Arkon durmió boca abajo y tenía todo el rostro marcado por las sábanas y la almohada, al ver el sol aclarando el cielo oscuro solo suspiro cansado y solo agacho la cabeza mientras tenía un solo ojo abierto mirando a su amigo felino quien respiraba de forma fuerte, frunciendo el ceño solo se levantó y fue al baño a lavarse la cara y el pelo.
Secándose con la toalla de mano, fue a ponerse la toga real y sin ponerse la tiara de hojas de laurel dorado fue hacia afuera de la mansión, todos al ver a su rey formaron al instante y le dieron los buenos días con una sola voz, pronto el jefe de sirvientes apareció por si tenía algún pedido, pero él solo negó con la cabeza.
Mientras caminaba entre sus hombres, notó que algunos comenzaban a cocinar en grandes ollas para empezar a entrenar entre ellos, entonces uniéndose a ellos se sentó junto a estos soldados de elite que sentían camaradería con su rey, pero deben recordar que hicieron un juramento de protegerlo y a todo el linaje real de Grecia.
Pero cuando todos estaban a punto de comer, desde las puertas de la villa de Arkon vinieron dos hetairoi que hacían guardia arriba de sus leones de nemea. "Mi señor Arkon, un destacamento del rey de los enanos Thorgrim está en la puerta." Y su rey asintió mientras se levantaba.
Los dos hombres entendieron y fueron hacia la puerta a paso ligero con sus leones, pronto escucharon el resonar de pasos pesados y el choque entre metales debido a la armadura. En el frente de todo estaba el propio Thorgrim arriba de su trono de poder junto con su inseparable libro de rencores, y al lado, pero detrás de él estaban un guerrero enano quien tenía su barba por completo trenzada, y un casco con cuernos que cubría por completo su cabeza.
Al otro lado estaba un enano ingeniero de barba castaño claro suelta, un casco con cuerno blancos y un par de gafas para oscurecer la luz de la forja o del sol, y en su espalda había un gran rifle modificado por el mismo pero lo más impresionante de todo era la guardia personal del rey de los enanos.
La guardia Gromril, sus armaduras pesadas que cubrían de pies a cabeza, un escudo de torre que cubría por completo el cuerpo, e incluso las barbas eran de metal, de armas tenían una pistola de tambor con un máximo de siete disparos, y con ellos un hacha del mismo material que la armadura, y el capitán de estos ochenta hombres era un Thane quien renuncio su señorío para proteger el rey de los Dawi.
Sin embargo, este metal no solo era un nombre decorativo, sino especial incluso en el mundo. Pero todos los enanos llegaron al consenso de que este metal de las estrellas no tiene precio debido a que valor era demasiado alto, llegando a ser mucho mejor que el oro, solo de grandes méritos generacionales de un clan se le puede permitir un arma o armadura de Gromril, ni hablar de ochentas armas y armadura que estaban rebosantes de runas enanas.
Nada se puede comparar con estos enanos que con más de doscientos años de servicio al combate tuvieron el mínimo de entrar a este regimiento de elites entre elites, e incluso Dugrard Stormforce, el Thane que capitanea estos hombres era lo mejor había parido su linaje, pero renunció a todas sus posesiones y poder en la nobleza enana solo para servir bajo al rey de toda su raza.
Desde que se creó esta unidad bajo el mando de Thorgrim ni una sola vez que entraron o salieron del campo de batalla perdieron siquiera a un solo hermano de batalla, e incluso la elite de Grecia sintieron admiración por estos enanos longevos y la propia Circe siquiera podía hacerle daño con su magia, solo el propio Arkon tenía que golpearlo dos veces el rayo de Zeus para matarlos por completo debido a las runas mágicas en sus armaduras.
Los dos reyes se miraron y asintieron profundamente. "En nombre de Grecia, yo lo saludo rey Thorgrim, Portador del Rencor." Dijo Arkon con su mano al pecho para luego enviarlo a la dirección del enano quien poseía grandes barbas blancas y una corona de gemas verdes y rojas con un dragón encima.
"Es un gusto conocer a alguien tan joven como usted rey Arkon, además de que guias a tu pueblo con sabiduría y grandeza, haciendo que los sueños se vuelvan hechos y realidad para la gente común. En verdad eres alguien grande joven Arkon." Dijo el rey acariciando su barba blanca con su mano mirando de arriba abajo al joven.
"Es bueno recibir elogios de alguien como usted rey Thorgrim, pero supongo que Belegar ya le habló de mi ¿no es asi?" dijo Arkon mirando al enano con ojos oscuros y este asintió. "En pocas palabras dijo que naciste en la raza equivocada, directo y tajante, decidido y seguro, es una pena que la raza de los hombres te limite Arkon, pero es innegable que tus alas aún le faltan para despegar mostrando su esplendor." Dijo sonriendo levemente algo que fue ocultado por su barba.
"Hoy he venido a hablar en nombre de los enanos para construir estos pasajes del inframundo, pero espero que no los construyas en las capitales de las provincias como medida de seguridad, a cambio tendrás a toda una raza para comerciar tanto en tierra como en mar, pero solo deseo comerciar cosas comunes entre nuestros pueblos y tal vez contratar algunos regimientos de tus fuerzas." Dijo él.
