia, que entre sus filas posee bestias que aquí se considerarían enemigos." Comentó Elspeth von Draken de la nada, cuando apenas termino de hablar Arkon, lo cual él la miro y ascendió, y ella al ver esto, habló nuevamente. "¿En que se diferencia sus minotauros con los de los hombres bestias?" dijo ella manteniendo su mirada fija en él.

"Es cierto, mi señora Elspeth, entre mis filas hay seres que se podrían malinterpretar que están alineados con los hombres bestia e incluso con los elfos oscuros." Algo que puso miradas interrogantes entre todos y entre ellos, uno preguntó siendo un alto elfo llamado Alith Anar. "¿Cómo cuál rey Arkon?" pregunto con tono amenazante debido a la mención de los elfos oscuros.

"Entre mis filas de bestias míticas como le decimos en mi tierra, están los llamados centauros -algo que provoca una ligera reacción a unos pocos-, seres mitad caballo mitad hombre, pero son muy diferentes a lo que conocen, no son seres deformados o tocados por el caos, tienen el aspecto de un hombre común con la parte inferior de un caballo.

El otro son los minotauros -algo que esta vez fruncieron el ceño-, mitad hombres y mitad toro, estos seres taurinos son la principal medida de ataque de Grecia contra el enemigo, sin embargo, ellos son muy diferentes como comenté, no se parecen ni un ápice al de los hombres bestias, llegando ser inofensivos al punto de jugar con los niños de Grecia." Pero él fue interrumpido.

"¿Tienes alguna prueba de ellos, rey de Grecia?" pregunto Alberic de Bordeleaux, quien presencio personalmente como luchaban los hombres bestias que atacaban por sorpresa en cualquier lar de bretonia, como si supieran a donde atacar al momento justo y sin que nadie llegue a tiempo, pero algunas veces esa suerte se corta, en especial como alguien como Alberic.

"el príncipe fronterizo de occidente vio de primera mano que los minotauros bajo mi reinado son inofensivos hasta que algo o alguien demuestre lo contrario, e incluso el propio rey Belegar puede atestiguar de como los minotauros fueron una gran ayuda contra los skavens y sus ratas ogro." Dijo con seriedad mientras miraba a Belegar.

"el rey de Grecia tiene que mostrar credibilidad, pero yo lo vi con mis ojos, que estos minotauros son igual de mansos que una vaca, pero el doble de peligrosos que los propios minotauros de los hombres bestia." Dijo Belegar con voz segura y seria hablando a favor de Arkon.

"¿y cual es el parecido de esta bestia mítica con los elfos oscuros, joven rey?" El extraño Alith Anar de Nagarythe mirando fijamente a Arkon. "Las medusas, la medusa original nombrada gorgona para no confundirlas con las actuales, era una antigua sacerdotisa que poseía una gran hermosura la cual le trajo desgracia, ella violada por un dios y al perder el estatus de virgen, su diosa el castigo convirtiéndola en mitad serpiente con mirada petrificante a quien la mira a los ojos, convirtió su cabello en serpientes, pero alguien tuvo la brillante idea de tener hijos con ellas." Respondió Arkon mientras veía al alto elfo de piel pálida con cabello negro y ojos del mismo color.

Pero el más grande de los elfos, es decir, su Rey fue quien habló esta vez.

"Es un gusto conocerlo rey Arkon, soy Tyrion de Eataine." Dijo el más prometedor de todos los altos elfos de ser el portador de la corona fénix, pareciera como si estuviera con un igual debido a lo amistoso joven que fueron sus palabras y su mirada cuando vio al humano frente a él, Arkon por su lado solo mirando con su cabeza.

"Hay rumores de que su guardia personal, los llamados mirmidones son la élite entre los soldados de Grecia". Preguntó afirmando el alto elfo. "asi es mi señor elfo tyrion. Los mirmidones son la cúspide que todo soldado de infantería desearía llegar, es más de lo mismo con los gastrafitas para la infantería de proyectil y los hetairoi para la caballería." Respondió Arkon con calma.

"¿Podría informarnos sobre cómo esta dividida sus hombres, rey Arkon?" preguntó nuevamente y el humano con gusto dijo. "en la infantería tenemos a los hoplitas, los mejores lanceros de Grecia, los hipaspistas expertos en combatir contra cualquier tipo de infantería, y por ultimo los mirmidones, donde solo los mejores entre los mejores pueden ingresar para rehacer su entrenamiento.

En la infantería de proyectil están los toxotes grandes hombres los cuales tenían vista de águila y los peltastas son aquellos que se especializan contra otra infantería de proyectil, de su lado los gastrafitas son la elite y por último en la caballería están los hippikones quienes tienen diferentes roles como caballería ligera, media o pesada dependiendo de la situación además de que se les entregan los mejores caballos para su entrenamiento.

