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Chapter 6 - Chapter 3: The Verdant Game (Part 2)

La atmósfera en la habitación se intensificó. La exploración lúdica inicial dio paso a un intercambio más íntimo. Mia, Lia y Rosita, cuyas dudas iniciales fueron reemplazadas por una anticipación compartida, se acercaron al Guardián Verde yacente.

Suaves jadeos y suspiros llenaron el aire al entrar en contacto sus cuerpos. Las curvas se presionaron contra los músculos, creando un tapiz de calidez y deseo floreciente. La presencia del Guardián, aunque aún silenciosa, se convirtió en el centro de atención de todos. Manos delicadas exploraron su físico, trazando los contornos de su poderosa figura.

Se intercambiaron besos suaves, labios que se encontraron con una suave presión, lenguas que exploraron tentativamente. Los sonidos de suaves gemidos y palabras susurradas se mezclaron con el ritmo persistente de la música. El aire se llenó de invitaciones tácitas.

Las manos vagaban libremente, acariciando la piel, explorando la suavidad de los senos y la firmeza de los músculos. Las manos del Guardián, ahora moviéndose con intención deliberada, respondieron de la misma manera, trazando las curvas de sus espaldas, la curva de sus caderas.

Se desataron momentos de intensa intimidad. La proximidad de sus cuerpos, la respiración compartida, las caricias íntimas crearon una tensión palpable. La cámara, discretamente colocada por Jian, grabó el cuadro que se desarrollaba.

A medida que el encuentro alcanzaba su punto álgido, los sonidos de placer se intensificaron: suaves gritos, respiración acelerada, el roce de la ropa contra la piel. El espectáculo visual era de formas entrelazadas, un ballet silencioso de deseo y liberación.

Cuando la intensidad disminuyó, una sensación de serena intimidad se apoderó de la habitación. El Guardián, con mano suave, acarició el cabello de cada mujer. Jian, con el corazón latiendo con una mezcla de euforia y una extraña ternura, le ordenó a su fiel protector con voz suave: «Cuídalas».

Observó cómo el Guardián abrazaba a Mia y Lia, y luego a Rosita, un gesto silencioso de cariño tras la experiencia compartida. Jian dejó escapar un suspiro, con una sensación de anticipación por el futuro verde que se extendía ante él.

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