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Chapter 2 - Star Wars del 1977 cómic 8

(Star Wars pertenece a sus respectivos dueños y no me pertenece, le pertenece o sea le Lucasfilm Ltd. LLC y The Walt Disney Company)

Este comic de star wars fue publicado por Marvel Comics en 1977 y yo hago una novelizacion del mismo 

 Titulo: Ocho para Aduba-3

 

 

Un interludio tranquilo en la cantina local, cuando un alienígena verde escamoso y musculoso, con algo de barriga, se lanzó contra Solo agarrándolo de espaldas mientras él se resistía.

 

- Ahora, ¿les importaría a ustedes tres comentarme esa otra vez? Dices que tienes un trabajo para mí… ¿Si no tengo esa "desafortunada aversión a la muerte"? Afirmó Solo en medio de la refrigeración con su atacante.

 

- Lo siento, me lo dirán después, chicos, ahora mismo. Como miran, estoy algo ocupado, quizás más tarde. Razonó el corelliano mientras era volteado como confrontado por el escamoso agresor.

 

- ¡Ay, ay! ¿Y ahora qué? ¿Cuál es tu problema, idiota, alto, escamoso y feo? Consultó Solo a su adversario, viéndolo cómo lo empujaba para luego sostenerlo de frente de su camisa.

 

- Azoora es mía, ¿ves? ¡Y más te vale alejarte de ella! Amenazo el alienígena furioso por el coqueteo que hizo el humano a su supuesta novia.

 

- ¿¡Azoora!? No sé quién es. Cuestionó Han desconcertado por la locura del hombre escamoso.

 

- La chica de piel azul con la que hablabas antes, esa es. Confirmo el agresor del corelliano aún lleno de rabia.

 

 

Mira, amigo, ni siquiera sé adónde se ha ido. ¿Por qué no te vas como un pato antes de que mi amigo wookiee, Chewbacca, te destroce? Advirtió Han dando a entender que su socio podía hacerlo pedazos.

 

- ¡Bah! No le tengo miedo a ningún saco de pelo delgado. Aseguro el atacante sin resistir de su ataque ni por un segundo.

 

- ¡Te daré una lección, salta estrellas! Amenazo nuevamente el escamoso ser mientras seguía con su agresor.

 

- Francamente, no la quiero. Aseguro Han mientras cogía una lista de sillas cercanas para usarla contra su atacante.

 

- ¡Así que te lo devuelva! Anuncio Solo mientras la estrellaba el mueble contra su agresor, al cual solo le dio una pequeña jaqueca.

 

- ¿Y bien? ¿Algún truco más? Consultó el alienígena sin casi inmutarse por la agresión del contrabandista.

 

- Bueno, entonces una silla de madera no te hará daño. Concluyó el humano, viendo cómo estaba intacto su agresor.

 

- Muy bien, Chewie… ¿Maldición Chewie? ¿Y dónde demonios se metió? Preguntó Solo viendo que estaba en solitario contra su rival, quien lo cogió de las piernas y lo lanzó contra una mesa donde estaba sentado un cyborg y una peluda humanoide similar a un primate.

 

- ¡Acabas de tirarme mi bebida, chico del cielo! Reclamó la chica primate de voz andrógina a la grosera, pero no intencionada acción del humano.

 

- ¡No me culpes a mí, cara de cerdo, échale la culpa al que me lanzo! Protestó el contrabandista, dando a entender que él no hizo nada.

 

- ¡Oye! ¿Intentas hacerte el listo con mi novia? Se indignó el cyborg viendo la actitud soez del humano.

 

- ¿Novia? Ya casi no se distingue un sexo del otro en estos puertos espaciales. Se quejó Solo no pudiendo saber el dimorfismo de género o sexo de los visitantes de estos lugares.

 

Han se agachó para evitar la agresión del cyborg y le devuelve el golpe tumbándolo

 

- ¿Estás ahí atrás, Chewbacca? Sabía que vi una sombra enorme detrás. Creyó el contrabandista que estaba hablando con su amigo de toda la vida, pero resultó ser el matón escamado con que estaba peleando, quien lo arrojo contra el suelo y intentó contra el mismo, pero fue recibido en los brazos de su peludo compañero.

 

- Gronk. Gruño algo alegre viendo el wookie a su compañero.

 

- ¡Chewie! Estaba pensando en ti. Se alivió Han estando en los brazos de su amigo y bajándose de él para pararse y ponerse en guardia.

 

- Escucha, los nativos se están poniendo un poco inquietos, así que mejor. Sugirió el humano a su amigo peludo.