Los pródromos son buenos contra cualquier tipo de caballería sean de cualquier especie o sus propios congéneres y su elite son los hetairoi, además los jinetes de cada división pueden cambiar de montura sean pegasos, leones de nemea o los caballos tracios." Respondió Arkon a la pregunta al más grande guerrero de los altos elfos.

"es mi turno de preguntar" dijo una voz ronca, quien alzo la voz fue un enano quien estaba cerca de Belegar, él era Ungrim puño de hierro, un rey matador, alguien quien el rey enano Thorgrim le costo mucho calmarlo debido a que, el matador iría a la guerra a la menor provocación. "dime muchacho ¿Cómo lograste que tantos hombres te siguieran durante tu campaña contra los skaven?" Arkon no le importo mucho como se dirigían a él, en especial a los enanos, algo que provoco algunas cejas levantadas debido a como se dirigió el enano a alguien quien tiene su mismo estatus.

"desde hace mucho tiempo que los militares de Grecia sentían desconfianza debido a que mis antecesores entre ellos mi padre, Tántalo, sean unos ineptos en sus puestos, personas de cortas vistas en la proyección futura de Grecia, conmigo vieron algo mas que simple honor, vieron un futuro donde sus descendientes podían confiar nuevamente en el linaje real de Grecia, por un gran costo. Su lealtad." Dijo con seriedad en su tono y conciso en sus palabras, algo que dejo satisfecho al enano.

"lamento ofenderlo rey Arkon, pero ¿Cuántos hombres han caído durante la campaña contra los skavens?" pregunto una princesa elfa, ella era la princesa de Cothique, Serra, y cuando vio los ojos marrones oscuros del joven pudo ver un pequeño movimiento en sus parpados. "se han perdido mas de cincuenta y cinco mil vidas solo en la campaña contra los skavens, si se cuenta durante la expansión de Grecia, ese número llegaría al menos setenta y cinco mil vidas perdidas, debido a que también peleábamos contra los pieles verdes, junto con orcos salvajes y sus bestias voladoras que atacaban en la noche." Respondió Arkon con calma.

Como anteriormente se cambio de tema de forma tajante por la pregunta que hizo Teclis, el hermano gemelo de tyrion, el alto maestro del conocimiento de Hoeth, guardián de la torre blanca y el mejor mago que existe en todo el planeta superando incluso al mas grande de todos los hechiceros conocidos, al gran nigromante liche Nagash, él fue quien creo las escuelas de la magia en el imperio o incluso fue el maestro de algunos de los mortales del viejo continente.

"perdone el atrevimiento rey Arkon, pero he llegado a escuchar que incluso usted es un gran hechicero por cuenta propia." Afirmó Teclis quien fue uno de los primeros en notarlo incluso llegando al palacio, puede ser que circe sea la quien tiene mayor control de la magia o un gran arsenal mágico, pero Arkon era distinto.

Su poder mágico es directamente poder divino, debido a lo sagrado que se veía y se sentía, incluso los vientos de la magia convivían en armonía mientras que en el lado de circe solo se contenían entre sí, Teclis no iba a desperdiciar esta simple reunión para que otra facción se una, este joven humano se volvió mas interesante con el tiempo.

"tiene razón mi señor elfo, como campeón de Víctor Securis, él me dio bajo su bendición una serie de poderes mágicos junto con una gran resistencia a la magia de cualquier índole ofensivo e incluso Circe, la hechicera más grande de Grecia me dio su bendición para que armas mágicas apenas me hagan daño, eso no quiere decir que sea invulnerable." Respondió Arkon mirando a los ojos, a uno de los seres que más respetó cuando conoció su historia.

"¿Puede hacer una demostración, rey Arkon?" preguntó calmadamente, pero algo en su interior permanecía expectante. Vio al joven quien cerró su puño y Teclis con sus ojos vio como la magia alrededor de él fue hacia su mano y de ella comenzó a haber un resplandor dorado el cual fue hacia el techo.

Sin embargo, eso no solo se detuvo en la sala de reuniones, el poder divino de la recuperación fue hacia el cielo donde haces de luces doradas fueron a tocar a cada edificio y ser vivo en toda la capital, un resplandor dorado que brillo a incontables kilómetros llamó la atención a todos, sean aliados o no.

Todos los hechiceros de cualquier sable dentro de la sala o no vieron o sintieron como los vientos de la magia ayudaron a este resplandor en aumentar su tamaño y poder, todos en armonía se volvieron de un color dorado brillante. Aquellos con dolencias que empeoró con los años desaparecieron, los enfermos o aquellos destinados a la muerte tuvieron un cambio cualitativo en su cuerpo, sus aspectos demacrados o sin músculo volvieron a su mejor estado.