"En ese caso espero que cuando envié a mis hombres y su protección sea tratados como amigos en vez de gente extranjera, y es lo mismo para enano que vaya para Grecia, si no fuera por Belegar estaría peleando tanto con orcos y skavens al mismo tiempo. Si hay algún regimiento que le interese solo debe avisarme, pero los colosos están afuera de la negociación, son la última medida de defensa de Grecia." Dijo Arkon mientras guiaba a Thorgrim por la villa les mostraba a los diferentes hombres bajo su mando.
"Debo decir que a pesar de ser menos longevos que otras razas, aun me sorprende ver a humanos tan jóvenes llegar a la elite de sus fuerzas, será un arrepentimiento largo si no llegó pelear junto a ellos en una batalla." Comentó el enano, pero su mirada se clavó en el más grande de los leones de nemea.
"Y este debe ser la bestia que aterrorizo a los hombres del imperio, tan magnifico compañero de batalla junto con un gran jinete, realmente estas bendecido joven Arkon, ya todos quisieran que su montura sea invulnerable al acerco común, ni hablar de que incluso sea resistente a las armas mágicas." Dijo el enano mientras veía al león acercarse empequeñeciendo a todos con su tamaño.
"¿me pregunto si el propio Gromril sea capaz de abrirle una herida?" preguntó dubitativo, pero Arkon solo lo miró y dijo. "¿Por qué no lo prueba? Es un mero rasguño para alguien como Rexes, se curará al terminar el día." Dijo Arkon mientras miraba el hacha colgando en la cintura del enano con la armadura hecha con materiales de las estrellas.
Él frunció el ceño, pero asintió, al mirar a un enano del regimiento este al instante avanzó sacando su hacha y Arkon la agarró con firmeza, era ligera, bien equilibrada y tenía un buen material en el mango para que no se resbalara de su mano, entonces sin miedo le lanzó un corte al rostro de su compañero, e incluso sus propios hombres se sorprendieron al ver que no vaciló en atacar a su compañero de combate.
Sin embargo, Rexes solo sintió un pequeño ardor en su rostro y a simple vista todos notaron como la herida se estaba cerrando. "Tiene buen filo, comparable a las armas mágicas de Grecia cuando se trata de lastimar a los leones que tienen comportamientos agresivos, además de que no lo ataque para lastimarlo, pero aun asi le terminó abriendo la piel." Dijo Arkon observando detenidamente el hacha.
"Es el mejor acero que puedes desear, pero no obtener a menos que sean un Dawi." Comentó Thorgrim y Arkon devolviendo el favor le pidió el arma a un mirmidón que estaba cerca, este al instante sacó su arma y se la dio a su señor, el rey de Grecia le dio el arma al rey enano y este la balanceó de un lado a otro mientras hablaba.
"un gran equilibrio, un buen agarre del mango, bien afilado y forjado, además de un hermoso grabado y forma en el guardamano." Comentaba sobre la espada y preguntó. "¿Cómo se llama el mineral en el que hacen estas armas que son imbuidas en magia joven Arkon?" decía con cuidado.
"No es mineral, sino un método de forja del acero griego, Hefesto, el dios del fuego, la artesanía, la forja y la metalurgia les enseñó sus técnicas secretas para que las armas sean comparables a las armas olímpicas o al menos un cuarto de su poder, solo unos pocos entendieron sus enseñanzas y ellos lo registraron estos conocimientos al resto de Grecia, se podía decir que Gromril tiene sus características por venir de las estrellas mientras que el acero griego viene de los dioses." Dijo Arkon al ver Thorgrim bajar de su trono de poder mientras que tenía el libro de agravios en su cintura.
"Belegar ha dicho que siempre que podías, querías relacionarte con tus hombres, pero sin olvidar que eres su rey, espero que haya suficiente para mis hermanos joven Arkon." Dijo Thorgrim mirando a las ollas de comida y fogatas con tiras de carne encima de parrillas de hierro.
"Quedaras satisfecho con la comida que hacen los guerreros de Grecia." Comentó Arkon mientras guiaba al rey Dawi al templo ambulante y este estaba siendo observado de arriba abajo por todos los enanos ya que tiene una afición a la artesanía, y más si ven algo hecho con gran amor e inspiración.
Al entrar, el rey Dawi observo la historia de los dioses, su campeón Víctor Securis, el mapa de las tierras de Grecia y la artesanía greca en las sillas y en las mesas, Arkon por su lado saco un vino de su tierra para compartirlo con el rey y sus dos guardias personales que eran el ingeniero enano y un enano tallado de metal por fuera y carne por dentro.
"Pero hablando serio mi señor enano ¿Qué es lo que quiere en verdad de Grecia?" dijo Arkon con seriedad mientras bebía vino a la vez que miraba a los ojos oscuros de Thorgrim, los otros dos enanos se quedaron en silencio debido a que ya sabían cuáles eran los planes de su rey.
"Quiero un coloso." Dijo con autoridad, pero Arkon no se quedó callado. "¿Por qué?" y el enano respondió nuevamente. "Inspiración joven Arkon, los enanos nos estamos quedando atrás con el resto de razas y facciones cuando se trata bestias o seres poderosos, estamos creando nuestros propios constructos como los reyes funerarios y sus historias." Pero fue interrumpido por Arkon. "O Grecia y sus colosos." Dijo, pero al instante sus ojos se abrieron.
