La noche había caído sobre Yokohama, pero la tensión en el aire no había disminuido. Después del enfrentamiento en los archivos Takasugi, Akihiko y Kaede se encontraban en una sala adyacente, evaluando los daños y procesando la advertencia del intruso.
"El Árbol reclamará lo que es suyo," murmuró Kaede, repasando mentalmente las palabras del enemigo. "Suena más a una profecía que a una amenaza directa."
"Las profecías no son más que amenazas disfrazadas," respondió Akihiko, su tono seco pero reflexivo. "Lo que me preocupa es cómo él obtuvo acceso a un poder tan avanzado. Esas sombras no son algo que cualquiera pueda controlar."
Kaede lo observó por un momento, entrecerrando los ojos como si intentara descifrarlo. "Tu poder del vacío... Nunca había visto algo igual. Es casi como si el espacio mismo se doblegara a tu voluntad."
Akihiko se limitó a asentir, evadiendo el comentario. "Lo importante ahora es asegurar que los archivos no hayan sido comprometidos. Necesito saber todo lo que tengamos sobre el Lux Aeterna y los intentos previos por controlarlo."
Kaede suspiró y tomó asiento frente a una mesa baja. "Eso puede llevar tiempo. Mientras tanto, hay algo que necesitas saber. Mi clan no es el único que guarda registros sobre el Árbol. Hay otros... y no todos están en Japón."
Akihiko arqueó una ceja, interesado. "¿Estás diciendo que debería ampliar mi búsqueda?"
Kaede asintió lentamente. "Si este enemigo está tan interesado en el Árbol como parece, es probable que ya estén buscando esos otros registros. Y si consiguen reunir suficiente información, podrían encontrar una manera de manipular el Lux Aeterna."
La Historia de las Sombras
Hideo entró en la sala en ese momento, sosteniendo una bandeja con tazas de té. "Disculpen la interrupción," dijo mientras servía, "pero quizá deberían considerar la posibilidad de que este intruso no esté actuando solo. Hay rumores de un grupo que se hace llamar los Herederos de las Sombras."
Kaede frunció el ceño. "He oído hablar de ellos, pero pensé que eran un mito."
"No lo son," respondió Hideo con seriedad. "Son un grupo antiguo, formado por individuos que creen que el Árbol del Edén debe regresar a su estado original: libre de toda influencia humana. Si ese intruso era uno de ellos, esto apenas está comenzando."
Akihiko se recostó ligeramente, procesando la información. "Entonces, no solo estamos lidiando con mafias que buscan el poder del Árbol, sino también con fanáticos que quieren destruirlo."
"Exacto," dijo Hideo. "Y si los Herederos están en movimiento, podrían estar atrayendo a otros como ellos. Gente que ha sido tocada por el poder del Árbol y que ahora lo considera una maldición."
Kaede tomó una taza de té, pensativa. "Esto significa que debemos movernos rápido. Pero antes de que te vayas, Akihiko, hay algo que quiero mostrarte."
El Legado de los Takasugi
Kaede guió a Akihiko a una habitación oculta en lo profundo de la residencia. Era un espacio pequeño y oscuro, iluminado solo por la luz tenue de una antorcha. En el centro de la habitación había un pedestal, y sobre él, un objeto que Akihiko no esperaba ver: una pequeña rama seca, retorcida y oscura como el ébano.
"¿Es eso...?" comenzó a preguntar, pero Kaede asintió antes de que pudiera terminar.
"Es una rama del Árbol del Edén," confirmó. "Mi clan la obtuvo hace generaciones, durante una de las guerras más sangrientas de la historia. Esta rama no tiene el mismo poder que el Árbol en sí, pero es capaz de amplificar las habilidades de quien la posea."
Akihiko se acercó, sintiendo una energía extraña emanando de la rama. "¿Por qué me enseñas esto?"
"Porque quiero que entiendas lo que estás enfrentando," respondió Kaede. "Si los Herederos o cualquier otra facción consiguen algo como esto, no habrá manera de detenerlos. Necesitamos proteger esto a toda costa."
Akihiko asintió, consciente de la gravedad de la situación. "Haré lo que sea necesario. Pero también necesito respuestas. Si el Árbol del Edén tiene tanto poder, ¿por qué existe en primer lugar? ¿Es simplemente un accidente de la naturaleza o hay algo más detrás de su origen?"
Kaede lo miró fijamente, sus ojos brillando con una mezcla de miedo y respeto. "Eso es algo que incluso los más antiguos registros no pueden responder. Pero una cosa es segura: cualquier cosa capaz de otorgar tanto poder nunca ha traído otra cosa que destrucción."
Un Nuevo Camino
Mientras Akihiko regresaba a su habitación para preparar su próximo movimiento, sintió el peso de las expectativas sobre él. Había prometido proteger a su clan y cumplir con su deber, pero cada paso que daba hacia el Árbol lo hacía cuestionar si estaba listo para lo que venía.
"No hay espacio para los débiles," se repitió a sí mismo, recordando las palabras de Renji.
En ese momento, su comunicador vibró. Era un mensaje codificado de uno de sus informantes en Europa. "Movimiento detectado en Berlín. Posible conexión con los Herederos de las Sombras."
Akihiko apretó el dispositivo con fuerza. Su próximo destino estaba claro, y el camino hacia el Lux Aeterna solo se volvía más peligroso. Pero si quería entender el verdadero alcance del Árbol del Edén y proteger lo que le importaba, no había lugar para dudas.
Con su katana lista y su determinación renovada, Akihiko dio un paso hacia la oscuridad, sabiendo que cada acción suya sería crucial en la batalla por el destino del Árbol.