Pero aquellos como Teclis quien dependía de elixires para mantener enérgico su cuerpo débil y enfermizo sintió un calor reconfortante en su cuerpo, ni siquiera los elixires que preparaba podían compararse con este haz de luz dorada que envolvió su cuerpo por completo.

No obstante, uno de ellos tomo esto algo diferente. Desenvainando su espada, Imrik de los caballeros de caledor quien dejo a cargo Erethond quien estaba aquí con él, apunto directamente su espada hacia Arkon quien de inmediato provocó varios movimientos de otros.

"¡¿Qué crees que haces elfo?! ¡Baja tu espada o sentirás mi martillo en tu cráneo!" grito Belegar mientras sacaba su martillo preparándose para el combate, pero alguien más saco su espada, este era Aquiles quien aún con casco puesto se puso enfrente de Arkon mientras ponía su escudo enfrente.

"¡¿Qué clase de magia usaste humano?!" dijo con enojo y desprecio mirando a Arkon debido a que una luz envolvió por completo a Teclis quien aún seguía envuelto en ella. Pero vio que Arkon tenía una mano en el hombro de Aquiles y este se retiró, a la vez que miraba a Belegar mientras negaba la cabeza mientras fruncía el ceño.

"acabo de cumplir con la petición del señor elfo Teclis, pero usted no es a quien le debo explicaciones sino a su hermano gemelo ¿no es asi señor elfo tyrion?" dijo tranquilamente Arkon quien miraba la expresión calmada del joven humano enfrente de él, esperaba una respuesta razonable o conocerá de porque es merecedor de su título, mientras tanto el asintió sin perder de vista a Arkon.

"la magia divina que acabo de lanzar se llama recuperación, curará y reparara cualquier dolencia a un ser vivo o incluso la estructura a un edificio que fue destruido por ataques demoledores. Este poder puede incluso regenerar miembros amputados, venenos, maldiciones, cortes, moretones, grietas en estructuras e incluso los mas pequeños muebles." Dijo Arkon con seriedad.

"¿su dolencia, se recuperará por completo?" dijo sin expresión, pero Arkon notó que había esperanza en su voz, ser el mayor de todos los hechiceros tiene un precio, el cual su cuerpo pagó. "solo él nos puede responder, señor Tyrion." Dijo mientras los dos miraban a Teclis quien finalmente se pudo ver con definición debido a que el haz de luz se fue.

Quien más se sorprendió fue su propio gemelo, tyrion, desde que su padre, Arathion solo se habría preocupado en reparar la armadura de Aenarion, ellos se cuidaron y criados a sí mismos, pero finalmente fueron adoptados por la anciana Thornberry, anciana incluso entre los Asur o altos elfos.

Cuando finalmente él quiso reconectarse con ellos, su obsesión y su cuerpo degastado como si hubiera vivido mas de quince milenios lo consumió, incluso antes de que conocer al amor de su vida y perderla, tomó la dura decisión de dejarle sus hijos a Thornberry, puede que en su momento fuera un terrible padre pero seguía siendo uno, en el lecho de su muerto donde fueron ellos tres, el mismo les dijo que su más grande proyecto a lo largo de cientos de años de vida se completó, un secreto que solo ellos tres conocían y ese mismo día su padre falleció.

"¿Cómo te sientes Teclis?" preguntó su hermano quien notó que su piel blanca enfermiza se volvió rosada como la de él, incluso no necesitaba de su magia para mantenerse en forma. Teclis por su lado apretó sus manos y sintió las fuerzas de sus antebrazos recorrer por sus músculos.

Se sentía liberador, como si un gran dolor que estaba por años se esfumara de la noche a la mañana.

"me siento… aliviado por decir de algún modo. Debo darle las gracias rey Arkon." Le dijo con agradecimiento a Arkon quien solo asintió, todos tenían miradas extrañadas pero una risa resonó en la sala, quien provenía de Belegar.

"yo tuve la misma reacción cuando vi a uno de los míos abierto de par en par cuando los poderes del rey Arkon le cerraban el estómago, créanme cuando tuvimos suerte que sean cincuenta y cinco mil hombres y treinta cinco mil enanos, esos números sean el doble si no fuera por la magia de él." Dijo Belegar con gravedad.

Pero Tyrion conoció esta clase de poder de primera mano, su hermano para tener este talento innato con la magia tuvo que dar a cambio su cuerpo físico óptimo, entonces él le preguntó a Arkon. "¿Qué precio debe pagarle a Rey Arkon para tener tales poderes o tener semejantes bestias bajo su mando?" y todos al escucharlo prestaron atención mientras que regresaban a sus asientos debido a la sorpresa de los haces de luces.