 

- No vas a ninguna parte y, de todas formas, no te quedes parado. Concluyo el matón agresivo listo para seguir con la contienda

 

- ¡Cuidado con él, Chewie! Ha bebido demasiado nikta. Advirtió Solo sobre la actitud agresiva del humanoide lagarto.

 

- Entonces, cree que esa bola de pelo largo te protegerá, ¿verdad? Se burló el escamoso matón con una sonrisa sarcástica.

 

- Bueno, chico, después de dejarlo inconsciente, voy a… Proclamó el escamoso mientras golpeaba con fuerza al peludo, pero este no se movió ni un milímetro.

 

- ¿Qué te pasa, wookiee? ¿No sabes lo suficiente como para tirarte al suelo y hacerte el muerto cuando te golpeo? Se burló, seguía golpeándolo varias veces, pero este ni se movió.

 

- Oye, socio… quizás deberíamos hablarlo… Sugirió, viendo que sus ataques no afectarán al peludo amigo del contrabandista, el que agarró al agresor y lo mandó a volar contra un ventanal de la cantina.

 

Tan rápido como empezó, la batalla campal terminó y, como suele ocurrir en estos casos, los vencedores son los que quedan en pie.

 

 

- No hay rencor, viejo amigo. Después de todo, ganamos, ¿no? Aseguro Solo viendo cómo el panorama era talentoso para ambos.

 

- ¿Qué tal si vamos a ver por qué esos campesinos nos acaban de ofrecer trabajo? Nos vendría bien uno, ¿sabes? Sugirió el humano a su amigo peludo, dispuesto a oír la oferta.

 

- Ahora, amigo, ¿Cómo decías antes de que nos interrumpieran tan groseramente? Consultaba Solo queriendo saber de qué trataba lo que le ofrecía con anterioridad.

 

- Somos humildes agricultores de un pueblo de las zonas más pobres de este planeta. Confeso el granjero, dándole a entender su posición en la sociedad de este mundo.

 

- ¡Eso es lo que yo llamo empezar desde abajo! Bromeó el contrabandista viendo la modestia del hombre.

 

- ¿Disculpe, señor? Consulté desconcertado al hombre que no entendía las bromas de Han.

 

- Disculpe, creo que tendré que dejar de lado mi sentido del humor por un tiempo. Concluyó el contrabandista viendo que no captaba su sentido cómico.

 

- En fin, ¿cuál es tu problema, amiguito? Indago Solo queriendo saber cuál sería el trabajo a realizar.

 

- Mi nombre es Ramiz, y fui seleccionado para venir aquí con los demás a buscar… no sé muy bien cómo decirlo… ¡Un campeón, un protector por así decirlo! Confeso el granjero queriendo dar a entender sus intenciones.

 

- ¿HRUK? Consulto al wookie queriendo saber qué debería hacer exactamente.

 

- Estaba llegando a eso, Chewie. Afirmó Solo a su socio, dando a entender que ya iba a llegar a ese punto.

 

- Mi primer compañero peludo quiere saber de quién o qué quieres que te protejamos. Indago el contrabandista, queriendo saber qué debía hacer exactamente.

 

- Es un demonio… ¡Él y sus hombres! Aseguro Ramiz dando a entender que la gente con la que iba a luchar Han

 

- ¡Ay, ay! Parece que nos superan en número incluso antes de empezar. Supuso Solo viendo que posiblemente estaban en desventaja.

 

- Pero necesitamos urgentemente un campeón, un maestro en solitario. Razonó el agricultor que requería de alguien muy experimentado. Alguien que nos defenderá de los jinetes de las nubes, ¡y de Serji-x! Sí, ese es el nombre de su líder: Serji, ¡x arrogantus, el arrogante! Él y sus hombres, forajidos que viven en las colinas cubiertas de niebla a las afueras de nuestra aldea, aparecen cada año por esta época para exigirnos tributo, ¡que apenas tenemos lo suficiente para alimentarnos! "Hacen estampida a nuestros banthas, que criamos para alimentarnos y transportarnos…" Si intentamos resistirnos, quemarán nuestras escasas cosechas, que apenas nos alimentan en los mejores años. Y se llevan a nuestras esposas, a nuestras hijas… solo para divertirse. He dicho que son demonios, señor Solo… y no hay otra palabra que les quede tan bien. Tenemos poco dinero, pero podemos ofrecerles comida… refugio. ¡Deben ayudarnos… o nuestra aldea pronto desaparecerá! Expuso el granjero con preocupación sobre lo que podría pasar.

 

- Sí, eso sería una verdadera pérdida para la galaxia, ¡de acuerdo! Afirmó Han mientras tomaba su bebida.

 

- ¿Perdón? Preguntó dudoso Ramiz escuchando las palabras del contrabandista.

