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Chapter 1 - Capitulo 1: Los valores de la hechicería

Durante mucho tiempo, los hechiceros y demonios han sido leyendas urbanas. A pesar de que algunos afirman haber visto a uno de estos seres, los demás prefieren ignorar esa situación. Esto nos remonta al año 1820 en Francia, donde todo comenzó...

Un joven llamado Lucien Noirveil compraba pan en una pequeña panadería del centro. Lucien colocó la bolsa de pan sobre el mostrador y le preguntó al vendedor: "¿Cuánto sería?"

El vendedor le respondió con una sonrisa cortés: "Serían siete monedas de oro, señor."

Lucien pagó y se retiró de la panadería. Mientras caminaba por las calles empedradas, pensó: "¿Qué podría comer hoy? Se me antojaron unos cortes de ternera." En eso, Lucien pasó de lado por un callejón oscuro y escuchó gritos de sufrimiento...

Lucien volteó y, tras dudar un momento, decidió entrar al callejón. Mientras más se acercaba, notaba una presión alta en el ambiente, como si el aire mismo se hubiera vuelto pesado. Finalmente pudo ver a una chica: estaba siendo golpeada por dos matones de aspecto amenazador.

Lucien les gritó con firmeza: "No les recomiendo golpear a la señorita. Aquel que hace el mal siempre traerá consecuencias." Entonces Lucien sonrió con una confianza que no terminaba de sentir.

De repente, uno de los matones se rio fuerte y dijo con desprecio: "¿En serio crees que podrás vencernos? Por favor, no me hagas reír."

Y entonces el matón sacó de sus manos... cuchillos. No de su cinturón ni de su chaqueta, sino literalmente de sus palmas, materializándolos de la nada. Lucien se confundió y retrocedió. Tuvo miedo y entonces pensó: "¿Cómo es posible? ¡Entonces el mito de los hechiceros es real!"

El matón se acercaba corriendo, pero Lucien detenía cada golpe. Lucien era un antiguo alumno del mejor profesor de artes marciales de toda Francia, y sus años de entrenamiento no habían sido en vano. El matón dio el primer golpe, pero Lucien lo detuvo con su antebrazo, contraatacó golpeándolo en la cara y después le arrebató el cuchillo con un movimiento fluido.

El matón escupió sangre y dijo con rabia: "Bien jugado, ¡pero no te creas tan importante!"

Y entonces sacó de sus manos un machete, mucho más grande y amenazador que los cuchillos anteriores. Lucien suspiró, preparándose para lo peor. El matón se lanzó y dio el primer ataque, pero Lucien lo esquivó con agilidad, después se agachó y lo golpeó con el pie desde el suelo en un barrido perfecto. El matón cayó al suelo con un golpe seco.

Cuando Lucien iba a ver a la chica para asegurarse de que estuviera bien, notó que el otro matón se reía siniéstramente. El segundo matón simplemente extendió su mano y agarró a su compañero con telequinesis, levantándolo del suelo como si fuera una marioneta invisible.

Después, el matón dijo con desdén: "No podemos perder el tiempo con un humano normal."

Y entonces ambos desaparecieron en la oscuridad, como si se los hubiera tragado la sombra misma del callejón.

Lucien se quedó confundido, pero de pronto fue con la chica a checar si estaba bien. La chica, aún temblando, dijo: "Esos eran hechiceros de valor 70."

Lucien frunció el ceño y después pensó: "Estos tipos eran hechiceros, pero... ¿de dónde viene esa magia?"

Después de asegurarse de que la chica pudiera regresar a casa sana y salva, Lucien se despidió y tomó su pan. Ya en su casa, Lucien fue a su cuarto y pensó con determinación: "Tengo que descubrir más sobre esto. Creo que si recolecto pistas del callejón puedo dar con ellos."

Entonces Lucien se levantó de su silla y decidió retirarse de su cuarto para ir directamente hacia el callejón nuevamente.

Lucien regresó al callejón, tratando de investigar con cuidado. No encontró nada en un principio. Entonces, cuando se iba a rendir, encontró una pulsera en el suelo: era la misma pulsera del matón. Lucien examinó la pulsera y notó un papelito atorado en ella. Leyó el papel en voz alta: "Calle 230 de área restringida del norte."

Lucien intentó no reírse y tosió, estaba riéndose pero ahogándose al mismo tiempo. Después se tranquilizó y dijo entre risas: "¿Qué clase de idiota deja la dirección de su base en un papel?"

Lucien fue directo a la dirección indicada. Cuando estaba cerca, se encontró con algo que le pareció sospechoso. Lucien volteó y miró hacia abajo: era un muñeco vudú. Lucien dijo en voz baja: "Pero... ¿qué hace un muñeco vudú aquí? Estos muñecos pueden matar a cualquiera si ponen el cabello de una persona en esta cosa."

En eso se escuchó una voz detrás diciéndole: "Oye, amigo, ¿buscabas algo?"