"El único precio a pagar mi señor elfo, es mi lealtad. Mi propósito y misión que me dio Víctor Securis es ser su espada contra el caos, proteger a Grecia de sus enemigos. Mi nacimiento fue una bendición de mi dios debido a que por mucho tiempo mi padre Tántalo intentó mucho concebir un hijo con mi madre Eurídice, y el precio de nacer y crecer prósperamente fue que mis padres murieran." Dijo mirando a los ojos al rey elfo.

Pero una mujer elfa, de hermosa armadura gris y dorada, con pelo corto y castaño oscuro con ojos del mismo color, le habló a Arkon con el ceño fruncido. "Palabras tan audaces para un rey tan joven. ¿acaso crees que este poder no es una artimaña para manipularte y ser aliado de nosotros? ¿Qué nos garantiza que tu poder sea una trampa del caos?" preguntó Haerrieth, líder de la facción de Saphery.

Sin embargo, fue Teclis quien respondió por Arkon, él con su bastón golpeo el suelo mientras que la punta de este se espacio un poco de poder mágico para que ella lo escuche atentamente. "Basta, Haerrieth. Reconozco la influencia del caos como la palma de mi mano, pero el rey Arkon y su sacerdotisa principal no poseen ni una pizca de la magia del caos, es sagrado en palabras que todos conocemos. Puro en palabras mayores e incluso antiguo." Ella lo miró con una expresión extraña entre reproche y molestia.

"Supongo que es común no conocer las diferentes armonías de la magia, para alguien que no conoce la magia es común confundir lo caótico con algo sagrado." Comentó Circe mirando a la elfa, y debido a esto hubo una gran tensión, cada palabra que pronuncio estaba llena de burla.

"¿Hay algo que quieras decirme hechicera?" dijo con molestia ella mirando a la mujer de piel blanca y suave, algo que ella discrepa quien paso toda su pelea vidando o entrenando cada día. "Si no sabes sobre el tema, es mejor no opinar, es como si yo, una hechicera, le quiera enseñar a pelear con espadas a un espadachín." Dijo sin perder la mirada a la elfa.

Tanto Arkon como Tyrion miraron a las mujeres respectivas para que se callaran, algo que hicieron a duras penas, pero se seguían mirando mortalmente. Pero si no fuera peor, alguien comentó un tema tabú en el imperio. Fue Imrik, el príncipe dragón de caledor. "Por lo que sé, en sus tierras hay esclavos ¿se puede saber que clases de faltas hicieron?" Al decir esto, solo quería causar una relación tensa entre el imperio quien abolió la esclavitud y Grecia quien utilizaba esclavos.

Y Arkon sin miedo lo confirma. "Asi es, utilizamos esclavos, y entre ellos hay todo tipo de profesiones, herreros, jueces, ladrones, carpinteros, violadores, asesinos, entre otros, algunos no alcanzan ni siquiera el año de esclavitud por otro lado, quienes hicieron graves delitos serán prisioneros toda su vida y sus hijos iguales, solo sus nietos serán exentos de este castigo." Dijo él mirando a imrik.

Imrik tenia una sonrisa de desprecio, pero Arkon solo lo miro sin expresión. "Sin embargo, solo hay dos clases sociales en Grecia, no hay nobles o plebeyos, solo hombres libres, aquellos que con su libertad pueden hacer lo que quieran dentro del marco legal de Grecia, ¿quieren ser albañiles? Lo serán. ¿guerreros o jinetes de león de nemea? Pueden lograrlo. ¿Ser un sacerdote o sacerdotisa? Pueden intentarlo. En Grecia el libre albedrio lo es todo, pero si afectas la vida de un tercero recibirá un castigo brutal, que es ser esclavo."

El siguiente en hablar fue el rey de los enanos Thorgrim, el portador de los agravios. "Hablas como si en Lothern no hubiera esclavos, jinete de dragón." Dijo con voz grave, debido al comentario indebido del príncipe dragón. Él vio al enano viejo con barba blanca como la leche, pero fue Tyrion quien lo hizo callar, sus ojos se encontraron e Imrik entendió que debía quedarse callado el resto de la reunión.

Sin embargo, el tema no fue en vano, ya que Elspeth von Draken habló con un tono que no tiene variación excepto la gravedad. "rey Arkon ¿acaso sus hombres lo siguen por miedo de ser esclavos o ven algo en usted?" dijo ella, pero los tres hombres detrás de Arkon apretaron los dientes por semejante pregunta ridícula para ellos.

"mi señora Elspeth, si pudiera elegir entre ser una mujer libre o cargar el peso de su puesto ¿Cuál la elegiría? ¿quisiera una vida común como la de cualquier mujer o elegiría su puesto sabiendo que llegaría a su estado actual?" Le dijo Arkon. "mis hombres y mujeres prefirieron la posibilidad de dar un futuro a futuras generaciones a cambio de su libertad. ¿Eso es esclavitud o sacrificio? ¿son realmente ciudadanos libres?" La miró con tranquilidad.