"¡¿La runa de la vida?!" dijo con sorpresa debido a que solo había teorías poco coherentes sobre los fanáticos de los enanos, y los tres enanos se quedaron sorprendidos al ver que adivino correctamente y al instante, pero Thorgrim siguió hablando. "Asi es, esperó que con este coloso podamos entender más sobre la runa para crear nuestros propios constructos o golem de runas." Arkon al escuchar solo se tomó la barbilla con la mano pensando.
Hubo silencio solemne en el templo ambulante pero poco después se escuchó una voz joven. "Lo hare solo porque pueden ser de gran ayuda contra el caos rey Thorgrim, pero a cambio quiero Gromril suficiente para mejorar la calidad de armas y armadura para mis generales." Dijo él mirándolo a los ojos, los enanos que estaban junto a Thorgrim se quedaron en silencio, pero por dentro estaban molestos, pero era necesario para tener estos gigantes de acero y runas inscritas en cada parte de su cuerpo.
"Consideralo un trato hecho joven Arkon, el Gromril será de tu propiedad cuando un coloso sea visto por los señores y herreros rúnicos de Karaz a Karak." Decía, pero no pudo continuar debido a que la comida fue traída por varios mirmidones, la charla durante la comida y después fue miscelánea tanto del lado enano como de Grecia.
Arkon fue hasta la puerta de la villa a despedir al rey de los enanos, sin embargo, cuando estaba a punto de bañar a Rexes o más bien solo tirarle agua, su atención fue hacia a las puertas de la villa debido a que se escuchaba numerosos pasos uniformes y vio como un león de nemea junto a su jinete venia hacia él.
"Mi señor Arkon, un destacamento de los altos elfos quiere su presencia, Valin de Cracia y Gilgalion de Ellyrion." Dijo de forma concisa para poco después ir devuelta a la entrada para dejarlos pasar por orden de su rey. Y a lo lejos vio porque había tantos pasos sonando.
Por un lado, se veía un elfo joven con una actitud abierta a conversar debido a su expresión curiosa y sonriente, debajo de él había un león de Cracia, una mirada feroz pero inteligente y sabia, de pelaje blanco como las perlas, y en su barbilla llevaba pequeñas trenzas, pero lo magnifico de estos es que siempre llevaban armadura que protegían sus extremidades de un tono azul.
Detrás de Valin, un elfo de pelo blanco y un collar de gemas verdes, un hacha gigante en su espalda y de armaduras blancas y plateadas, iba su mejor amigo desde que lo conoció, Alastar el león blanco, de cabellera rubia y ojos negros como el ónice, con armadura plateada, un abrigo de piel blanco hecho de un león de Cracia y la cabeza de este en su hombro izquierdo, estaba montado sobre otro león blanco como guardia personal del príncipe de Cracia.
Y como destacamento de protección de Valin, había veinte guerreros de leones de Cracia, con armaduras doradas y ropajes blancos, un casco dorado en forma de cono y en la punta de este una cabellera blanca alargada que iba más allá de su cintura y como Alastar tenían la cabeza de un león blanco en sus hombros izquierdos.
Y por otro lado estaba Gilgalion de Ellyrion, de cabello rubio platinado de ojos de color fucsia, estaba sobre un caballo élfico de la más pura sangre que había en sus tierras que protegía, excepto el caballo del rey fénix y el rey de los caballos de Ulthuan quien vivía una vida de libertad.
Él tenía una armadura plateada y dorada con detalles rosados como el estandarte que protegía el occidente de Ulthuan de las invasiones de los elfos oscuros y piratas o cualquiera que se atreva a tocar las tierras de los altos elfos, de arma poseía un escudo de lagrima de metal de colores oscuros y dorados con una gema roja en el centro de este y una espada larga.
Detrás de él estaba veinte caballeros de yelmos plateados sobre corceles de colores blancos con bridas de metal y tela blanca y rosado brillante, con escudos altos y astas alargadas, estos elfos eran la elite común de la caballería de Ulthuan solo superados por los príncipes dragón y los caballeros de Tor Gaval de Yvresse.
El primero en hablar fue Valin quien fue el más accesible en la reunión cuando se trataba de hablar sobre leones y aún más cuando se trataba de una raza diferente, y cuando estaba esperando en la entrada de la villa veía con detenimiento al león dorado quien observaba con desafío a su león blanco y al de Alastar, ni hablar el resto de leones de nemea que los veían.
"Buen día, rey Arkon, en bueno volver a verlo, pero en una situación menos formal y sofocante." Decía con una sonrisa en su rostro mientras bajaba de su león quien era observado fijamente por los leones de nemea, pero uno fue valiente y se puso enfrente de él midiéndolo, obviamente era Rexes.
Por otro lado, se escuchó una voz seria y cortante en comparación con Valin. "Buen día rey Arkon, debe perdonar a Valin por no presentarse adecuadamente. Él es el príncipe que responde ante el rey fénix por Cracia y yo soy Gilgalion quien responde por las tierras de Ellyrion y el este de Ulthuan." Dijo de forma respetuosa mientras ponía una mano en su pecho.
"Hablas como si no te hubiera ofendido que los caballos de Grecia fueran mejores que los élficos." Comentó Valin mientras que su mejor amigo Alastar solo cerró los ojos cansados y como pensaba una pelea se armó. "Porque es verdad, no hay jinete que se conozca que no quiere un caballo de los altos elfos, evitar esa verdad es mentirse a sí mismo." Dijo con el ceño fruncido mientras tenía una mano en su espada.
