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Chapter 11 - Capítulo 11: Los Primeros Pasos Empresariales y la Paciencia Estratégica

Con la disciplina renovada que le había traído el gimnasio y la calma de sus terapias con Friedlander, Michael se volcó en el mundo de los negocios. La idea de una inversión en el casino seguía siendo un objetivo a largo plazo, una aspiración de gran calado. Pero para empezar, necesitaba algo más tangible, algo que pudiera controlar de cerca. La startup de desarrollo de aplicaciones, ByteWare Solutions, se convirtió en su primer objetivo.

Su estrategia fue meticulosa, nada que ver con los impulsos del Michael de antes. En lugar de aparecer de la nada con un maletín lleno de billetes, Michael hizo su tarea. Investigó a los fundadores, sus patentes, su modelo de negocio fallido. Descubrió que la empresa estaba a punto de declararse en bancarrota, ahogada en deudas y con una gestión pésima, a pesar de tener una base tecnológica sólida.

Contactó con su abogado, un tipo astuto que siempre había manejado los asuntos más turbios de Michael, pero que ahora se veía sorprendido por la seriedad y el enfoque de su cliente. "Quiero que investigues a fondo esta empresa, hasta la última coma. Y luego, que me prepares una oferta de adquisición. Quiero comprarla barata, y no quiero que el precio llame la atención de nadie."

El abogado, acostumbrado a negociar casas de lujo o a sacar a Michael de líos, se mostró cauteloso. "¿Está seguro, Michael? Esto no es un negocio habitual para usted."

"Ahora lo es", replicó Michael con una firmeza que no admitía discusión. "Confía en mí. Esto es diferente."

Las negociaciones fueron lentas y tediosas. Michael, aplicando la paciencia de un estratega, dejó que la situación de ByteWare se deteriorara aún más, esperando el momento justo. Cuando finalmente hizo su oferta, fue tan baja que rozaba lo insultante, pero a los fundadores, desesperados, no les quedó más remedio que aceptar. Michael se convirtió en el propietario mayoritario de ByteWare Solutions por una fracción de su potencial valor.

La primera semana como nuevo "CEO" fue una revelación. Michael despidió al equipo directivo incompetente, pero retuvo a los ingenieros y desarrolladores clave, a quienes ofreció mejores salarios y un ambiente de trabajo más estable. Se sentó con ellos, no como un inversor ajeno, sino como un colega. Sacó a relucir sus propios conocimientos de programación, sorprendiendo a todos. Empezó a revisar el código, a señalar fallos y a sugerir mejoras que el equipo anterior había pasado por alto.

"Tenemos un buen producto base aquí", les dijo Michael en su primera reunión con el nuevo equipo. "Pero necesitamos un plan. Un plan de marketing real, una reestructuración del software para hacerlo más intuitivo y, sobre todo, una dirección clara. No somos solo una startup, somos una solución. ByteWare va a ser algo grande."

La moral del equipo, que estaba por los suelos, comenzó a repuntar. Michael no era el típico "pez gordo" que solo ponía dinero. Estaba involucrado, era exigente, pero también era justo y conocía el negocio desde dentro.

Mientras tanto, Michael seguía esperando la llamada de Franklin. Había pasado un tiempo considerable desde su última conversación. La paciencia era clave. Sabía que Franklin y Lamar tendrían que hacer su propia investigación, y que eso tomaría tiempo. Y cada día que pasaba sin la irrupción de Trevor era un día más de estabilidad para su familia.

Para mantener su mente aguda y evitar la frustración de la espera, Michael se sumergió en su preparación para Trevor. Usaba sus paseos diarios por la mansión para visualizar. Visualizaba el estruendo de la llegada de la camioneta de Trevor, los gritos, los insultos. Y en cada visualización, Michael mantenía la calma. Respondía con lógica, con preguntas directas, sin ceder a la ira. Se recordaba que Trevor buscaba una reacción, un conflicto, y él no se lo daría. No al principio, al menos. Tenía que controlar la narrativa, incluso con Trevor.

La adquisición de ByteWare le dio a Michael un propósito fuera del crimen, una identidad renovada. Era más que un exladrón aburrido. Era un empresario. Un programador. Y eso le daba una fortaleza mental inesperada para afrontar los demonios que se avecinaban.

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