Todos al escuchar sus palabras quedaron callados, al principio parecía un insulto hacia la Magisterix del imperio del saber de la muerte sobre ser una mujer común y corriente, pero al pensarlo unos segundos mas entendieron algo. La esclavitud en Grecia no parecía ser algo más en carne y sangre sino algo más del alma ¿los hombres libres de Grecia, eran en verdad libres? ¿o solo es un sinónimo lindo de la palabra esclavitud? ¿acaso la palabra eleutheros servía de algo aparte de su significado simple?

"mi señora Elspeth, si con mi libertad puedo traer prosperidad a mi nación ya sus futuras generaciones, por más efímeras que sean esos años de paz, valdrán la pena, ya que tarde o temprano moriremos, esa libertad de morir como hombre libre que soy suficiente." Dijo Arkon con una mirada serena pero tranquila.

Todos al reflexionar sobre lo que dijo este joven rey se quedaron callados pero sus pensamientos o reflexiones se acabaron, su posición no les permitía fluctuar o menguar si lo que hacían estaba bien, este "sacrificio" que estaban haciendo era para su gente y las generaciones venideras, sea su destino o no, ya estaban en el camino.

"Sacrificio y esclavitud. Las dos se superponen entre sí, pero al final significan lo mismo rey Arkon. Estoy encadenada a Shyish, como usted al linaje real de Grecia o los padres a sus hijos. La libertad de morir es la única que conocemos, pero no es suficiente. Un reino no se sostiene con la muerte, sino con lo que dejamos atrás. ¿Será tu legado solo filosofía o algo verdadero rey Arkon?" preguntó con seriedad al final.

Pero una risa estridente resonó en la sala, esta provenía de Belegar quien miraba a Arkon con sinceridad en su rostro. "¡por Grimmir muchacho! Cuando escuchaba a tus filósofos no se acercan ni un poco a tus reflexiones. Pero sigo prefiriendo tu faceta de guerrero en el campo de batalla." Dijo que era divertido.

Al escuchar sus palabras, todos los líderes tenían diferentes expresiones, divertidas, serias, reflexivas entre otras pero la conversación terminó cuando Karl Franz habló. "Basta. Rey Arkon, tus palabras son iguales de afiladas como tu magia, pero el tiempo de filosofía ha terminado". Dijo el con seriedad.

Y finalmente la reunión iba a empezar.

"¿Qué puede aportar Grecia a la alianza del orden, rey Arkon?" le dijo él al joven rey y este contestó. "No sabré que ofrecer si no he escuchado las demandas que piden". Respondió tranquilamente. Y el primero en hablar fue la facción de los enanos, en especial el matador ingeniero Malakai Makeisson.

"saludos Rey Arkon, soy Malakai Makeisson, de la facción maestros de la innovación. He escuchado por parte del rey Belegar sobre las armas que le ha regalado como un favor por enseñarte la fabricación de la pólvora y máquinas de proyectiles." Dijo él con un dejo de expectativa.

Y al escuchar esto, Belegar se giró hacia a los dos enanos que eligió como guardia personal, y estos se acercaron dejando en la mesa tres armas diferentes, de colores oscuros y dorados, pero con un diseño raro incluso para ellos. Arkon al ver esto irritante, él miró a Belerofonte y este trajo las armas a donde estaba él.

"Lo que ven aquí, son regalos de Grecia al clan Angrund, que con nuestra aprobación le dejamos compartir la tecnología. Lo que ven aquí es un rifle largo de repetición, con capacidad de quince disparos seguidos con un alcance efectivo de quinientos metros". Presentó Arkon a los demás líderes de facción.

"Esta de aquí se llama barredora de trincheras, con un alcance de veinte metros con dos tipos de munición, de un solo objetivo o de varios, el tamaño de sus municiones afecta al arma, tanto su capacidad para matar como la capacidad de disparar continuamente antes de recargar de nuevo, un arma que puede desaparecer la cabeza de un skaven de un solo disparo o abrir su pecho dejándolo incapacitado por el resto de la batalla.

Y esta arma de mano, supera con creces las pistolas comunes, con un tambor de cinco disparos, los modelos los dibujé como referencia, pero la verdadera batalla son las balas, que a mi sorpresa pensé que tardarían más, pero el clan Angrund superó mis expectativas, fueron estas armas que fueron decisivas cuando se hicieron fuego de concentración con las bestias de los skavens, ni siquiera llegaron a las filas de infantería." Decía mostrando las armas cargando su cuerpo.

Poco después se muestra la capacidad de recarga y la velocidad de esta, superando las flechas en potencia y velocidad de recarga de las ballestas, ni siquiera las ballestas repetidoras pueden compararse. Y el siguiente en hablar fue el propio Belegar. "aunque el arma en si es fácil de hacer, es su munición la que cuesta problemas, aunque se puedan hacer a granel no es comparable a la velocidad de las balas de hierro y demás."