"Si hablamos de mejor montura para un jinete entonces sería un dragón de Caledor. Pero bueno, está bien mentirse a uno mismo." Dijo encogiéndose de hombros mientras sonreía y se dirigía a Arkon. "Aunque vine a negociar con usted rey Arkon, también vine por curiosidad por su compañero de batalla. El cual está intimidando a mi compañero de batalla." Dijo con sonrisa amarga final al ver que su compañero de batalla retrocedía un paso por cada que avanzaba el león dorado.
Arkon al ver esto solo le chifló a su amigo quien de inmediato fue a él, Valin se acercó a él para acariciar su rostro y para sorpresa de su jinete él se dejó hacerlo, poco después le recorrido el rostro con su manos blancas y ásperas e incluso tiro un poco de su melena dorada oscura.
"Es verdad lo que decías, es metal con vida." Decía mientras agarraba una hebra de la melena de Rexes para pincharse en el dedo y vio como salía una gota de sangre e incluso se partió a la mitad con un pequeño pero perceptible al oído élfico del metal romperse, al ver al león tener el doble de tamaño que el de sus congéneres dorados solo sintió impresión sincera por como Arkon logró domar a tal bestia el solo.
"No eres el único quien quiere negociar con el rey Arkon, Valin. Rey de Grecia, en nombre de Ellyrion vengo a pedirle estos caballos tracios quienes fueron halagos fuertemente por usted, quiero ver de primera mano cuan diferentes son de las tierras de Ulthuan además saber si tiene otros tipos de bestia en su catálogo solo por curiosidad." Dijo Gilgalion con mirada seria, pero Valin al escuchar sus palabras se unió a él asintiendo.
"En ese caso debería de ir a mi habitación para mostrar a las diferentes bestias míticas que hay en mis tierras mientras que les doy una explicación básica de estas." Dijo Arkon quien iba al lecho donde duerme en la habitación a traer los dibujos que hacía cuando estaba aburrido en el camino hacia Altdorf.
Los altos elfos ni siquiera tuvieron que esperar un rato debido a que al instante vieron al joven rey traer varios papiros de buena calidad, y utilizando una mesa donde preparaban la comida, la limpio al instante mientras separa los dibujos de las bestias míticas de Grecia, uno por uno tanto Gilgalion como Valin observaban con detenimiento cada dibujo realista que hizo el joven rey.
Y el primero en hablar fue el más serio de los dos señalando a una bestia que le dio curiosidad. "¿Qué clase de bestia es esta, rey Arkon?" preguntó y Arkon al mirar donde apuntaba le dijo. "Esta se llama quimera, hija de los ya mencionados padre y madre de todos los monstruos. Con cuerpo de león enfrente, y piernas de cabra y una cabeza de ellas y una cola que tiene forma de serpiente o dragón escupe fuego, tienen un gran tamaño y un enorme peso capaces de derribar las puertas de las ciudades." Dijo de forma concisa.
"¿Hija? Por lo que veo son todas las versiones macho de las especies e incluso la de los dragones." Dijo Gilgalion frunciendo el ceño mirando el dibujo. "No lo sé, cuando los veterinarios de Grecia los revisaban tenían órganos reproductores pertenecientes a las hembras." Dijo encogiéndose de hombros el joven humano.
"Son bestias interesantes ¿Cómo son en comportamiento con otros animales o en general cuando se trata de los seres vivos?" Preguntó nuevamente Gilgalion y Arkon contestó. "Son como cualquier bestia solo que más inteligente y fuerte que los demás, desde que se unieron a Grecia no hubo un caso de asesinar a un hombre o mujer, e incluso he escuchado sobre un hombre que domo a una quimera para cuidar sus cultivos mientras le cuidaba a sus numerosos hijos." Decía y el elfo de ojos fucsias tenia el ceño fruncido.
"Por mi lado ya quiero negociar rey Arkon, en nombre de Cracia le pido mil leones de nemea a cambio de dinero debido a que mis tierras no hay nada más que planicies, montañas y bosques con solo Elisia con un puerto debido a que aún nos estamos curando de las heridas que nos dejó los elfos oscuros que habían Nagarythe." Dijo Valin con expresión oscura.
"Yo tampoco me quedare corto rey Arkon, en nombre de Gilgalion quiero mil caballos tracios para probar su rendimiento con las tácticas de los yelmos plateados y al menos cien quimeras para proteger Ellyrion, la puerta del águila y del unicornio como otra medida de defensa." Dijo el alto elfo con orgullo.
"A cambio podemos darte cualquier tipo de recurso o bien de mis tierras, vino, gemas, recursos marítimos, pinturas, artesanías de los elfos en comparación con Cracia." Pero esto provocó una pelea verbal nuevamente entre Valin y Gilgalion, Alastar por su lado habló con Arkon de forma privada y de forma más calmada y profesional.
"Mi señor Arkon, soy Alastar el león blanco, protector personal del príncipe Valin. ¿puedo preguntarle algo?" dijo con respeto y cuidado mirando los ojos castaños claros del joven que media menos que él y este solo asintió. "¿Cuánto llegaría costar un hijo de su compañero de batalla?" preguntó y Arkon quedó sorprendido debido a que nunca llegó a pensar que Rexes tuviera un harén de leonas debido a que muchas le tenían miedo y se alejaban.
