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Chapter 1 - Capítulo 1: Que frio

"Qué frío", dijo mientras se frotaba el cuerpo con sus manos.

'Recuerdo haber cerrado las ventanas...' al abrir los ojos ve cómo sus paredes duramente construidas y su acabando con un diseño minimalista, era reemplazada con madera.

'¿Qué?, me secuestraron' comenzó a mirar a su alrededor y vio a unos niños acostados a su alrededor. Al enumerarlos conto unos cuatro, dos niños y dos niñas.

'Que enfermos, también secuestraron niños' comenzó a buscar una salida, pero solo encontraba ventanas pequeñas en lo alto de las paredes, más no la puerta.

"Shhhhh" y la vi, una mujer bajita con un bebé en su espalda, aparentemente eran puertas corredizas, pero quien las usa hoy en día.

'La secuestraron también o trabaja con ellos.' Piensa y se cubre todo el cuerpo con la manta que avía encontrado sobre él.

"Tangiro levántate, otosan te está llamando" dijo la mujer pequeña, parecía bastante joven para tener un bebé, suponiendo que es de ella.

'¿Qué?' sin reconocer nada lo que dice se cubre aún más con su manta.

"¿Aún no despiertas?" preguntó la mujer menuda. Comienza a dar pequeños pasos por la habitación, cuidando de no pisar a los pequeños.

'No recuerdo...' de repente sus ojos se abren como platos. Una avalancha de recuerdos se presentaron en su mente, como si siempre estuvieran acompañándolo.

'Esto... esto... no tiene sentido, como tengo estos recuerdos, ¿estoy soñando?' comienza a temblar, un inmenso miedo a lo desconocido lo carcome.

'Pienso luego existo... pienso luego existo... pienso luego existo... pienso luego existo... pienso luego existo... pienso luego existo... pienso luego existo... pienso luego existo... pienso luego existo... pienso luego existo... pienso luego existo... pienso luego existo...' recitaba como un mantra en su mente.

En segundos que parecieron una eternidad llegó a una hipótesis.

'Tendré que probar mis recuerdos si son ciertos, luego podré pensar que hacer con mi vida' bajándose la manta que le cubría la cabeza observó a la pequeña mujer.

"¿Mamá?" pregunta con duda.

"Quien más puede ser, ve a lavarte la cara y reunirte con otosan", dijo Kie, y comenzó a despertar a cada uno de los pequeños.

"Nezuko cariño, despierta." Comenzó con la mayor de los niños.

Me levanto aún confundido.

"Mamá quiero dormir..." dijo entre murmullos.

"No, ya dormiste demasiado, ayúdame a despertar a los demás" madre e hija comenzaron a despertar todos lo demás.

'¿Que son estos recuerdos?, mi madre falleció hace varios años...' camino por la pequeña casa de madera, inconsciente de lo que lo rodea, ignora que su caminar se denotaba como si siempre hubiera estado viviendo en ella.

Al llegar a un pequeño reservorio hecho de madera, tomo un pequeño balde y se le echo a la cara.

"Ahhh... que frío", se mojó el pelo e intento peinarse con las manos.

'Bien, ahora tengo de encontrar al otosan..., que raro es decirlo' como se tomo demasiado tiempo lavándose la cara, comenzó a correr para encontrar a su padre.

Al llegar, Tanjuro estaba cortando pedazos de tronco. El sol apenas brilla con su lejana presencia.

"Otosan, buenos días" comenzó saludando.

Su padre le dirigió una mirada asintiendo.

"Hijo comienza a juntar los leños" sin esperar que lo repita dos veces, levanto todo el leño junto a la pila más grande que habían cortado los días anteriores.

Al pasar la hora y culminar con todos los troncos que quedaban, se decidieron dar un descanso.

Tomaron asiento en pequeñas sillas, que solo eran troncos tallados rudimentariamente para simular una.

"Tu mamá ya habrá terminado de hacer el desayuno" dijo mirando a Tanjiro. El sol ya calentaba con su presencia.

'Nada de esto parece un sueño…' levanta las manos y encuentra sus dedos con varias astillas en ellos.

'Mi padre, mi madre y ahora hermanos… que hice para llegar a este lugar, con este cuerpo' comenzó a sobre ventilarse.

"Huuu…" comenzó a inhalar y exhalar para calmarse.

'Lo he estado pensando y recuerdo los nombres de mis supuesto padres, no de esta vida por supuesto, sino de la anterior. Lo escuche de parte de un de mis mejores amigos, decía que eran los padres del protagonista de un anime…'

Sin darse cuenta Tajiro se avía estado quedado contemplando la nada.

"Que te pasa hijo, te veo distraído." pregunto su padre con un toque de preocupación.

Al ver que lo miraba esperando una respuesta, solo pudo inventar lo primero que se le vino a la cabeza.

"No es nada Otosan, creo que dormí mal y me torcí en cuello." Dije frotándome el cuello con rapidez.

Viendo a su hijo evadir la pregunta, solo sonrió.

"Hahahaha, estos niños…" dijo con una expresión, que decía que, no era la primera vez que sucedía.

Levantándose, comenzó a estirar su cuerpo cansado.

"Vamos, después de desayunar haremos carbón." Ambos de levantaron y entraron en la pequeña casa. 

Al entrar en el comedor es veía lleno de tazones con arroz, en otros con guarniciones para acompañar y para finalizar una taza de té.

Los pequeños esperaban sentados sin tocar aun la comida, mamá y Nazuko entraron trayendo consigo algunas frutas desconocidas para su yo anterior, pero con un poco de retroceso en sus recuerdos en este, pudo llegar al nombre. Siendo llamada Nashi, peras japonesas.

"Ya pueden comenzar" con las palabras de Otosan todos levantaron sus palillos y comenzaron a engullir la comida.

'Nunca antes había probado este tipo de comida, pero al consumirla contiene un sentimiento de familiaridad.' Mira a su alrededor como sus hermanos pequeños compiten para decidir quien termina primero su comida.

Su hermana Nezuko intenta mostrar moderación al comer, pero no muestra ninguna diferencia con sus hermanos menores.

Otosan estaba por terminar su comida, mientras mamá tomaba su té echo de yerbas que consiguió de las montañas, lo sé, porque la acompaño cuando tengo tiempo libre.

"Otosan puedo tomar un descanso después de terminar mi comida." Pregunto con inseguridad, tenia mucho que pensar y necesitare aún más tiempo si quiero procesar que esta pasado con mi vida.

"Claro, te llamare cuando comience a preparar el carbón." Me dijo con una sonrisa.

"Gracias otosan." me levanté de la mesa y salí de la casa, buscando un lugar apartado para poder liberar todos mis pensamientos.

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