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Chapter 46 - Capitulo 45 - Día de descanso 5 (Parte 7)

Capitulo 45 - Día de descanso 5 (Parte 7)

Cody se sacudió el cabello como si acabara de sobrevivir una tormenta emocional aunque, en realidad, solo había orquestado una bachata que dejó al campamento entero respirando como si fuera final de temporada.

Sostuvo el micrófono con una mano y lo alzó al aire como si fuera un trofeo invisible.

"Bueno, bueno, bueno..." decía Cody, sonriendo. "Si pensaban que esto ya había alcanzado su punto máximo... les tengo noticias."

Owen alzó las cejas desde la cabina improvisada.

"¿Estamos hablando de noticias buenas o de esas que vienen con frases como 'te vamos a necesitar para otro número de baile'?", preguntaba Owen, medio en serio, medio temblando.

"¡Buenas! ¡Buenísimas!", respondía Cody, girando sobre sus talones como si presentara una gala de premios. "Porque si una bachata improvisada terminó en beso... imaginen lo que puede hacer una polca bien ejecutada."

Lindsay jadeó.

"¡¿Habrá polca?!", decía Lindsay emocionada. "¡Eso es como el vals pero con más rebotes!"

"Tranquila, Lindsay", decía Leshawna entre risas. "No invoques ritmos que Owen no puede pronunciar."

"¿Y si toca breakdance?", murmuraba DJ desde el fondo. "Estoy preparado psicológicamente... pero mi columna no."

Bridgette se giró hacia Gwen.

"¿Tú crees que lo tenga todo planeado?" dijo Bridgette

Gwen levantó una ceja, sin despegar la mirada de Cody.

"Lo está disfrutando. Eso ya es sospechoso." Dijo Gwen

"¡Campistas!", interrumpía Cody con voz de presentador profesional. "El amor ha florecido, las caderas han hablado, y el público ha sido testigo... ¡pero esto apenas comienza!"

Se escucharon risas y un aplauso suave.

"¿Qué sigue? ¿Un trío con sombreros y hip hop de los 80s?", preguntaba Courtney, sarcástica.

"¿Un solo de salsa hecho por Izzy sobre una mesa?", decía Katie, aún sonrojada.

"¡Un remix de cumbia y death metal!", gritaba Izzy. Nadie supo si bromeaba.

"Todo puede pasar...", respondía Cody, caminando hacia la Caja del Destino como quien carga la responsabilidad de una profecía.

Hizo una pausa.

Suspiró con dramatismo.

"...Y ahora, prepárense." Dijo Cody

Los campistas se inclinaron hacia adelante, algunos con emoción, otros con temor.

Cody levantó la tapa de la caja y deslizó lentamente la mano dentro, como si tocara un artefacto antiguo.

Cody agitó las manos sobre la caja como si se preparara para sacar una paloma viva... o una bomba social. Los campistas se inclinaban hacia el frente, medio temerosos, medio emocionados.

"Y ahora, vamos a ver cuántos cuerpos entrega la pista esta vez", decía Cody mientras revolvía los papelitos. "¿Dúo otra vez? ¿Solo? ¿18 campistas bailando cumbia al mismo tiempo? ¡Veamos!"

Sacó una tarjeta.

"¡Trío!", anunció con voz de lotería triunfal.

Owen dio un grito antes de que se dijera el primer nombre.

"¡ESO, TRÍO! ¡ESPERO ESTAR EN ESA TARJETA! ¡PREFERIBLEMENTE CON DJ Y... DJ DOS VECES!" dijo Owen

Cody levantó la primera tarjeta con una ceja alzada.

"Owen", leía Cody con tono seco.

"¡SÍIIII!", gritaba Owen, levantando los brazos como si acabara de ganarse una parrillada de por vida.

"Geoff", decía Cody con una sonrisa contenida.

"¡Party time, bro!", gritaba Geoff, chocando palmas con Owen de inmediato.

Cody sacó la tercera.

"Y... DJ."

DJ solo suspiró.

"Sabía que esto era mi castigo por reírme de Noah", murmuraba Dj mientras se levantaba.

Pero no caminó lento.

Caminó con dignidad.

Como quien sabe que va a hacer el ridículo, pero quiere que sea espectacular.

Los tres se ubicaron en la pista como si ya tuvieran años de ensayo conjunto. Owen levantó los pulgares. Geoff giraba la gorra hacia atrás. DJ solo respiraba.

Cody miraba la escena desde lo alto del trono de presentador y sacó otro papelito.

Su expresión cambió. Sus cejas subieron como cohetes.

"Campistas... hoy el universo quiere espectáculo." Dijo Cody

Guardó una pausa. Bajó el tono.

"Porque nuestros tres titanes serán bendecidos con..." dijo Cody

Levantó el papel como si revelara un decreto real.

"¡Disco!" anuncio Cody

Hubo un rugido colectivo. Lindsay chilló. Leshawna se cubrió la cara de la risa. Gwen abrió los ojos, apenas.

DJ negó con la cabeza.