"La verdad es que no lo sé, Rexes nunca tuvo un comportamiento normal para un león, y las leonas que ha en Grecia se alejan con miedo de él, nunca llegó a tener siquiera una compañera o tampoco es que tuvo algún momento de descanso en Grecia para tomarse el tiempo de tener su propia familia." Dijo Arkon dándose cuenta de que su amigo solamente vivía con él sin comportarse como un ser vivo que debe reproducirse.
"En ese caso, cuando tenga crias espero que me tenga en cuenta rey Arkon, pagare cada moneda todo lo que vale un cachorro de él." Dijo con seriedad mientras asentía y volvía detrás de Valin quien solo se rindió de charlar de forma arrogante contra Gilgalion. "Disculpe nuestros modales señor Arkon, pero debemos retirarnos, solo cuando esté a punto de venir a nuestras tierras esperemos que nos avise con antelación para tratarlo adecuadamente debido a su posición como rey." Dijo Gilgalion con Valin asintiendo sonriendo alegremente.
"No creo que vaya a las tierras de Ulthuan por el momento, o al menos durante estos meses, pero habrá algún momento de mi vida que los visitaré a ustedes debido a la curiosidad de aprender de los altos elfos y su cultura y no por rencores." Dijo intercambiando miradas con los tres elfos quienes tenían miradas serias y asentían.
"Con las negociaciones realizadas debemos irnos, fue un buen descanso venir al imperio, pero Ulthuan aún recibe escaramuzas de los elfos oscuros y algún que otro norses que escapó de las manos de Serra en la isla de Albión, fue un gusto conocerlo Rey Arkon." Decía Valin quien se subió de un movimiento a su león blanco.
"Debo decir lo mismo que Valin rey Arkon, fue un gusto conocerlo." Decía Gilgalion subiéndose a su caballo élfico en un solo movimiento, poco después los dos se fueron junto con sus guerreros elfos. Y como desde el primer día, Arkon fue a entrenar, pero esta vez con Aquiles, aunque tenían sus togas estas eran simples tanto en color como en calidad, estas estaban sueltas en el tren superior y estaban colgando en su cintura.
Aunque el físico de Arkon era visible e incluso mejoraba con el tiempo su tamaño, el de su mejor amigo era en definitiva el cuerpo perfecto al combate, cada músculo tallado para el combate cuerpo a cuerpo ganándose el apodo del mejor guerrero de Grecia que pudo tener.
Los dos tenían telas que envolvían sus manos hasta la mitad de sus antebrazos y desde hace dos meses, los dos comenzaron a entrenar tanto para aprender cómo mejorar, aunque estas dos características del combate fueron plenamente para el rey de Grecia, a pesar de que Arkon intentaba con todo su esfuerzo esquivar o predecir golpes de Aquiles, este siempre lograba rozarlo y lastimarlo haciendo que su piel se raspe.
Y como siempre, el resto de los hombres veían a estos dos entrenar debido a que ninguno podía llegar a su nivel, ver a un rey tan capaz como combate y en gestión hacían que sus esfuerzos no fueran en vano y desearan aún más mantener sus esperanzas nuevamente en el linaje real de Grecia.
Al ver esto hizo que los hombres dentro de la villa comenzaran a entrenar, tanto con sus espadas y escudos, montados sobre sus bestias peleando tanto en tierra o en el cielo, e incluso chocando sus espadas a gran velocidad en los caballos tracios, los gastrafitas practicaban con sus ballestas repetidoras pesadas con una distancia de al menos doscientos metros disparando solo un cargador de virotes pesados.
Algunos comenzaron a preparar la cena para mas de setecientas personas y otros hicieron boxeo griego, todos se detuvieron hasta que vieron que era mediodía y en especial Arkon quien sudaba profundamente y respiraba de forma visible, esto no hubiera sido asi sino fuera porque estaban en el imperio, pero invocar en cada oportunidad la habilidad recuperación era irrespetuoso además de que podría causar confusión en los ciudadanos de Altdorf.
El día pasaba dentro de la villa y Arkon no sentía curiosidad por la ciudad de Altdorf debido a que ya la vio durante su camino hacia acá, sin embargo, esta no podía compararse con Eunomia nova a su gusto, esta era mas verde y mas movida al menos diez veces que la ciudad capital de Grecia.
Sin embargo, ella era más amarillenta y blanca, ordenada y más orgánica por decir algún modo, Altdorf tiene un sonido ambiente de voces, murmullos, pasos, conversaciones, risas, pero todo en un instante podía volverse oscura y antes de que te dieras cuenta todos tenían una espada y una pistola en la mano.
Eunomia nova no pareciera asi, todo parecía relajado, sincero y que siempre estaba en paz, pero las dos tienen algo en común, la batalla política de familias influyentes tanto por su titulo nobiliario como poder adquisitivo y estatus social entre ciudades. Arkon por su parte miró por la ventana la cual el exterior estaba oscureciendo y las estrellas estaban comenzando aparecer,
Suspiró cansado debido a que desde comenzó la expansión de Grecia las familias de cada ciudad habían aparecido, aunque los filósofos le cuestionaban todo, al final del día querían ver a su patria en su mejor momento, pero las familias con poder le cuestionaban incluso el hecho de permitir bestias míticas en los ejércitos, mujeres como Atalanta, Hipólita o Circe con poder en el lado militar.
Aquiles tenia razón, cuando se refería a que todos querían explicaciones y esos todos serían los filósofos y familias de Grecia, de poco ayudo que murieran setenta y cinco mil héroes de Grecia, un templo solo para las medusas, hacer aliados con los enanos, después de la campaña contra el clan mors ir directamente al imperio.
