Tras la intensa liberación de tensión, Naruko se sentía renovada y peligrosamente poderosa. El castigo se había levantado, pero el nuevo atuendo —minifalda roja, top ajustado y las brillantes Medias de Tentación— actuaba como un constante recordatorio de su nuevo camino.
El sol de la mañana se filtraba a través de las hojas del Campo de Entrenamiento Siete.
Sasuke, como siempre, se había adelantado, practicando shuriken con una seriedad mortal. Sakura estaba sentada, tratando de estudiar mientras lo miraba de reojo, suspirando. Y Kakashi-sensei, el eterno misterio enmascarado, estaba, predeciblemente, con tres horas de retraso.
Naruko sonrió. Momento perfecto para probar la afinidad de Chakra recién mejorada.
"¡Buenos días, Sasuke-kun! ¡Sakura-chan!" exclamó, acercándose con una caminata que había ganado un sway extra de su reciente ajuste de vestuario.
Sasuke ni siquiera la miró, concentrado en su objetivo. "Llegas tarde," espetó con frialdad.
"Pero mira qué llegada," dijo Naruko con una risita, inclinándose ligeramente para que su top ajustado hiciera el trabajo.
Sakura, en cambio, la miró de arriba abajo con una mezcla de celos y horror. "¡Naruko! ¿Qué te pusiste? ¡Pareces una... una bailarina de cabaret!"
Naruko puso los ojos en blanco. "Relájate, Sakura. Es solo mi nuevo uniforme. Mucho más cómodo para el flujo de Chakra. ¿Quieres sentirlo?"
Sin esperar respuesta, Naruko activó el Control de Chakra. No intentó hacer un jutsu de ataque, sino que permitió que la energía fluyera sensualmente desde su núcleo.
Fue en ese instante que apareció un puff de humo, anunciando la llegada tardía de Kakashi.
"Perdón por el retraso, me encontré a una anciana que necesitaba ayuda para cruzar el continente," dijo con su excusa habitual, con el ojo perezoso. Se detuvo en seco al ver a Naruko.
La tensión se condensó.
Kakashi, el ninja copia, el Jōnin de élite conocido por su estoicismo, la miró. No era solo la ropa, era la forma en que el Chakra de Naruko la envolvía. Ya no era ese Chakra caótico y explosivo del Kyūbi; era algo suave, cálido y peligrosamente atractivo, un aura que se sentía más como un perfume espeso que como una fuente de poder.
"Naruko," comenzó Kakashi, su tono inusualmente plano. El ojo que se veía se entrecerró. "¿Qué... qué está pasando con tu habilidad de disfraz?"
"No es un disfraz, Sensei," ronroneó Naruko, dando un paso deliberadamente lento hacia él. Cada movimiento de su falda y sus medias de color rosa intenso era una invitación.
Kakashi tragó saliva, algo que rara vez hacía con tal obviedad. Naruko notó el ligero temblor en sus dedos enfundados en guantes, que estaban casualmente metidos en el bolsillo.
"Hoy vamos a practicar los fundamentos de la fusión sensorial con el entorno," anunció Kakashi, volviendo rápidamente a su modo de maestro, como si un interruptor se hubiera activado. "Consiste en usar tu Chakra para sentir las vibraciones del suelo y el viento... y ocultar tu presencia."
Perfecto. Es hora de hacer que la 'fusión sensorial' sea incómodamente literal.
"Muy bien, Sensei. ¡Pero necesitaré ayuda!" dijo Naruko, acercándose a un tronco. "Mi afinidad de Chakra es mucho mejor, pero aún no siento las vibraciones."
"Solo tienes que concentrarte, Naruko. Sella tu cuerpo, deja que el Chakra fluya en una sola dirección," instruyó Kakashi, caminando detrás de ella.
Naruko se inclinó sobre el tronco, su espalda suave y tensa ofrecida a Kakashi. Hizo un puchero. "Es difícil. Siento que mi Chakra está demasiado... caliente."
"Eso es normal al principio," dijo Kakashi, acercándose peligrosamente. Estaba concentrado, intentando mantener la distancia profesional, pero el atuendo de Naruko y el aura cálida del Chakra hacían que sus movimientos fueran lentos y cautelosos.
"No, Sensei. Siento que está aquí," dijo Naruko, llevando su mano hacia la parte baja de su espalda, justo donde la minifalda apenas terminaba.
Kakashi suspiró. "Bien. Te ayudaré."
Se acercó aún más, planeando colocar una mano en su hombro para guiarla. Pero Naruko, con una astucia deliberada, fingió un desequilibrio.
"¡Oh!" gritó, su cuerpo cayendo hacia atrás directamente contra el pecho de Kakashi.
El impacto fue instantáneo. La frialdad de su chaleco Jōnin contrastaba con el calor vibrante del cuerpo de Naruko. Sus nalgas, firmes por la liberación de tensión de la mañana, se estrellaron justo contra... algo duro y palpable bajo la tela de su uniforme.
Naruko dejó escapar un gemido ahogado, más de sorpresa fingida que de dolor.
Levantó la vista. El ojo de Kakashi estaba abierto, amplio y tenso.
"Perdón, Sensei. ¡Me resbalé! Es que mi centro de gravedad está... cambiando," dijo Naruko, con una inocencia descarada. No se movió.
El silencio fue espeso. Sakura se tapó la boca. Sasuke rodó los ojos, pero incluso él estaba mirando con una tensión no disimulada.
El cuerpo de Naruko sentía la longitud y la dureza del problema que había causado en los pantalones de Kakashi. Su aura de Chakra cálido se mezcló con la creciente y ansiosa energía de Kakashi. Era una retroalimentación íntima, eléctrica.
"N-Naruko," la voz de Kakashi salió ronca, apretando los dientes. Intentó apartarse, pero ella, en un movimiento rápido, llevó las manos hacia atrás y se sujetó a su cinto, presionándose más contra él.
"No se mueva, Sensei. Sienta la vibración. Sienta el Chakra. Es... es la fusión sensorial, ¿no?" susurró, su aliento caliente subiendo por su cuello.
Kakashi tembló. Estaba atrapado. Un Jōnin profesional, el ninja de élite, y ahora un completo esclavo de una súbita e indecente excitación.
"¡A-aléjate, Naruko! ¡Esto no es... no es entrenamiento!" siseó, con un claro dolor en su voz.
Naruko sonrió. Profundidad emocional y tensión. Logradas.
Se soltó lentamente, la fricción del movimiento finalizando el "accidente". Se puso de pie, su rostro serio pero con un brillo travieso en los ojos.
"De acuerdo, Sensei," dijo, haciendo una reverencia profunda. "Pero la próxima vez, por favor, póngase el disfraz de sensei antes de dar la clase."
Dejó a Kakashi con la respiración entrecortada y un problema muy evidente de autocontrol, mientras Sasuke y Sakura seguían en un estado de shock silencioso.