"Yo... no tengo pantalones acampanados", decía DJ.

"¡No importa!", gritaba Owen. "¡Tienes espíritu acampanado!"

Geoff ya giraba los hombros en círculos.

"Esto va a ser glorioso, hermano. ¿Sabes lo que significa disco? ¡Coreografías sincronizadas y movimientos de cadera sin explicación lógica!" dijo Geoff

"Y purpurina mental", agregaba Owen. "¡Mucha purpurina mental!"

Cody bajó de su trono con paso decidido.

"Pues bien, mis queridos adictos al ritmo", decía Cody, sacándose la chaqueta como quien entra al octágono. "Ya que Owen estará brillando sobre la pista, es justo que alguien cubra su puesto en la cabina de sonido... y lo haré yo."

Subió detrás de la bocina, se puso unos lentes de sol que claramente eran de utilería y alzó un dedo hacia el cielo.

"Desde ahora me llamaré DJ Code... porque esta pista la programa la comedia." Dijo Cody

"Si le da ritmo a esto también, me retiro a la montaña." Dijo Gwen

"Caballeros del brillo corporal, prepárense", decía Cody ya desde la cabina. "Porque esta pista está a punto de encenderse con lentejuelas invisibles, zapatos con plataforma emocional... y una energía que ni el Chef puede arruinar."

Owen, Geoff y DJ tomaron posiciones. Geoff ya practicaba un giro sobre un solo pie. Owen flexionaba las rodillas como un robot de los años 70 a punto de actualizarse. DJ... se persignó.

"¡Suéltense el cabello que esto va a doler rico!", gritaba Cody.

"¡Owen, luces listas!" dijo Cody

"¡Luces listas!", respondía Owen, sin estar en la cabina, pero encendiendo su linterna personal como reflector imaginario.

"Geoff, ¿confianza en nivel saturno?" dijo Cody

"¡Más allá, bro!" respondio Geoff

"DJ... ¿firme como afro en los setentas?" dijo Cody

DJ solo sonrió.

"Vamos." Dijo Dj

"Entonces, campamento... prepárense", decía Cody, su voz bajando con intención.

Y entonces...

la música comenzó.

La bocina soltó un estallido de percusión brillante.

Guitarra funky.

Cuerdas de ensueño.

Un bajo con brillos propios.

Y después... las voces.

"Dance! Boogie Wonderland..." dijo Cody

Owen saltó a la pista como si hubieran dicho su nombre tres veces en un espejo.

La camisa ondeando como capa de superhéroe.

Los brazos arriba.

La cadera ya contando sus propias historias.

"¡VAMOS!", gritaba Owen mientras giraba sobre sí mismo como una peonza poseída por el espíritu de Studio 54. "¡YO NACÍ PARA ESTA ERA, AUNQUE HAYA SIDO EN OTRA!"

Geoff corrió detrás, con energía de campeón olímpico sin medalla.

"¡Disco, bebé!", decía Geoff, lanzando un paso lateral torpe que, sin embargo, tenía compromiso total.

DJ caminó hasta la pista más lento.

Pero cuando se colocó en su lugar, extendió los brazos... y empezó a marcar el paso con precisión inesperada.

"Ok, DJ sabe", murmuraba Bridgette, con una ceja alzada.

Cody, desde la cabina improvisada de sonido, se giró con lentes de sol chuecos y voz de galán radial.

"¡Y ahí están, damas y caballeros! Los reyes de la plataforma, los condes del brillo, los tres apóstoles del groove. Esto... es Boogie Wonderland en carne viva."

Katie ya aplaudía al ritmo.

Courtney sacudía la cabeza, pero con los labios mordiéndose una risa.

Izzy ya había tomado un cartel de cartón que decía "¡Arrástrenme al ritmo!"

Lindsay giró sobre sí misma sin música propia.

En la pista, el trío se alineó.

Owen al centro.

DJ a su izquierda.

Geoff a la derecha.

Y sin plan, sin seña... empezaron.

Giro de caderas hacia el mismo lado.

Pasos cruzados con las piernas estiradas.

Manos en el aire con círculos que desafiaban gravedad emocional.

Era descoordinado.

Era un delirio.

Y funcionaba.

Oh, funcionaba.

"¡ESE GIRO DE CODO! ¡PATRIMONIO CULTURAL INSTANTÁNEO!", gritaba Cody desde arriba, contorsionando el cuerpo tras su mesa de sonido como si él mismo estuviera siendo poseído por el groove.

Gwen levantó la vista sin querer.

DJ acababa de deslizarse hacia un costado con pasos tan suaves que su cuerpo parecía flotar.

"No puede ser", pensaba Leshawna, alzando una ceja. "¿Eso fue... sexy?"

"¿Soy la única viendo esto?", murmuraba Courtney.

"¡No! ¡Yo también lo estoy viendo con todo el cuerpo!", gritaba Izzy, girando una linterna como si fuera una bola de discoteca.

Owen ahora bailaba con brazos como hélices, haciendo círculos a su alrededor.

