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Chapter 136 - Capitulo 125: Despertando en Confusión

*IESEL*

La vida en la academia seguía su curso, pero el pensamiento de Therius nunca estaba lejos de mi mente. Max, Volter, Amaranta y yo nos dedicábamos a nuestros estudios de magia con más fervor que nunca, cada uno con la esperanza de encontrar algo que pudiera ayudar a nuestro amigo.

Una tarde, después de una intensa seción de meditación, me encontré sentada en la biblioteca con Max, Volter y Amaranta. El ambiente estaba lleno del susurro de páginas y el murmullo de estudiantes concentrados.

"¿Has oído algo nuevo sobre Therius?", preguntó Volter, rompiendo el silencio. Su voz reflejaba la misma preocupación que todos sentíamos.

"Sí, Trevor me envió una carta esta mañana", respondí, mirando a mis amigos. "La actividad cerebral de Therius ha aumentado y ha comenzado a responder a estímulos. Es un buen signo, pero aún no sabemos cuándo despertará."

Max asintió, sus ojos serios. "Eso es un progreso. Tenemos que mantenernos positivos y seguir estudiando. Quizás podamos encontrar algo que ayude a acelerar su recuperación."

Amaranta, siempre pragmática, añadió: "Deberíamos enfocarnos en nuestro avance con nuestras habilidades, a el le gustara saber lo que hemos avanzado."

Pasamos el resto de la tarde sumergidos en libros, buscando cualquier pista que pudiera ser de ayuda. Cada uno de nosotros estaba decidido a hacer todo lo posible por Therius.

Días después, durante una práctica de combate mágico, Max y yo nos encontrábamos en el campo de entrenamiento. La tensión en el aire era palpable, y la concentración en nuestros rostros mostraba lo mucho que queríamos mejorar nuestras habilidades.

"Max, ¿has notado alguna mejora en tu control del mana?", le pregunté mientras nos preparábamos para el siguiente ejercicio.

"Sí, he estado trabajando en canalizar mi energía de manera más eficiente", respondió, con una mirada decidida. "Quiero estar listo para cualquier cosa que podamos enfrentar en el futuro."

Asentí, sintiendo la misma determinación. "Bien, entonces vamos a darlo todo."

El entrenamiento fue intenso, y cada golpe y contraataque nos acercaba más a nuestras metas. La dedicación de Max me inspiraba a seguir esforzándome, y sabía que todos estábamos unidos por un propósito común.

Al final de la jornada, nos reunimos con Volter y Amaranta en el comedor de la academia. La conversación giraba en torno a nuestros estudios y los progresos de Therius.

Las semanas pasaban y cada día traía nuevos desafíos y aprendizajes. Nos mantuvimos enfocados, motivados por la esperanza de que Therius despertara pronto. A pesar de la distancia, sentíamos que estábamos unidos en esta lucha, y eso nos daba fuerzas para seguir adelante.

Un día, mientras estaba en la biblioteca, recibí una carta de la Tía Altea.

"Querida Iesel, gracias por todo el apoyo que nos has dado. Therius sigue mostrando signos de mejora, y eso nos da esperanza cada día. Sabemos que está luchando por volver. Cuida de ti misma y sigue adelante con tus estudios. Con cariño, Altea."

Sus palabras me llenaron de emoción. Guardé la carta con cuidado, sintiendo una renovada determinación. Therius estaba luchando, y nosotros también lo haríamos, cada uno a nuestra manera, hasta que finalmente volviera con nosotros.

****

El tiempo parecía avanzar más rápido de lo habitual, y en cuestión de días, nos encontrábamos a pocas semanas de la graduación de Layra. La academia estaba llena de actividad, con estudiantes preparándose para los exámenes finales y eventos de despedida.

Max, Volter, Amaranta y yo estábamos en el laboratorio, trabajando en un proyecto conjunto sobre hechizos. La atmósfera estaba cargada de expectación y nerviosismo.

"Layra debe estar emocionada por la graduación", comentó Volter mientras ajustaba un cristal de energía en su lugar.

"Sí, lo está. Aunque también está preocupada por Therius", respondí, concentrada en mi tarea. "Pero confía en que todo saldrá bien."

Amaranta, que estaba revisando unos textos antiguos, levantó la vista. "¿Cuánto tiempo queda para la ceremonia?"

"Menos de dos semanas", dijo Max. "Espero que Therius muestre más signos de recuperación para entonces."