"Si solo fuera mas simple todo." Murmuró en voz baja mirando al cielo nocturno de Altdorf, por alguna razón este era diferente al de Grecia, todo era diferente desde que llegó. Cuando bajó los ojos suspiró nuevamente diciendo. "Ya me estoy acostumbrando a ser observado ¿no es asi?" dijo mirando a la oscuridad de la habitación la cual estaba vacía debido a que Rexes decidió quedarse fuera porque estaba más fresco.
Y del rincón más oscuro emergió una figura seductora, un pelo mas oscuro que la obsidiana y que a lo largo de este se volvía violáceo a lila brillante en las puntas, tan largo que incluso llegaba a sus talones, su piel mas blanca que la luna Mannslieb, un cuerpo tonificado y muy revelador, su armadura apenas cubría sus senos y partes íntimas, pero estos estaban hechos de acero élfico, y lo único de ropa que tenia eran unas telas que colgaban en su cintura y una pequeña capa.
"¿Cómo sabias que estaba a solas contigo?" dijo la mujer elfa quien tenia maquillaje oscuro en su rostro. "Si no fuera por la presencia asquerosa y repulsiva del caos que desprende tu cuerpo, tal vez no podría detectarte al instante, además Rexes no te notó al instante al igual que Circe." Dijo Arkon mirándola aun sentado, debido a que no podía hacer nada contra ella, porque ella era Morathi.
Ella se acercó aún más, pero sus poderes ruinosos obtenidos a través de pactos de innumerables demonios y del propio Slaanesh sintieron una gran perturbación apenas dio un paso a Arkon, una presencia divina y sagrada salía del joven humano, pero este no afecto al cuerpo de la elfa oscura sino a su propia alma, quienes residían dentro de su cuerpo debido a los pactos viles que hizo con ellos.
Tanto ella como Arkon abrieron los ojos con sorpresa, y Morathi quien era el objetivo sintió un gran dolor dentro de su alma haciéndola arrodillar y gemir en silencio debido al dolor, era tan fuerte que no podía forzar sus cuerdas vocales para al menos gruñir o sisear, él por su lado sentía un calor desprender de su rollo de cuero, la misma sensación que sentía cuando usaba poder divino, este hace mucho tiempo había superado los seis dígitos e incluso faltando poco para los siete sin embargo algo en lo mas profundo de su ser sucedía algo.
Una sensación de presión en su cuerpo que no podía describir con palabras, su garganta se cerraba, sentía una presión en cada articulación en sus extremidades y sentía como su cabeza zumbaba y sentía los movimientos de estos dirigirse a sus ojos los cuales se volvieron dorados haciéndolos sangrar debido al poder divino que desprendían para mostrarlo lo que en verdad les pasaba a los dos.
Un viento dorado se arremolinaba en Morathi quien la estaba pasando diez veces peor que Arkon, y él veía como una amargaba de colores fucsias y rosados estaban siendo asediados por el viento dorado que cortaban como espada a las hojas, e incluso vio la figura distorsionada de algo gritando de dolor y de placer, poco a poco este poder rosado que residía dentro de Morathi estaba siendo expulsado de su cuerpo mientras que el viento dorado lo reemplazaba.
Toda esta escena estaba siendo ocultada por el viento dorado que seguía saliendo del cuerpo de Arkon, desde afuera de las ventanas, los vientos de la magia e incluso afuera de la puerta parecía estando normal, e incluso los mas agudos como Aquiles, Circe o Rexes no notaron nada raro en la habitación.
Sin embargo, si saliera un segundo lo que sucedía, los más grandes hechiceros de Altdorf llegarían al instante debido a que reconocían perfectamente como era el caos y en especial Teclis quien combatió contra ellos durante su viaje al viejo continente e incluso llegando a pelear junto a los hombres lagarto y a los defensores del mundo como Kislev y Gran Cathay.
Los minutos se convirtieron en horas hasta que fueron pasada la media noche cuando todo se detuvo, el suelo donde estaba Arkon había un gran charco de sangre y su rostro tenia las marcas del recorrido que hacían estas, Morathi por su lado estaba en el suelo aceptando su destino, cuando los dos recuperaron la consciencia solo podían verse con extrañeza.
Una sintió como el joven que tenia enfrente tenia la magia de un dios, pero no de cualquier dios, sino uno diferente al del caos como Slaanesh que es el dios del exceso, él era Víctor Securis quien le fue entregado cada gramo de poder del panteón griego y entre ellos grandes dioses y diosas le concibieron sus grandes dones de nacimiento.
Para ellos eran simples vientos de magia que no eran compatibles y que naturalmente eran enemigos, pero si en verdad lo hubieran visto se quedarían sorprendidos, cuando vector miró al alma de Morathi vio al más débil de los dioses del caos, sintiendo una gran ira por él, sin pensarlo lo atacó con toda su presencia divina debido a que su presencia física no podría ser soportada por este mundo que luchaba estabilizar los vientos de las magias de los polos.
Slaanesh fue tomado por sorpresa por vector quien lo recordaba como un guerrero definitivo contra él, e incluso cuando el campeón de los cuatro dioses del caos Archaon tuvo que retroceder contra él, si no fuera por el campeón del extinto panteón griego, el fin de los tiempos había devastado a estas tierras por completo.