"¡Prepárense!", gritaba Owen. "¡ESTO VA PARA TODOS!"

Se lanzó hacia atrás en un giro que pasó por entre DJ y Geoff, y los tres terminaron con un paso sincronizado de rodilla flexionada, puño en alto, mirada al cielo.

El beat no perdonaba.

Cada compás les daba más poder.

"¡Campistas! ¿Qué hacen sentados? ¡Este groove no es opcional!", gritaba Cody, ya sin micrófono, solo hablando a través del alma.

Saltó de su silla con una vuelta sobre sí mismo.

Cayó al suelo con los pies separados y los dedos apuntando hacia delante, estilo clásico de pose final... pero al revés, porque Cody todavía tenía demasiado ritmo en los huesos para detenerse.

Bridgette se rió.

"No puede evitarlo", decía Bridgette

"¡Nadie puede!", contestaba Katie, ya levantada, marcando pasos de lado con los talones.

Gwen intentaba contenerse.

Pero el bajo golpeaba justo debajo de su esternón.

Y los pasos de DJ eran hipnóticos.

Y Cody ahora bailaba con Leshawna.

Sí.

Cody se deslizó hacia ella, chasqueó los dedos y le dio una vuelta con una risa llena de ritmo.

"¡Vamos, reina!", decía Cody, colocándose a su lado.

Les tomó solo un segundo.

Ella sonrió.

Y juntos... empezaron el choque de traseros.

Pum.

Pum.

Pum pum.

Al ritmo exacto del coro.

"¡ESO ES DISCO, BEBÉ!", gritaba Geoff, girando sobre un pie.

"¡MIS CADERAS AÚN NO SE HAN QUEJADO!", chillaba Owen, girando con los brazos sobre la cabeza.

Katie daba vueltas sobre sí misma.

Courtney ahora marcaba el compás con los dedos sobre su pierna, cruzada aún... pero cada vez menos convencida.

Gwen... no sabía qué hacer con sus brazos.

Y cuando DJ se giró para hacer un movimiento en solitario —pierna estirada, paso en semicírculo, giro de cabeza—

ella sonrió.

"Ya. Me rindo", murmuró Gwen.

Se levantó.

Solo un paso.

Y luego otro.

Ya estaba bailando.

"¡Y ahora todo el campamento está dentro!", gritaba Cody, jadeando entre carcajadas. "¡El único que no baila ahora es... el Chef! ¡Y eso es porque está atrapado bajo un sartén del desayuno!"

Leshawna chocó su trasero con Cody con tanta fuerza que lo hizo tambalearse.

Él fingió desmayarse.

Rieron.

La pista ya no era una competencia.

Era una celebración.

Y apenas iban por la mitad de la canción.

El coro reventó otra vez y el campamento ya no era una colección de adolescentes... era un club nocturno sin horario, sin reglas y con más alma que técnica. La canción seguía girando como esfera de espejos flotante, y el "Boogie Wonderland" retumbaba en el pecho de todos como si la isla misma palpitara en cuatro tiempos.

Owen giraba sobre sí mismo con los brazos abiertos, como si quisiera abrazar el sonido.

"¡ESTOY FLUIDO!", gritaba mientras pasaba corriendo entre DJ y Geoff, deslizándose de rodillas sin control y deteniéndose milagrosamente justo antes de caer sobre un tronco decorativo.

DJ estiraba los brazos y marcaba un paso que parecía robado de una película funk. Cada vez que pisaba, lo hacía como si la gravedad le respondiera solo a él.

Geoff agitaba los hombros con ese estilo suyo de surfista que quiere ser parte de un videoclip musical. No era preciso, pero su entusiasmo era tan contagioso que Katie ya lo imitaba desde su sitio.

Cody, desde la cabina de sonido, no podía quedarse quieto. Golpeaba botones imaginarios, lanzaba efectos falsos con movimientos de muñeca y soltaba frases cada dos segundos.

"¡Si tienes pies, tienes obligación moral de moverlos!", decía Cody, riendo entre frases. "¡Boogie es democracia pura!"

Leshawna giró sobre sí misma una vez más y Cody no lo resistió.

"¡SEGUNDA RONDA!", gritó Cody, y antes de que nadie pudiera evitarlo, ya estaba chocando traseros con ella otra vez, al ritmo del bajo retumbante.

"¡¡Hoo!!", gritaban los dos cada vez que chocaban.

Pum.

Hoo.

Pum.

Hoo.

"¡Esto no está regulado por la ONU pero debería estarlo!", decía Cody entre carcajadas.

Gwen soltó la risa. Ya no disimulaba.

"Esto es tan ridículo que es perfecto", murmuraba Gwen, girando sobre sí misma en medio paso, como quien no quiere rendirse pero ya está entregada.

Courtney, aún sentada, intentaba guardar compostura.

"Solo están... saltando. Eso no es bailar", decía Courtney.

"¿Entonces por qué estás marcando el compás con los tacones?", preguntaba Katie, señalando sus pies.

Courtney se detuvo un segundo.

Luego suspiró.