 

- Está bien, aceptaremos el trabajo. Aseguro Solo dispuesto a la labor que se le ofrece.

 

- Pero quiero reclutar a algunos más de estos espaciales con mala suerte antes de que nos vayamos a tu aldea. Corre la voz, ¿eh? Preguntó Han a su contratador para que dijera sobre sus intenciones de reunir a un grupo.

 

- Sí, señor Solo. Confirmo el agricultor listo para decir sobre el reclutamiento de miembros en la misión del contrabandista.

 

 

Apenas se pone el sol en Aduba-3, en la cuarta clase, cuando una procesión de extraterrestres comienza a formar fila frente a la puerta del piso superior de la cantina destartalada en una habitación alquilada para atraer a candidatos para la mano de obra requerida. Nadie puede decir con certeza por qué vino a Abuba-3 ni de dónde vinieron, y menos aún Han Solo, que no le cree a nadie.

 

Uno de ellos pasó para ser entrevistado para el trabajo.

 

- Bueno, hemos visto diez espaciadores hasta ahora, y hasta ahora ninguno de ellos sabía qué extremo del bláster estaba arriba. Comento Solo con sus experiencias previas los anteriores candidatos mientras veía al nuevo aspirante para el trabajo quien era un felino antropomórfico de color azul oscuro un Spiner (los Spiners eran mamíferos bípedos inteligentes, casi extintos, con púas afiladas mortales. Eran capaces de lanzarlas con gran velocidad y precisión flexionando sus músculos. Su mundo natal, Worxer, fue destruido cuando su sol se volvió en supernova) ropas similares a una capa verde con bordes dorados, un calzón elegante.

 

- Esperaba que fueras diferente… pero ni siquiera veo tu arma. Desconcertado Han observó los ropajes del felino.

 

- Mi nombre es Hedji… y nunca uso uno. Se presentó el spiner mientras saludaba a su contratador.

 

- Lo siento, amigo, pero el tipo de persona que buscamos definitivamente no es especialista en pulseadas. Razono el contrabandista desestimando al presente felino.

 

- Que venga el siguiente, ¿quieres? Despidio con amabilidad el corelliano al candidato, pensando que no serviría.

 

- ¡Gurk! Gruño el wookie viendo cómo el felino no se iba aún, aunque su camarada dijo que lo hiciera.

 

-¿Eh? ¿Sigues aquí? Creí haber dicho… Cuestionó algo molesto, cruzado de brazos Solo mientras veía la negación del candidato que no veía en el mismo potencial.

 

- Te escuché. Pero sigo queriendo el trabajo… por razones que prefiero no mencionar. Insistió Hedji a su contratador que pensó que no tendría lo necesario para la labor que quería hacer.

 

- Mira, ando un poco justo de tiempo, así que ve al grano, ¿vale? ¿Dime qué puedes hacer? Indago Solo para saber qué talento o utilidad podría tener este candidato.

 

- ¡Lo que tú digas! Aseguro el spiner mientras mostraba cómo disparaba varias espinas de su brazo cerca de Solo

 

- Malditas púas voladoras. Pronuncio impresionado y algo alterado el corelliano viendo la capacidad del alienígena.

 

- No sabía que quedaban algunos de ustedes, spiners, en la galaxia. Afirmó Han pensado que ya no existían de ellos, pero viendo que pudo ver que aún quedaban de ellos.

 

- ¡De todos modos estás contratado! Confirmó Solo dándole el trabajo al felino.

 

- Me alegra mucho de escucharlo, pero mis fuentes fueron un poco vagas en cuanto a para qué me están contratando. Dudó el felino aún con incógnitas de lo que trataba la labor que debía hacer.

 

- Más tarde… cuando haya llenado los cupos del grupo de gente que necesitamos. Argumentó el humano, dando a entender que, cuando tenga suficientes miembros, le dirá las especificaciones.

 

- Mientras tanto, no te alejes mucho. Pero, por otro lado, tampoco te acerques demasiado. Específico el corelliano diciéndole lo que debía hacer mientras buscaba más miembros para el trabajo.

 

- Nosotros te llamamos, vamos por el siguiente, nos vemos luego. Se despidio Solo de su contratado mientras iban por otro eslabón para el equipo.

 

 

La siguiente candidata era una chica humana, piel clara, cabello blanco, buenas curvas, pantimedias, calzón rojo, sostén escotado rojo, pompones como hombreras, grandes aros y un collar dorado, un par de pistolas blaster.

 

- ¡HARRUKK! Grito el wookie de la impresión viendo la belleza de su vieja conocida

 

- Hola, Solo. Ha pasado mucho tiempo. Saludo la dama de vestimenta reveladora.