****

Las noticias sobre Therius seguían siendo un tema constante entre nosotros. Cada pequeño progreso era un rayo de esperanza. Una tarde, mientras estábamos en la biblioteca, recibí un mensaje de Trevor.

"Iesel, Therius ha comenzado a moverse más. Los médicos dicen que es un buen signo. Todos estamos esperanzados."

Leí el mensaje en voz alta, y una ola de alivio y alegría nos envolvió. "Esto es genial", dijo Max, sonriendo. "Tal vez despierte a tiempo para la graduación de Layra."

***

El día de la graduación se acercaba rápidamente. Layra había estado en contacto con nosotros, compartiendo sus ansias y preparativos. La última semana antes de la ceremonia fue una mezcla de exámenes finales y ensayos para la graduación.

"¿Qué piensas hacer después de la graduación?", le pregunté a Layra una tarde mientras tomábamos un descanso en el jardín de la academia.

"Quiero seguir entrenando y quizás unirme al gremio. Pero primero, quiero estar cerca de Therius y asegurarme de que esté bien", respondió, su voz llena de determinación.

"Te entiendo. Todos queremos lo mismo", dije, tocando su hombro con cariño. "Y estaremos ahí contigo, pase lo que pase."

****

Finalmente, el día de la graduación llegó. La academia estaba decorada con flores y banderas, y el ambiente era festivo. Los estudiantes vestían sus túnicas ceremoniales, y el aire estaba lleno de risas y expectativas.

Mientras esperábamos a que comenzara la ceremonia, mi mente no podía evitar regresar a Therius. "Ojalá pudiera estar aquí para ver esto", pensé.

Durante la ceremonia, los discursos inspiradores y los logros de los estudiantes llenaron el auditorio. Cuando llegó el turno de Layra, su nombre fue llamado y se levantó con orgullo, caminando hacia el escenario para recibir su diploma.

"Y también por su gran Participancion en el festival en la capital central junto a su equipo, Layra Emwind, con honores", anunció la directora principal, y la sala estalló en aplausos. Sentí una oleada de orgullo por mi amiga, sabiendo todo lo que había superado para llegar hasta aquí.

Después de la ceremonia, nos reunimos afuera. Layra estaba rodeada de su familia y amigos. Dorian, Altea, Trevor, Elowen y Calafell estaban allí, todos con sonrisas y lágrimas de felicidad.

Atheria y los demás estaban en otros lugares mirando y aplaudiendo.

"Felicidades, Layra", dije, abrazándola fuerte.

"Estamos muy orgullosos de ti."

"Gracias, Iesel. Esto significa mucho para mí", respondió, sus ojos brillando con emoción.

***

*ALTEA*

Después de la emotiva graduación de Layra, la vida continuó tanto en la cede con en la academia con una mezcla de esperanza y tensión. Cada día era una nueva espera, un nuevo rezo silencioso por la recuperación de Therius. Layra había ingresado al gremio como aventurera, mientras que Trevor se dedicaba a apoyar a la familia y a mantener viva la esperanza entre nosotros.

Elowen, había estado más callada de lo habitual. Aunque era demasiado pequeña para entender completamente la situación, podía sentir la tensión que flotaba en el aire. A menudo encontraba a Elowen mirando la habitación de Therius desde la puerta entreabierta, con una expresión preocupada en su rostro.

Una tarde, mientras estaba en el comedor esperando la cena, Elowen se acercó tímidamente. "Mamá, ¿cuándo despertará Therius?", preguntó con voz suave, sus ojos verdes llenos de preocupación.

Me agaché para estar a su altura y la abracé con ternura. "Pronto, cariño. Estamos esperando y rezando por él todos los días. Therius es fuerte, ¿sabes? Y con todo nuestro amor y esperanza, estoy segura de que volverá a despertar", le dije con voz tranquila pero llena de convicción.

Elowen asintió lentamente, suspirando con un gesto de resignación. "Lo sé, mamá. Pero echo de menos cuando jugábamos juntos."

Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras la abrazaba más fuerte. "Yo también, Elowen. Pero pronto, Therius estará de vuelta y podremos jugar juntos de nuevo."

***

Los días se deslizaban lentamente, marcados por las visitas regulares de médicos y las noticias esperanzadoras que a veces llegaban. Una mañana, recibí la llamada del médico que hizo que mi corazón se acelerara. Corrí hacia la habitación de Therius con Elowen siguiéndome de cerca.