"Una ronda", murmuraba. "Una sola."

Se levantó y caminó al ritmo con el ceño fruncido... pero las rodillas ya seguían el groove antes de que su cerebro lo aprobara.

"¡Sí! ¡Reclutamos a la de la ley!", gritaba Geoff, dándole un giro dramático con el brazo.

DJ levantaba una ceja mientras hacía un paso sincronizado con Owen. Luego extendió su brazo hacia Izzy, que saltó al centro con un "¡BAAAAILE EN FORMACIÓN!" y empezó a girar como si hubiera nacido sobre una plataforma giratoria.

"¡Campistas, les aviso!", decía Cody desde la tarima. "A esta velocidad emocional, si alguien se cae, el beat lo levanta."

Bridgette giró con los brazos en el aire. Lindsay, que ya estaba con gafas de sol —nadie supo de dónde las sacó—, hacía pasos en zigzag mientras decía "¡me siento como en las películas donde todo es brillante y hay confeti y nadie tiene tareas!"

"¡Y nadie tiene tareas!", gritaba Owen. "¡Boogie me liberó del sistema educativo!"

Katie ya bailaba con Leshawna. Noah estaba en una esquina, moviéndose con disimulo... hasta que DJ lo señaló, se giró y empezó un paso doble con él sin preguntar.

"¡¿QUÉ?!", exclamaba Noah.

"¡Ni lo pienses! ¡BOOGIE TE HA ELEGIDO!", decía DJ, girando con fuerza mientras Noah intentaba seguirle el ritmo.

Y lo logró. A medias. Pero lo logró.

La canción entró en su puente. Esa parte donde las cuerdas bailan por encima de todo y parece que el mundo gira solo.

Owen, DJ y Geoff hicieron una línea.

Un paso adelante.

Rodilla.

Giro.

Y saltaban al costado con los dedos apuntando al cielo, sincronizados por primera vez en toda la canción.

Un rugido estalló del público.

Lindsay tiró confeti falso hecho con envolturas de barra de cereal.

Izzy rodó por el suelo como un barril de alegría.

Cody, desde lo alto, agarró el micrófono con fuerza.

"¡Señoras y señores, lo estamos viendo! No una coreografía... ¡una religión con pantalones de campana!"

El coro final se acercaba.

Todos sabían que era el clímax.

Bridgette se acercó a Courtney y giraron juntas.

Gwen y Katie intercambiaban pasos.

DJ lanzaba a Owen a girar como si lo hubiera ensayado.

Y en el centro de todo, Cody levantó los brazos al cielo con voz emocionada:

"¡BOOGIE WONDERLAND! ¡LLÉVANOS CONTIGO!"

La música bajó con un fade elegante, como si incluso el beat supiera que ya era demasiado. Un último eco de cuerdas funky flotó en el aire y luego... solo respiraciones agitadas, risas sueltas, y un ambiente que no se podía fingir: el campamento estaba vivo.

Los campistas regresaban a sus lugares como sobrevivientes de una guerra con lentejuelas. Owen se dejó caer de espaldas en una colchoneta improvisada mientras decía algo sobre "haber vibrado en otra dimensión". Geoff seguía girando lentamente como si no supiera frenar su propio entusiasmo. DJ se sentó con cuidado, sacudiéndose el sudor con una toalla que nadie sabía de dónde había salido.

Cody, desde su trono temporal, recuperó el aliento con una risa entrecortada. Tomó el micrófono y lo alzó con la dignidad de un veterano.

"Oficialmente... creo que me partí la cadera en siete lugares", decía Cody entre jadeos.

Leshawna soltó una carcajada desde su lugar.

"¡Tú no tienes caderas, Cody, tienes bisagras de muñeco desarmado!"

"¡Y aún así te gané ese choque!", respondía Cody, sacudiéndose el cabello hacia atrás como si estuviera en una telenovela funky.

Gwen se acomodaba en su asiento con los brazos cruzados, aún sonriendo por inercia.

Katie apoyaba la cabeza en el hombro de Noah, ambos sin mirar a nadie directamente pero tampoco negando nada.

Courtney, ya sin su pose habitual de juicio permanente, tamborileaba con los dedos en las piernas sin ritmo fijo.

"Bueno, campistas...", decía Cody mientras se ponía de pie con una falsa solemnidad, "si esta noche no acaba con una invasión alienígena, entonces el disco oficialmente ha ganado."

Owen se sentó de golpe y levantó una mano.

"¡Yo estoy preparado para eso también!"

"Sí, claro, Owen. Aunque dudo que puedas bailar bachata con un alien sin que alguien salga herido", decía Geoff.

"¡No subestimen el poder del groove intergaláctico!", gritaba Owen con absoluta seriedad.

DJ alzó una mano lentamente.

"Lo que sí sabemos... es que el groove es real."

"¿Y poderoso?", decía Cody con voz de predicador.

"¡Y ancestral!", respondió Leshawna.

"¡Y posiblemente ilegal en ciertos estados del sur!", gritó Izzy desde el otro lado del claro.