 

- ¡Tengo ojos, Chewie! Protestó el cabello blanco viendo la actitud lasciva del peludo amigo de Han.

 

- ¡Nuestra vieja amiga Amaiza, madre de la pandilla de los agujeros negros! Pensé que el imperio los había matado a todos ustedes en Delphon Way. Afirmó Han pensando en que todos los de ese grupo habían muerto.

 

- Obviamente fallaron. Concluyó Amaiza señalándose con sus manos y mostrando que estaba intacta.

 

- ¿Y no escuché algo acerca de que le debes a Jabba el hutt suficiente dinero para comprar tu propia mina de especias? Preguntó la fémina humana, dando a entender que conocía las deudas de Han.

 

- Quizás tú también oíste mal. Bien, señora… estás dentro. Concluyó el contrabandista queriendo que no corriera la voz sobre sus problemas con el hutt.

 

- ¿Por qué, Solo…? ¿No quieres ver si todavía se me da bien el bláster? Afirmo la chica de pelo blanco.

 

- Aunque debo advertirte. ¡Tiendo a acercarme mucho más que esas púas clavadas en la pared! Advirtió Amaiza, dando a entender su nivel de puntería y efectividad.

 

- Parece que todos por aquí esta noche tienen razón. Intenta no disparar a ninguno de nuestros otros prospectos al salir, ¿de acuerdo? Pidió Solo con amabilidad a su vieja conocida.

 

- Haré lo que pueda. Aseguró a la chica levantando el pulgar con aprobación.

 

- Estoy seguro de que lo harás. Confío en las habilidades de su vieja socia, el contrabandista.

 

- Siguiente candidato. Llamo a llamar Solo para que se hiciera presente en la habitación y cuando lo hizo fue un anciano humano de tez clara, de túnica marrón, barca y cabello escaso blanco.

 

- Ahora, ¿quién? Consulta Solo desconcertado viendo la vestimenta del anciano.

 

- ¡Soy Don-wan kihotay de los caballeros jedi! Se presenta el presunto usuario de la fuerza.

 

- ¿De qué estás hablando, viejo? ¡Los jedis han sido prohibidos desde el surgimiento del imperio! Cuestionó el contrabandista, no creyendo que hubiera jedis aparte de Luke o el fallecido Obi Wan.

 

- Sin embargo, soy un verdadero jedi… maestro de "la fuerza" y portador del sable de luz. Por lo tanto, es mi deber sagrado viajar por la galaxia, defendiendo las causas de la paz y la justicia. Aseguro el supuesto jedi dando a entender que creía totalmente en ser uno auténtico.

- Le ruego que me permita acompañarle, joven señor, en cualquier misión sagrada que emprenda… para que pueda seguir siendo digno de la melena de Caballero Jedi. Insistió el anciano queriendo ir en el trabajo del Corelliano.

 

- HARROOO. Gruño, desconfiado, el Wookie de las palabras del viejo extraño.

 

- Sí, sé que está loco, Chewie… ni siquiera se da cuenta de que Darth Vader y los soldados clones destruyeron a los jedi hace décadas. ¡Pero él no estorbará demasiado! Aseguro Han a su peludo socio, sintiendo algo de última por el demente señor.

 

- ¡Muy bien, Don-wan, has formado parte del equipo! Pero solo si juras defensora la república y actúas como defensor del derecho, etc. Exigió Han al anciano extraño, permitiéndole estar en su grupo.

 

- ¡Lo juro, joven señor! Prometió Wan mientras se ponía de rodillas y ascendía su sable de luz de forma vertical, demostrando que era auténtico.

 

- Entonces levántate… pero ten cuidado con ese sable de luz. Se sorprenderá el corelliano al ver que realmente tenía un arma jedi rea

 

- ¡Mis eternas gracias, joven señor! ¡Don-wan Kihotay no te decepcionará!

 

- ¡Qué maravilla! ¡Ahora muévete, abuelo! No tenemos toda la noche aquí en el vestíbulo, ¿sabes? Bueno, al menos soy el siguiente, así que por fin podemos empezar el espectáculo antes del amanecer. Reclamó el siguiente candidato en la fila, quien era un lepis. (Los lepus o también llamados lepis, eran una especie de alienígenas, mamíferos, humanoides y consientes, grandes reproductores. Su altura era similar a la de un humano común, tenían grandes ojos, poseían diversos colores. Sus rasgos eran similares a los de un conejo y estaban en constante movimiento y eran conocidos por su velocidad) cuyo nombre era Jaxxon T. Tumperakki.