Al entrar, vi a los médicos rodeando la cama de Therius, revisando los monitores con seriedad. Trevor estaba allí también, su rostro mezcla de ansiedad y esperanza. "¿Qué está pasando?", pregunté, conteniendo el aliento.

Uno de los médicos se volvió hacia mí con una expresión seria. "Hemos detectado actividad cerebral significativa esta mañana. Therius está respondiendo de manera prometedora."

Una oleada de alivio y gratitud me recorrió. Abracé a Elowen con fuerza mientras las lágrimas de felicidad escapaban por mis mejillas. "¡Gracias a Dios!", murmuré, sintiendo cómo se disipaba parte de la tensión que había estado cargando durante tanto tiempo.

Esa noche, mientras Therius seguía descansando, nos reunimos como familia en su habitación de la enfermeria. Elowen estaba radiante, jugando con su Calafell mientras Trevor y yo compartíamos una mirada de complicidad y alivio.

"Layra debe estar tan feliz cuando se entere", dijo Trevor, sonriendo débilmente.

"Así es. Y ahora podemos mirar hacia adelante con más esperanza", respondí, pasando mi mano por el cabello de Elowen con cariño.

Dorian, se unió a nosotros con Calafell en brazos. Calafell, la adorable bebé de ahora diez meses, había sido legalmente protegida por Therius antes de su estado actual. Era una pequeña luz de alegría y curiosidad en medio de nuestras preocupaciones.

El ambiente era tranquilo pero lleno de una paz renovada. Nos apoyábamos mutuamente, conscientes de que el camino hacia la recuperación completa de Therius aún era incierto, pero con la certeza de que estábamos avanzando en la dirección correcta. Con la fuerza de nuestra familia y el amor inquebrantable que compartíamos, sabíamos que juntos superaríamos cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestro camino.

Después de meses de espera angustiosa, el día finalmente llegó. Therius comenzó a despertar lentamente, como si emergiera de un largo sueño profundo. La sala donde había estado acostado durante tanto tiempo parecía llenarse de una nueva energía, mezcla de esperanza y tensión.

Dorian y yo estábamos junto a su cama, sosteniendo su mano con cuidado mientras los médicos monitoreaban cada pequeño indicio de actividad cerebral. Elowen estaba cerca, observando con los ojos muy abiertos y las manos apretadas contra su pecho, ansiosa por el hermano mayor que apenas recordaba.

En ese momento crucial, Max y Iesel llegaron de visita. Habían venido a apoyarnos durante todo el período difícil, y ahora estaban aquí para presenciar este posible milagro. Max, con su expresión de preocupación y esperanza, se acercó lentamente a la cama de Therius, mientras Iesel miraba con expectación desde el umbral de la habitación.

Therius comenzó a moverse ligeramente, sus ojos parpadeando lentamente mientras luchaba por recobrar la conciencia. La tensión en la habitación era palpable. Los monitores pitaban suavemente, registrando cada pequeño cambio en su estado.

Finalmente, Therius abrió los ojos lentamente. Miró a su alrededor con una expresión confusa y aturdida. Por un momento, pareció no reconocernos a ninguno. Su mirada vagaba por la habitación, buscando algo que pudiera anclarlo en la realidad que había olvidado.

"Therius, cariño, soy mamá", murmuré, mi voz temblorosa por la emoción contenida.

Dorian apretó suavemente la mano de Therius y la mano de Calafell golpeo la mia. "Estamos aquí contigo, hijo. Todo estará bien."

Therius parpadeó varias veces más, sus ojos finalmente enfocándose en nosotros. La confusión en su rostro dio paso a un reconocimiento incierto. Sus labios se movieron como si estuviera a punto de decir algo, pero ninguna palabra salió.

Fue entonces cuando Max se acercó con cautela. "Therius, somos Iesel y Max. Estoy aquí contigo", dijo con voz tranquila pero firme, tratando de hacer resonar algún recuerdo perdido en la mente de Therius.

Therius los miró por un momento largo, como si estuviera procesando la información. Sus ojos reflejaban una mezcla de incomodidad y desconcierto. No parecía recordar a Max, ni a Iesel, quienes habían sido tan cercanos a él antes de su prolongado estado de coma.

La tensión en la habitación aumentó, palpable y dolorosa. Elowen miraba a Therius con una mezcla de esperanza y temor, como si estuviera esperando que él la reconociera como antes.

"¿Quiénes son ellos?", preguntó Therius finalmente, su voz débil pero clara en el silencio cargado de la habitación.

"¿Quienes son ustedes?" Su voz volvió a resonar en la habitación.

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