Bridgette se rió y añadió:

"Podríamos hacer un culto con esto."

"¡Discoísmo extremo!", decía Lindsay, aún con las gafas puestas. "¡Adoren la plataforma y la purpurina!"

Cody levantó el micrófono otra vez, ahora como si estuviera cerrando un ritual.

"Y así, reunidos ante el altar de Earth, Wind & Fire, queda demostrado que ningún alma es inmune al llamado del boogie."

Todos aplaudieron suavemente. Era menos fiesta y más respeto.

Un respeto cómico, sí. Pero respeto.

Duncan, desde su esquina, se sacó los lentes de sol que había estado usando sin que nadie lo notara hasta entonces.

"No diré que me gustó", murmuraba. "Pero si alguien más vuelve a chocarme el trasero sin ritmo, voy a organizar una votación."

"¿Eso fue una amenaza... o una invitación?", decía Gwen.

"Ambas." Dijo Duncam

Cody rio y volvió al centro con una palmada.

"Ahora...", decía Cody con esa voz que sabía que estaba generando expectativa, "con disco fuera del camino, con la pista encendida, con las caderas aún vibrando..."

Se giró hacia la caja con gesto místico.

"¿Qué será lo próximo que el destino nos tiene preparado?" dijo Cody

Owen alzó ambas manos.

"¡Cumbiatón ninja!" dijo Owen

Izzy gritó "¡samba con escobas!"

"¿Un vals silencioso con expresión contenida?", decía Noah.

"Yo voto por pelea de baile estilo lucha libre. Con capa", añadía Katie.

"Todo es posible, amigos", decía Cody, ya con una mano sumergida en la Caja del Destino. "Pero solo uno tiene el valor... de descubrirlo."

Y con eso, el aire volvió a cargarse.

No de cansancio.

De ganas.

El torneo estaba más vivo que nunca.

La canción había terminado, pero el eco de Boogie Wonderland seguía en la piel de todos.

Los campistas respiraban con una mezcla de alivio y electricidad. Nadie hablaba de cansancio. Estaban sudados, desordenados, brillosos de risa... pero más vivos que nunca.

Leshawna se abanicaba con una hoja. Bridgette bebía agua de un vaso maltrecho. Geoff sacudía los brazos como quien no sabía si estirarse o seguir bailando. Katie y Noah compartían una colchoneta vieja, riendo entre susurros mientras él intentaba peinarle el cabello y fallaba estrepitosamente.

Owen regresaba a su trono de bocinas, toalla al cuello, pecho inflado.

"¡El DJ original ha vuelto!", gritaba Owen, golpeando un botón imaginario. "¡Estoy fresco, confiado y listo para volver a hacer historia!"

"¿Fresco dice?", murmuraba DJ, señalándole la camiseta empapada.

"¡Fresco de alma!", respondía Owen, frotándose el pecho como quien ofrece testimonio en un culto.

Cody volvió a la caja del destino con más energía de la necesaria, aún agitándose las manos como si sacudiera el exceso de ritmo.

"Bien, campistas, tras sobrevivir a la era disco y descubrir que DJ tiene pasos sensuales y Geoff es inmune a la vergüenza... es momento de abrir la siguiente página del destino coreográfico."

Lindsay chasqueó los dedos.

"¡Quiero algo elegante! Como vals, pero con drama." Dijo Lindsay

"¡O tango!", gritaba Izzy desde una rama, colgada de cabeza. "¡Donde el contacto visual vale más que la técnica!"

"Vamos por partes, gente", decía Cody, alzando las manos como sacerdote del azar. "Veamos qué tiene el destino para—"

Pero no alcanzó a completar la frase.

Izzy cayó al suelo como meteorito controlado. Aterrizó con una pirueta y se deslizó entre Cody y la caja sin previo aviso.

"¡YA ME TOCA A MÍ!", gritaba Izzy mientras giraba sobre una pierna. "¡Esta ronda la elige la energía caótica que fluye entre mis omóplatos!"

"¡Hey! ¡No es así!", protestaba Cody, apartándose con media risa. "Esto está cuidadosamente aleatorio."

"¡Exacto!", decía Izzy, ya con las manos sumergidas en la caja como si buscara el Santo Grial. "Y yo soy el caos cuidadosamente aleatorio."

Sacó la primera tarjeta.

"¡Dúo!", exclamaba Izzy con una sonrisa traviesa.

Algunos se enderezaron.

Gwen entrecerró los ojos.

Leshawna susurró un "ajá".

Courtney sacudió el pie con expectativa controlada.

Izzy metió las manos en la caja de nombres con un gesto de prestidigitadora. Las agitó, sacó dos tarjetas... y sin mirar, anunció:

"Bridgette... y Cody." Dijo Izzy

Por un momento, el tiempo colapsó.

No con ruido. Con miradas.

Bridgette parpadeó lentamente.

"¿Perdón?" dijo Bridgette

"¿¡Qué?!", decía Cody, riendo nervioso. "¡Yo soy el host! ¡Yo no bailo!"

