WebNovels

Chapter 7 - Capítulo 7: "Los secretos de los sabios"

La ciudad de Luminaris seguía envuelta en rumores. El festival había terminado, pero el resplandor dorado que bañó la plaza aún vivía en la memoria de todos. Los niños lo recordaban como un milagro, los ancianos como un presagio, y los sabios… como un misterio que los desafiaba.

En lo alto del templo, bajo las bóvedas adornadas con símbolos de Astralis, los sabios se reunieron en consejo. El Cosmo Cristal había revelado algo que ninguno de ellos podía explicar: un poder que no pertenecía a los elementos conocidos, un poder que había desbordado las leyes mismas de la magia.

Arkanis, el más anciano, habló con voz solemne:

—El cristal ha hablado, pero no ha nombrado. Eso nunca había ocurrido. El muchacho… Eiden… no es fuego, ni agua, ni viento, ni tierra. Es algo más.

Elira, la sabia de mirada serena, respondió:

—No es un error. La barrera lo dejó entrar, y su luz dorada no mostró malicia. Lo que vimos fue un poder que trasciende nuestras categorías. Quizás sea el Catalizador de las profecías.

Kael, más escéptico, replicó:

—¿Y si es el inicio de la ruina? ¿Y si ese poder atrae fuerzas que no podemos contener?

Arkanis golpeó el suelo con su bastón, imponiendo silencio.

—No podemos juzgarlo con miedo. Su luz no destruyó, no quemó. Elevó. Y no solo a Aldoria. La barrera entera vibró. El mundo entero sintió su despertar.

Los sabios comprendieron que lo ocurrido no era un asunto local. El cristal había proyectado su resplandor más allá de las murallas, alcanzando la barrera y extendiéndose hacia tierras lejanas. Era como si el despertar de Eiden hubiera resonado en cada rincón del mundo.

—Si el cristal no pudo reconocerlo —dijo Elira—, significa que su poder está más allá de las leyes que conocemos. No pertenece solo a Aldoria. Pertenece al mundo entero.

Arkanis asintió.

—El destino de este niño no está ligado únicamente a nuestro reino. Está ligado al futuro de todos los pueblos, de todas las razas, de toda la creación.

El consejo decidió guardar silencio ante el pueblo.

—No debemos revelar aún lo que realmente ocurrió —dijo Arkanis—. Si saben que el cristal no pudo nombrarlo, el caos se desatará. Lo llamaremos elegido, pero ocultaremos que su poder trasciende las fronteras del mundo.

Elira lo miró con preocupación.

—¿Y el muchacho?

—Él debe aprender quién es —respondió Arkanis—. Lo guiaremos, lo observaremos. Su destino no es solo Aldoria. Es el destino del mundo entero.

Mientras los sabios sellaban su decisión, el Cosmo Cristal vibró suavemente. Un destello dorado recorrió sus facetas, como si escuchara cada palabra. En ese instante, todos comprendieron que el cristal no estaba confundido: estaba esperando.

Esperando que Eiden creciera.

Esperando que el Catalizador revelara su verdadero nombre.

Esperando que el mundo entero estuviera listo para lo que vendría.

En la ciudad, la gente dormía bajo la calma aparente. Pero en el templo, los sabios sabían que el mundo había cambiado. El secreto que guardaban era demasiado grande: un niño había despertado un poder que ni siquiera los dioses habían definido.

Y aunque el pueblo aún lo ignoraba, el destino de todo el mundo ya estaba escrito en luz dorada.

More Chapters