Lucien volteó y supo que algo no estaba bien. Se levantó y dijo con calma forzada: "¿Quién eres?"

El desconocido dijo: "No me respondiste mi pregunta, pero da igual. Me llamo Jules Avenant."

Lucien sintió desconfianza al principio, pero después decidió confiar en él. Lucien preguntó: "Este muñeco... ¿lo reconoces?"

Jules rápidamente se alarmó y pensó: "¡¿Estos muñecos... qué rayos hacían aquí?!"

Jules le dijo a Lucien con urgencia: "Escúchame, estos tipos de magos son muy peligrosos. Sé de dónde es ese muñeco. Sígueme."

Jules y Lucien tomaron un taxi y llegaron adonde Jules indicó. Jules dijo viendo la mansión imponente: "Es aquí. Por cierto, ¿qué buscas de ellos?"

Lucien dijo tomando una linterna de su bolsillo: "Vine a investigar sobre ellos, ya sabes, tema de magia y hechizos."

Ambos cruzaron las paredes de la mansión con cuidado. Lucien se quedó escondido en un arbusto junto a Jules. Jules dijo en voz baja: "Si quieres información, está en su registro de bóvedas. Tiene información de todo: hechizos secretos y todo eso. Pero cuidado, nadie ha sobrevivido para contarlo."

Lucien sonrió un poco y dijo: "Bien, que empiece la cacería."

Entonces Lucien y Jules pensaban en cómo entrar. Lucien notó que los guardias tenían llaves de la mansión colgando de sus cinturones. Lucien pensó: "Tal vez si puedo distraerlos podremos entrar. El problema es cómo los vamos a distraer."

En eso, Lucien tuvo una idea. Entonces sonrió y sacó un arma. Jules se alarmó rápidamente y dijo: "¡No uses eso! ¡Podrán escuchar el sonido!"

Entonces Lucien sonrió y dijo mirando al frente: "Nadie dijo que era un arma de verdad, ¿o sí?"

Jules sabía que algo se acercaba. Lucien disparó y salieron abejas del cañón del arma falsa. Los guardias pensaron que había un panal de abejas cerca y decidieron ignorarlo al principio, pero las abejas llegaron hacia ellos y comenzaron a picarlos sin piedad. Los guardias gritaban y corrían despavoridos.

Jules dijo viendo a los guardias huyendo: "¡Eres un maldito genio!"

Entonces Jules y Lucien decidieron entrar a la mansión aprovechando el caos. Mientras caminaban por los pasillos lujosos pero siniestros, Lucien dijo: "Y tú, ¿qué exactamente buscas de los hechiceros?"

Jules dijo: "No me gusta decirlo frente a desconocidos, pero tú ya sabes de la magia. Yo vine a buscar magia para mí mismo."

Lucien se sorprendió ante esta revelación, y entonces ambos siguieron caminando en silencio.

Lucien y Jules notaron que se acercaba un gerente por el pasillo. Rápidamente se encerraron en un cuarto de limpieza. Lucien pensó: "Supongo que esto es una organización. ¿De qué se tratará todo esto?"

Jules notó en el cuarto de limpieza un papel sobre una repisa. Jules lo leyó pensando con horror: "Buenas tardes, quiero informar que el 24 de abril vienen los hechiceros de valor 2."

Rápidamente Jules empezó a sudar frío y pensó: "Hoy es... 24 de abril. No puede ser. Los de valor 2 son los más peligrosos."

Lucien le hizo una seña de que el gerente se había ido y salieron del cuarto de limpieza. Jules dijo con voz temblorosa: "Es peligroso. Hay hechiceros de valor 2 en esta zona."

Lucien volteó y preguntó: "¿Qué es eso de valor?"

Jules explicó: "Entre menos valor, más poderosos son. Y los de valor más grande son los inferiores."

Lucien se sorprendió ante esta información y entonces decidieron regresar afuera de la mansión, pero ya era tarde. Un hechicero de valor 6 los agarró con una cuerda mágica brillante y los atrajo hacia él con fuerza sobrenatural.

El hechicero dijo con autoridad: "Ustedes serán castigados por entrar a una mansión sagrada."

En eso, el hechicero tiró a Jules y Lucien al piso de una oficina elegantemente decorada. Una persona encapuchada rio siniéstramente y dijo: "¿Por qué entraron a una mansión privada, eh?"

Lucien dijo con honestidad: "Quería descubrir si era verdad lo de la magia."

El hechicero se rio y después se levantó de su silla. Dijo con voz calculadora: "Supongo que no me dejan otra opción. Ustedes trabajarán para mí..."

Jules se preocupó y empezó a sudar. Lucien le preguntó en voz baja si eso era malo, y Jules respondió con pánico apenas contenido: "¡Si un hechicero te ve haciendo cosas malas, te hará su títere! Lo que significa que... ¡iremos a enfrentar demonios de grado altísimo!"

Lucien se quedó en shock y simplemente pensó: "Mierda."

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