"Sí bailas", decía DJ desde un rincón. "Ya te vimos con Leshawna."

Katie se giró hacia Noah con una sonrisa afilada.

"¿Bolero con Bridgette y Cody? ¿Ya es nuestra venganza oficial?", murmuraba Katie

"Totalmente", respondía Noah. "Esto vale como empate emocional."

"¿Y si también termina con beso?", decía Katie, arqueando las cejas.

"Entonces cambio de juego y me hago juez."

Lindsay sujetaba un cojín.

No hablaba, pero sus dedos lo apretaban despacio.

Heather observaba a Gwen sin decir nada.

Gwen... no tenía expresión clara. Solo cruzó los brazos y bajó la mirada unos segundos. Nadie supo si era resignación, cálculo o algo más.

"Bueno, bueno...", decía Cody, alzando las manos. "Supongo que el destino también se aburre de mi voz y quiere verme sudar por razones menos nobles."

Bridgette caminó hacia el centro de la pista con la elegancia de quien no quiere dramatizar... pero sabe que está en el centro de una telenovela no escrita.

Cody fue detrás, ajustándose la chaqueta como si eso hiciera el momento más controlado.

Izzy sacó la tercera tarjeta con delicadeza ritual.

Le dio la vuelta.

Sonrió.

"Y el género es... bolero", dijo, con voz de revelación.

Boom.

El golpe fue emocional, no sonoro.

Bridgette bajó la mirada, tocándose el cabello detrás de la oreja.

Cody soltó una risa suave, sin alegría.

Lindsay se tensó.

Gwen apretó los dedos.

Katie murmuró "uy".

Heather inclinó la cabeza, sin pestañear.

"Bueno", decía Cody, ya en el centro con Bridgette a menos de un metro, "esto es como bailar con la memoria de todos observando."

"Y con el silencio de todos juzgando", murmuraba Bridgette, bajando la voz.

"¿Estamos listos para verlos sufrir en cámara lenta?", decía Geoff desde el fondo.

"¡Siempre!", gritaba Owen.

"¡Y yo controlo la pista otra vez!", celebraba Owen, levantando su linterna como si fuera una bola disco personal.

"Campistas", decía Izzy desde la caja, "prepárense para ver a dos personas fingir que no se sienten observadas... mientras bailan con las manos, los ojos y la culpa."

"¿Eso es una descripción o una amenaza?", murmuraba Courtney.

Y ahí estaban.

Bridgette.

Cody.

Un bolero por sonar.

Y un campamento que había dejado de reírse... para empezar a mirar con otros ojos.

El silencio había durado lo justo. El tipo de pausa que se posa justo encima del aliento antes de que la música vuelva a reclamar su lugar.

Y entonces... la guitarra sonó.

Suave. Elegante. Con esa calidez antigua que no se grita, sino que se ofrece.

Historia de un amor. Luis Miguel.

Nadie lo dijo en voz alta. No hacía falta. Bastó una nota para que hasta Owen bajara la linterna y Geoff dejara de sacudir los hombros.

"Uy, esto ya es otro nivel", murmuraba DJ, acomodándose en su lugar con respeto.

Noah, desde un borde, apoyó los codos en las rodillas y ladeó la cabeza.

"¿Qué haría Cody... en un caso como este?", se preguntaba Noah.

A su lado, Katie apretaba los labios para no reír.

"¿Bailar con drama? ¿Girar con lágrimas? ¿Cantarle el bolero a la luna?" dijo Katie

"No sé", respondía Noah. "Pero me estoy preparando para ver la versión más escandalosa de su alma."

Bridgette respiró hondo. Tenía las manos entrelazadas delante del abdomen y los pies alineados con una precisión demasiado pensada. La melodía ya estaba encima de ellos, y aún no había contacto.

Cody se acomodó la chaqueta.

Y entonces sonrió.

No con la presión del torneo. No con vanidad.

Con ganas.

Se giró hacia Bridgette, alzó una mano con cortesía excesiva,

"¿Me concede esta oportunidad... de exponernos con estilo?" dijo Cody

Bridgette sonrió, sin poder evitarlo.

"Solo si no intentas besarme como Luis Miguel."

"Ni modo. Iba a guardar eso para el segundo verso."

Los dos dieron el primer paso.

Él estiró el brazo con suavidad.

Ella dejó que su mano descansara sobre su hombro con delicadeza.

El otro brazo de Cody rodeó su espalda con firmeza medida.

Y entonces, comenzaron.

Desde la mesa, Owen se aclaró la garganta con teatralidad.

Geoff golpeó un tambor invisible.

"¡Damas y caballeros!", decía Owen con voz ceremoniosa. "Prepárense para el debut del bolero que nadie pidió... pero todos necesitaban."

"¡Nuestro propio LuisMi en versión animada!", agregaba Geoff. "¡Y Bridgette como musa accidental!"

"¡O voluntaria!", corregía Owen.

"¡O trampa del destino!", gritaba Izzy desde un árbol.