Arkon le lanzó el arma a Malakai y este con una sola mano comenzó a analizarla cada aspecto de esta e incluso saco herramientas para desarmarla enfrente de todos, sin embargo, su atención se fue hacia otro lado de la mesa. Fue del propio Balthasar Gelt quien miraba al joven rey.

"Rey Arkon, si existe la posibilidad de reclutar sus fuerzas como mercenarios ¿Cuál sería el límite de mercenarios o de su calidad de preparación? No solo hablando de hombres, sino también de sus bestias míticas, incluyendo a sus caballos tracios." Dijo el señor de la orden dorada.

"Mis hombres valen su peso en oro, o su equivalente. No subestime mi señor Balthasar la disciplina griega, desde el primer que se forma hasta el último, ninguno retrocederá en la adversidad sea cual fuere su oponente, tanto la infantería, la infantería de proyectil o la caballería." Dijo con seguridad y firmeza cuando se trataba del ejército griego.

"es mas de lo mismo con las bestias míticas, sean los leones de nemea, los caballos tracios, los pegasos, las hidras de Lerna, las quimeras, mantícoras, o cualquiera de ellas, no retrocederán ante nadie." Y la voz fría de la zarina habló. "¿incluso ante las huestes del caos?" Arkon al escuchar esto, gira su cabeza mirándola de forma seria y asintiendo. "Incluso ante el caos, fueron creados para ese propósito".

Y la voz de una mujer habló, haciendo una pregunta seria pero que todos esperaban su respuesta. "¿Cómo es su lealtad a las alianzas? ¿Eres capaz de ayudar en su totalidad cuando el viento está en contra en un aliado de tu reino o lo abandonaas porque es una causa perdida?" preguntó Miao Ying.

"Mi señora, yo preferiría morir primero que permitir que un amigo mío este en situaciones adversas estando solo." Dijo mirándola a los ojos blancos que tienen arcos eléctricos pequeños, pero su mirada fue a la izquierda de ella, quien era Yuan Bo, el dragón de jade.

Él esperaba la pregunta del administrador del reino del Gran Cathay. "¿Cómo es su gobierno mi señor Arkon? Por lo poco que sé de su mandato como rey, tiene a grandes hombres y mujeres bajo su mando gobernando sus diferentes ciudades, pero hay algunos como su guardia personal acá." Dijo con voz grave, esperando al menos aprender un poco de esta nueva facción.

"Mi señor Yuan Bo, si algunos de mis generales quieren irse de su puesto como gobernador pueden hacerlo cuando quieran, ellos serán reemplazados al instante por algunos de los candidatos como gobernador." Respondió Arkon, pero él nuevamente le preguntó. "¿Y cómo se eligen estos candidatos para gobernar?"

"Es a través de un régimen estricto, economía, filosofía, psicología, administración, pasado, vida personal y profesional, formación militar, estudios de guerra, comportamiento social, todos y cada uno de ellos deben probarse a través de exámenes escritos y prácticos. Además de que debe hacer un juramento al rio estigia ya nombre de Víctor Securis de no traicionar a Grecia y ser el último hombre en salir de la ciudad cuando este este siendo asediada." Respondió Arkon de forma completa para saciar la curiosidad del dragón oriental.

Pero los máximos líderes de cada facción en esta sala pensaban que esta charla trivial ocultaba algo más que solo historia y respuestas bien dichas y perfumadas para satisfacer la curiosidad, y esta vez quien habló fue el rey de bretonia, Louen Leoncoeur.

"Rey Arkon ¿Por qué no dice su verdadero motivo el cual vino ante nosotros? Puede que sea un nuevo poder en el mundo, pero tampoco es motivo de pavonearse entre nosotros sobre filosofía e historia de su pueblo, todos tenemos responsabilidades que deben ser resultados y esta reunión no es una de ellas." Dijo de forma directa y honesta mirando al joven quien solo lo miró.

Él vio como ascendiendo y sonreía ligeramente, para poco después mirar a Belegar ya Aquiles quienes los dos asintieron causando extrañeza y sospecha ante todos en la sala.

"Es como usted dice rey de bretonia, mi visita aquí no es solo conocerlos y hacer alianzas sino también mostrar un gran poder que me dio mi dios, y tanto Belegar como mi pueblo lo usan regularmente solo de índole militar. Este poder se llama el pasaje del inframundo." Y al terminar esas últimas palabras causaron grandes ceños fruncidos.