 

 

Cuando fue interrumpido por el mismo alienígena que agredió celoso a Han por estar con su supuesta novia

 

- ¡Cállate de mi camino, Roedor! Acabo de enterrme de que ese nuevo tipo está contratando espaciadores… ¡Y quiero dinero para irme de esta roca! Exigió el escamoso gruñón rival de Solo, quien quería el trabajo.

 

- No soy un roedor, capitán… Y soy el siguiente en la fila, así que ¿por qué no..? Pero no pudo terminar de dialogar porque fue golpeado por el alienígena, lo que lo dejó algo aturdido, pero de pie al conejo.

 

- ¿Querías decir que eras el siguiente? Disculpa, joven. Pero de verdad tengo que insistir en que lleves tu cadáver cubierto de verrugas de vuelta al final de la fila, ¿sabes? Pidió amablemente a Jaxxon en un tono de sarcasmo.

 

- ¡Despega, roedor, o habrá muchos más puños de donde salió ese! Advirtió el verdusco alienígena con muy mala actitud.

 

- No lo voy a dudar, amigo. Pero, como dije antes. Pronuncio Tumperakki ahora más enfadado y dispuesto a responder al ataque.

 

- ¡No soy ningún roedor! Razonó Jaxxon mientras lanzaba una patada y con ello mandó por las escaleras al agresor.

 

- Soy más bien lo que llamarías un Lepus Carnívoro típico: ¡un conejo carnívoro y cohetero para ti, chico! ¡Ah, sí, y dale mis saludos a los chicos del bar! Aclaro el Lepus mientras pedía a su agresor que saludara a los demás.

 

- Vi eso, conejo. Alabo Solo dando a entender que pudo ver la fuerza del alienígena.

 

- Bueno, ¡hurra por tu lado! Debes haber estado comiendo tus zanahorias espaciales… nunca pude soportarlas, yo mismo soy… Aclaro Tumperakki dando a entender que no le gustaban dichos vegetales, pero igualmente ayudaron a Han a ver mejor.

 

- Escuché: un carnívoro que necesita trabajo, ¿no? Consulta el corelliano viendo que el conejo buscaba estar en el equipo del contrabandista.

 

- Bueno, no me quedaré aquí por la decoración. Bromeo Jaxxon

 

- ¿Tienes otro nombre además de? Indago, el contrabandista, pero no pudo terminar de consultar porque el conejo respondió con anticipación.

 

- Me llamo Jaxxon. ¿Puedes llamarme Jax para abreviar…? Argumentó el conejo mientras pone sus manos en sus bolsillos.

 

- Está bien, Jax... Enviaré a Chewbacca a buscarte a ti ya los demás más tarde. Aseguro Han dando a entender que estaba contratado y Jax se fue.

 

El siguiente candidato se presentó y Han no se tomó muy en serio al mismo

 

- Ahora, hijo… ¿Qué hace un joven como tú en la fila? Consulta el contrabandista viendo que el siguiente candidato era un joven humano de piel clara, con una camisa azul, gorro con gafas.

 

- Quiero decir, el combate todos contra todos que tengo preparado no necesita otra mascota. Desestimo Han viendo que parecía demasiado joven e inexperto el candidato.

 

- ¿Y ese tractor-droide que sube las escaleras detrás de ti es tuyo? Consulta Solo observando cómo subía el autómata por la escalera.

 

- ¡Seguro que lo es! Mi nombre es Jimm, ¡pero me llamo el niño Starkiller! Aclaro el joven dándole un entendimiento que era el dueño del robot.

 

- Y puedes apostar que voy a estar a la altura de ese control… si es que alguna vez puedo salir de este asqueroso planeta. Declaro esperanzado, queriendo irse del mundo lo antes posible.

 

- Mientras que yo, señor, soy Fe-9Q… conocido como Effie… ¡Y no pertenezco a nadie… y mucho menos a quién se hace llamar el niño Stakiller! Replicó el droide cuestionando su lealtad a su dueño.

 

- ¡No le hagas caso, Solo! A veces se pone arrogante, pero es muy devoto de mí… como una mascota. Aclaro el joven su vínculo con su autómata.

 

- ¡Más bien, un deslizador terrestre está dedicado al hombre detrás del volante! Cuestionó Fe-9Q diciendo su punto de vista sobre la relación del con su dueño.

 

- Siempre nos viene bien un buen robot, hijo. Pero dame tres buenas razones por las que deberíamos llevarte. Pidió el corelliano queriendo saber si era útil para su grupo.

 

- Porque he estado pegado a Aduba-3 toda mi vida, y si no salgo de ahí, me voy a volver loco... ¡Por eso! Reclamó Starkiller en tono de súplica, queriendo irse del planeta lo antes posible.