Bridgette bajó la mirada mientras se movían lentamente. Cody no la forzaba, no aceleraba el paso, no leía más que lo justo. Lo guiaba el ritmo, no el ego.

La pista parecía más grande que antes.

La melodía más lenta.

El aire más espeso.

"Es raro", pensaba Bridgette. "Esperar que se lo tome como broma... y que no lo haga."

Desde los bordes de la pista, las reacciones brotaban en silencio, como flores que no querían ser vistas.

Lindsay giraba mechones de su pelo con fuerza innecesaria.

Heather afilaba la mirada.

Courtney miraba de reojo con la boca apretada.

Gwen tenía las piernas cruzadas, pero los brazos no. Y eso ya era un cambio.

"Por supuesto que le toca a Bridgette", pensaba Gwen, bajando la mirada. "Siempre le toca. Claro. Justo hoy."

Cody giró a Bridgette en un paso lento.

Y cuando ella volvió a quedar frente a él, ya no sonreía por compromiso.

Lo hacía por impulso.

"¿Desde cuándo bailas así?", murmuró Bridgette, con voz baja.

"Desde nunca", respondía Cody. "Pero esta canción no acepta mediocridad emocional."

"Claro. Y tú siempre tan obediente con la música."

"Por eso le tengo miedo al reguetón."

Ella rió. Justo cuando la canción abría el primer estribillo.

Cody aprovechó el cambio de intensidad para acercarse un poco más.

El paso se hizo más cerrado.

El brazo sobre su espalda más presente.

Y aún así, no fue incómodo.

Fue natural.

Gwen cruzó los dedos con fuerza.

Lindsay carraspeó.

Katie miró a Noah y le susurró:

"Deberíamos alentar sus celos solo para ver qué pasa." Pregunto katie

"Estan a un paso de explotar. Esto es fácil." Dijo Noah

Bridgette se dejó guiar por el siguiente paso. No era técnica. Era voluntad.

La música hablaba con pausa.

Y ellos escuchaban sin buscar perfección.

Geoff apoyó la barbilla en la mano con sonrisa divertida.

"Esto es un bolero de verdad. Falta la lluvia... y ya quiero que se besen." Dijo Geoff

"¡No arruines la atmósfera!", decía Owen. "Estoy llorando por dentro."

Cody levantó la mano de Bridgette en un giro suave.

Ella giró.

Y cuando volvió a mirarlo, ya no tenía palabras.

No por exceso de emoción.

Sino porque había olvidado que estaban siendo observados.

El bolero seguía. Avanzaba despacio, con esa clase de nobleza que no se impone sino que se sugiere. La voz de Luis Miguel flotaba sobre el campamento como una sábana de terciopelo, cubriéndolo todo con una especie de nostalgia prestada. Cada acorde era una invitación a cerrar los ojos. A entregarse.

Y eso fue exactamente lo que Cody hizo.

No cerró los ojos, pero sí apagó las alertas mentales. Dejó de preocuparse por el ritmo, por las miradas, por las posibles lecturas. No por desinterés, sino por elección. Porque no tenía nada que probar. Solo tenía que bailar.

Bridgette lo sintió en el siguiente paso.

No lo jalaba.

No la guiaba con rigidez.

Solo bailaba.

Con ella, sí... pero también con la canción.

"Él se está divirtiendo de verdad", pensaba Bridgette, sintiendo que su cuerpo respondía antes que su lógica.

Cody sonreía, pero no por ella.

Ni para ella.

Sino por él mismo.

Y eso... la desconcertaba.

Desde la cabina improvisada, Owen se limpió las manos en los pantalones y activó su voz de comentarista deportivo.

"¡Y ahí lo tienen, señores! El primer bolero alimentado por puro entusiasmo existencial." Dijo Owen

"¡Sin premio, sin estrategia! ¡Solo groove emocional!", gritaba Geoff, golpeando una caja vacía como tambor tribal.

"¡El arte por el arte!", decía Owen, girando como si presentara una gala de premiación.

En la pista, Cody marcó un paso con el pie izquierdo, luego giró con fluidez, guiando a Bridgette en una vuelta más precisa de lo que nadie esperaba. Ella se dejó llevar sin pensar. Y al volver al frente, él le guiñó un ojo como si estuvieran jugando.

Y lo estaban.

No un juego de coqueteo.

No uno de mentiras.

Sino ese tipo de juego que solo ocurre cuando dos personas entienden que el baile también puede ser carcajada.

Bridgette no podía evitar sonreír.

"Esto... no lo ensayé en mi cabeza", pensaba Bridgette "Y por eso se siente bien."

Gwen los observaba sin moverse. Sus manos descansaban sobre sus piernas, cruzadas. Pero sus ojos no parpadeaban tanto.

Courtney, desde la silla al borde, se inclinaba apenas hacia adelante.

"¿Esos dos tienen historia?", preguntaba Geoff en voz baja.

Owen negó con fuerza.

"¡No! ¡Solo melodía compartida!"

"¿Y tú qué sabes?", murmuraba DJ sin despegar la vista.

"Lo sé todo", decía Owen. "Yo... soy el ritmo."