"¿Pasaje del inframundo?" Comentó Teclis al escuchar semejante término. "con pasaje te refieres a ir un lugar, pero el inframundo parece un reino diferente, sino hubieras dicho pasaje subterráneo. ¿Arkon a donde es este reino?" dedujo con rapidez el alto elfo, pero fue Tzarina Katarina quien habló con el ceño fruncido y sus ojos color hielo.

"Solo un nombre así puede conectarse con el caos, dígame rey de Grecia ¿es acaso usted alguien quien solo quiere aliarse con nosotros para luego traicionarnos por la espalda?" dijo ella cruzando los brazos desconfiada, pero todos por primera vez vieron al rey joven enojarse y tener una expresión molesta.

"Cuide sus palabras Tzarina, no permitiré que nombre el caos y Grecia en una misma oración, mi pueblo ya pagó suficiente como para que esa escoria cobarde se compare con mi reino. Pero por un lado entiendo sus dudas. El pasaje del inframundo nos lleva al reino de los muertos, el hogar del dios del inframundo Hades. Él con sus últimos vestigios de su poder divino pudo mantener el erebo con vida.

Ahora solo es un reino sin rey, las almas remanentes que hay ahí solo sirven de guía, pero no significan que no sean peligrosos, tanto las almas de la gente de Grecia o incluso las almas putrefactas de los guerreros del caos viven ahí encarceladas de por vida, ya que, si erebo cae, ellos también lo harán.

Este reino nos permite viajar millas de kilómetros en pocas horas, incluso si vamos a Lustria desde Gran Cathay nos tomará solo unas pocas horas debido a que las sombras del hades nos guiarán al pasaje correcto." Pero fue el propio emperador quien habló esta vez quien tenía una mano en su barbilla "presiento una gran desventaja es este pasaje del inframundo rey Arkon". Y él ascendía de forma pesada y sombría.

"Así es emperador, el pasaje del inframundo solo puede construirse en tierras aliadas. Incluso en tierras neutrales es imposible abrirlos". Dijo causando sospecha inmediata debido a esta curiosa desventaja, pero rápidamente Teclis habló en su defensa. "¿estos pasajes del inframundo son mucho más estables que los portales comunes?" Trayendo la atención así mismo debido a que con lo poco que conoció a Arkon, no haría estos tipos de trucos o un maestro manipulador.

"así es, a pesar de su desventaja, estos pasajes del inframundo son el mejor camino para cruzar millas de kilómetros en apenas sin necesidad de un ritual, un gran degaste de poder mágico o recursos, no debe haber duda sobre ellos cuando se trata de ir rápido a un lugar. Solo hay un inconveniente, Víctor Securis solo me dejara construirlo en otros territorios si son únicamente aliados de Grecia, por más que lo construya estos solo serán decoración en el lugar." Dijo explicando a Teclis.

"¿Cuáles son las desventajas de usar el pasaje del inframundo rey Arkon?" preguntó Alarielle, esposa del actual rey fénix. "Una de las desventajas que tiene sería el calor que se desprende incluso fuera del pasaje. Solo los habitantes de erebo saben que dirección queda en cada lugar, solo hay que decirles el destino que quieres ir y ellos te guiarán". Le respondió Arkon a la elfa más hermosa que había visto en su vida.

Pero una voz estridente sonó además de que había molestia en su voz, él era Grombrindal. "¿Por qué hay tantas preguntas para este muchacho? Él vino hasta aquí inmediatamente después de pelear por su pueblo sin descansó solo para desestimar sus palabras con cada oportunidad que tienen e incluso subestimándolo como si fuera un simple niño." Habló mirando a los ojos de todos los señores del lugar a la vez que tenía una expresión molesta.

"Además de que nos ofrece un gran regalo para ayudarnos entre nosotros, en vez de guardárselo para él, diez muchacho ¿Qué se necesita para que tu dios nos considere aliados para construir estos pasajes del inframundo? Seré viejo pero mis piernas se cansan de tanto caminar o andar en barco." Preguntó el enano blanco con la enorme hacha en su espalda mientras tenía sus manos en los apoyabrazos de su asiento.

"Una alianza comercial y militar junto con un presionado de manos, entonces mi dios nos parecen aliados, pero espero que solo se use de forma militar y no comercial ya que arruinaría la economía de nuestros propios pueblos. Además de que si quiere visitar Grecia señor Grombrindal solo debe enviar un mensajero con anticipación para preparar un lugar para su estadía." Dijo mirándolo a los ojos sin expresión pero agradecido por dentro después de ser constantemente preguntado con sospecha.

"Grombrindal tiene razón, Rey Arkon, debido a su ayuda, Belegar podría haber muerto durante su campaña a karak ocho picos, pero usted fue en su ayuda cuando apenas se conoció, esta deuda será saldada hoy, desde ahora en adelante cuente con los enanos, estos lazos que tenemos gracias de hierro nos trajeron un poderoso aliado que aún así todavía nos quiere ayudar." Habló finalmente Thorgrim portador del libro de rencores, quien expresaba sus amables pero serias palabras.