 

- ¿Alguna vez le ha disparado ese bláster a algo más grande que una rata de arena? Pregunto Han queriendo saber más o menos el nivel de experiencia del chico.

 

- Claro que sí, y muchas veces. Confirmo Jimm sobre su experiencia previa en combate. 

 

- Cactus de las dunas, ¿verdad? Dudo Solo casi seguro del nivel de experiencia del chico.

 

- Bueno, sí, pero dame una oportunidad y… Pidió Starkiller algo insistente el joven a su contratador.

 

- ¿Sabes? Me recuerdas a otro chico que conocí… llamado Luke Skywalker. Confeso Solo recordó con nostalgia a su viejo conocido.

 

- No ha pasado tanto tiempo desde que lo vi, pero todo iba muy rápido cuando me fui. Me pregunto qué estará tramando ahora mismo. Se preguntó el corelliano mientras pensaba en su mente sobre qué hacía su viejo conocido en estos momentos.

 

Mientras Han reflexiona, los acontecimientos se suceden rápidamente en la cuarta luna del lejano planeta Yavin, a innumerables años luz de distancia. Pues, desde la destrucción de la temida Estrella de la Muerte del imperio galáctico, los rebeldes de ese mundo verde han estado en constante vigilancia. Aunque solo unas pocas torres de reconocimiento, que sobresalen de la espesa jungla, los delatarían.

 

Mientras en la base rebelde de Yavin-4

 

- Oh, Luke… ¡Ojalá fuera alguien menos tú fueras a hacer esta labor…! Cuestionó Leia, viendo que su conocido debía ir en ese navío espacial similar a una corbeta corelliana.

 

- Como todos nosotros, majestad, pero nadie aquí ha demostrado ser un piloto estrella tan bueno como el joven Luke. Aseguro el anciano humano de tez clara, conocido como el general Dodonna.

 

- ¡Y volar rápido y con habilidad es justo lo que necesitamos en este momento! Aseguro uno de los soldados rebeldes cercanos a la conversación.

 

- ¡No le defraudaré, general Dodonna! Afirmó Skywalker dispuesto a seguir con su misión a cualquier costo.

 

- ¡Ahora date prisa a bordo, R2! El maestro Luke no tiene todo el día, ¿sabes? Cuestionó el droide de protocolo la tardanza de su socio mientras ambos subían por la rampa de acceso a la nave.

 

- ¿Estás seguro de que sabes en qué te estás metiendo, Luke? Dudo Leia de la precipitada decisión del rubio dispuesta a esta misión.

 

- No soy ningún héroe, princesa. Simplifico el joven chico listo para embarcarse en su riesgo laboral.

 

- Pero claro, no hace falta ser un héroe para darse cuenta de que hay que frenar el imperio galáctico.

 

- ¡Y los rebeldes son la única oportunidad que tenemos! Expuso la princesa, dando a entender que no habría más esperanzas.

 

- Vader sabe que estamos aquí ahora. Razonó Luke dando el peligro inminente al que estaban expuestos.

 

- Así que será mejor que C-3PO, R2 y yo busquemos otro escondido para los rebeldes, ¡rápido! ¡Tendrás noticias mías antes de lo que crees! Afirmó Skywalker estando dispuesto a ir a por una nueva base para la rebelión.

 

- Seguro que lo haré, Luke… ¡Que la fuerza vaya contigo! Se despidio Leia, deseándole la buena suerte a su compañero.

 

- ¡Y contigo, princesa! Se despidio Luke devolviéndole el gesto que le dio ella primero.

 

El joven despego en su embarcación a toda velocidad hacia arriba

 

Leia y Dodonna miraron el despegar de la astronave

 

- Si tan solo pudiera ir con él, general. Aseguro la princesa Organa queriendo acompañar a Luke en su misión

 

- Ahora que tu padre está muerto, te necesitas como líder… y como símbolo. Razonó Jan mientras observaba la nave alejarse surcando los cielos.

 

La princesa Leia piensa momentáneamente en su padre, asesinado por el imperio, mientras la nave espacial de Luke pasa rápidamente de la vista.

 

Fuera de los campos gravitatorios de Yavin y su cuarta luna, adentrándose en la inmensidad del espacio. Como lo hizo el Halcón Milenario de Han Solo, no hace muchos días.

 

- ¿Cómo me metí en todo esto de la guerra? Bueno, quizás tuve suerte y destruí la Estrella de la Muerte, pero sigo siendo un simple granjero, recién llegado de un mundo remoto como Tatooine. ¿A quién engañas, Skywalker? Sabe que no tuviste elección, no una vez que supiste que tu padre era uno de los caballeros Jedi. ¡Incluso mi padre luchó junto a Ben Kenobi en las Guerras Clon! Expuso el rubio en su monólogo para sí mismo mientras conducía su navegación.