Pero el dios del caos no solo fue tomado por sorpresa sino incluso su cuerpo físico en su reino del exceso fue atacado por esta magia divina haciéndole gran daño dándole una advertencia muy clara, por más que Grecia haya caído en desgracia él sigue siendo un dios poderoso que incluso Khorne lo deseó como su campeón mas grande cuando aún era un simple mortal bendecido.
Y como acto de provocación para el más débil de los cuatro dioses del caos, limpió de las aflicciones, tratos, pactos, trucos, magia ruinosa de su cuerpo, pero aun manteniendo su poder sobre la magia oscura, los demonios viles que tenían contrato con ella fueron exterminados al instante e incluso sus almas desaparecieron por completo.
Si fuera por el propio Víctor Securis, haría más que un simple ataque a Slaanesh, seria un grave golpe que lo dejaría incapacitado por un tiempo para que su campeón solo deba concentrarse en solo tres dioses sin embargo el cuerpo y poder divino en el cuerpo de su campeón era limitado, pero era suficiente para una advertencia y darle un golpe en el mundo mortal.
"¿Qué me has hecho?" dijo ella susurrando aun en el suelo a Arkon quien estaba sudando por completo mientras sentía como la sangre en su rostro se secaba y la del suelo impregnarse en sus piernas, ropa y manos. "No tengo ni idea de lo que hablas, apenas sé tanto como tú, pero tengo idea de porqué." Dijo insinuando de donde proviene el poder de Morathi.
"Me siento tan débil, pero ¿sola?" dijo dudando al final debido a que su magia seguía estando, pero las voces que le susurraban habían desaparecido, estos le habían dicho que viniera Altdorf, que un nuevo poder surgió en el mundo y fue confirmado por los agentes del caos que viven en la capital del imperio. Al llegar, manipuló a todos con sus poderes duramente conseguidos pero esta vez fue quien ella sintió las consecuencias en primera mano.
Sus cinco mil años de enseñarle a su hijo, el rey brujo sobre el arte de gobernar y de la magia, pero este al descubrir su verdadera identidad como adoradora de Slaanesh y creadora del culto al placer, ella creó la guerra de la secesión, la guerra irreparable entre altos elfos y elfos oscuros, a pesar de que ella le juró que el trono fénix seria para él, el conocía bien lo que podía hacer el caos por primera mano.
Y sin vacilar la expulso de Naggarond y la exilio por completo de la raza de los elfos oscuros debido a que era un peligro tanto para su vida como para el resto de su gente quien debía liderar en el norte luchando con pieles verdes, enanos, norses e incluso demonios del caos.
Ella aceptó la decisión de su hijo y siguió su camino como adoradora al culto de Slaanesh esparciendo su influencia en cualquier raza que pudiera manipular, hombres, altos elfos, enanos, elfos silvanos, vampiros, demonios, hombres bestias, ogros, enanos del caos, no importaba la raza debido a que su poderosa magia hacia el resto, y ella incluso llegando invocarla incluso desde su mente no había nadie comparable a ella, exceptuando a Teclis o un dios.
"Si te sientes sola solo significa algo ¿no? Tu amo fue desterrado de tu alma, no sé como llegaste a conectar con él, pero eso es bueno." Dijo Arkon mientras se tambaleaba intentaba enderezarse y caminar hacia ella, al ver que el humano joven le ofrecía su mano para levantarse, ella dudó durante varios segundos y él a ver esto solo se alejó. "Lo único que deberías de dudar seria sobre tu propio futuro, ignoro cuál es tu conexión con tus seguidores, pero sabrán que cortaste tu relación con Slaanesh." Dijo mirándola a los ojos.
"Aún mantengo mi poder, pero quiero saber algo ¿Por qué tu dios actuó contra mi al instante que me viste?" preguntó con suma confusión y duda y Arkon solo negó con la cabeza casi con burla. "Víctor Securis fue quien impidió que el caos tocara este mundo ¿Cómo crees que reaccionaria uno de los muros de este mundo cuando vea a uno de los responsables de matar a todo su panteón y su pueblo hasta casi extinguirlo?" Decía mientras la miraba y negaba con la cabeza.
Ella se levantó como pudo, pero antes de que pudiera hacer algo, escucho el crepitar de la electricidad, ella al instante subió su guardia y un escudo mágico la rodeo y vio con sus ojos como la mano derecha de Arkon tenía arcos de relámpagos recorriendo todo su antebrazo hasta su mano, y él la miraba de forma fija.
"solo dime un motivo de no entregarte al imperio y a los altos elfos." Pero ella vio como sus ojos brillaron al mirarla de arriba abajo y al segundo después habló. "creo que ya encontré un motivo de dejarte ir, desmantela el culto del placer, ayuda a tu hijo a tu forma, desde las sombras o no, pero quiero que los elfos oscuros nos ayuden a las fuerzas del orden contra el caos, sabes la consecuencia de no someterte a ellos, y al saber las ambiciones de tu hijo, primero se suicidaría en combate y magias antes que rendirse a cumplir su meta." Dijo Arkon.
"Eso es más fácil decirlo que hacerlo ¿sabes cuanto tiempo gaste en crear ese culto?" pero el respondió rápido. "A ti no te costó nada, todo fue hecho por Slaanesh, tu solo eres el medio para hacerlo realidad, el cumplía las promesas perversas de sus emisores, tu solo entregabas la recompensa y por eso te seguían, incluso puedes pedirme ayuda a aniquilar a los fanáticos, pero solo si aceptas mi oferta." Habló con seriedad mientras que los arcos eléctricos seguían moviéndose aún más rápido.