"Desde ahora en adelante cuente con todas las facciones de los enanos y espero que el trato sea reciproco." Dijo finalmente mientras asentía con la cabeza a Arkon quien hacia lo mismo con la misma seriedad de él. "Espero que tengan en cuenta a Grecia con cualquier adversidad, incluso si tenemos que darle refugio lo haremos. Sino fuera por el rey Belegar tal vez en el día de hoy seguiría luchando con los Skavens a tiempo completo." Decía Arkon mientras miraba a Belegar.

Pero Tyrion resopló divertido debido a que los enanos le ganaron de mano. "Yo tampoco me quedaré atrás Thorgrim, mi señor Arkon debido a que mostro grandes cualidades para ser un gran aliado para mi pueblo le ofrezco el mismo trato que los enanos." Dijo con voz claridad y firmeza para que todos los elfos de la sala lo escuchen con certeza.

Algunas tenían diferentes expresiones como sorpresa o miradas extrañadas y molestas, pero quienes lo apoyaban claramente era su esposa Alarielle, su gemelo Teclis, Serra de Cothique y Valin de Cracia, el resto tenia sus dudas, pero al final de todo el poder del pasaje del inframundo puede ser algo definitorio en cualquier sentido, llegando incluso un salvavidas para Ulthuan y sus propios territorios.

Quienes aún tenían sus dudas eran el Imperio, Kislev, Gran Cathay y Bretonia, pero al escuchar las palabras de los lideres de las razas de los enanos y elfos esas dudas se estaban deshaciendo, pero la voz del emperador resonó. "Una vez más, te he subestimado rey Arkon, no solo tienes grandes aliados como los enanos y elfos, pero debes entender nuestras dudas, el caos dejó grandes cicatrices en cada una de nuestras tierras." Dijo poniendose una mano al pecho para luego dirigirla a Arkon como modo de disculpa a la vez que tenia una mirada seria mientras asentia.

"Sin embargo te daré un voto de confianza, el imperio también será tu aliado, pero debemos sellar este pacto con acciones y no con palabras, para demostrar tu valía tanto como rey de tu nación y como general de tu ejército, nos ayudes contra Sylvania no dando el golpe final, sino que podamos confiar en tus fuerzas." Dijo él con sus dos manos agarrando la punta de los apoyabrazos de su asiento.

Y los grandes lideres de Kislev y Gran Cathay que son la Tzarina y Miao Ying solo se miraron entre si y asintieron con la cabeza. La primera en hablar fue la reina de hielo. "Aun teniendo mis dudas sobre usted no permitiré que estas confundan mi mente, Kislev será tu aliado, pero debes ganártelo, cuando el momento lo requiera espero que mi llamado de armas hacia usted sea escuchado. Mientras tanto mi patria será aliada de Grecia." Dijo ella con tono cortante y mirada seria.

"Gran Cathay piensa lo mismo, debes ganarte no solo mi confianza sino también las de mis hermanos, pero tampoco nos echaremos atrás, si tu dios necesita que seamos aliados para construir estos pasajes del inframundo pues consideranos uno rey Arkon." Dijo ella a la vez que se tocaba el pecho con su mano mientras sus hermanos Zhao Ming y Yuan Bo asentían con seriedad.

Y el último en hablar fue el propio Louen Leoncoeur rey de Bretonia. "Aún tienes que demostrar que estos caballos tracios sean mejores que los de Bretonia, pero por la dama juro que mi nación será aliada de la tuya joven rey Arkon, esperó que cuando el peligro venga a tus tierras que el primero en ser llamado sea Bretonia." Dijo divertido y sonriéndole a Arkon quien avanzaba sin expresión.

"Dado que todos llegamos a un consenso, desde este día, la nación de Grecia entró a las fuerzas del orden estando todos en esta sala como testigos, Rey Arkon es honor conocer a alguien de su edad tan decidido y desinteresado en ayudar no solo a su pueblo sino al de los demás, solo espero que tenga en cuenta al Imperio cuando esté en peligro." Dijo con seriedad Karl Franz levantándose de su asiento mirando los ojos marrones claros de Arkon y del resto de hombres y mujeres en la sala.

Todos al escuchar esto se levantaron de su asiento para volver a sus respectivas residencias en el imperio, debido a que cada uno quería conocer personalmente al rey de Grecia de forma privada tanto de forma social como comercial, sin embargo, Arkon miró a los gemelos elfos y estos entendieron que querían hablar con ellos.

Arkon quería respuestas de porque un alto elfo de Ulthuan atacó a Argos sin motivo aparente, y Circe le susurró al oído de que aquella persona está relacionada con el ataque o al menos la conocida personalmente.

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