 

- ¿Qué pasa, maestro Luke? No actúas nada similar a ti mismo, si se me permite decirlo. Razono dudando el autómata dorado mientras observaba a su dueño.

 

- Estaba pensando en Ben. Afirmó Luke mientras respondía a las dudas de su droide.

 

- ¿Ben? ¡Oh, te refieres a obi-wan kenobi…! Concluyó C-3PO pudiendo estar seguro de lo que se refería el rubio.

 

- Puede que sea Obi-Wan para el resto de la galaxia, 3PO. Pero para mí, ¡era Ben, el hombre más grande que he conocido! Se sacrificó… Para que pudiéramos escapar de la Estrella de la Muerte. ¡Y no descansaré hasta encontrarme cara a cara con Darth Vader y hacerle pagar por la muerte de Ben! Luke expuso su admiración por Kenobi y su odio por Vader.

 

- Qué curioso, Lord Vader me habría matado si Han Solo no hubiera venido al rescate. ¡El bueno de Han! Supongo que ahora mismo está disfrutando de la vida en Mos Eisley, con todo el tesoro que le dieron los rebeldes. Supuso el rubio en sus pensamientos esperanzados de que su socio estuviera bien ahora.

 

 

Mientras con el corelliano

 

- Sí. ¡Me pregunto qué estará tramando ahora mismo! Probablemente, se esté diviriendo más que yo, ¡eso seguro! Razono Han mientras pensaba en la labor que debía llevar a cabo.

 

- Bueno, ¿Solo? Me llevarás contigo. Dudo Jimm viendo la tardanza del contrabandista.

 

- Lo siento, chico. Supongo que mi mente se distrajo por un segundo. Muy bien, puedes venir. Te mostraré cómo usar ese blaster más tarde. Aseguro Han queriendo darle una que otra clase de cómo usar una arma.

 

- Eso es genial por mi parte. Bien, vamos, Effie. Pidió el joven a su autómata mientras ambos

 

- Tenemos que hacer algunas maletas. Razono Starkiller mientras sigue su camino.

 

- ¡Y seré yo quien lo haga, como siempre! Declaro con fastidio el autómata mientras sigue a su dueño.

 

- ¡Tronk! Pregunta al wookie sobre la calidad de los reclutados.

 

- ¡No lo digas, Chewie! Sé que nuestros seis incondicionales no son gran cosa, pero los mendigos no pueden elegir.

 

Al amanecer, fuera de los muros de la ciudad del puerto espacial, se podía ver a todos los reclutados para el trabajo.

 

- ¡Pues ya estás! Me alegro ver todas sus caras sonrientes y así de brillantes. Saludó el contrabandista amistoso a sus muchachos.

 

- Oye, solo, ¿dónde está esa nave tuya? ¡Pensé que habías dicho que estabas arruinando esta piedra de mala calidad! Supuso Jimm a su contratador, queriendo saber dónde estaba su navío.

 

- Eso es lo que dijiste, Starkiller… ¡Yo no! Ahora, esto es lo que haremos… Pero solo no pudo terminar lo que iba a decir, ya que su peludo amigo indicó con su brazo la presencia de Skyspeeders atrás de sus reclutas moviéndose a toda velocidad.

 

- ¡AROO! Advirtió el wookie sobre la llegada de los vehículos voladores.

 

- Los veo, Chewie. Notó el corelliano las aeronaves en pleno vuelo.

 

- ¡Atención, espaciadores! ¡Skyspeeders vienen a tu izquierda! Indicó el contrabandista a sus socios, los cuales voltearon para observar la llegada de los vehículos.

 

- Y si no me equivoco… esos son los jinetes de las nubes. La razón por la que nos contrataron para proteger una aldea. Supuso el contrabandista

 

-¡Han! ¿Quieres que…? Consultó a Amaiza con su mano cerca del blaster en su bolsillo lista para desenfundar.

 

- ¡Todos guardan sus blásters en sus fundas! ¡Que ellos ataquen primero! Ordenó Solo a su grupo para que no atacaran aún.

 

- ¡Solo hay seis! Podríamos. Razono el chico starkiller viendo que no eran tantos oponentes, no terminó de dialogar, debido a la interrupción del contrabandista.

 

- ¿Hacerlo? La mitad de nuestros muchachos ni siquiera usan sus armas. No, es obvio que se enteraron de nosotros y vinieron a conversar un poco. Argumentó el corelliano viendo que estaban en desventaja.