Katie y Noah seguían haciendo comentarios al oído, a medio tono.

"¿Deberíamos haber sido así de poéticos?", decía Noah, frunciendo el ceño teatralmente.

"Tal vez si alguien no me hubiera pisado tres veces", respondía Katie.

"Fue mi técnica de defensa emocional."

En el centro, Cody abrió espacio entre ellos con un paso hacia atrás, giró sobre sí mismo, y volvió a avanzar con una mano extendida.

Bridgette lo tomó sin titubear.

"¿Desde cuándo bailas bien?", preguntaba Bridgette, con una sonrisa que ya no era defensiva.

"Desde hoy", decía Cody. "Me inspiró la gravedad suave de tus pasos. O puede que sea el azúcar de las galletas."

La canción alcanzaba su segundo clímax, y Cody ya no se contenía.

Giró a Bridgette en un semicírculo lento.

La sostuvo con un brazo bajo su espalda mientras ella descendía con elegancia medida.

No una pose teatral.

Solo una prolongación del ritmo.

Desde su esquina, Gwen cambió de posición por primera vez en minutos. Se sentó más erguida.

Heather la observó de reojo y sonrió apenas.

Bridgette se enderezó con ayuda de Cody. Sus ojos brillaban.

"¿Lo estás haciendo a propósito?", murmuraba Bridgette.

"¿Bailar bonito?", preguntaba Cody.

"No. Hacerlo imposible de no disfrutar." Dijo Bridgette

"Puede que sí. Puede que no." Dijo Cody riendo

"Eso no responde nada." Dijo Bridgette

"Lo sé." Dijo Cody

Y entonces Cody levantó su brazo, la hizo girar una vez más... y al terminar, estiró los brazos hacia los lados, como si cerrara la escena con un lazo invisible.

El bolero aún no terminaba, pero él ya había soltado el miedo.

Y ella... ya no quería que se acabara.

La música comenzó a disminuir, como un suspiro largo que anunciaba el final de algo breve pero real. Las cuerdas bajaban, la voz se hacía más íntima... y el silencio alrededor de la pista empezaba a vibrar como si todos supieran que ese instante, así de lento, así de callado, no iba a repetirse.

Cody mantuvo el compás, girando junto a Bridgette en un círculo estrecho, una rotación lenta que ya no parecía parte de un número.

Era una conversación sin palabras.

Sus miradas no se evitaban. Tampoco se sostenían con tensión.

Solo se quedaban ahí.

Uno enfrente del otro.

Sin ninguna prisa por terminar.

Bridgette respiró hondo. No por nervio.

Por algo más suave.

Como si hubiera estado conteniendo el aire desde el primer acorde... y recién ahora pudiera soltarlo.

"Te estás tomando esto demasiado en serio", murmuraba Bridgette, con una sonrisa que ya no sabía si era nerviosa o cómplice.

"Solo bailo como me pide la canción", decía Cody, bajando la voz hasta convertirla en un eco cálido.

"Y qué te pide ahora?" dijo Bridgette

"Que no me apure", respondía Cody

Él asintió. Sin romper el paso.

Las manos de Bridgette no temblaban, pero sí se aferraban con un poco más de intención.

Cody lo notó.

No dijo nada.

No tenía por qué.

Desde los bordes, las bromas habían parado.

Hasta Owen y Geoff se habían quedado quietos.

Lindsay ya no aplaudía.

Gwen apretaba los labios.

Katie le tocaba el brazo a Noah sin decir una palabra.

El bolero descendía hacia su cierre.

Y Cody hizo algo inesperado: soltó una de las manos de Bridgette, solo un segundo, para levantarla entre ambos.

No giró.

No posó.

Solo dejó su palma contra la de ella.

Y la miró como si quisiera que ese gesto simple durara más de lo que podía.

Bridgette sonrió, como si en ese contacto tranquilo hubiera encontrado algo que ni el baile podía traducir del todo.

La canción terminó con una última nota.

No hubo aplausos inmediatos.

Solo un segundo.

Un instante en el que el campamento entero pareció entender —aunque no supiera por qué— que algo especial había pasado.

Luego, Owen no se aguantó.

"¡Y con ustedes, el bolero más suave, más lento y más inesperadamente romántico de esta isla olvidada por la diversion!" dijo Owen

El estallido de aplausos fue real.

Varios silbidos.

Uno de Izzy que duró seis segundos.

Geoff se levantó para chocar cinco imaginarios.

Cody, aún frente a Bridgette, hizo una reverencia breve.

"Gracias", murmuraba Cosy

"¿Por qué?", preguntaba ella, riendo.

"Por no huir." Dijo Cody

Bridgette se giró, caminando de regreso a su lugar con una sonrisa que nadie le cuestionó.

Gwen bajó la mirada.

Heather bufó suave.

Courtney solo dijo:

"Eso fue... limpio."

Y Cody, mientras volvía hacia su silla, no dijo nada.

Pero su sonrisa no tenía ironía.

Tenía ritmo.

Y eso era más que suficiente.

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