Ella dudó no por no aceptar la oferta sino por la forma de cómo podía matar a cada uno de los miembros del culto del placer, pero no solo eso, sino que incluso hay seres del plano del dios del placer en este mundo, ella sabia que en el momento que se niegue todos los magos de Altdorf sentirán el poder mágico desatado del joven rey enfrente suyo, lo cual solo suspiró miro con seriedad al humano que tenia menos de veinte años.
"Lo acepto, pero espero que cuando llegue el momento que los elfos oscuros estén del lado del orden, hables a favor de ellos, tanto contra los altos elfos como de los enanos, mientras tanto te avisare en el momento oportuno de pedirte ayuda, pero no creo que sea dentro de estos meses, reuniré a todos lo que pueda del culto del placer, tanto sus guerreros como los sectarios comunes, espero que no tengas miedo de manchar tu espada de sangre de incluso de niños." Dijo ella con seriedad mirando los ojos café claros de Arkon.
"incluso si tengo que matar a miles de niños con tal de que el culto de un dios del caos desaparezca, con gusto lo hare." Dijo con firmeza e incluso con asco, ella solo asintió mientras desaparecía en las sombras de la habitación, al no sentir su presencia sacó su pergamino de cuero, al abrir el minimapa de donde estaba, se fijó que no había nadie en donde estaba, lo cual solo se arrodilló cansado mientras tosía con fuerza y veía como escupía sangre.
Arkon se tapo la boca para no expulsar más sangre, pero no podía parar, después de varios minutos finalmente pudo respirar bien y al levantarse fue al baño, con pasos lentos se desvistió y se dirigió a la bañera a limpiarse la sangre en su cuerpo y el sudor nervioso de tener una de las hechiceras más grandes enfrente suyo con planes de matarlo o quien sabe qué.
Todo su cuerpo le costo relajarse, de forma inconsciente tenia sus músculos tensos y por seguridad decidió sacar nuevamente su rollo de piel y descubrió que no había nadie, estaba rodeado de puntos azules quienes eran sus soldados y los puntos verdes eran sus aliados, no se avistaba ni un solo punto rojo en todo Altdorf, incluso asi no sentía seguro pero cuando estaba a punto de levantarse escucho la respiración sorpresiva de alguien, y antes de que pudiera decir algo, vio como las puertas del baño privado se fueron volando de un solo golpe directo hacia la pared.
El culpable de esto fue el propio Hércules, quien, al mirarlo solo suspiro aliviado, pero poco después frunció el ceño. "Tranquilizate, lo explicare cuando salga de acá, ve a informar al resto de nuestros amigos en el carruaje, vamos a tener mucho trabajo cuando salgamos de Altdorf." Dijo Arkon mientras se levantaba de la bañera y se tapaba sus partes íntimas con un toallón blanco, Hércules solo asintió y se fue corriendo de la mansión a avisar al resto, poco después vino el señor de sirvientes de la mansión y Arkon le dijo que limpien el desorden de la habitación y él solo asintió.
Poco después de salir, fue directo al carruaje templo, al llegar vio las miradas penetrantes de Circe y Aquiles, Arkon por su lado los ignoró y comenzó a decirles que es lo que acaba de suceder en su habitación con Morathi, y los tres amigos y Circe tenían diferentes reacciones, tanto de asco, asombro, impacto e incluso duda, desde el comienzo al final todos entendieron algo, no sabían en que momento Morathi se había infiltrado en la habitación de su rey.
Arkon no le dio mucha importancia debido a que era natural, si habláramos en posiciones de poder en la magia serian Teclis como primer lugar, Nagash segundo y el tercero a Morathi, eso sacando de lados slann como el gran cacique Kroak, el más anciano de la primera generación de los slann.
"¿Por qué deberíamos de confiar en una elfa oscura que creo un culto a un dios del caos?" dijo Circe con el ceño fruncido. "Porque yo lo digo y punto." Dijo de forma tajante Arkon mirándola sin expresión. "Si usted mi rey dice que confiemos en ella, lo haremos, pero debemos de proceder con cuidado, habrá seguidores fanáticos de ella entre los elfos oscuros que pensaran que le lavamos el cerebro y usted será el objetivo principal de todo esto." Dijo Belerofonte con seriedad y con los brazos cruzados.
Y al escuchar esto, Aquiles y Hércules asintieron con fuerza, Arkon hizo lo mismo, pero levemente. "Por ahora entraremos en algunos meses de paz, pero de mucho crecimiento económico, enviaré a alguno de ustedes para vigilar los cargamentos ¿algunos de ustedes quieren elegir su destino o lo hago yo?" preguntó Arkon mirándolos a los ojos.
"Por mi parte, enviame a Kislev, quiero ver como luchan estos hombres del norte contra los Norses y las huestes del caos." Dijo Aquiles sonriendo como siempre. "y como no escucho pedidos de su parte, los elegiré yo mismo a donde tienen que ir, por ahora tenemos pocos pedidos, pero seguramente el resto de facciones vendrán a nuestro hospedaje para pedir cosas." Dijo Arkon mientras se retiraba a dormir, y apenas tocó su almohada se durmió profundamente.