 

- ¡Y es fácil ver quién les dio la información! Indicó Han pudiendo ver que en una de las motocicletas voladoras estaba siendo montada por el mismo alienígena conflictivo escamoso con el que peleó antes.

 

- ¡Hola, escamoso!, así que luego de tus fracasos, ¿fuiste a contarle de mí a los chicos grandes? Indago Solo viendo dónde estaba ahora el alienígena problemático.

 

- Un espacial tiene que arreglárselas lo mejor que pueda, saltador de estrellas. Simplemente, no tientes tu suerte, o dispararé. Advirtió el escamoso ser algo rencoroso con sus fracasos pasados por culpa del corelliano.

 

- ¡No dispararás, Warto, a menos que yo te dé la orden! Exigió el que parecía el jefe de la banda, quien era un humano de mediana edad, con unas cicatrices en la frente, cabello y bigote, chaqueta roja con un dibujo de un sol en su pecho, guantes y un cinturón amarillo con fundas para blasters, pantalones verdes, botas de cuero con escuelas y este descendió en su motocicleta para luego quitarse los googles que tenía cubriendo sus ojos y dejarlos en su frente.

 

- ¿Bueno, señor Solo? ¿Puedo asumir que nos reuniremos bajo una bandera de tregua? Consultó al líder bandido mientras intentaba encontrar una solución no tan violenta.

 

- Me acaban de quedar pañuelos, pero ¿eres Serji-X? Preguntó al corelliano sabiendo casi por seguro que él era el jefe de la banda.

 

Serji alzó su pulgar en símbolo de confirmación

 

- Si me dicen Serji-X el arrogante. Ese título desafortunado, para alguien con una sensibilidad tan delicada como la mía, pero hemos recorrido un largo camino, así que no andemos con rodeos, ¿eh? Se han acercado a ti unos granjeros de cierta aldea… A la que ya han regresado. Expuso el líder, sabiendo más o menos la situación en la que estaba Han.

 

- Olvida tu misión, estoy dispuesto a ofrecerte un sol mínimo. Aunque estoy seguro de que será más de lo que esos peones ignorantes pueden darte. Seguro Serji queriendo darle una mejor paga al contrabandista, para que no intervenga en sus asuntos.

 

- Nos están dando todo lo que pueden, amigo... Y ese es el mejor sueldo que he tenido. Una rata de arena como tú ni siquiera podría igualar su precio. Réplica de Han sin cambiar de parecer en su trabajo

 

- No, tengo una idea: ¿qué tal si tú y tus hombres dejan esa aldea en paz este año? Así no tendremos problemas. Sugiero al contrabandista que el grupo de Serji se vaya por las buenas y así no hubiera bajas.

 

- Qué bravuconearía tan inesperada, viniendo de alguien que lidera a mujeres, niños y rechazados de naves espaciales. De haberlo sabido, me habría quedado en las montañas riendo. Se burló el líder bandido burlón, viendo que su rival no tenía personal competente para luchar contra él y sus hombres.

 

- ¿Sí? Bueno, intentaré reírme de este blaster, maldito bandido. Amenazo el chico Starkiller, pero Solo vio imprudente el movimiento del muchacho y llamó la atención de uno de sus reclutados.

 

-Amaiza. Ordenó Han a su socia para que impidiera que Jimm hiciera algo sin prudencia.

 

La dama golpeo al chico para evitar que el joven hiciera algo riesgoso aún

 

- ¡Ya pelean entre ustedes!, y con esta fuerza intentas asustar a Serji-X. Siguió con su mofa, el líder bandido a sus rivales, viendo la discordia entre ellos.

- Ya has expresado tu opinión, amigo, ¿por qué tú y tus jinetes de la nube no van a casa y juegan? Pero me mantendría alejado de esa aldea campesina, si te lo advierto. Pidió y se burló un poco el contrabandista de su adversario.

 

- Tú no eres yo, piloto estrella. Y si persistes, pronto no serás nada. Advirtió Serji mientras regresaba a montar su motocicleta y despegaba.

 

- ¡Solo un cadáver más sin vida, retorciéndose en el viento del desierto! Amenazó el líder mientras se despedía del contrabandista.

 

- URRK. Razonó el wookie diciendo que quizás se metieron en un asunto riesgoso, que quizás no debieron involucrarse.

 

- Sí, tal vez esta vez hemos mordido más de lo que podemos masticar, viejo amigo. Admitio dándose cuenta de la delicada situación en la que estaban ahora mismo.

 

- ¡Bueno, pongámonos en marcha, saltadores de estrellas! ¡¡Tenemos que montar en bantha!! Pidió el corelliano animando a sus socios.

 

- El fin -

 

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